jueves, 25 de mayo de 2023

GENERACIÓN DIEZMADA

DESVIRTUACIÓN E INSUFICIENCIA DE UN CAPITAL SIMBÓLICO 


















Ya corrida de toda candidatura, la vicepresidenta de la Nación volvió a reivindicar la gestión de su difunto marido y la de sus dos mandatos al frente del Ejecutivo, a la vez que historizó las advertencias que vino realizando al gobierno actual a propósito de un crecimiento económico sin correlato distributivo. Esta vez su acting consistió en ratificar su liderazgo al frente del peronismo proponiendo una programática básica para reactivar al país: 1) Rechazar el programa del FMI apoyándose en la Unidad Nacional, 2) promover una economía mixta capaz de generar recursos a partir del litio o los minerales raros, y 3) renovar el pacto democrático (tendiendo una mano al radicalismo, reivindicó la cultura de la tolerancia y el respeto al disenso expresado por el ex presidente Raúl Alfonsín) En tal contexto discursivo, si bien aludiendo a los co protagonistas de “la grieta”, sorprendió su tardía exhortación a investigar la deuda. El resto fue una arenga destinada a salir a militar territorial y sindicalmente, no esperando siempre que las grandes soluciones provengan de una sola persona. Como era de esperar, no lanzó ninguna candidatura; eso probablemente ocurra en junio, cuando llegue la hora del cierre de listas. No obstante, ni bien culminó el acto conmemorativo del vigésimo aniversario del triunfo de Néstor Kirchner, Eduardo “Wado” De Pedro picó en punta con un primer spot electoral, en el que se erige como digno heredero de la generación diezmada.

  

Allá por los años 70, cuando el General Perón comenzó a mostrar la hilacha acerca de que su leyenda de líder revolucionario tercermundista carecía de asidero en la realidad - y en plena “caza de brujas” de todo pensamiento revolucionario interno y externo al peronismo -, corría un chiste de humor negro de boca en boca entre miembros de la JP Regionales ligada a Montoneros. Según esa ironía, una hilera de jóvenes pertenecientes a la Tendencia Revolucionaria del movimiento era acribillada por un pelotón de fusilamiento bajo las órdenes del anciano líder. En su agonía, uno de ellos se desplomaba exclamando con gran admiración la frase “¡qué estrategia brillante, mi General!”. 

A la luz de lo que vendría después, duele evocar esa humorada, pero viene a cuenta de cuánto puede escalar el pensamiento mágico con tal de no desacralizar a quien alguna vez tuvo en un puño los destinos de la Nación, ya que algo similar ha venido ocurriendo desde la reaparición pública de Cristina Fernández de Kirchner en el programa que anima Pablo Dugan desde la señal C5N, a partir de lo cual, buena parte de oficialismo y oposición se embarcaron en un sinnúmero de interpretaciones de cada insinuación o metáfora discursiva de la Vicepresidenta, superando los esfuerzos especulativos de Jean Franҫois Champollion ante la Piedra de Rosetta (ver cita al pie de la nota)

A partir de dicha circunstancia, toda la atención de la opinión pública pareció concentrarse en traducir la frase Espero que los hijos de la generación diezmada sean los que tomen la posta”. 

Poco después, en el Día de la Patria, el sector que aportó el máximo caudal de votos al desastroso gobierno de Alberto Fernández - referenciado en una dirigente que, con tal de despegarse de esa inversa suerte, viene jugando el rol que Julio Cobos desempeñara cuando a ella le tocó presidir el país - “tiró toda la carne al asador” en función de un postrer intento por ordenar su interna y despejar el horizonte electoral de la fuerza en que se apoya, de cara a los comicios de octubre próximo. 

