viernes, 20 de noviembre de 2020

¿Hay vida después de la peste global?

EL LEMA “PRIMERO LOS ÚLTIMOS” TERMINÓ SIENDO 

UN BONO CONTRIBUCIÓN DE LOS DUEÑOS DEL PAÍS
















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En las horas que corren, Italia, Francia y el Estado Español atraviesan una nueva ola de contagios por COVID - 19, que se expande más rápido que a principios del corriente año. Semejante cuadro de situación confirma cuánto han contribuido a la desarticulación de políticas comunes los nacionalismos xenófobos que abroquelan a varios países del Viejo Continente

Para muchxs congéneres la llegada de la vacuna contra el coronavirus representa una luz al final del largo túnel que hemos venido atravesando durante casi todo el  2020, lo cual permite entrever con un poco más de nitidez el tan debatido mundo que nos aguarda en la post pandemia.

A lo largo de buena parte del Siglo XX la imagen de una fábrica con sus chimeneas humeantes era sinónimo de producción y progreso. En este presente signado por el tránsito del paradigma metalmecánico al telemático, y del capital productivo al financiero - crisis civilizatoria mediante -, la misma imagen despertaría la reacción más airada de una militancia socioambiental que viene creciendo exponencialmente.

En efecto, el incremento del efecto invernadero, la disminución de la biodiversidad, la alteración del ciclo de las aguas, y una imparable explosión demográfica que amenaza con agotar vertiginosamente las reservas planetarias colocan a la humanidad en una riesgosa encrucijada.

Al respecto, este cronista sostiene que Hollywood “profetiza” sobre hechos consumados. Tan es así que últimamente el cine de anticipación - ya sea por culpa o por indiferencia de sus mentores, que acaso se disponen a importar este modelo suicida a algún otro confín de la galaxia - no hace otra cosa que difundir contenidos sobre el inminente colapso global: “Greenland” (aerolitos penetran en la atmósfera devastando toda Florida en un santiamén), “A feral world” (un niño huérfano intenta sobrevivir junto a una mujer desconocida en un mundo post apocalíptico), “Blackout” (algo está acabando con la vida en el planeta y hay que averiguar qué es), “LX2048” (el sol se ha vuelto tan tóxico que las personas no pueden salir de sus casas y deben resignarse a una sociabilidad virtual), “Singularity” (un científico determina que el enemigo de la vida en el planeta es la humanidad y la destruye recurriendo a la inteligencia artificial), la lista sigue… Y todos estos son estrenos 2020. ¿Acaso se trata de una moda? No. Más bien ocurre que nunca como antes la ciencia está alcanzando peligrosamente a la ficción.  Y la dirigencia mundial no toma nota… o bien la tiene atada, y al cabo del banquete universal hará la sobremesa en otro lado dejándonos a cargo de los platos que ensuciaron.

 

2

Culmina un año difícil como pocos. Para muchxs argentinxs será recordado como el que nos arrebataron. Ante un gobierno que despertara grandes expectativas - aunque hasta ahora sus máximos “méritos” hayan sido la cuarentena más larga del mundo y la prórroga de una deuda ilegítima - el aliciente viene de allende esas  fronteras establecidas por conquistadores que impusieron la ley del “divide y reinarás”: Se trata, por citar un puñado de ejemplos, de la rebelión del pueblo peruano que inundando las calles le da el ultimátum a una democracia fraudulenta y perimida, de la arrolladora victoria electoral que proporciona una segunda oportunidad histórica a lxs hermanxs bolivianxs, y del plebiscito que sepultó la constitución pinochetista en Chile. Porque Nuestra América ha vuelto a ratificar que no vivimos en un continente de esclavos genuflexos. 

En tanto, la coalición que nos gobierna ha comenzado a insinuar lineamientos de lo que considera su horizonte político-económico estratégico. Cuando la apelación a las bondades del cuidado ante la emergencia sanitaria ya no alcanza y la renegociación de la deuda con los fondos buitres ha concluido, empieza a trazar el camino hacia una nueva espiral de la dependencia donde las respuestas a las demandas populares brillarán por su ausencia.

