domingo, 10 de diciembre de 2023

Argentina distópica: Una franja de la población dispuesta a ser operada sin anestesia

GOBIERNA “UN SERVIDOR DE PASADO EN COPA NUEVA”


“Achicar el Estado es agrandar la Nación”.

José Alfredo Martínez de Hoz

Ministro de Economía de la última dictadura (1976 - 1981)


Incertidumbre en todo el arco político y gremial 

Al cabo del peor gobierno peronista de la historia, Mauricio Macri llega a la asunción de Javier Milei manteniendo prudente distancia, y decidido a presidir el PRO en la convicción de que, al mes de asumir, el presidente electo deberá renovar su gabinete y le pedirá auxilio a él. La jugada del ingeniero para mantener centralidad política, pese a haber sido excluido del nuevo esquema de poder será, por ahora, el repliegue.

En tanto, manejándose con autonomía respecto de su viejo referente, Patricia Bullrich deja la jefatura del partido para abrazarse a los libertarianos aportándoles 50 nombres de su confianza.

Por su parte, el radicalismo, furioso con Victoria Villarruel, en la convicción de que la vicepresidenta electa es la "más antirradical" de La Libertad Avanza, no descarta un acuerdo tácito con el peronismo para quedarse con las secretarías administrativa y parlamentaria del senado.

Mientras, en las filas del gobierno entrante ya consideran a la abogada de genocidas como una “mancha venenosa", y la corren de la mesa chica donde se toman las decisiones ejecutivas, confinándola en un rol meramente formal, lo cual - contra lo que esperan sus adversarios - tal vez más bien la preserve del primer tramo de gobierno para permitirle librar futuras batallas mejor posicionada.

En el plano diplomático, mediante nota dirigida a la cancillería, Nicaragua resolvió retirar a su representante local, mientras el presidente brasileño rechazó la invitación a la asunción de Milei y envió a su Canciller. A su vez, los actuales presidentes de Estados Unidos y de México, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, declinaron la invitación. Según indicó la canciller, Diana Mondino, el estadounidense se disculpó e informó que “estará de viaje”. 

Habiendo arengado a la ciudadanía a su jura como nuevo presidente de la Argentina, el líder de La Libertad Avanza eligió la movilización como marco de una serie de actividades organizadas por Jorge Faurie, ex canciller durante la gestión de Cambiemos, quien tuvo a su cargo la tarea de ceremonial y protocolo del traspaso presidencial.

Estuvieron presentes en la asunción los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou; el de Chile, Gabriel Boric; José Antonio Kast, ex candidato presidencial chileno; el primer mandatario de Paraguay, Santiago Peña; el Rey Felipe de España; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; y el presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, que le obsequió un candelabro de siete velas vinculado con la festividad de Hanukkah. El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asistió con una comitiva integrada por más de 60 dirigentes brasileños, entre gobernadores, diputados, senadores, miembros de su familia y círculo más íntimo. En otras palabras, asistió principalmente la flor y nata de la ultraderecha global. Sólo una lectura ingenua podría suponer que se trata de una mera formalidad.

Terminada dicha ceremonia, cuyas firmas Milei rubricó con la frase “¡Viva la libertad, carajo!”, se dirigió a las escalinatas del Congreso para su primer discurso como Presidente. A diferencia de sus antecesores, no habló ante la Asamblea Legislativa, sino frente a la Plaza de los Dos Congresos, donde lo esperaba un número de asistentes muy por debajo del esperado (turbinadxs para ovacionar cada anuncio del Primer Mandatario repitiendo el mantra macrista de “si, se puede”, y hasta pidiendo a los gritos “más policía”, cuando se aludió al tema de seguridad), puesta en escena que simuló dar la espalda a “la casta”, en procura de licencia social para ejecutar un mega ajuste de 5% del PBI. 

Toda la zona contó con un riguroso vallado de seguridad. El nuevo jefe de Estado pronunció un fuerte mensaje que, enalteciendo la figura de Julio Argentino Roca como el mejor Presidente de la Nación, reivindicó la Constitución de 1853 redactada con la sangre del criollo y del indio tras la primera Campaña del Desierto. Su intervención, de neto corte reaccionario, subrayó lo que considera como un parteaguas en la historia nacional, donde no faltaron las descripciones de la situación que recibe, en términos económicos y sociales, ni las ideas y propuestas para el futuro, poniendo énfasis - como se esperaba - en una drástica reducción del déficit fiscal con epicentro en el Estado, así como en la limitación de la emisión monetaria, a la que responsabiliza de ser causa principal de la inflación. En síntesis, su discurso no hizo más que anunciar calamidades, dado que lo que describió como “el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”, incluyó la ratificación de la estanflación, un mega ajuste, la reducción de salarios, y el incremento de la pobreza e indigencia. Las cartas están sobre la mesa. No se puede acusar a Milei de esgrimir un doble discurso: “El que corta la calle no cobra”, sentenció, dando por abolido el derecho a la protesta social.

Pasado el mediodía, se dirigió a la Casa Rosada a bordo de un auto descapotado, permanentemente flanqueado por su hermana. Se había barajado la posibilidad de que fuera en el Cadillac que compró Juan Domingo Perón en 1955, vehículo que ya fue utilizado por otros presidentes como Raúl Alfonsín, Carlos Menem o Fernando De la Rúa, pero esa posibilidad fue descartada, ya que aquel rodado, desde enero de 2018, tras su restauración, permanece en el Museo del Bicentenario, y sacarlo de allí iba a ser logísticamente muy complejo. 

Ya en la sede del gobierno nacional, el presidente en ejercicio recibió a los mandatarios extranjeros, y tomó jura a lxs ministros en el Salón Blanco de la Casa Rosada, suspendiendo su transmisión por Cadena Nacional, lo cual produjo gran insatisfacción entre los medios de prensa acreditados. El futuro gabinete contará, en principio, con 9 carteras. Diana Mondino (Canciller), Guillermo Ferraro (Infraestructura), Sandra Petovello (Capital Humano), Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa), Guillermo Francos (Interior), Luis “Toto” Caputo (Economía) - quien ya se reunió con el Banco Mundial, que le ofreció asistencia para contener la situación socialMariano Cúneo Libarona (Justicia), y Mario Russo (Salud) 

Desde los balcones de Balcarce 50, coreó un tema de La Renga, invocó a los cielos, y vivó a la libertad como es su costumbre. No hubo festivales para homenajear al nuevo presidente, como, por ejemplo, tuvo hace cuatro años Alberto Fernández. Así, luego de la jura formal del gabinete que lo acompañará, tuvo lugar un cocktail especial, y luego el mandatario y su círculo de confianza se trasladó al Teatro Colón para presenciar un potpurrí de piezas musicales que, emulando a un meme, comenzó con la Balada para un loco de Piazzola y Ferrer.

En un marco de absoluta improvisación, la jornada cerró sin designación de un titular a cargo del Banco Central y con sospechosas dilaciones en la conferencia de prensa del flamante Ministro de Economía.

Pese a que en los últimos días Milei moderó su discurso, cajoneó algunas propuestas de campaña, y muteó a algunxs de sus conmilitones para generar gobernabilidad a contrarreloj, aún conserva bastante debilidad parlamentaria, y no las tiene todas con él para gobernar a sus anchas.

Pero no son solo parlamentarios los obstáculos con que se toparán los libertarianos. Bajo la consigna "son 30.000, es genocidio", en su reciente Marcha de la Resistencia, las Madres de Plaza de Mayo aseguraron que "van a seguir en la calle" al igual que hace "47 años". 

