lunes, 23 de octubre de 2023

Primer Tiempo de las elecciones nacionales:

El peronismo da vuelta el resultado de las PASO, el “círculo rojo” suspira aliviado

EL DESAFÍO POPULAR DE EVITAR

LA DEMOLICIÓN DE LA ARGENTINA
















El aniversario número cuarenta de vigencia del orden constitucional en Argentina exige echar un vistazo general a todo el orbe, y concluir que, al menos en Occidente, las democracias republicanas no han resuelto el tema de la inequidad social, lo cual viene favoreciendo la aparición de neoconservadurismos maquillados con ropajes supuestamente originales, que ganan repercusión mediática a expensas de la anomia de las izquierdas y el fracaso de los progresismos. 

A vuelo de pájaro, en nuestra latitud vienen a la memoria no menos de tres proyectos fundacionales de un orden específico, desde el Siglo XIX hasta la actualidad: El de la llamada Generación del 80, responsable de lo que denominó la Organización Nacional y de una Carta Magna elaborada en 1853 a imagen y semejanza de la de EEUU; la construcción de un Estado de Bienestar promovido por el peronismo desde mediados de los años 50 del siglo siguiente; y el principio de su demolición, perpetrado durante el Proceso de Reorganización Nacional a partir de la idea rectora de José Alfredo Martínez de Hoz, enunciada como “Achicar el Estado es agrandar la Nación”.

Ante el escenario nacional generado a partir de las elecciones intermedias, cabría preguntarse si el que aspira a concretar Javier Milei es un rediseño novedoso del país, o apenas la coronación de la cirugía mayor sin anestesia iniciada con el Golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976. Si esta hipótesis tuviera algún asidero, y no se le hiciera frente con total determinación, habría que asumir que la clase política que tuvo a su cargo la administración del país a lo largo de las últimas cuatro décadas, de modo más estridente o asordinado, no hizo otra cosa que maquillar circunstancialmente una transformación regresiva de la República Argentina, lo cual los haría acreedores a la condición de “infames traidores a la Patria”. 

En efecto, la emergencia en nuestro país de lxs libertarians exige no considerarlos como un fruto silvestre y analizar en profundidad qué intereses internacionales pretenden desembarcar con ellxs en territorio nacional. Y lo primero que surge de ese análisis es el intento de control absoluto de nuestra economía a través de fondos de inversión internacionales que constituyen un poder decididamente supra estatal. 

En dicho universo se destaca la multinacional BlackRock, empresa que administra recursos confiados a partir de su expertiz, la técnica y los medios para hacerlos rendir más que en otras inversiones financieras. La firma cuenta con unxs 14.000 empleadxs en 30 países adonde ha instalado oficinas que comercian con productos financieros, y se dedican a invertir en empresas. La misma declara administrar activos por 7 billones de dólares (14,5 veces más que nuestro PBI) Si tal indicador correspondiera al de un país - cierto es que se trata de un stock y no un flujo -, este ocuparía el tercer puesto en importancia global (detrás de los Estados Unidos y China), solo que sin tener que mantener un ejército, ni programas de salud, y un largo etc. Por tal razón su CEO, Larry Fink, tiene absoluta gravitación en el FMI, en el gobierno estadounidense y en muchos gobiernos de los países miembros de esa entidad financiera internacional. 

Actualmente en Argentina, BlackRock es el principal acreedor privado, con títulos de nuestra deuda por más de 2.000 millones de dólares, los cuales en su mayoría son con cláusula de jurisdicción extranjera. 

Además, es accionista de destacadas empresas, pero fundamentalmente de Pampa Energía SA, Glencore y de los cuatro primeros bancos privados que operan en el país por volúmenes de depósitos, que a la vez son los mayores poseedores de títulos de deuda del Tesoro en pesos y de las Letras de liquidez (Leliq), Notas de liquidez (Notaliq) y pases pasivos del BCRA, que son préstamos de los bancos al BCRA de los depósitos que captan del público argentino. Por otra parte, la firma declara contar con parte del capital accionario de los cuatro bancos privados más grandes de la Argentina, que hoy son Santander-Río; BBVA; Galicia; y Macro. 