La gran recesión producto de la cuarentena ha dejado tierra arrasada: El primer semestre de 2020 el producto bruto interno (PBI) cayó un 12,5% en relación a 2019; desde comienzos de 2018, se ha reducido 18,8%. Así culmina una década de contracción e inestabilidad. Los números muestran la insuficiencia de las políticas de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP): aproximadamente el 40,9% de la población cayó por debajo de la línea de pobreza en la primera mitad del 2020, indicadores que afectan al ¡56,3% de lxs niñxs menores a 15 años! 

Sólo el capital monopólico transnacional, sobre todo los bancos y el sistema financiero, salió ganancioso: las entidades bancarias cobran del Banco Central de la República Argentina (BCRA) 4.772 millones de pesos cada 24 horas en concepto de intereses por las LELIQ y otros instrumentos. Consecuentemente, no hay recursos para atender las demandas urgentes de tierra para vivir y producir, pero en la primera mitad del año el Estado destinó al pago de intereses de la deuda pública casi el doble de lo que invirtió en Salud. Tal orientación traza un rumbo indisimulable. 

Así, el oficialismo se apresta a batallar en las PASO cerrando su primer ejercicio anual con grandes concesiones a lxs ricxs de toda riqueza y un notorio recrudecimiento de la violencia por parte del Estado. Si algo le sobra a esta Democracia Represora son ejemplos: Una insubordinación policial que desconoce a sus mandos naturales y ocupando el espacio público consigue lo que a diario se niega a lxs más desamparadxs, la aparición de una Mesa de Enlace castrense que reclama la intervención de las instituciones armadas en la vida pública del país, fuerzas de seguridad siempre listas para desalojar recuperaciones de tierra echando mano a gases y perdigonadas, al igual que en la dispersión del reclamo de los obreros de  Cresta Roja, o el violento intento de garantizar la zonificación minera en Chubut, gestos todos ellos de un gobierno que nos habla amablemente mientras defiende a sangre y fuego una matriz productiva basada en el agronegocio y el extractivismo.

El tan cacareado “impuesto” a la riqueza, tardío y escaso, resulta puro maquillaje, ya que, al tiempo que se pide un diezmo irrepetible a lxs dueñxs de todo, se aprueba un presupuesto que ajusta el cinto a lxs más necesitadxs y favorece a lxs potentadxs. El acuerdo entre Fernández y Massa legaliza la caída del poder adquisitivo del 15 % anual (mínimo)  todos los años para el 2020 / 2023. Medida que va acompañada, en simultáneo, con la  eliminación del IFE para nueve millones de beneficiarios. 

El publicitado gravamen, lejos de utilizarse para saldar aunque más no sea en parte la deuda social, tal y como lo dice su artículo 5º, destinará el 25 % de lo recaudado  a “exploración, desarrollo y producción de gas natural” a través de IEASA e YPF, la sociedad anónima con mayoría estatal pero un 49 % de accionistas privados, incluyendo especuladores globales acreedores de la deuda argentina como Black Rock. 

Ello recicla la opción favorable a la energía fósil, sobre todo el fracking en Vaca Muerta, que desde hace 7 años funciona exclusivamente con millonarios subsidios del Estado, en tanto contamina millones de litros de agua por pozo con químicos altamente tóxicos y atropella los derechos territoriales de los pueblos originarios.

 

3 

Desde que se utiliza el método de fractura hidráulica, se comenzaron a producir movimientos sísmicos centrados en la zona de Sauzal Bonito y Añelo, donde nunca habían ocurrido. 

Así, el ente estatal de hidrocarburos funciona como otra multinacional, dado que, profundizando la herencia de la gestión anterior, obtuvo beneficios favorables a los Capitanes de la Industria petrolera, consistentes en un nuevo acuerdo de flexibilización laboral.  

Por otra parte, no opera solo, sino que explota sus yacimientos conjuntamente con multinacionales como Chevron. 

En tal contexto, y con absoluta desfachatez, las autoridades nacionales convocaron a la comunidad científica para “estimar” el contenido de agrotóxicos en suelos, agua, aire y organismos biológicos, en un acting presentado como punto de partida para la “producción sustentable”, pero la iniciativa se produce veinte años después de haberse aprobado el primer transgénico con uso de glifosato.