Además, dado que el estudio Bruchou & Funes de Rioja (viejo impulsor de una reforma laboral que pone el eje en la desregulación, el fin de las indemnizaciones y la disminución de la litigiosidad) participó del diseño del apartado laboral de la Ley Ómnibus a punto de sancionarse, el economista anarco - libertariano inaugura su gobierno consciente de que, así como cuenta con un puñadito de aliados en el mundo sindical, tendrá unos cuántos opositores que se juramentaron en frenar sus medidas de gobierno y que se identifican con Cristina Kirchner: además de Pablo Moyano, en ese pelotón están Sergio Palazzo, de bancarios; Mario Manrique, de SMATA, quien asume su banca de diputado nacional; Abel Furlán, de la UOM; José Voytenco, de trabajadores rurales; Pablo Biró, de pilotos, y Hugo Yasky, el titular de la CTA kirchnerista, entre otros. Podrían sumarse dirigentes estatales o de empresas públicas que sufran ajustes o despidos: por ejemplo, los líderes de los sindicatos ferroviarios (como Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria, y Omar Maturano, de La Fraternidad), aeronáuticos (como Juan Pablo Brey, de aeronavegantes, y Edgardo Llano, de APA) o marítimos (como Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento, y Raúl Durdos, del SOMU)

Más rechazo tendrá Milei entre los exponentes sindicales del sector combativo o de izquierdaUno de ellos es Hugo “Cachorro” Godoy, titular de la CTA Autónoma, quien acaba de calificar al gobierno libertariano como “una experiencia neofascista peligrosísima”. En el mismo andarivel se mueve el nuevo jefe de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar: “…la casta está de fiesta y los trabajadores mortificados - acaba de declarar - Ninguna de las medidas que se anticipan son beneficiosas para los sectores populares y tocarán derechos adquiridos”.

En esa trinchera antimileísta también se ubican el líder del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (SUTNA), Alejandro Crespo, un reconocido cuadro del Partido Obrero, y el flamante titular de la UTEP, Alejandro “Pelusa” Gramajo, del Movimiento Evita, quien debutó con una advertencia que comparten otras organizaciones sociales: “Vamos a ser solidarios con todos los sectores que sufran el ajuste y vamos a estar acompañando cada una de las peleasApenas comienza a gobernar, Milei ya tiene enemigos declarados en el sindicalismo. Otro crucial desafío para una época inclemente en un país que encara un cambio de inusual magnitud. 

La promesa de Pablo Moyano acerca de responder al discurso de asunción presidencial ganando las calles, así como la manifestación prevista por el movimiento piquetero conjuntamente con sectores gremiales y organismos de DDHH para conmemorar las jornadas del Argentinazo de 2001, exigen repasar declaraciones del flamante Ministro de Seguridad Porteño, Waldo Wolff, quien manifestó Estamos convencidos de que si el Ministerio Público Fiscal labra las actas que corresponde, si la ley de reiterancia se aplica, si con las fuerzas federales en conjunto logramos controlar los accesos y si quitamos los intermediarios, vamos a ser una ciudad normal con las manifestaciones que tiene una ciudad normal, y no siendo la capital del piquete”. 

En consecuencia, el paquete de medidas económicas a punto de aplicarse permite deducir que la mesa está servida para que los tiempos por venir estén signados por una enorme tensión social. 

 

“En medio del camino de la vida me encontré en selva oscura,

porque la recta vía era perdida” (*) 

Ganando perspectiva respecto del escenario descripto, diremos que a escala global parecería estarse produciendo un ocaso de las formas conocidas de organizar la economía, la política, y las creencias sociales.

Algunos analistas coinciden en describir ciclos históricos de acumulación/dominación de entre 40 y 60 años de duración. Sin ir más lejos, según el propio Banco Mundial, todas las fuerzas que motorizaron el progreso durante los últimos 30 años se están desvaneciendo.

Si nos detenemos a considerar de un siglo y medio para acá, advertiremos que las sociedades han pasado por varios de esos ciclos, los cuales - pese a sus particularidades - exhiben denominadores comunes.

Ahora el mundo vive el ocaso de uno de esos ciclos, y el consiguiente caos sistémico. En un tiempo más habrá de definirse si culmina con una consolidación/profundización del capitalismo, o con alguna perspectiva alternativa. 

Repasando el período consignado, advertiremos que, desde la segunda mitad del Siglo XIX (+ o - 1860) hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914/15) hubo un ciclo liberal.

Al cabo de su declive, desde los años 30/40 hasta principios de los 70s, tuvimos un ciclo desarrollista, el del llamado Capitalismo de Estado, que generó los Estados de Bienestar.

A ese le siguió el ciclo neoliberal, que arrancó hacia 1980, asociado al thatcherismo/reaganismo, y comenzó a caducar con la recesión de 2010. Entre 1980 y 2005, todo el orden político y moral estuvo regido por una serie de principios básicos que alentaban el destino imaginado e inevitable del curso de las sociedades. El libre mercado como un modo de administrar los recursos en el cual hallar tarde o temprano un nicho de oportunidades, la globalización como realización universal, la teoría del derrame de la riqueza de los poderosos sobre los desposeídos. Un Estado magro y con déficit fiscal cero. Ese era el orden hegemónico no solo impuesto por el poder político y económico mundial, sino también avalado tanto por los sectores dominantes como por buena parte de lxs dominadxs. El mundo tenía dirección, las sociedades un futuro “inevitable”. Se contaba con ciertas certezas y un horizonte realizable.

Solapándose con el período anterior, en el clivaje entre el Siglo XX y el XXI, Nuestra América comenzó a desmarcarse del contexto imperante, optando por ampliar derechos y explorar modelos económicos heterodoxos, durante lo que se dio en llamar el ciclo progresista, constituido por experiencias post neoliberales de intensidad desigual. Hay consenso desde el pensamiento crítico en que la ausencia de transformaciones estructurales de fondo ha determinado que su tímido rebrote en la segunda década del siglo en curso ya no le haga ni cosquillas al sistema y, en pleno tránsito del globalismo al nacionalismo económico, se produzcan también regresiones anacrónicas como la que en este momento procura retrotraer a nuestro país a una etapa previa a la sanción de la Ley Sáenz Peña.

Vivimos pues un momento de transición, circunstancia en la que se produce el ocaso de los dioses que rigieron nuestro destino hasta ahora y el viejo orden se resquebraja, perdiendo así todo su poder de seducción. Ese trance de frustración y escepticismo colectivo atravesamos hoy. Una instancia sujeta a nuevos entusiasmos breves y desencantos subsiguientes. A esa suerte de impasse el marxista corso Antonio Gramsci le llamaba interregno. Desde luego, para quienes han vivido apegados a firmes convicciones, no es sencillo ponerlas en cuestión ni necesariamente rápido el entendimiento y asimilación del escenario en ciernes, ni la creación de una nueva caja de herramientas útiles para lidiar con él.

Recapitulando, estamos en un punto de inflexión, sí, pero tal vez no tan inédito como se lo interpreta. Aquel Perón emergido del mundo militar, que respondió a una Década Infame signada por el “voto patriótico”, encausando al movimiento obrero emergente con la consigna “del trabajo a casa y de casa al trabajo”; un caudillejo riojano que remontó los saqueos provocados por la inflación alfonsinista; o el Kirchner que, llegado del remoto sur, interpretó como nadie la crisis del neoliberalismo fragmentando a las organizaciones rebeldes y a los organismos de DDHH, y cooptando a buena parte de dichos sectores, a su modo también fueron outsiders que, cuando el sistema crujió, hicieron su contribución a la reconstrucción de la gobernabilidad burguesa para que la situación no desmadrara poniéndolo en jaque. Ahora le toca intentarlo a esta suerte de neomenemismo. Pero no puede asegurarse que lo conseguirá.