Si pasáramos revista a algunos componentes del ADN kirchnerista, advertiríamos que cuando aquel desconocido y astuto político patagónico de apellido impronunciable que durante la década del 90 votara la privatización de YPF recaló en la metrópoli, comprendió de inmediato que al cabo del disciplinamiento del movimiento piquetero protagonista del Argentinazo de 2001 - perpetrado en la entonces Estación de Avellaneda -, sería difícil restaurar por derecha una gobernabilidad cuestionada por la consigna “Que se vayan todxs, que no quede ni uno solo”, dado lo cual se dedicó con singular empeño a tramar desde su búnker de Puerto Madero la cooptación gradual de numerosas organizaciones sociales hasta entonces combativas con el mito del Estado en disputa, y a otros tantos organismos defensores de DDHH prescindentes hasta la fecha de connivencia con gobierno alguno, bajando el retrato de un genocida ante la jerarquía de las FFAA. La fórmula de un progresismo a tono con el espíritu de época que se vivía en la región estaba lista para aprovechar los vientos de la Historia enarbolando un discurso épico que, mientras lo permitió el precio de las commodities, amplió algunos derechos manteniendo incólume la matriz productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión. 

En tales menesteres, la apelación al legado de la manoseada Generación del 70, despojado ahora de toda su dimensión subversiva, contribuiría a la conformación de una masa crítica que aún hoy, bastante menguada, conserva una llamita de fe refractaria a las múltiples frustraciones, que le permite en cada acto seguir ofreciendo a sus “pibes para la liberación”.

Sin ir más lejos, algunxs de ellxs - tras el calamitoso cuatrienio macrista - terminarían integrando el gabinete de un presidente ahora cancelado por el ideario que esxs ex jóvenes encarnan. 

Tal es el caso del supuesto delfín Eduardo “Wado” de Pedro, a cargo de la cartera de Interior; de Juan Cabandié, designado como ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible; o de Victoria Donda Pérez, temporariamente al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI); y de Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos. 

Excepto Donda, que creó su propio partido (Somos), otros dos pertenecen a La Cámpora, y en el caso de Cabandié, integró en sus comienzos esta organización de la juventud kirchnerista creada en 2007. 

Para demostrar palmariamente que “no todo lo que brilla es oro”, apuntemos que recientemente el titular de Gastronómicos, Luis Barrionuevo - aquel impresentable burócrata menemista que alguna vez propuso un programa de salvación nacional consistente en dejar de robar un par de años -, respaldó la potencial candidatura de De Pedro, manifestando en el último Congreso de Uthgra “Queremos que sea el próximo presidente de los argentinos”. 

El niño mimado de Cristina, en tanto, ha venido cosechando voluntades entre los caudillos feudales del Norte Grande y los barones del conurbano, generalmente esquivos a abandonar sus privilegios para proponerse justamente la liberación nacional. 

Por su parte, Juancito Cabandié - su ex conmilitón en La Cámpora - ha calentado un sillón funcionarial en medio de un proceso de deforestación sin precedentes, de la agonía del Río Paraná, de una inédita mortandad de peces, en fin, de un verdadero terricidio. 

Como si eso fuera poco, los voraces incendios que devastaron la provincia de Corrientes volvieron a ponerlo en el foco de las críticas. En aquel momento, cuando arreciaban los rumores sobre su renuncia, trascendió que el presidente lo respaldaba, tal vez como agradecimiento por haber trabajado en el acercamiento de Fernández a Máximo Kirchner luego de años de feroces críticas contra el cristinismo. 

El alejamiento progresivo de Cabandié de sus ex compañeros de La Cámpora, donde militó durante muchos años luego de conocer su identidad como nieto restituido por Abuelas de Plaza de Mayo, también le quitó apoyos, y llegó a correr el rumor de que Medio Ambiente sería fusionado con otros ministerios como Turismo y Deportes, en el contexto del ajuste fiscal propuesto por el ministro de Economía, Sergio Massa, siempre solícito a lo que el Fondo ordene. 

En cuanto a la siempre ubicua Victoria Donda, en enero del 2021, la empleada doméstica de la funcionaria la acusó de ofrecerle un puesto de trabajo dentro del INADI o un plan social para así poder despedirla sin abonar la correspondiente indemnización. Además, el abogado de la mujer señaló que esta había estado trabajando durante 10 años en situación “irregular”. A raíz de esta situación, Donda fue acusada de defraudación contra la administración pública y malversación de caudales públicos. Sin embargo, desmintió los hechos en sus redes sociales y también fue respaldada por el oficialismo, que le permitió continuar por un tiempo en el cargo, del que terminaría renunciando con duras críticas al gobierno, seguramente dispuesta a pre producir la nueva temporada de la sinuosa serie que viene protagonizando en la función pública. 