Conviene saber que tanto Diana Mondino, que sería la Ministra de Relaciones Exteriores en un eventual gobierno de Javier Milei, como Roque Fernández, ex Presidente del BCRA (1991-1996) y después ministro de Economía (1996 -1999), y Carlos Rodríguez (que fue Jefe de Asesores de Roque Fernández y ahora miembro de los equipos económicos de Milei), son miembrxs del CEMA, centro de estudios que nuclea a los Chicago Boys, creado durante la dictadura oligárquico - militar genocida, referencia suficiente de su servilismo ante el  capital financiero trasnacional, con el pretexto de que los mercados deben asignar los recursos y decidir si producimos caramelos o acero, como decía un funcionario de Martínez de Hoz.

El máximo mentor de semejante troupe es Milton Friedman, del cual se nutrieron los gobiernos de facto de todo el mundo, especialmente el de Pinochet en Chile, que pregonaba el libre mercado y la libertad mientras oprimía a su pueblo. 

Sin embargo, aunque la Mondino fue directora de Pampa Energía SA, el hombre de BlackRock en el Directorio de esa empresa es Darío Epstein, quien, junto a Roque Fernández y Carlos Rodríguez, son los tres economistas que representan al referente de La Libertad Avanza ante el FMI. 

Epstein es un economista dedicado a las finanzas, en tal carácter designado en 1992 como Director de la CNV (Comisión Nacional de Valores), en cuya condición intervino en las privatizaciones de YPF, Entel, y Gas del Estado

Esta solo es una escueta semblanza de la aplanadora, no del rock and roll - en este caso - sino del más recalcitrante y depredador liberalismo vernáculo.

Semejante contexto amerita interrogarse cuánto gravitará en los tiempos venideros una memoria histórica que atesora momentos luminosos y de enorme audacia por parte del pueblo argentino, y si será capaz de prevalecer sobre la endeble conciencia de lxs nativxs digitales. Aunque tranquiliza saber que aún sobran testigos de las incontables ocasiones en que lxs argentinxs torcimos nuestra suerte en favor de la dignidad y la justicia. 

Por lo pronto, la apatía electoral volvió a expresarse en las elecciones generales. La cantidad de votantes creció desde los comicios del 13 de agosto hasta el 74% del padrón, pero aun así las elecciones presidenciales de 2023 serán recordadas por haber sido las de mayor ausentismo desde el regreso de la democracia: poco más de 9 millones de personas no ejercieron su derecho al voto, según los datos provistos por la Cámara Nacional Electoral. 

El nuevo panorama que podría ofrecer Argentina de mantenerse la tendencia electoral verificada en las últimas horas, habilita a arriesgar que Axel Kiciloff - mal que le pese a La Cámpora - emerge como nuevo referente kirchnerista que, si es capaz de componer la “nueva canción” que propuso, tarde o temprano encontrará en Sergio Massa a su próximo adversario interno.

Lo cierto es que el oficialismo demostró haber entendido el castigo que le impuso el electorado en las PASO, produciendo un cambio del humor social basado en las medidas económicas reparatorias adoptadas por Massa a contra reloj, y capitalizando la transparencia que exhibe la gestión del gobernador bonaerense, cuyo discurso victorioso, tan programático como el de Massa, pero más radicalizado, sonó digno de un futuro presidenciable. 

Pero esos son enjuagues de Palacio. Lo importante para las grandes mayorías será redoblar la lucha por la reconquista de sus derechos en un posible marco de relativo garantismo que ha venido siendo seriamente amenazado por ese discurso negacionista que corresponde arrojar al basurero de la Historia. -

 

JORGE FALCONE

martes, 17 de octubre de 2023

¿EL MOVIMIENTO QUE PROTAGONIZÓ EL 17 DE OCTUBRE CEDE PASO A UNA DEMOCRACIA FACCIOSA?

LA JUSTICIA SOCIAL COMO ABERRACIÓN










“Cuando uno elige el mal menor, también está eligiendo el mal”.

Claudio Lozano

Economista.