Por lo pronto, a la militancia popular se le impone analizar cómo viene impactando la política imperialista en un país como el nuestro en circunstancias en que despunta un mundo multipolar. En tal contexto, EEUU buscará rearmar su poder sobre nuevas bases de recolonización de Nuestra América. Existen indicadores sólidos acerca de que Argentina podría jugar en la región un rol equivalente al de Israel en Medio Oriente. Más aun partiendo del alineamiento internacional proclamado por el presidente electo, quien puso su asunción bajo la advocación de una efeméride de tradición hebrea, y se propone trasladar la Embajada Argentina de Tel Aviv a Jerusalén, en tanto que su contrincante electoral prometía colocar a Hamás dentro del Eje del Mal. 

Ante semejante panorama, resulta alarmante la escasa gravitación de las fuerzas antisistémicas. Sin ir más lejos, a muchas que hacen profesión de fe en tal sentido les cabe revisar hasta qué punto, por acción u omisión, fueron funcionales a este statu quo, entrando en el círculo vicioso del crónico reclamo de asistencia estatal, en lugar de privilegiar una verdadera - y no declamada - construcción de poder popular destinado a privilegiar la creación de trabajo sin patrón en las barriadas, contribuyendo así a la reconstrucción de una materialidad de la vida hoy amenazada por el modelo imperante, dado que quien no come ni está en condiciones de aportar un mínimo de bienestar a su familia mal puede comprometerse con un proyecto emancipador.

Todo ello pone de manifiesto que tanto la izquierda como las fuerzas llamadas progresistas - que han abolido el concepto de Revolución adoptando el de Cambio Social, pasible de servir incluso para describir al que marca la nueva etapa ultraliberal que se abre en el país - llevan la peor parte en una batalla cultural en la que por ahora el poder corre con inusual ventaja. Volver a incidir sobre las mayorías demanda, entre otras cosas, poner en tela de juicio los presupuestos de la modernidad que campearon a lo largo del Siglo XX e interpretar con máximo rigor los que demanda el Siglo XXI. 

Lo importante es no perder de vista que la derrota del campo popular es circunstancial y no estructural - ya que este cuenta con un acumulado experiencial que no tardará en ponerse de manifiesto -, y entender que el momento que atraviesa el capitalismo, en el marco de la transición hegemónica global, es propicio para la realización de grandes cambios. 

Como sostiene el filósofo boliviano Rafael Bautista, “cuando ya no se espera nada más, es cuando aparece la esperanza verdadera”. - 

 

JORGE FALCONE

 

(*) Dante Alighieri, La Divina Comedia, Infierno, Canto Primero

viernes, 1 de diciembre de 2023

Del country a la villa, el Estado como enemigo principal

LA DESMEMORIA DE LA PROSPERIDAD NOS PONE AL BORDE DEL COLAPSO

Cargando sobre sus espaldas con 150% de inflación, una década sin crecimiento del Producto Bruto, y más del 40% de pobreza, el Ministro de Economía de uno de los peores gobiernos del ciclo democrático sucumbió en su pretensión presidencial ante el hartazgo de una mayoría de compatriotas que desde hace años no ve concretarse ni el más modesto de sus anhelos. Luis “Toto” Caputo - “el Messi de las finanzas”, en palabras del ex presidente Macri, pese a haber sido denostado por funcionarios del FMI como Secretario de Finanzas de su gobierno -, el hombre que oportunamente nos endeudó con un bono a 100 años, y responde al fondo de inversión trasnacional BlackRock (verdadero supra estado global), acaba de ser designado Ministro de Economía del nuevo gobierno, y de presentar credenciales junto al presidente electo ante funcionarios del Gran País del Norte, potencia ávida por expoliar nuestros bienes comunes. En su reciente intercambio con la entidad financiera global, esta ofreció una línea de crédito de 1.300 millones atada a admitir el cambio climático que niega Milei. Los anuncios de apertura al mercado internacional ya condicionan al empresariado local a suspender a sus trabajadores y optar por la importación. Se registran los primeros despidos en el sector automotriz, a partir de la perspectiva de estanflación anunciada por el flamante primer mandatario. En tanto, su colega ultra liberal José Luis Espert asegura que “hay 650 mil ñoquis” en el Estado a los que hay que echar. Así comienza el mes más conflictivo del año, y con él la cuenta regresiva que determinará hasta cuándo ha de estirarse el crédito de quienes apostaron por el experimento en ciernes, cuando el mega ajuste que se prepara los deje sin aliento.

 

No pocxs exponentes del pensamiento crítico argentino, incluso muchxs hasta ahora alineados con el oficialismo saliente, han terminado aceptando que el velo interpuesto por el discurso progresista ante la realidad contante y sonante que padecemos distrajo de advertir en toda su dimensión cómo se gestaba el huevo de la serpiente que acaba de asomar ante a la sociedad.

En efecto, desde las sombras, con el 27% de sus votos, Mauricio Macri garantizó la derrota de Sergio Massa, el político más hábil que fue capaz de promover la coalición Unidos por la Patria.

De ese modo, una plataforma considerada con bastante ligereza como fascista por algunxs analistas, se impuso por un porcentaje de votos (56%) superior al que obtuvieran en 2011 lxs exponentes de una década supuestamente ganada (54%), aunque el presidente electo – abocado, en medio de marchas y contramarchas, a armar su variopinto gabinete - sabe que su electorado duro está más cerca del 30% de la primera vuelta y que no cuenta con un apoyo incondicional de lxs numerosxs votantes que se pronunciaron contra el pasado en vez de a favor suyo, dado lo cual ha puesto en caja al personaje del león que lo trajo hasta aquí y procede más bien como “gatito mimoso”, a fin de ampliar consensos.

Como se ha dicho, se trató de un voto socialmente muy transversal, que no buscó plebiscitar a la dictadura ni a la dolarización, sino castigar a una gestión que, invocando la identidad política que hizo de la Justicia Social su nave insignia, abandonó a su suerte a los sectores más postergados.

En términos generales, podría considerarse que el electorado produjo una suerte de Nunca Más contra la soberbia autista de una clase política capaz de celebrar el cumpleaños de la Primera Dama en pleno confinamiento pandémico o flirtear con una modelo en lujoso yate, de espaldas a una hambruna atroz.

Así, una fuerza marginal con dos años de vida orgánica - pero acaso con 40 de incubación - se impuso encabezada por un ex futbolista, ex rockero y ex panelista de TV, devenido a primer presidente liberal - libertario del mundo, acompañado por la primera Vice negacionista de la historia argentina, dupla que en la noche del 19 de noviembre pasado cerró su festejo en el bunker de La Libertad Avanza con el tema de la Bersuit “¡Se viene el estallido!”. Si eso no marca un punto de inflexión en la realidad nacional qué lo hará…

No faltan quienes opinan que el ciclo largo que ese resultado cierra es el ciclo social inaugurado en 1943, otros consideran que lo que culmina es el ciclo democrático iniciado en 1983, y otros tantos entienden que lo que llega a su fin  es la crisis de representación que eclosionó en 2001, aquella que trató de institucionalizar el kirchnerismo a partir de 2003, agravó el macrismo (como fenómeno nacido al calor de las protestas de  las patronales agrarias en 2008), y ahora - sacando de escena a ambas coaliciones protagonistas de “La Grieta” - Javier Milei, intenta conjurar desde una versión de derecha extrema, capitalizando cierto malestar generado durante la cuarentena.