El caso de Pietragalla es más complejo, porque resume todas las limitaciones de un memorialismo deliberadamente privado de su condición disruptiva, y centrado en reparar el daño “padecido” justamente por esa “generación diezmada”, mientras se le “escapa la tortuga” de atendar a las penurias - por dar un ejemplo emblemático - que padecen tanto los campesinos pobres como los pueblos originarios (como en el caso de las mujeres mapuches detenidas cuando el Comando Unificado de Seguridad Zona Villa Mascardi, allanó y desalojó  violentamente a la comunidad Lafken Winkul Mapu), hoy máximos defensores de nuestros bienes comunes ante la avanzada del “desierto verde de la soja”, o la violación a los derechos humanos que continuamente llevan a cabo las  guardias blancas de los dueños de la tierra (como la que, en nombre de Joe Lewis, hostigó en la Patagonia a los defensores del paso hacia Lago Escondido, sin que la Justicia castigara a uno solo de esos esbirros)

Es más, ojalá en las próximas horas la Secretaría en cuestión se expida sobre las atrocidades cometidas por la policía de Salta contra lxs docentes y personal de salud en lucha. 

Resumiendo, digamos que heredar el aura de una lucha abnegada pero ajena no supone ninguna transferencia de valores. Además, cada época tiene los suyos, y la que nos toca deja mucho que desear. Está demostrado, a su vez, que haber militado con entereza contra la dependencia en épocas pasadas muchas veces solo concede medallas sin cotización en el presente, ya que cada quien es hijx de su tiempo y de su propia consecuencia. 

De modo que, legar nuestro destino a “los hijos de la generación diezmada”, no sustituye la ausencia de una voluntad por producir transformaciones estructurales en el país. 

Más vale estar abiertxs a la sorpresa que puedan brindar esxs nadies que aún conservan capacidad de rebelarse ante un corte de luz por tiempo indeterminado, que vivir de rentas de un pasado que ya ofreció lo que pudo. 

Acaso de esos “insignificantes” conflictos comunales que florecen a lo largo de toda la geografía nacional parta la chispa rebelde que encienda la pradera de la resignación. 

Ha ocurrido no pocas veces. - 

 

JORGE FALCONE

 

(*) Tras analizar la abrumadora combinación de signos fonéticos y no fonéticos, en septiembre de 1822 - 23 años después de encontrada la piedra de Rosetta - Champollion anunció que había logrado descifrar los antiguos jeroglíficos egipcios. Y él era la única persona en el mundo que podía leerlos.

 

jueves, 18 de mayo de 2023

EL PUEBLO QUE ESTÁ SOLO Y NO ESPERA (*)
















En un país tradicionalmente culto, pujante, y celoso de sus derechos como la Argentina, cuesta interpretar este presente de miseria de las ideas, re primarización de la economía, y anomia de grandes mayorías empobrecidas, sin concluir en que la última dictadura militar hizo un trabajo verdaderamente profundo de remodelado de la estructura socioeconómica y - por ende - del imaginario colectivo, equivalente a una suerte de lobotomía generalizada del pensamiento crítico, fenómeno que nos enfrenta poco menos que a la posguerra de un genocidio. 

Recordemos que el gobierno de facto se retiró erosionado, pero no aplastado por la lucha popular, de manera que la clase política protagonista de las cuatro décadas ininterrumpidas del orden constitucional que se conmemoran este año se ha venido desempeñando bajo el signo de ese condicionante, ante una sociedad significativamente escarmentada por sus audacias pasadas, y respetando los límites de una democracia de bajísima intensidad.

Así se llega al índice de 43.1% de pobreza alcanzado durante 2022, en el marco de una crisis global de representatividad que pone en tela de juicio el modelo de las democracias republicanas. 

Desde distintas tradiciones del pensamiento crítico, últimamente se han publicado algunos ensayos que dan cuenta de dicho acontecer: ¿Por qué fracasó la democracia?, de Gabriel Solano (marxismo trotskista), o “Prisioneros de esta democracia”, de Roberto Cirilo Perdía (nacionalismo revolucionario), por dar un par de ejemplos.