Unidad Popular e IPYPP

 

Los riesgos del proyecto dolarizador

A cualquier interesadx en la política capaz de ejercer un juicio crítico sobre la realidad, no le costará coincidir con la idea de que el rediseño económico - social de la Argentina producido a sangre y fuego por la última dictadura, cuatro décadas después de recuperado el orden constitucional nos enfrenta a una oferta electoral cuyos candidatxs en condiciones de imponerse en comicios nacionales, más allá de matices discursivos o gestuales, muestran plena coincidencia en sostener la matriz productiva vigente, de carácter agroexportador y extractivista, orientada hacia un proceso de acumulación por desposesión de bienes y servicios esenciales (baste con reparar en el reciente fallo contra YPF, caso testigo de lo que le espera al litio, a los minerales, a las vías navegables, etc.) 

Así, desde hace varios años, con un límite impuesto por el movimiento obrero organizado más importante de Nuestra América, los movimientos sociales más dinámicos de la región, y una vocación democrática desplegada cada 24 de marzo, nuestro país padece un proceso de ajuste cuyo instrumento principal, e irrefrenable hasta ahora, es la inflación, que lejos de encontrar su origen en el gasto público - como explican distintas visiones de una derecha que, retomando el ideario martindehocista de 1976, procura  resolver en su favor el empate hegemónico vigente - constituye un mecanismo establecido de confiscación de los ingresos populares. 

El planteo de la dolarización enarbolado por quien se presenta como el candidato más competitivo - que en un país sin dólares conduce inexorablemente a la hiperinflación - está destinado, entre otras cosas, a destruir herramientas del Estado, devaluar el peso, licuar salarios, y generar endeudamiento. 

Aunque cuenta con un electorado sumamente heterogéneo y carece del aparato militar y evangelista que apoyó a Bolsonaro, de la base de clase media pinochetista con que contó Kast en Chile, o de la que tuvo el uribismo en Colombia, el fulano por el que menos apostaba el “círculo rojo”, a diferencia de sus adversarios, que responden mayormente a grupos empresarios locales, lo hace a fondos de inversión muy poderosos y fundamentalmente extranjeros, que vienen por todo, como Black Rock.

Sin ir más lejos, el Banco Barclay’s, una de las entidades más importantes de Wall Street incluso cuando se analiza a nuestro país, publicó un reporte lapidario sobre su situación. El informe - titulado "Argentina, peor antes que mejorar" - les recomienda a sus clientes desarmar sus inversiones en papeles de la deuda, dada la incertidumbre frente a las próximas elecciones generales, que más que partir de un escenario de tres tercios lo hacen desde uno de cuatro cuartos, dado que el caudal de ausentismo, voto en blanco y anulado, si algo intentó expresar fue un rechazo a la oferta electoral de magnitud equivalente al porcentual obtenido por cada candidatx.

Sin embargo, no hay lugar para sorpresas. Como explicaron oportunamente Aram Aharonian y Álvaro Verzi Rangel (Co directores del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico) en una recomendable nota publicada en el portal Nodal, la internacional capitalista existe, la moviliza el movimiento libertario de extrema derecha (en inglés los llaman libertarians) y, obviamente, está muy bien financiada: funciona a través de  un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs, centros y sociedades unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o  Red Atlas. 

Vale la pena recordar que, en el Foro Latinoamericano de la Libertad organizado por dicha red, que tuvo lugar en mayo de 2017 en el lujoso Brick Hotel de Buenos Aires, con presencia del presidente argentino Mauricio Macri y el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, se debatió cómo derrotar al socialismo en todos los niveles, desde las batallas campales en los campus universitarios hasta la movilización de un país para reclamar la destitución de un gobierno constitucional, como en Brasil. 

A todo esto, un actor global tan gravitante como el FMI otorga una tregua provisoria al gobierno saliente, a la espera de incrementar exponencialmente sus exigencias ante quien resulte ganador.

Como queda de manifiesto, estamos ante un escenario muy desordenado y con muchas alternativas abiertas, que si algo admite precisar es que ninguna de las ideas hegemónicas puede sostenerse en el tiempo sin un significativo recorte de las libertades democráticas y - sobre todo - una escalada represiva de proporciones. 