A propósito del clima de desazón generalizado que aún impera entre los simpatizantes de la fórmula derrotada, en los últimos días un mediático divulgador de la Historia manifestó a sus íntimos que se impone “un Juicio de Núremberg contra la dirigencia justicialista”.

Pero, más allá de la templanza que exhibe este renovado Milei, cabe advertir que la lista de ministerios que promete dar de baja anuncia una clara orientación hacia la guerra social. Sin ir más lejos, en esos términos se manifestó Carlos Rodríguez, ex jefe del Consejo de Asesores Económicos de La Libertad Avanza: “Habrá que sufrir. En las guerras se sufre”. 

Ante el escenario que se viene configurando, vale la pena recordar que, en su best seller de 2007, la periodista canadiense Naomi Klein acuñó el término “doctrina del shock” para referirse a la estrategia que usan gobiernos de derecha en tiempos de crisis, a los efectos de recuperar una hegemonía social favorable a sus intereses. Desde Chile hasta Rusia, desde Sudáfrica hasta Canadá, la implantación del libre mercado responde a un programa de ingeniería social y económica que la autora identifica como “capitalismo del desastre”. Tras una investigación de cuatro años, Klein exploró en ese ensayo el mito según el cual el mercado libre y global triunfó democráticamente, y que el capitalismo sin restricciones va de la mano de la democracia. Por el contrario, sostiene que ese capitalismo utiliza constantemente la violencia, la confrontación, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos más críticos de las últimas cuatro décadas. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de ajuste económico, a menudo acompañadas de otras formas de shock no tan metafóricas: los garrotazos de la policía, la reducción de insumisxs con pistolas Taser, o la picana eléctrica en la celda de las comisarías. 

Su libro repasa la historia mundial reciente (de la dictadura de Pinochet a la reconstrucción de Beirut; del Katrina al tsunami; del 11-S al 11-M), para dar la palabra a un único protagonista: las diezmadas poblaciones civiles sometidas a la voracidad despiadada de los nuevos dueños del mundo, el conglomerado industrial, comercial y gubernamental para quien los desastres, las guerras y la inseguridad del pueblo son el siniestro combustible de la economía del shock,  denunciando a la vez la estafa de las políticas económicas de la Escuela de Chicago y su conexión con el caos y el derramamiento de sangre por todo el mundo. 

En ese marco general, una de las preocupaciones que viene generalizándose en la militancia soberanista es la posible utilización de patrimonio nacional como garantía de futuros pagos de la deuda. Por lo pronto, aunque la jueza de Nueva York Loretta Preska eximió a la Argentina de pagar 16.000 millones de dólares por el juicio referido a la nacionalización de YPF, el país tendrá que dejar activos de la petrolera en caución para evitar embargos. 

Otro tema digno de atención es el que involucra recientes declaraciones del ingeniero Macri, en las que aventuró que a partir de ahora no serán necesariamente las fuerzas de seguridad las encargadas de poner freno a lxs revoltosxs - a quienes calificó de “orcos”, personajes literarios bestiales y desaforados creados por JRR Tolkien para su saga El Señor de los Anillos -, sino las propias huestes juveniles que adhieren al presidente anarco - capitalista electo, procedimiento semejante al empleado por las guarimbas (grupos de choque de la derecha venezolana) De hecho, hace poco, un tal Marco Antonio Chediek, oriundo de Villa Ballester, hizo circular un Tik Tok en el que amenazaba a cara descubierta, y en sintonía con lo anterior, al dirigente social Juan Grabois. 

Pero los aprestos para garantizar un mega ajuste blindado con represión también cuentan con correlatos menos informales. Por ejemplo, la designación en el área de Inteligencia de personajes como el Coronel (R) Jorge Vives, Licenciado en Estrategia y Organización e integrante de la Fundación Oíd Mortales, presidida por la Dra. Villarruel.

Para más dato, no se debería pasar por alto que, alentados por la presencia en el ballotage de la candidata a vicepresidenta de Javier Milei, decenas de represores que cumplen prisión domiciliaria por delitos de lesa humanidad pidieron acudir a las urnas y así lo hicieron. Una treintena de ex militares y policías pudieron ir a votar autorizados por diversos jueces.

Con el hecho consumado de esa victoria, convengamos que la avanzada revisionista en ciernes no se propone tan solo legitimar a los verdugos entreguistas de 1976, más bien apunta a poner patas para arriba TODO el sentido de la historia abonada por nuestro pueblo, yendo desde la reivindicación del 12 de Octubre como Día de la Hispanidad (tal como lo conmemoró en esa fecha Victoria Villarruel), pasando por instaurar la idea de que “la Argentina entró en decadencia hace 100 años” (declaración de Milei impugnando a Hipólito Irigoyen, el primer presidente democrático de nuestro país), hasta dictaminar que “se terminó la Era Maradona” (dicho por Mauricio Macri al periodista Luis Novaresio) ¡Cartón lleno!

Por ahora, el presidente electo carece de blindaje parlamentario, aunque - ya que quien más quien menos “tiene un muerto en el placard” - lo más probable es que el arco político tradicional, al menos en primera instancia, brinde gobernabilidad al nuevo oficialismo.

Mientras el kirchnerismo asume la tesitura de “desensillar hasta que aclare”, apostando a que los libertarianos caigan por su propio peso, inesperada pero afortunadamente, ante rumores de no pagar el aguinaldo, la CGT manifestó que no dará “ni un paso atrás” en la defensa de los derechos vigentes. De más está decir - además - que ya se advierte un promisorio estado asambleario en la mayor parte de los gremios potencialmente afectados por las futuras medidas privatizadoras. 

En tanto, el peronismo, sumamente golpeado, exhibe una polarización entre su versión liberal cordobesa y la otra más progresista, ahora confinada al conurbano bonaerense.

Por su parte, ratificando una metodología de lucha que no ha venido dando los resultados esperados, el Frente de Lucha Piquetero anunció su primera movilización contra el gobierno de Milei para el 19 y 20 de diciembre, en homenaje a las jornadas del 2001 y con un paquete de reclamos como el pago del aguinaldo social y un aumento en el monto del Potenciar Trabajo. Los movimientos ratificaron que seguirán haciendo marchas y acampes como modo de reclamo, a pesar de las advertencias sobre la represión esbozadas por el presidente electo en varios reportajes.

En conclusión, a estas horas Argentina enfrenta una circunstancia en la que los herederos de aquel patriciado que durante la segunda mitad del Siglo XIX escribió nuestra Carta Magna con la sangre del gaucho alzado y el indio del malón, cuatro décadas después del rediseño de este país a cargo de una dictadura genocida, buscan coronar semejantes ideales amenazando con entregar el territorio nacional a los dueños del mundo. 

Dada la inoperancia de la dirigencia política durante ese prolongado ciclo constitucional próximo a cumplir su cuadragésimo aniversario ni más ni menos que en el Día Internacional de los Derechos Humanos - circunstancia a la que arribamos con un índice de 7 de 10 argentinxs insatisfechxs con la democracia -, aunque a los sectores bien pensantes les suene pasado de moda, más que nunca parecería que solo un proyecto verdaderamente revolucionario de nuevo cuño estaría en condiciones de reencauzar al país en la senda que a su modo  soñaron Moreno, Castelli, Monteagudo, Belgrano, San Martin, Güemes, Juana Azurduy, Rosas, Irigoyen, Ugarte, Evita, el Che, Santucho, los Montoneros, y los nuevos movimientos sociales surgidos al calor del Argentinazo de 2001: Esa es la “nueva” canción que nos toca componer. Cualquier otra será cover de algún tema trillado hasta saturar. 