Pero faltaríamos a la verdad si no señaláramos que en diciembre de 2001 ese statu quo fue profundamente interpelado, y aunque los emergentes de dicha crisis - tanto en su versión neodesarrollista como  neoliberal - coincidieron en caracterizar aquello como “antipolítica”, el acontecimiento dejó el saldo de un riquísimo ejercicio de democracia directa, que iría menguando su potencia disruptiva entre la Masacre de Avellaneda (2002) y la inauguración del proceso de cooptación/asimilación kirchnerista (2003), que se ocupó de restaurar la amenazada gobernabilidad burguesa.

La resiliencia del orden descripto nos ha llevado a que, a lo largo de toda Nuestra América, hoy se desplieguen  gobiernos de distinto signo, pero con el denominador común de sostener democracias extractivas, lo cual habilita a considerar al progresismo como placebo del sistema capitalista dependiente. 

Tal contexto encuentra a nuestro país entrando en una nueva fase histórico política caracterizada, entre otras variables, por la renuncia a competir electoralmente de los máximos referentes del oficialismo y la oposición, pertenecientes a las dos coaliciones post bipartidistas en disputa; crecientes índices de abstencionismo electoral indivisibles de la gran vacancia de ofertas programáticas seductoras (fenómeno que conquistó el segundo puesto en las recientes elecciones de Tierra del Fuego); el viraje gradual hacia un sentido común caracterizado por una intolerancia sin precedentes, capitalizado por discursos negacionistas sumamente peligrosos, como el de Victoria Villaroel, la defensora de represores que funge como candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza; o la radicalización de un narco poder alimentado desde el Estado Profundo como novedoso mecanismo de control territorial. Todo lo cual instala oscuros nubarrones en el horizonte inmediato de una sociedad que se aproxima a celebrar los comicios de octubre contando con un electorado repartido en tres tercios que - hasta ahora - ostentan chances semejantes de imponerse en las urnas.

Más aún cuando la ratificación de la Vicepresidenta respecto a no participar en las listas de la fuerza que tanto ha venido clamando por su candidatura - motivos tendrá, que acaso trasciendan a los que esgrime públicamente - ha dejado a una amplia franja del movimiento nacional al que suele dirigirse en un estado de desazón y sensación de intemperie, lo cual reabre el viejo debate acerca de la orfandad que suelen producir los unicatos cuando cumplen su ciclo, cuestión que alguna vez habrá que superar, a los efectos de no depositar la esperanza por fuera del propio compromiso. 

No obstante, y muy a pesar de la condescendencia ante el poder de turno de una dirigencia política y sindical genuflexa, últimamente la vitalidad del pueblo argentino se ha desplegado con todo su potencial en manifestaciones de diverso cuño.

No hace mucho, en el plano deportivo, exhibiendo el orgullo por la identidad nacional durante la celebración del triunfo de nuestra Selección en el Campeonato Mundial de Fútbol que tuvo lugar en Qatar. 

Y en las últimas horas, en el plano político, con la promisoria confluencia entre las dos mayores formaciones del movimiento piquetero (Unión de Trabajadorxs de la Economía Popular y Unidad Piquetera), que acaban de colmar el microcentro porteño con cientos de miles de activistas dispuestxs a pelear por una vida digna. En la medida en que esta voluntad de unidad en la acción persista - y sea capaz de abrirse a otros sectores que aún no confrontan, o lo hacen en forma dispersa - puede que estemos ante el embrión de una masa crítica capaz de lograr cambios significativos. 

Sobre todo, si - además de ir acordando algunas coordenadas para afrontar la emergencia, entre las cuales la ruptutra con el FMI se impone como única condición de posibilidad para tener algún futuro - se advierte que causas como la soberanía de los bienes comunes son capaces de generar la multisectorialidad que aún no se avizora, imprescindible para pasar página y superar el amargo trago que se viene ofreciendo al pueblo argentino. 

Sería una merecida lección para ese pensamiento posibilista y mediocre aferrado a la idea de que la correlación de fuerza nunca es suficiente para conquistar definitivamente la Justicia Social. -

 

(*): Juego de palabras en torno al título del ensayo “El hombre que está solo y espera”, de Raúl Scalabrini Ortiz.