 

La amenaza de retroceder en cuatro patas hacia una era de oscurantismo 

El resultado de las elecciones PASO sorprendió a mucha gente. El inesperado protagonismo que ganó el libertario Javier Milei (La Libertad Avanza) dio origen a múltiples interpretaciones. Entre ellas, algunos apuntaron a un factor, que se consideró secundario, pero que podría haber incidido más de lo que se cree: la creciente oposición social a las políticas de género, tal como señala un estudio que impulsó la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el que se sugiere que este tipo de acciones públicas podrían estar pesando más de lo que se cree en la campaña electoral. Este es solo uno de los tantos indicios de lo que para algunos analistas constituye el cambio del ciclo inaugurado en 1983. 

Hay otros. El hotel donde se alojó Milei para el cierre de su campaña electoral, Alejandro I, actualmente está en manos de Rubén Levin, sobrino de Marcos Levin, el empresario que actualmente es juzgado por secuestros y torturas cometidos a principios de 1977 en perjuicio de 17 trabajadores de La Veloz del Norte. Por aquella época la empresa le pertenecía, y el hotel por algunos años estuvo también bajo su responsabilidad. 

A esta altura de los acontecimientos, corresponde subrayar que la ultraderecha en ciernes no solo se propone demoler el Estado y pulverizar la moneda nacional, sino librar a su vez una batalla cultural que no apunta solo a desmontar 40 años de conquistas en materia de derechos humanos, sino que su denuncia sobre la vigencia de una supuesta “historia tuerta” pretende poner en tela de juicio desde el genocidio originario que sufrió Nuestra América hasta la dimensión de las consecuencias que tuvo el plan de exterminio sistemático de opositorxs aplicado a partir de 1976, pasando por desprestigiar incluso a los más encumbrados referentes de nuestras Guerras de Independencia. 

Efectivamente, muy a pesar de que en ningún país de nuestro continente se conmemora el "Día de la Hispanidad", la candidata a vicepresidenta por La Libertad AvanzaVictoria Villarruel, se refirió al 12 de octubre como el día en que "dos culturas se unieron", cuando cualquier escolar sabe que la llegada de los europeos al continente implicó la aniquilación de al menos el 90% de los pueblos originarios desplegados en la región. 

Mientras que Emilio Ocampo, elegido por Milei para cerrar el Banco Central, un patricio que se graduó en Economía en la UBA y tiene un master en Chicago, la cuna del monetarismo, viene sosteniendo que la idea de San Martín como "padre de la Patria", es un "mito". Lo aseguró en una entrevista de 2017, a raíz de una investigación, afirmando que "Si uno es el Libertador de América, ya, de por sí, mira a los demás países desde otro escalón. Alimenta un poco más la idea de excepcionalidad y superioridad, algo que, a los argentinos, se les critica desde tiempo inmemorial". Para completar su currículum baste con saber que este descendiente de Marcelo Torcuato de Alvear y pariente de las hermanas Victoria y Silvina Ocampo, trabajó en los Estados Unidos como ejecutivo del Chase Manhattan, Salomon Brothers y Morgan Stanley. De vuelta en la Argentina, fue director del Centro de Estudios de Historia Económica de la Universidad del CEMA y miembro del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso, otro think-tank neoliberal, en el que figura Manuel Solanet, ex funcionario de la dictadura. Datos que por lo visto ignora o considera irrelevante gran parte del electorado que viene oxigenado a esta calaña de gente. 

Recapitulando - y a propósito del trajinado tema de la violencia política en Argentina -, valdría la pena recordar que el Siglo XX consagró a nivel global a la violencia como ejercicio de la política por otros medios (baste con mencionar apenas los ejemplos de Auschwitz e Hiroshima), lo cual habilita a interrogarse si la temeridad argumentativa de la variopinta fuerza política a que venimos refiriéndonos no está apuntando a legitimar la “banalidad del mal”, aquel concepto acuñado por la filósofa alemana Hannah Arendt para describir cómo un sistema de poder político puede trivializar el exterminio de seres humanos cuando se realiza como un procedimiento burocrático ejecutado por funcionarios incapaces de pensar en las consecuencias éticas y morales de sus propios actos. 

Pues así están las cosas, hasta que el sólido patrimonio humanista de nuestro pueblo, les ponga coto. 

 

El campo popular en Modo Crisálida 

Haciendo gala de algunos de sus despropósitos, Milei, ratificó recientemente que en caso de llegar al gobierno convocará a sesiones extraordinarias del Congreso para impulsar una reforma del Estado, la desregularización del mercado de trabajo, la apertura de la economía y la eliminación del Banco Central. 