Hay 46.884.895 argentinxs en el país y el mundo. 32.330.335 de ellxs no votaron por Milei. Ánimo entonces: Es un dato alentador a la hora de hacerle frente. - 

 

JORGE FALCONE


lunes, 20 de noviembre de 2023

La Argentina menos pensada

UNA DEMOCRACIA DEGRADADA

NO DEBE EMPOBRECER NUESTRAS UTOPÍAS

“La Patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”.

Evita


A la luz del resultado electoral, sería interesante que la Argentina bien pensante reconsiderara quién ganó el último debate presidencial. Porque acaba de quedar palmariamente demostrado que ni el aplomo ni las promesas ni los derechos humanos pueden contra la hambruna de las mayorías.

Efectivamente, para buena parte del electorado - fundamentalmente joven - que vio materializarse su deseo, ganó un argentino tan harto como ellxs, no un político de carrera de los que, a lo largo de las últimas cuatro décadas, nos trajeron hasta este miserable desenlace.

Algo más: Entre ellxs hay muchxs peronistas que no están dispuestxs a tolerar que su gobierno culmine sin pena ni gloria, superando el 42% de pobreza. 

De modo que un sujeto plebeyo y desahuciado le ha dicho basta a los cantos de sirena de la corrección política, al costo de ponerse la soga al cuello. De esa masa crítica, en el peor de los casos, se reclutará mano de obra para integrar futuros grupos de choque de carácter faccioso, y en el mejor de los casos, un piberío frustrado capaz de canalizar su furia a través de las rebeliones por venir. 

Pero no debiera pasarse por alto en un balance provisorio de los acontecimientos, que el votante promedio de Javier Milei, mayormente despolitizado, no decidió plebiscitar a la dictadura ni a la dolarización, sino castigar a esa partidocracia que no fue capaz ni de acercarse a la Justicia Social, y de la que - paradojalmente - el presidente electo exime a Carlos Saúl Menem.

No por repetido es menos cierto: el gran ganador de la contienda es Mauricio Macri, quien después de pulverizar a Juntxs por el Cambio se apresta a inaugurar tropa nueva, mediando para que la gestión que ha de inaugurarse el 10 de diciembre, más que hacia la motosierra, se incline hacia su Segundo Tiempo. 

Se sabe que esta no era la apuesta del "círculo rojo"... pero esos sectores siempre caen parados. Buena parte de las fuerzas políticas - como ocurrió durante la dictadura - aportará funcionarios al vencedor. Habrá que ver cómo juega de aquí en más la cúpula de la central obrera, que nunca plantó cara ante el gobierno del PRO.

No obstante, si algo podría asegurarse ante los dilemas que en estas horas se acumulan, es que se avecina un nuevo ciclo de resistencias, no tanto por lo que implica la instalación del negacionismo en el vértice del Estado como por algo mucho más grave, consistente en la posibilidad de cancelación de deuda con la cesión de territorio nacional soberano.

Corresponderá pues al pobrerío organizado garantizarse a sí mismo - mediante huertas comunitarias o proveedurías populares - el derecho a COMER, disputar la necesidad de EXISTIR públicamente armando redes de comunicación horizontal con los medios barriales, y asumir el deber de PELEAR COLECTIVAMENTE junto a todxs aquellxs compatriotas que - hayan apostado por la oportunidad histórica que acaba de dilapidarse o bien mantenido un perfil crítico - se opongan a padecer un proceso de disgregación nacional motorizado por el gran capital financiero trasnacional.-

 

JORGE FALCONE

 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

SE VOTA “…COMO SI FUERA ESTA NOCHE LA ÚLTIMA VEZ” 

“En el marco de la temática de la “indigencia mediática”, aunque el Digital News Report 2023 no lo conceptualiza de esta forma, reconoce que la cantidad de gente que evita regularmente (o a veces) leer noticias permanece cerca de máximos históricos: un 36% del total relevado. Y constata que este grupo se divide en dos: por una parte, quienes procuran evitar periódicamente todas las fuentes de noticias y, por el otro, quienes tratan de restringir específicamente el consumo de noticias sobre ciertos temas o en determinados momentos (…) El informe también muestra como tendencia que Facebook, a pesar de haber perdido usuarios, se sostiene como una de las redes más utilizadas, pero que su influencia sobre el periodismo disminuye a medida que aleja su foco de las noticias. Además, que se enfrenta con nuevos retos de plataformas establecidas, como YouTube, y otras dinámicas y enfocadas principalmente en la juventud, como TikTok. Esta última, una red de propiedad china, llega al 44% de las personas de 18 a 24 años en todos los mercados y representa el 20% de la fuente de información. Su crecimiento más rápido se registra en zonas de Asia-Pacífico, África y América Latina”.

Sergio Ferrari,

para La Pluma.net

Los nuevos hábitos juveniles interpelan y desafían los medios tradicionales.
Nuevos medios de abajo, alternativa a la indigencia mediática de arriba”.

 

Advertencia al lector y la lectora: Ojalá contemos con la amplitud de criterio suficiente para entendernos y respetar el punto de vista de quien, en todo su derecho y al cabo de 40 años de vigencia de un orden constitucional que nos ha llevado de mal en peor - sin obviar la complejidad de la encrucijada política que enfrentamos, y atinadamente o no -, hace el esfuerzo de pensar por encima de la inminente coyuntura electoral. Dicho esto, Nunca Milei.

 

Quienes hemos seguido atentamente y con sumo interés los acalorados debates producidos en este último tramo de campaña ante una sociedad partida (y que va tomando partido), entre lxs candidatxs a vice y los candidatos a presidente, y hacemos el esfuerzo de no leerlos sesgadamente desde ninguna de las facciones en pugna, sino más bien apelando a cierta cuota de pensamiento crítico, advertimos que el estilo confrontativo de la candidata a vice por la Libertad Avanza - una agresiva Victoria Villaruel - perforó más de una vez la línea de flotación del candidato a vice de Unión por la Patria - un deslucido Agustín Rossi -, mientras que, por el contrario, la templanza y solvencia argumentativa de Sergio Massa puso contra las sogas en más de una ocasión al esperpéntico y balbuceante Javier Milei. 

Sin entrar en detalles finos (de los que la prensa hegemónica se ha venido ocupando en abundancia durante las últimas horas), destacaremos que, a nuestro modesto entender, en el candidato a presidente anarco “libertario” reside la novedad y el carisma despolitizador que conquistó a una amplia franja juvenil mayoritariamente masculina, con educación secundaria incompleta, y harta de “chamuyo flaco”; y en su candidata  a vice descansa la misión de librar una batalla cultural que, cimentada sobre franjas sociales medias que oportunamente  brindaron apoyo tácito al Proceso de Reorganización Nacional en nombre de la seguridad y el orden, pretende retrotraer el sentido común conquistado durante las últimas cuatro décadas hasta restaurar el que rigió durante los “años de plomo”, solo que ya no secuestrando, torturando, y arrojando gente viva al mar (como recuerdan las víctimas sobrevivientes o sus parientes en recientes arengas producidas en distintas líneas del subterráneo porteño), sino apelando al mecanismo que sustenta a estas democracias de bajísima intensidad: el voto popular obligatorio. 