 

JORGE FALCONE

 

 

 

  

lunes, 1 de mayo de 2023

FIN DE CICLO

PRÉSTAMOS DEL FMI Y PLANES SOCIALES  

EN PROCURA DE SOFOCAR UN ESTALLIDO

















“América Latina necesita resistir la dominación que ejerce el imperialismo estadounidense y la dependencia económica que se ha generado con China. Esa acción combinada es indispensable para apuntalar el desarrollo, mejorar los ingresos populares y reducir la desigualdad de la región. Son dos batallas de distinto tipo, pero que transitan por la misma construcción de un entramado regional autónomo”. 

Claudio Katz

“Integración, soberanía y socialismo en América Latina”,

en portal Contrahegemonía web. 

 

Mientras la guerra se cronifica en Eurasia sin que el Sur Global dimensione aún sus graves consecuencias, y se multiplican los negocios entre China y Brasil, el desfile de funcionarixs estadounidenses por nuestro país intentando consolidar el control de su “patio trasero” deja algunos mensajes intranquilizadores, como el de la Subsecretaria de Estado Wendy Sherman, cuando declaró que “la Argentina puede salir adelante si los ciudadanos soportan el dolor a corto plazo”. En ese contexto, el año en curso enfrenta a nuestra sociedad con una escuálida oferta electoral y un vacío total de propuestas que permitan imaginar un futuro más venturoso. En un escenario post “grieta”, en el que lxs dos rivales de mayor peso político renuncian a competir en las urnas, circunstancia a la que se acaba de sumar la renuncia del presidente a proponerse para un segundo mandato, hacen su juego ante la mirada tutelar de la vicepresidenta Sergio Massa, recostándose en la emergencia sobre los gordos de la CGT y los movimientos sociales oficialistas con la promesa de establecer un acuerdo de precios y salarios por 90 días para estabilizar la economía, y “Wado” de Pedro, privilegiando un diálogo con los gobernadores del norte, mientras que en el cuartel opositor el Ingeniero Macri aún no se juega abiertamente ni por Bullrich ni por Larreta, que parece correr con ventaja. Paralelamente, y como lobos esteparios, hacen la propia Scioli y Milei; el primero buscando la revancha del 2015, y el segundo creciendo incluso en el conurbano sin equipos ni programa, a base de encarnar mejor que nadie el hartazgo de muchxs compatriotas que aprovechan las corridas cambiarias para exigir la renuncia del plantel gubernamental. En las antípodas de su ideario, Grabois intenta emular la belicosa estética del economista anarco libertario. Y a la intemperie de tales escarceos, lxs condenadxs de la tierra cruzan los puentes portando antorchas. Por ahora para iluminarse. 

 

Hacia una nueva crisis global 

La crisis de 2008, recordada por el colapso de la compañía de servicios financieros globales Lehman Brothers, pegó muy fuerte en el mundo entero, particularmente en EEUU y Europa. En dicho escenario, los bancos se vieron obligados a bajar significativamente sus intereses a los efectos de reactivar la economía mediante el incremento del consumo. Dicho y hecho, imprimieron mucho dinero, y empresas y particulares comenzaron a gastarlo. Las primeras procurando expandirse, contratar más personal o hacer marketing. Así, muchas de ellas crecieron exponencialmente: De repente, todas buscaban invertir en los grandes negocios tecnológicos como Google, Facebook o Apple; otras más audaces se arriesgaron a apostar por experiencias incipientes como Tesla, y algunas hasta se lanzaron a explorar alternativas que no tenían nada detrás, como las criptomonedas. 

En consecuencia, los bancos centrales comenzaron a advertir que la situación se les iba de las manos, y los precios comenzaban a subir alarmantemente. El remedio fue subir nuevamente los intereses, para evitar que la economía se recalentara. Esa medida mermó la solicitud de préstamos y, por ende, las inversiones. 