Entre los antecedentes de su mentor, el Ministro de Ciencia Roberto Salvarezza, figura haber hostigado al científico Andrés Carrasco por sus posiciones críticas frente el glifosato, muy a pesar de que madres de pueblos fumigados, organizaciones socioambientales y campesinos hayan venido dando cuenta desde hace tiempo de las funestas consecuencias de su utilización.

El anuncio oficial, secundado por el titular de Agricultura Luis Basterra, el de Ambiente Juan Cabandié, y la titular de la Unidad de Gabinete de Asesores del Ministerio de Ciencia Carolina Vera, fundamentado para “ultimar detalles acerca del Inventario de Uso de Agroquímicos” llega dramáticamente tarde, cuando hacerse eco de las incontables alarmas de los últimos años hubiera permitido  salvar muchas vidas. 

Penosamente, debemos concluir que, desde la recuperación del orden constitucional a esta parte, y con distintos matices, el peronismo - otrora “hecho maldito del país burgués” -, ha devenido en domador de rebeldías populares, convirtiéndose en el Partido del Poder, garante de la gobernabilidad burguesa.

Y, si prolifera una dirigencia social indispuesta a sintonizar con las revueltas que vienen multiplicándose en el resto de Nuestra América en pos de Asambleas Constituyentes que cambien drásticamente nuestra suerte… nuestra alternativa electoral 2023 será Massa o Larreta, y la calesita demoliberal continuará girando.

Pero este pueblo traicionado una y mil veces ha demostrado en incontables oportunidades su capacidad para encontrar el camino que tarde o temprano  permita poner en valor el patrimonio de sus mejores luchas y programas.-

 

JORGE FALCONE

 

 

martes, 10 de noviembre de 2020

En tanto la América Profunda se despereza

ARGENTINA VA CERRANDO OTRO AÑO 

CON LA JUSTICIA SOCIAL PENDIENTE















“Son  y  serán  tiempos  difíciles.  Debemos  mantener  los  ojos  y  los  oídos  bien  abiertos y  estar  alertas.    Si  hemos  abrazado  las    banderas  antiimperialistas  y  anticolonialistas  con  nuestra  conciencia,  nuestra sangre,  nuestro cuerpo,  nuestro  corazón  y  nuestra  alma,  es  nuestro  deber  llevarlas  siempre  en  alto,  traspasarlas  a  las  nuevas  generaciones  y  bajar  a  nuestra  tumba  envueltos/as  en  ellas. (…)  Debemos  saber  que  más  temprano  que  tarde  EE  UU  y  quienes  le  obedecen   beberán  el  cáliz  final  de  la  derrota  y  sólo  serán  una  hoja  más  en  la  tormenta.  Esto  nos  debe  dar  más  fuerzas  para  continuar  nuestra  lucha”. 

Prof.  Elsa  M.  Bruzzone,

“Joe Biden: El mismo perro con distinto collar”

  

Mientras analiza el orbe desde un pensamiento global, la inteligencia del Imperialismo fomenta que los países periféricos lo hagamos desde un pensamiento local. Por eso mismo desde un horizonte emancipador se impone revisar el damero internacional holísticamente y con perspectiva geopolítica.

Si la guerra comercial de los pool farmacéuticos redundara - como pocas veces ocurre - en un alivio de la emergencia sanitaria de cara a 2021, asistiremos a un escenario post pandemia de desmoronamiento del orden unipolar en favor de otro tripolar (EEUU, China, Federación Rusa), aunque continúe madurando en el Sur Global el anhelo de vivir en un mundo ceropolar.

Muy a pesar de que al capital financiero trasnacional ya no le interesen los Estados-Nación, ese continúa siendo un espacio de referencia para la lucha de los pueblos, en su tránsito del poder constituido al poder constituyente.

El año que nos arrebató la pandemia va llegando a su término con algunos indicadores que permiten intuir el escenario en que nos encontrará el próximo. Por lo pronto, el gobierno de los EEUU pasó de manos del constructor del “Muro de la Vergüenza” a las de un conspicuo intervencionista en los asuntos de Medio Oriente, mientras el poder real continúa intocado. Es de prever, por ende, que la tensión Norte / Sur no se alivie demasiado.