A grandes rasgos, se nos ocurre pensar que, si efectivamente hay componentes neofascistas en esa fuerza de ultraderecha, el primer término de su fórmula admitiría una antojadiza comparación con el grotesco militar falangista Millán Astray, que en los albores de la Guerra Civil Española gritó su famoso “¡Viva la Muerte!”, ante las narices de Don Miguel de Unamuno, por entonces Rector de la Universidad de Salamanca; mientras que el segundo término de la misma podría asimilarse a la talentosa apologista del nazismo Leni Riefensthal, autora de los célebres documentales El Triunfo de la Voluntad (1935) y Olimpia (1938) - el primero de los cuales exalta las dotes de Adolfo Hitler, y el segundo reivindica la pureza de la raza aria -, quien interpelada por varios tribunales internacionales, siempre sostuvo que no tuvo nada que ver con las cámaras de gas. 

Trágicamente, aunque exista una significativa masa crítica de compatriotas que todos los 24 de marzo hace honor a la Memoria, la Verdad y la Justicia, no constituye ningún secreto que esta democracia de la derrota (Alejandro Horowicz dixit) cuenta con una cantidad de muertxs por el gatillo fácil, el narco, la trata, o las crónicas fumigaciones del agronegocio, en condiciones de competir con la cifra de detenidxs - desaparecidxs que esgrimen los organismos de DDHH, aunque no así con la misma consideración de la que disponen quienes fueron represaliadxs durante los años 70 defendiendo una causa noble. Y este dato, aunque duela, es un parte aguas que debe considerarse a la hora de entrar al debate en pro de un memorialismo que se proponga ampliar consensos, toda vez que, bajo regímenes de facto o democráticos, el capitalismo extermina a lxs insumisxs o a quienes arroja fuera de su cadena de explotación. 

No obstante, si en el vértice de la pirámide discursiva en debate figuran temas tan irritativos y controversiales como los abordados hasta aquí, es igualmente cierto que en su base subyace el más importante, referido a la matriz productiva vigente de acumulación por desposesión, a profundizar o transformar. Y ahí, si bien la composición económica de los poderes que acompañan a cada candidato exhibe diferencias considerables, puede decirse que, en este punto, prácticamente, “entre bueyes no hay cornada”.

Efectivamente, al margen de lo que decida hacer con ese dato, buena parte de la opinión pública está al tanto de que Massa es un hijo dilecto de la Casa Blanca y se mueve como pez en el agua en el mundo empresario. Lo que tal vez aún no es tan de dominio público es que a Milei lo sostienen importantes fondos de inversión que integran el capitalismo financiero transnacional del Siglo XXI, furibundo enemigo de los Estados nacionales. Y este pintoresco personaje que viene incrementando de modo exponencial la producción de memes en redes sociales es ni más ni menos que la vía de ingreso de tales intereses, dispuestos a dominar la República Argentina en el marco de una crisis civilizatoria que ha puesto al mundo en emergencia climática y alimentaria, ya que el Norte Global bien sabe las riquezas que nuestro territorio alberga en ese último rubro. 

En conclusión, recorremos el último tramo de la resolución de una disyuntiva que traerá significativas consecuencias para nuestro país, dado que - entre otras cosas -, gane quien gane, la semana entrante al presidente electo lo esperará el Fondo Monetario Internacional con servilleta al cuello, cuchillo y tenedor en mano. Y su menú predilecto es el bienestar de los pueblos.

Las humildes tribunas de la comunicación popular no pueden aportar mucho más que señales de alerta para quienes se dignen a consultarlas y brindarles algún crédito.

Sin embargo, sería menester que, superado el fragor de la contienda en curso, esa mayoría de votantes jóvenes - algunxs de  estreno -, ya sea que viva de rentas de una década supuestamente ganada o su hartazgo la haya arrastrado  a la suposición de que “todxs lxs políticxs son lo mismo”, aliviada de semejantes urgencias, se detenga a reflexionar cómo fue posible que “el granero del mundo”, el país que nos dio a Evita, el Che, Los Redondos, el Diego, o el Papa Francisco, en esta crítica encrucijada de la Historia se haya visto en la disyuntiva de optar casi con una pistola sobre su cabeza entre dos candidatos como estos.

Sería un buen comienzo para poner las barbas en remojo e intentar devolverle a la política la insoslayable misión de hacer feliz al pueblo. -

 

JORGE FALCONE 

miércoles, 8 de noviembre de 2023

40 AÑOS VOTANDO CON HAMBRE

REINVENTAR LA DEMOCRACIA

DESDE EL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO

Mientras en Oriente Medio el sionismo gendarme de los yankis produce alrededor de 10.320 muertxs (entre ellxs 4.237 niñxs), un millón y medio de palestinxs desplazadxs, y un funcionario israelí propone eliminar la Franja de Gaza arrojando una bomba atómica, en tanto en el próximo mes de diciembre se conmemora el centésimo aniversario de la Doctrina Monroe que dio fama a la consigna “América for americans”, la misma que el Imperio procura revitalizar para frenar el avance de la Ruta de la Seda, en Argentina disputan la presidencia de la Nación dos candidatos identificados en diverso grado con las políticas del Norte Global. Por su parte, montado sobre la tracción de gobernadores e intendentes, más el decisivo apoyo de la provincia de Buenos Aires - y a contrapelo de la crítica situación económica -, Sergio Tomás Massa llega competitivo a un ballotage cuyo resultado no está en condiciones de arriesgar ninguna consultora. La soledad y despojo de simbología partidaria que exhibió desde el bunker en que habló tras el triunfo en primera vuelta enfatiza desde un discurso no verbal que, de triunfar, él no dependerá de la decisión de terceros, y que, aún emergiendo del riñón de una gestión fracasada, no compartirá su eventual victoria con lxs invitadxs de Fabiola Yáñez al cumpleaños que celebró durante la cuarentena, ni con amigxs o conocidxs de Insaurralde, ni con mentores de “Chocolate” Rigau. Porque él es otra cosa y no más de lo mismo. “El 10 de diciembre empieza mi gobierno y las decisiones las tomo yo”, afirma en consecuencia, agregando que “hay que terminar la etapa de emergencia y pasar a la etapa del trabajo”. El anuncio del FMI acerca de que investigará la deuda contraída por Mauricio Macri parecería indicar que el destino le sonríe, aunque las últimas encuestas lo muestren peleando voto a voto con su contrincante. Puede que el debate entre ambos candidatos y la correcta fiscalización del escrutinio contribuyan a definir el resultado final.


“No solo mudó la relación capital trabajo, sino que también lo hizo la función asumida por el Estado con las privatizaciones y desregulaciones como bandera, y claro, la apertura al extranjero supuso la concentración y centralización de una inserción en la dinámica de internacionalización productiva y transnacionalización del capital. Todo mediado por la lógica de la especulación y la deuda pública, favorecida por una legislación y política financiera como máximo logro según pontificara el ministro emblemático de la dictadura, Martínez de Hoz. Las derechas asumen el proyecto de máxima del capital, por eso pretenden avanzar sobre los derechos laborales y de jubilación, los de género o sociales, tales como la educación o la salud pública. El motor de las derechas es la libertad de explotación y saqueo. No es una especificidad local, sino global, que convoca a poner un freno a esa ofensiva y recrear condiciones de lucha para retomar un proyecto político orientado a la emancipación social”. 

Julio Gambina

Doctor en Ciencias Sociales, UBA. Profesor de Economía Política, UNR. Integra la Junta Directiva de la Sociedad Latinoamericana y caribeña de Economía Política y Pensamiento Crítico, SEPLA.