La recuperación duró poco. En 2020, su verdugo sería la pandemia global, que paralizó la economía mundial. Casi de la noche a la mañana, solo continuaron produciendo las empresas encargadas de rubros esenciales para la vida de cada país. Millones de negocios sufrirían las consecuencias del confinamiento, con el turismo y la hotelería a la cabeza. Otra vez, los gobiernos apelaron a la maquinita de imprimir billetes para oxigenar nuevamente a la economía, anunciando importantes gastos públicos (la Unión Europea desarrolló un plan por 7.000.000.000 de euros, y EEUU otro por 550.000.000.000 de dólares) De tal forma que la economía se recuperó en tiempo récord. Esa sobreimpresión de divisas tarde o temprano habría de pagarse. Las políticas monetarias expansivas ya mencionadas, sumadas a los cuellos de botella en las cadenas de producción - el receso en minas y puertos, por ejemplo - contribuyeron a la escasez de insumos y al incremento consecuente de su costo, lo cual desencadenó una cadena de alza de precios en rubros interdependientes. Como si todo ello fuera poco, el avance hacia el Este de la OTAN provocó la reacción defensiva de la Federación Rusa, sumando el tercer factor de alarma. Las sanciones impuestas por Occidente a ese país le resultaron contraproducentes, en tanto dependía en gran medida del consumo de sus hidrocarburos. A ello se ha sumado que, en el marco de la guerra en Europa del Este, Ucrania haya debido dejar de exportar al resto del mundo su cuantiosa producción cerealera. De este modo, la inflación llegó a dispararse por encima del 10% en EEUU y por encima del 9% en la Eurozona. Tales índices no eran tan altos desde hacía cuatro décadas (!) 

Ese cuadro de situación precipitó la decisión de numerosos países a volcarse hacia las energías renovables. 

Recapitulando, a la búsqueda de alternativas al gas y petróleo ruso, y la solución de los cuellos de botella en las cadenas productivas, ahora se suma la subida de intereses bancarios más agresiva de la historia moderna. Por todo lo dicho hasta aquí, no resulta tan sencillo enfriar una economía desbocada, y en el horizonte asoma una nueva crisis. En efecto, las economías del Norte Global prevén implementar un frenazo recesivo, lo cual instala oscuros nubarrones en el horizonte del año en curso. 

El panorama descripto encuentra a lxs argentinxs con un ministro de economía que hasta ahora ha evitado que el país explote, pero sin conseguir domar a la inflación, y con un candidato presidencial en alza que promete prenderle fuego al Banco Central. 

Como para no decir: _ Houston… tenemos un problema. 

 

La Argentina real se debate a la sombra del espectáculo electoral 

Solo el núcleo de incondicionales actualmente continúa eximiendo a Cristina Fernández de Kirchner de la responsabilidad sobre el experimento fallido que inauguró en 2019, cuyo derrumbe acaba de corroborar el desistimiento de Alberto Fernández a competir en la interna de la coalición gobernante, producido casi paralelamente al anuncio de la disposición reeleccionista del actual presidente norteamericano, al que algunos kirchneristas oportunamente se atrevieron a bautizar como “Juan Domingo” Biden.

Aunque hará falta más tiempo para constatar si estamos ante el canto del cisne del movimiento nacido en 1945 que hizo de la Justicia Social su nave insignia, más difícil resulta ignorar que comienza a cerrarse el ciclo iniciado por su versión kirchnerista en 2003, y no parece revertir la tendencia el intento de La Cámpora, el Instituto Patria y el massismo por armar un think tank en torno a la flamante escuela Justicialista “Néstor Kirchner”. 

En ocasión del lanzamiento de dicha iniciativa, la intervención de la vicepresidenta, tan esperada por sus adherentes como por todo el arco político, más allá de ofrecer algunos titulares de carácter diagnóstico - “la dolarización es peor que la convertibilidad”, “el acuerdo con el FMI es inflacionario”, o “20 empresas se quedan con el 74% de la facturación general” - frustró la expectativa de lxs tantxs que aún le reclaman corregir el gran desaguisado nacional. En ese aspecto, ella fue meridianamente clara: “Yo ya viví - sentenció -, ya di lo que tenía que dar”. Su extemporánea ponderación de un capitalismo occidental cada vez más jaqueado por la Ruta de la Seda (que seguramente planteará otro tipo de desafíos) empobrece la visión de quien aparece como la dirigente política nacional mejor formada con que hoy cuentan los partidos tradicionales de Argentina, lo cual no deja de constituir un límite alarmante. 

Por ende, en una encrucijada semejante, intranquiliza recordar la máxima gramsciana según la cual “el viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. 