En tanto, la CGT está convencida de que Mauricio Macri trabó una alianza estratégica con el economista anarco - liberal. Tal conclusión surgió de una serie de encuentros que mantuvieron algunos dirigentes con operadores del “libertario”, quien hasta ahora tiene como único respaldo formal en el sector al gastronómico Luis Barrionuevo. La evaluación de los gremialistas es que uno de los lazos que terminaron de unir al ex presidente y al candidato de La Libertad Avanza es su común aversión a la legislación laboral vigente.

Por su parte, desde la “Década Ganada” al fracaso de Daniel Scioli, pasando por la disolución de Alberto Fernández, hasta llegar a la significativa desconfianza que inspira Sergio Massa, el peronismo institucional no ha logrado detener la “uberización” del trabajo. A partir de la irrupción del movimiento gestado al calor del 17 de octubre de 1945, el sujeto social que protagonizó dicho acontecimiento ha cambiado radicalmente, sin que eso implique que en su composición actual no vaya a resistir contra las amenazas que le depara el horizonte inmediato.

Si bien es cierto que dos de las tres opciones con mayores chances de cara a las elecciones nacionales coinciden en el propósito de aniquilar la organización popular, el candidato oficialista - cuya trayectoria individual acaso sea aún más turbia que la de sus contendientes - llega a tal disyuntiva altamente condicionado por la configuración de su frente interno, aunque debe admitirse que, en cualquier caso, sin romper con el FMI el destino colectivo irá de mal en peor, y en la continuidad de un endeudamiento crónico hay plena coincidencia entre ellxs. 

No obstante, un país cuyo potencial en bienes comunes explica, entre otras circunstancias, nuestra integración a los BRICS junto a 6 países de los 67 que solicitaron entrar, reúne todas las condiciones necesarias para plantarse ante el mundo y exigir un replanteo de la deuda, lo que mal puede exigir una clase política ideológicamente colonizada por el Norte Global, que por cierto integra plenamente el farsante de Milei. 

En consecuencia, se impone al campo popular comprender que - en tanto hay 6% de desocupación, pero el 49% de la población laboral está en condiciones de precariedad, informalidad e ilegalidad - ya no hay posibilidad de redistribución del ingreso exclusivamente sobre la base del salario, y deben considerarse otro tipo de intervenciones de carácter universal para reconstruir pisos mínimos de ingreso entre los sectores más castigados. 

Además, el proceso de internacionalización del capital obliga a rediscutir el tema financiero, cambiario, y el comercio exterior, frente a un Estado dominado por ese poder mundial, lo cual demanda involucrar a la comunidad mediante mecanismos novedosos como mesas de concertación, a fin de concebir un plan antiinflacionario popular y no continuar parchando los que tanto sufrimiento han causado.

Y un proyecto verdaderamente popular requerirá muy otro manejo de la renta ya no solo agraria, sino también minera, pesquera, en fin, un excedente que, apropiado por el Estado y redistribuido en forma adecuada puede reconstruir nuestro país en favor de su pueblo. Países como Noruega lo han llevado a cabo sin mayores inconvenientes, y no se trata precisamente de un país socialista. 

La crisis civilizatoria en curso demanda a lxs nostramericanxs tener más en cuenta que nunca que para el concepto ancestral de Pacha Mama todo es sujeto y, por ende, digno de máximo cuidado por parte de la comunidad.

La disputa en curso por una nueva hegemonía mundial ofrece inmejorables condiciones para la implementación de políticas soberanas. Eso sí, para implementarlas hará falta contar con una condición que no parece abundar: El patriotismo. -

 

JORGE FALCONE 

domingo, 1 de octubre de 2023

A 78 AÑOS DEL 17 DE OCTUBRE DE 1945: EL URGENTE DESAFÍO DE RESCATAR

UNA ARGENTINA SIN PROYECTO EMANCIPADOR 






























“Creo que el problema que hemos tenido es que después del COVID la gente no quería trabajar tanto. Y eso ha traído un enorme problema de productividad. Les han pagado mucho a los empleados para no hacer demasiado en los últimos años, y necesitamos un cambio al respecto. Hace falta producir un aumento del desempleo. En mi opinión, debe aumentar un 40 o 50%. Necesitamos ver dolor en la economía. Necesitamos que los empleados entiendan que trabajan para el empleador, y no al contrario. Ha habido un cambio sistémico en la economía, que ha hecho que el empleador deba sentirse afortunado de tenerlos. Esa es una dinámica que debemos cambiar. Tenemos que matar esa actitud. Debemos dañar la economía, como lo vienen intentando los gobiernos del mundo entero, para llevarla a algún tipo de normalidad”.