  

El tránsito entre un capitalismo productivo y uno financiero, entre el paradigma metalmecánico y el telemático, entre sociedades del disciplinamiento y sociedades del control, ha impactado sobre la vida cotidiana de la gente produciendo cambios radicales en sus hábitos y costumbres. 

Uno sumamente significativo es el acelerado proceso de individuación fomentado por las redes sociales como promotoras de hedonismo, que mucho ha contribuido a que la experiencia personal prevalezca sobre la comunitaria. 

A su vez, bajo el imperio de la fugacidad y lo efímero, la aparición en Spotify de un tema musical de alto impacto sustrae de la lectura al bibliófilo más empeñoso, generando el hábito de saltar de un consumo a otro sin profundizar sobre ninguno, con la consecuente mengua de sentido crítico en la interpretación de la realidad.

En las redes se concentran pasado, presente y futuro, constituyendo un giro copernicano en la cultura, cuya consecuencia es un usuario cada vez más conectado, y a la vez más solo.

Esa ilusión de libre albedrío ha producido una mengua notable en la valoración de lo institucional, incluso en un país corporativo como el nuestro, que mantiene fuertes asociaciones empresarias y sindicales. 

La política ha quedado en el centro de este cambio antropológico: En la Era de Internet no hay electorados cautivos, y los que existen deciden su voto incluso antes de entrar al cuarto oscuro.

A propósito de ello, ningún/a nativx de la primera mitad del Siglo XX hubiera  imaginado entonces que en el siglo siguiente pudieran ser influyentes a nivel electoral las denominadas tribus urbanas, pero hoy es altamente probable que lxs swifties (seguidorxs de Taylor Swift, mayoritariamente femeninxs) voten contra la misoginia del candidato anarco libertario, así como que lxs otakus (cultores del cómic nipón) lo hagan contra la dolarización, dado que esta incrementaría el costo de los mangas - las publicaciones que consumen - en las comiquerías. Hay que creer o reventar entonces que el mundo conocido viene cambiando vertiginosamente. 

Preguntémonos, sin ir más lejos, quién lee hoy plataformas electorales. Las campañas se reducen a lo más expeditivo: “¿Cuánto preferís pagar el transporte: 50 o 1000$?”. Punto. 

No obstante, es pertinente preguntarse si, de la motosierra de Milei a la soledad de Massa en su podio de vencedor en primera vuelta, con lo meramente gestual alcanza para conquistar el favor de la gente. 

Lógicamente, estos interrogantes no involucran solamente a la política tradicional. A primera vista, parecería que hasta el Socialismo del Siglo XXI sigue hablándole a la Sociedad del Siglo XX, cuando la actual, producto de la posmodernidad, se muestra mucho más desideologizada que la que conocimos los adultos mayores. 

¿Habría que considerar, en consecuencia, que la utopía de la Justicia Social ha cedido terreno ante el principio del placer inmediato? 

Hoy parecen campear en el mundo una derecha carismática integrada por celebritys y una izquierda tediosa condicionada por lo programático a no dar con el interlocutor más receptivo. 

En tanto, todo indica que al pobrerío lo moviliza mucho más un regalo para el Día del Niño que pronunciarse contra la guerra en Eurasia. Si este cuadro de situación tiene asidero, para la militancia popular la tarea de la hora debería ser ocuparse de reconstruir desde sus cimientos la materialidad de una vida digna, lo cual no tiene NADA que ver con multiplicar merenderos u ollas populares. El tiempo de los paliativos - por arriba planes sociales y por abajo copas de leche - se agotó. Resulta vital y urgente inventar trabajo sin patrón. 

Cuando las viejas teorías caducan corresponde renovar las prácticas, que a la vez acarrearán nuevas teorizaciones. De un tiempo a esta parte, en Nuestra América parece más asequible que asaltar el Palacio de Invierno construir una federación de comunidades autogestivas capaces de garantizar condiciones de existencia deseables, hasta que un ineludible acontecimiento disruptivo traduzca la vocación popular mayoritaria de vivir como humanos, y contribuya a conquistar una Asamblea Plurinacional Constituyente capaz de refundar el orden imperante a partir de sus nuevxs actorxs sociales, enterrando en el pasado a la dirigencia política venal y rentista que nos trajo hasta este desastre.- 


A la memoria del Amauta Enrique Domingo Dussel Ambrosini (1934 - 2023)


JORGE FALCONE

 


miércoles, 1 de noviembre de 2023

El camino hacia el colapso de una sociedad escarmentada

LA LIBERTAD DE ELEGIR LA INTENSIDAD DEL AJUSTE 

Cuando todo parecía avanzar hacia el pandemónium, gran parte de lxs argentinxs reaccionó contra la amenaza de restricción a la democracia. Es un buen síntoma. Sin embargo, cuatro décadas de degradación del orden constitucional nos enfrentan a una encerrona que coloca al electorado en el lugar de verdadero rehén del statu quo liberal burgués, viéndose condicionado a votar con temor y en defensa propia. Mucho para debatir, por ende, en torno al país que deseamos y nos merecemos. En tal contexto, si algo indica la cordura, es no votar a Milei. 


“Arreglémonos con poco:

Pongámosle un poco de poder a la imaginación”.

 

Alejandro Horowicz 

 

A punto de elegir quién presidirá la Argentina durante los próximos cuatro años, buena parte de la sociedad continúa pellizcándose para convencerse de que el ministro de una economía desmadrada y agobiante (3% de aumento para la nafta, 20 % para la carne, 4,3% de depreciación salarial durante agosto), Primer Mandatario ad hoc por ausencia sin aviso del verdadero, y candidato al fin con improbables posibilidades de imponerse ante el “tsunamilei”… le haya sacado alrededor de 7 puntos al dirigente anarco-libertario, y de que - ante el beneplácito de un poder económico que deposita en él toda su expectativa de hacer grandes negocios - esté logrando alinear los planetas para que en segunda vuelta el viento sople a su favor.

En este insólito escenario que muy pocxs entrevieron, Milei pasó a considerar "excelentes personas" destacadas en lo suyo, hasta a la candidata que oportunamente acusó de poner bombas en jardines de infantes. Al "ingeniero Mauricio Macri" lo venía ponderando abiertamente. La nueva galería de admirados se fue ampliando vertiginosamente: "Tengo un afecto enorme sobre Federico Sturzenegger, me parece un ser humano maravilloso, uno de los mejores economistas de Argentina con nivel internacional". "Tengo una excelente relación con Waldo (Wolff), soy amigo". "Con (Florencio) Randazzo tengo una excelente relación, tenemos muy cerca las bancas". Compitiendo con el cantante brasileño Roberto Carlos, el referente de La Libertad Avanza ha transitado de una soledad rugiente a canturrear que tiene “un millón de amigos”.

"A los de izquierda los llamamos para nuestro ministerio de Capital Humano, porque son los que más saben", manifestó en alusión a lxs otrora “zurdos, van a correr”. Si alguna vez se le ocurrió, desistió de suspender relaciones con el Vaticano, y en alusión a quien calificara como “representante de El Maligno en la Tierra”, declaró: "Si viene el Papa lo vamos a reconocer no sólo con los honores como jefe de Estado, sino también como líder espiritual de un país católico". 

En tren de transformaciones, hasta se hizo hincha de Boca nuevamente, y aspira a que el club gane la Libertadores, después de haber contado que dejó de ser hincha xeneize tras la vuelta de Riquelme, por considerarlo "un acto de populismo".

La metamorfosis del león en gatito llevó, por ejemplo, a que la diputada provincial libertaria electa en Entre Ríos, Liliana Salinas - que pidió a sus dirigentes no acordar con el PRO - haya denunciado un "manoseo escandaloso donde se pasaron por el rábano lo que se ha defendido a capa y espada", a raíz de lo cual   generará un bloque propio. 