Así, durante el show de unos comicios ante los cuales ya hay encuestas que no descartan un triunfo del abstencionismo en segunda vuelta, a la manera de un acto de prestidigitación mediática, todo el espectro comunicacional se centra en el reducido microcosmos de unxs candidatxs sin sustancia, a la vez que en la Argentina Profunda la intocada matriz productiva agroexportadora y extractivista continúa hostigando y desplazando a lxs  legítimos dueñxs de estas tierras, como ocurriera hace pocos días sin que adquiriese mayor visibilidad periodística en el remoto paraje Mallín Ahogado - ubicado en el departamento Bariloche, de la provincia de Río Negro -, donde personas desconocidas irrumpieron en  territorio ancestral, recorrieron parte de ese lugar y colocaron mojones en toda su longitud con la presunta intención de hacer un loteo, amenazando a lxs lugareñxs con “meter bala” si se oponen, pese a que la antigua familia mapuche que allí vive se empeña en aclarar que dicho paraje no está en venta y, siguiendo el pensamiento de sus mayores, lo defenderán ante cualquier intento de usurpación. 

Escenas como esta se suceden a diario de norte a sur del país, mientras una opinión pública anestesiada da crédito a la mezquina oferta de los noticieros, como si la Argentina terminara en la Avenida General Paz. 

 

Merma del garantismo vs. conflictividad social 

Los popes de este capitalismo desaforado motorizan a los libertarians del planeta a través de un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs, centros y sociedades unidos entre sí por lazos prácticamente invisibles, entre los que se destaca la Red Atlas. 

En mayo de 2017, dicha entente celebró un foro internacional en el refinado Brick Hotel de Buenos Aires, adonde asistieron el ex presidente argentino Mauricio Macri y el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, para debatir cómo aplastar al socialismo en toda latitud, desde las batallas de ideas a librar en el mundo académico hasta la agitación callejera destinada a destituir gobiernos constitucionales, como ha vuelto a intentarse por aquí en las últimas horas mediante “autoconvocatorias” a través de redes sociales. 

El PRO - partido político que llevó a la presidencia en 2015 a Macri - tuvo origen en la Fundación Pensar, una rama de la Red Atlas. Sus dirigentes y los de la Fundación Libertad, otra expresión del mismo tejido, han venido detentando cargos claves en la administración nacional, y drenando dineros públicos hacia fundaciones fantasmas, que nutren así las arcas de la mentada Red Atlas. 

A dichos menesteres han contribuido, a su debido tiempo, personajes como Gabriela Michetti, Eugenio Burzaco, Néstor Grindetti, Guillermo Dietrich, y el prófugo “Pepín” Rodríguez Simón.

Sin ir más lejos, la Procuraduría de la Criminalidad Económica y Lavado de Activos denunció en 2014 al entonces ministro de Cultura Hernán Lombardi por el desvío de fondos públicos hacia la mentada Fundación Pensar. 

Entre los 60 think tanks más influyentes de la región - según el Global Think Tank Index Report- se encuentra el Centro de Apertura y Desarrollo de América Latina, que asociado a la Network of Democracy Research Institutes, puso en marcha el Instituto Vaclav Pavel y Análisis Latino, dirigido por el periodista Fernando Laborda (premio a los Jóvenes Líderes 2006 de la Red Atlas) con fondos canalizados vía Red Atlas y por los dineros erogados al Estado Nacional. 

Judy Shelton, economista y miembro principal de la Red Atlas, se hizo cargo de dicha trama, después de ser consejera de la campaña de Trump.  De modo tal que el armado está listo para nuclear más grupos de reflexión, a fin de realizar mayores esfuerzos para derrocar gobiernos izquierdistas y seguir encumbrando más adherentes de Atlas en niveles decisivos de la gobernanza global. 

Sin embargo, lo descripto hasta aquí apenas habla de usinas de ideas, aunque no falta gente de acción capaz de defender ese ideario hasta con métodos más expeditivos, de considerarlo necesario. 