En Nuestra América, la multitudinaria asunción del nuevo presidente boliviano fue precedida por un artero atentado contra su integridad física, lo que permite inferir que el secesionismo cruceño, derrotado en las urnas, continuará intentando erosionar al Estado Plurinacional. Lo cierto es que el hermano país andino ha conquistado una nueva oportunidad histórica para revisar los errores y limitaciones de sus períodos anteriores, consciente de que las Revoluciones de Colores que propicia el Gran País del Norte se producen por implosión de los Estados democráticos, y de que una Revolución Popular resulta exitosa cuando consigue construir un discurso capaz de demoler los prejuicios de la época. Ese es el enorme desafío que de cara al futuro inmediato se le presenta a esta fórmula del MAS que, invirtiendo los términos de la anterior, concentra en el Vicepresidente  toda la potencia del factor autóctono.

Mientras, la revuelta chilena sigue en alza sin dejarse distraer por el rotundo resultado del reciente plebiscito que arrojó al basurero de la Historia a la constitución pinochetista. 

El gobierno argentino, por su parte, alentado por la baja del dólar y el inminente arribo de la vacuna rusa, parecería poner proa a las elecciones de medio término  - discutidas por varios gobernadores -  algo más desembarazado  del argumento que lo ataba a justificar su inoperancia responsabilizando a “la pesada herencia” macrista y el coronavirus. 

Si prescindiéramos - aunque más no fuera por un instante - de pareceres meramente condicionados por nuestras emociones o anhelos, y pusiéramos un poco de rigor en diferenciar un discurso bienintencionado, de la matriz productiva sobre la que este descansa, no sería difícil arribar a la conclusión de que en nuestro país no hay “nada nuevo bajo el sol”. Sólo otro gobierno más volcado al agronegocio y la megaminería contaminante que – sujetos al paradigma suicida del desarrollo ilimitado – vienen alimentando la crisis civilizatoria que transita peligrosamente nuestro planeta. 

La anomia general exhibida por el oficialismo desde que ingresó a la Casa Rosada se vio sacudida por el “tirón de orejas” de la Vicepresidenta, circunstancia que desde las más altas esferas indujo a tomar la decisión de demostrar autoridad cerrando filas en torno a la defensa de la propiedad privada, y desalojando  consecuentemente en la forma más violenta a buena parte de las recuperaciones de tierras en curso hasta entonces.  Sergio Massa, asiduo visitante de la Embajada Norteamericana que sueña con ocupar el sillón de Rivadavia y viene armando un gabinete paralelo en Diputados, agradecido.

El beneplácito de buena parte de los sectores medios con el recrudecimiento de la represión permite inferir que las secuelas de la enorme lobotomía social perpetrada por los genocidas durante los años de plomo aún mantiene la loza del escarmiento sobre una sociedad mayoritariamente mal predispuesta ante  cualquier tipo de audacia. 

Semejante viraje a la derecha consolida una línea de avance que encuentra claros antecedentes en otras concesiones a los dueños del país, tales como el recule ante la bravuconada de expropiar Vicentin o el cajoneo del Impuesto a la Riqueza. De manera que, mientras en rigor de verdad se gobierna contra el pobrerío, las autoridades están convencidas de que conseguirán disimularlo estabilizando el valor del dólar, promoviendo la vacunación obligatoria y gratuita contra el COVID 19, y – a fin de descomprimir las tensiones sociales del conflictivo mes de diciembre – dando de baja la cuarentena más larga del mundo en favor del distanciamiento social, con la intención de que el/la ciudadan@ de a pie pase sus fiestas en paz, y el medio pelo pudiente estimule la alicaída industria turística.