Así, de buenas a primeras, el drama argento se transformó en tragicomedia. 

En el seno de la coalición opositora al oficialismo, no tardó en cundir la acusación a Macri de "tóxico" y "parricida", al cabo de las declaraciones de Federico Angelini, el saliente titular interino del partido y hombre de línea directa con el ex presidente: El kirchnerismo es un límite y dar libertad de acción no sería adecuado”, se apresuró a declarar.  

Muchxs cambiemitas ven allí la cola del propio Macri marcándole la cancha a su espacio. 

En tanto, prospera el entendimiento entre Milei y el ingeniero, contando con el aval de Patricia Bullrich, cuya incontinencia verbal - exacerbada por ser la gran perdedora de la troupe neoliberal - acaba de expresar el deseo de que "todo vuele por los aires" antes de los próximos comicios, sincerando así el sentimiento colectivo del sector ante un panorama que no pinta de su agrado. 

En tal sintonía, Waldo Wolff hizo pública su decisión de acompañar a Milei.

Aunque también se alzan voces disonantes al interior de lxs amarillxs, que amenazan con partirse. Por lo pronto, la Coalición Cívica fue categórica: "No votaremos por ninguna de las dos opciones que competirán en el ballotage". 

Algunxs dirigentes del radicalismo sumaron su rechazo a una posible alianza: Facundo Suárez Lastra habló de "una derecha fanática, agresiva y autoritaria". Federico Storani directamente lo calificó de "fascista". Su hermana María Luisa, vicepresidenta de la UCR, desde un rol siempre de oposición” planteó en su partido “apoyar a Massa” en segunda vuelta. 

Hasta el momento, Milei se ocupó de excluir a Gerardo Morales de su variopinta cosecha de nuevas amistades. "No, en Jujuy tenemos denuncias de que gente de Morales mandó a destruir nuestras boletas", declaró consultado si también haría una alianza con el presidente del Comité Nacional de la UCR.  

Curiosa acusación, si se considera que Jujuy fue una de las provincias donde La Libertad Avanza hizo una buena elección, obteniendo el 37,4 por ciento de los votos, aventajando a Unión por la Patria, que sacó el 32,3, y dejando tercero a Juntos por el Cambio que solo obtuvo el 19,9 por ciento. 

Desde el corazón de los libertarians, Mario Russo, ex jefe de campaña de Milei, analizó los errores y aciertos del candidato de La Libertad Avanza, concluyendo que el voto de Bullrich es profundamente antikirchnerista, pero el 30% de esos votos no van a ir para Milei, y dando por hecho que una parte del voto radical va a ir para Sergio Massa 

Por su parte, el león desmelenado llamó "fracasado hiperinflacionario" al ex presidente Raúl Alfonsín y también reveló que su terapia es pegarle a un muñeco con la cara del fallecido mandatario. 

A tales exabruptos verbales sumó calificar como "traidores" a los radicales, al considerar que los votos que perdió Bullrich eran de la UCR y fueron para Massa.

En consecuencia, el Comité Nacional del partido centenario anunció que “no acompañará a ninguno de los dos candidatos en el ballotage del próximo 19 de noviembre”.

Su titular, Gerardo Morales - cuyo nombre circula como posible futuro Ministro del Interior de Massa (¿premio por haber sofocado con tanta eficacia el Jujeñazo?) -, declaró que “lo que hizo Patricia (Bullrich) es una falta de respeto hacia nosotros, que no perdonamos”, en alusión al anuncio de la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio de apoyar a Javier Milei en segunda vuelta.

A su debido tiempo, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que obtuvo casi 1,8 millón de votos en las presidenciales, decidió mantenerse lejos de la crisis terminal en la que se metió Juntos por el Cambio por el apoyo a Milei en el ballotage, y antes de emprender un viaje de diez días por Medio Oriente y Europa, manifestó que seguirá siendo prescindente entre Sergio Massa y el libertario. 

Recapitulando, al indicador más confiable del “humor social” lo han proporcionado los mercados. Incierto es peor que malo: con esa definición, especialistas y peso pesados de la economía inclinaron la balanza en favor de Massa, con apuestas que llegan a techos de 80/20 y pisos de 60/40, para el candidato oficialista en el ballotage, contra el libertario. Ante dicho escenario, el desarme de la dolarización de activos financieros tocó un techo del 25% en las primeras jornadas bursátiles post electorales y promete estabilizar el panorama para dejarle las “manos sueltas” al ministro de Economía, de cara a la campaña política. 

Si bien nadie quiere animarse a una sentencia e, incluso, en el quinto piso del Palacio de Hacienda rehúyen a esa definición tajante, el mercado ve presidente a Massa. El escenario trazado, sin embargo, no es el más alentador, ya que algunos analistas locales e internacionales pronosticaron una continuidad de los desequilibrios financieros y fiscales hasta el fin de las elecciones; y, de ganar Massa, también el sostenimiento del Estado elefantiásico “para evitar las reformas laborales, impositivas y comerciales que necesitan los negocios para las inversiones”, según palabras de los actores involucrados. 

Mientras, La Cámpora exhibe dos actitudes. De un lado, la de los pragmáticos, que planean aceptar estoicamente la cuota de poder que les toque y en todo caso replegarse en los intendentes y legisladores con que cuenta a lo largo del país, para conformar desde ahí un bloque dentro del peronismo. Máximo Kirchner, como principal referente de este sector, empujó resueltamente las candidaturas de Damián Selci en Hurlingham y Mayra Mendoza en Quilmes. 

Todo indica que el sector se apresta a transitar un período de bajo perfil, al cabo de varios años de fijar los ejes de la discusión política en el país, y de ser quienes en las reuniones “cortaban el bacalao”.

Sin ir más lejos, el propio kirchnerismo comienza a admitir que la épica de la supuesta “Década Ganada” ya no prende como antes, dado que la sociedad está en otra discusión. 

Como es de público conocimiento, La Cámpora ya se había partido durante el mandato de Alberto Fernández, dado que Andrés Larroque, que apoyó fuertemente a Massa contra el experimento de Grabois, lanzó su propia agrupación denominada "La Patria es el Otro". 

“El Cuervo” jugará un rol destacado en la próxima etapa, si Massa gana las presidenciales. Para la primera vuelta, por caso, él fue quien acercó a la Iglesia, espantada frente a la campaña de Milei contra el Papa Francisco.

En resumidas cuentas, se imponga el candidato que se imponga, cualquier lector/a no condescendiente de la realidad nacional deberá estar conteste de lo que nos espera a partir del 10 de diciembre, ya que abundan evidencias de que nuestro país no tiene destino si no corta con su dependencia del FMI.

Así, mientras la guerra en Eurasia se prolonga indefinidamente acarreando consecuencias - sobre todo alimentarias - en todo el orbe, y se torna cada vez más dramático el holocausto provocado por el sionismo en Palestina, aunque sobra vocación patriótica, aún no aparece en nuestro vapuleado país una masa crítica capaz de diferenciarse de la media de los sectores que componen su vida pública, desplegando ejemplos imitables de reproducción de la materialidad de la vida de los sectores sociales más castigados, de cara a un futuro más promisorio.

Por momentos, el cuadro general recuerda la descripción lírica de la España de posguerra, a la que alguna vez apeló el poeta andaluz Antonio Machado: “Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda, la malherida España, de Carnaval vestida nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda, para que no acertara la mano con la herida”. -

 

JORGE FALCONE