Si “para muestra basta un botón”, cabe señalar que el último 2 de abril desfiló por Catamarca un comando paramilitar aparentemente carapintada - luego denunciado por el gobierno de dicha provincia - que se autodefine como “Águilas Negras”. Su referente, Carlos Omar Christiuk - quien se exhibe en Facebook junto a la candidata presidencial de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich y se identifica como libertario -, es un ex militar de 53 años exonerado del Ejército en 1990, momento en que se alzó contra el gobierno constitucional de entonces. 

Este grupo constituido en 2020 se presenta uniformado, pertrechado, y reivindicando a la dictadura militar. 

Por ahora reúne alrededor de 40 integrantes, y su nombre emula al de un comando creado para combatir a la guerrilla colombiana, lo que constituye un dato no menor. 

Como se recordará, uno de los contingentes que más se resistió a cumplir la cuarentena fue el de lxs asistentes a los gimnasios. Allí se conoció el grupo en cuestión. 

Uno de sus posteos en las redes, cuyo texto pisa la foto de una flota de automóviles Falcon, dice “vayan sacando el polvo y calentando motores, que dentro de poco salimos a recuperar el país”. 

Los datos reseñados hasta aquí aspiran a demostrar que los sectores más reaccionarios de la Argentina no están dispuestos a imponer su voluntad solamente por vías legales y pacíficas. 

Puede que tal constatación funcione como un espejo que adelanta. Corresponde pues tomar nota sobre los tiempos que corren. Como reza el dicho, “las brujas no existen, pero que las hay, las hay”. 

Por otra parte, en un momento del año en que se conmemora el Día Internacional del Trabajo, el telón de fondo de tan inquietante panorama continúa siendo la paradoja de que un país potencialmente rico cuente con altísimos índices de pobreza, que ya involucran a pobres con educación secundaria completa y trabajadorxs formalizadxs que cobran salario en blanco. 

No obstante, y como se sabe, la burocracia sindical pro patronal mantiene desmovilizada a la mayor parte del movimiento obrero organizado, que no atina a pelear unificadamente por la ampliación de sus derechos debido al temor a arriesgar un puesto estable y una mínima cobertura social, con la honrosa excepción de cierto sindicalismo de base más combativo, pero que no ha logrado aún generar un espacio de confluencia fuerte, fenómeno compuesto - entre otros gremios - por el de Neumáticos, Aceiteros, algunas listas de ATE como la Blanca Violeta Granate, los choferes de la Línea 60, el Encuentro Colectivo Docente, Aeronáuticos, Repartidores, regionales de Techint, y unos pocos más. 

Sin ir más lejos, aunque ahora pareciera haberse llegado a un entendimiento favorable a lxs trabajadxres, cabe consignar hechos como el protagonizado por los operarixs de la planta distribuidora de Coca Cola en Salta, que venían pidiendo un incremento salarial justificado en la crisis social y económica que vive el país, y que ante una protesta que llevaron adelante en las puertas de la empresa, sufrieron una represión por parte de efectivos de la Policía de Salta e Infantería, que dejó 5 detenidos y varios heridos por balas de goma. Además, el Sindicato de Aguas y Gaseosas (SUTIAGA) aseguró que en represalia por las manifestaciones sufrieron más de 300 despidos. 

En un contexto de reflujo relativo de las luchas, y motivadas por un incremento exponencial de la pobreza que compromete a la dirigencia social con sus bases, las organizaciones populares adherentes al gobierno, que se mantuvieran expectantes durante casi toda su gestión - aún condicionadas por las prebendas con que el oficialismo procura que sigan sin salir a pelear - comienzan a considerar un cauce de confluencia con el activo movimiento piquetero, más consecuente en la lucha por trabajo genuino y salarios por encima de la canasta familiar. 

Lo cierto es que Argentina atraviesa horas difíciles y su dirigencia solo atina a ensayar parches. 

Sin embargo, crece la coincidencia entre adherentes al pensamiento crítico acerca de que el momento amerita deponer toda mezquindad para así fraguar acuerdos mínimos que permitan enfrentar la situación resueltamente, y el paraguas de tal consenso va siendo la ineludible perspectiva de romper con el FMI como única garantía para avanzar hacia un destino más justo. 

Esa tendencia, por ahora incipiente, acaso contribuya a ratificar aquello de que “no hay mal que por bien no venga”. – 

 

JORGE FALCONE