En tanto, prospera recomponer la concordia con Rodríguez Larreta, el más prestigioso exponente de la coalición opositora, quien - alineado con Fernández y Kicillof - aceptaría motorizar el traslado del Puerto de Buenos Aires a La Plata, lo que supondrá otro suculento negocio del lobby inmobiliario, consistente en la inauguración de un nuevo Puerto Madero

No obstante, con avances y retrocesos, la lucha de las organizaciones sociales más consecuentes ha logrado colocar el tema de la tierra y la vivienda en la agenda pública, y la cuarentena global también ha reportado importantes lecciones acerca de cuánto podría sanearse el medio ambiente e incrementarse nuestra calidad de vida con solo desacelerar la economía y pasar a producir a escala comunitaria - horizonte del que se vienen haciendo cargo entidades y colectivos como el Museo del Hambre, Jóvenes x el Clima, Asamblea por el Agua, o Basta de Soluciones Fáciles -, en sintonía con la filosofía de los pueblos del Abya Yala, empeñados en suplantar al YO por el NOSOTROS.

Una vez más, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.-

 

JORGE FALCONE

domingo, 1 de noviembre de 2020

ROCA GUIÑA UN OJO A LA “JUSTICIA” DESDE EL BILLETE DE CIEN

LA OLIGARQUÍA Y EL LOBBY INMOBILIARIO 

MARCAN LA CANCHA A UN GOBIERNO 

CARENTE DE INICIATIVA







“El gobierno de Alberto Fernández asumió con un país quebrado y fue asediado por la derecha desde el primer momento en que intentó tomar alguna medida progresista.  Esto no es novedoso, lo novedoso es que parece haber renunciado a hacer cambios favorables para el conjunto de la población y parece resignado a gestionar la crisis.  Como en una pelea de box, ha dejado de preocuparse por golpear al rival y se limita a tratar de aguantar hasta que suene la campana”.

Guillermo Cieza,

“La encrucijada”.


“Que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel” (*) 

No corren buenos tiempos para el Presidente de la Nación. Al fuego amigo desplegado por la carta de la Vicepresidenta se sumaron luego las interpelaciones del dirigente social Juan Grabois y de la titular de la Asociación  Madres de Plaza de Mayo, debido a la inoperancia de su gabinete, a la debilidad manifiesta ante los patrones del campo, y al inusitado rigor utilizado para desalojar a lxs vecinxs sin techo en Guernica, respectivamente. Es más, probablemente este último hecho marque un punto de inflexión en la gestión del Frente de Todxs y una divisoria de aguas en su interna, toda vez que las dantescas escenas que difundió la prensa se alejan categóricamente del espíritu solidario que prometió el gobierno, aunque este intente  distraer a la opinión pública encargándole a Papá Noel que nos traiga la vacuna rusa contra la peste.

Es inocultable que la lucha y el enorme sacrificio del pobrerío introdujeron el problema de la tierra en la agenda pública argenta.

Como consecuencia de ello, en las últimas horas medios hegemónicos y funcionarios públicos cerraron filas en ratificar que la defensa de la propiedad privada no está en debate, puesto que consta en la Constitución Nacional. En eso les asiste la razón. Pero casi nadie parece recordar que nuestra Carta Magna fue escrita en 1853 con la sangre del criollo y del indio, barridos de las pampas que poblaban por derecho natural gracias a los fusiles Remington de una oligarquía dispuesta a extender la frontera agropecuaria. De manera que la ley madre que nos rige fue edificada sobre un genocidio, prorrogado hasta nuestros días contra la enorme masa de descendientes precarizadxs de aquellxs antiguxs dueñxs de estas tierras. 

Pasemos revista pues a un puñado de opiniones que circularon profusamente a partir del Jueves Negro en que - ante la condescendencia del oficialismo - una Justicia clasista, racista y sexista bajó el martillo en favor de los varones Etchevehere y del desalojo a perdigonada y fuego de la ocupación de 100 hectáreas en la localidad de Guernica por parte de 1450 familias sin techo:

Las tierras se devolverán a sus propietarios”, anunció en un zócalo la emisora televisiva que juega a ser el timorato remedo del programa 6, 7, 8… aunque está probado en la causa que nadie presentó títulos de propiedad en dicha disputa. No importa. “Miente, miente, que algo queda”.

En la toma había militantes”, expresó el gobernador “filo marxista” Axel Kicillof, de notoria militancia durante sus años mozos en organización universitaria integrada por otros coetáneos como el malogrado Iván Heyn. Parecería que ahora, para dicho funcionario, tal condición ha pasado a ser el sobreentendido de lo más espurio que puede ocurrirle a una sociedad. Su afirmación retrotrae a los penosos esfuerzos exculpatorios efectuados durante la transición democrática por vastos sectores medios que, en el afán de relevar de responsabilidad penal a sus deudos o amigxs represaliadxs, aducían que estxs habían sido confundidxs con tercerxs fugadxs o figuraban en alguna libreta de aquellxs, contribuyendo - inconcientemente o no - a despojar a la historia patria del orgullo de haber contado con una generación altruista que se jugó el todo por el todo en pos de un horizonte emancipatorio.

Había activistas de izquierda armados”, señaló el ostentoso Ministro Berni, declaración que invita a lxs desprevenidxs a imaginar emboscados fedayines en el predio en cuestión blandiendo desde cócteles molotov a fusiles kaláshnikovs… todo ello para envasar una aviesa interpretación de la asimetría histórica que recurrentemente encuentra a lxs desheredadxs del mundo resistiendo con una humilde gomera contra las “topadoras del progreso” y batallones de cuerpos especiales pertrechados con la última tecnología comprada a Israel, esa factoría de servicios globales para el disciplinamiento de lxs humanxs a los que el Dios dinero da la espalda. 

Manifestaciones como las expuestas parecerían indicar que la escalada de la lucha de clases en Argentina viene reeditando la Conquista del Desierto.

                                                                

Imperativos del presente 

A cualquiera que se atreva a desatender el discurso hegemónico del pool de medios enemigos del pueblo y desee interiorizarse en torno a la problemática descripta no le resultará difícil constatar que en nuestro país 1200 familias son dueñas del 40 % del territorio nacional. Un 0.94 % de terratenientes maneja el 36 % de todas las extensiones productivas del país.

Quien haya estado o esté en condiciones de viajar a la costa, tomando la Ruta 2 habrá constatado la vastedad de terrenos despoblados - y frecuentemente improductivos - que existe. Nadie pretende afirmar que carezcan de dueñx, el propósito último de esta descripción consiste en demostrar con un ejemplo sencillo los contrastes habitacionales que presenta el país, incluso en su provincia de máxima densidad demográfica, y poner de relieve cuánto urge producir una redistribución más equitativa de la tierra en función de una mayor calidad de vida.

En un planeta hambreado - y bombardeado con comida chatarra - se impone recordar también que Nuestra América es pródiga en recursos naturales altamente codiciados por el Norte Global. 

De ahí que la soberanía alimentaria tan pregonada por ecologistas y militantes socioambientales consista ni más ni menos que en la autonomía de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y comida sana. Esta problemática ya está frente a nuestras narices y urge resolverla. 

Pese a ello, aún existe gente bien intencionada que sin embargo considera “destituyente” pronunciarse contra discursos supuestamente progresistas pero no sustentados en la defensa de una matriz productiva atenta a la necesidad de las mayorías nacionales.

A ese respecto, corresponde tomar en cuenta que en nuestro país rige el monocultivo y el uso extensivo de agrotóxicos. Deforestamos tantas hectáreas que superan la superficie de provincias enteras para producir soja y maíz transgénicos, cuando es de dominio público que los agrotóxicos contaminan los alimentos y vulneran la salud de la población. 

El cambio climático - además - reduce el rendimiento de los suelos. El modelo vigente los erosiona y desertifica mediante la siembra directa e intensiva: A fin de ilustrar la cuestión, imagínese el o la lectora si la modificación del genoma humano acelerara embarazos a contrapelo de su ciclo biológico natural para dar a luz en lapsos cada vez más breves una mayor cantidad de mano de obra en condiciones de reproducir la explotación capitalista… Ese tipo de reparos también merece la Madre Naturaleza.

A esta altura de la historia, y pese a la brutal resistencia de quienes abogan por mayor concentración económica, la evidencia conduce a concluir que la solución a los males aquí descriptos pasa por colocar en el centro de la atención pública a la agroecología y discutir cuanto antes una Reforma Agraria que goce del máximo consenso posible. 

O más temprano que tarde lxs privadxs de techo y comida inexorablemente irán por lo suyo a los wall marts y los countrys.-

  

(*) Frase de la canción “A desalambrar”, del compositor e intérprete uruguayo Daniel Viglietti.

 

JORGE FALCONE