Tim Garner,

empresario británico,

ante el Financial Review Property Summit 2023. 

 

“Nos pasa lo que hoy pasa en nuestro mundo” (*)

Existe bastante consenso en que un riguroso análisis de coyuntura debe partir de un punto de vista geopolítico. Haremos el esfuerzo de estar a la altura de esa prerrogativa.

A pocos días de las elecciones presidenciales en nuestro país, correspondería partir de la base de que, como bien recuerda el politólogo argentino Andrés Malamud - investigador principal en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa -, en los países del Norte Global el resultado de semejantes comicios suele depender del curso de la economía. Ese indicador determina el cambio o la continuidad de una gestión. 

En el mundo periférico, la economía también es un factor fundamental, solo que - por ejemplo en Sudamérica - el 80% de las posibilidades de reelección de un primer mandatario depende de dos factores que él no controla: El precio de las commodities (últimamente determinado por el crecimiento de China y sus inversiones en la región, factor que oxigena tanto a un Estado como a la comunidad a la que intenta responder) y la tasa de interés internacional (que, al subir, succiona los capitales internacionales, que emigran hacia las grandes potencias) 

A partir de estos datos, vale la pena refrescar que hacia 1990, cuando cae el Muro de Berlín, el 60% del PBI mundial estaba en manos de Occidente (EEUU, Canadá, Europa Occidental) + Japón. En Asia hoy reside el 60% de la humanidad y, a la fecha, su economía es superior a la de los países llamados desarrollados. En conclusión, el mundo ha dejado de ser occidental céntrico. De ahí que muchas ideas del candidato anarco liberal Javier Milei, como la de alinearse con EEUU e Israel - más allá de cualquier ponderación ideológica - sea absolutamente anacrónica.

El proceso descripto se incrementó durante la pandemia del COVID 19.

Europa cuenta con un pasado luminoso y una relativa estabilidad, siempre sujeta a que en cualquier momento estalle una guerra como la que hoy tiene lugar entre la OTAN y la Federación Rusa. Así, la economía acompaña a la demografía y, simultáneamente al decrecimiento poblacional de occidente, se viene produciendo un significativo crecimiento de Asia (con India a la cabeza) y África - el continente donde se originó la humanidad -, que hoy se perfila como el gran protagonista del futuro. Si las cosas van bien, hacia 2100 será el motor del crecimiento económico mundial, y si van mal, hará estallar el mundo conocido.

Por lo demás, como ocurriera en 1986 con Cherbobyl, dada la rotación de la tierra y de los vientos, el efecto más nocivo no se hizo sentir tanto en oriente como en occidente. Hoy la defensa de la existencia de algunos países se realiza con alto riesgo nuclear. Y existiendo centrales atómicas, no hace falta temer exclusivamente a que alguien oprima el temido botón rojo. De manera que el único planeta - hogar con que contamos no parece ser el lugar ideal para relajarse y gozar.

En este momento, los dos focos de conflicto geopolítico - el anteriormente mencionado y Taiwán - comprometen insumos alimentarios (diverso tipo de cereales) y tecnológicos (chips) de primera necesidad para sobrellevar nuestra existencia. La dependencia de ambos recursos nos afecta cotidianamente. 

En la mayoría de los países empobrecidos la escasez de alimento genera revoluciones. En Nuestra América, sin embargo, los últimos estallidos se han originado en el aumento de las tarifas y el transporte, como ocurrió en 1989 en Venezuela, en 2013 en Brasil, en 2019 en Chile, y en Argentina se considera que esas tarifas están muy bajas, lo que instala nubarrones en nuestro horizonte inmediato. 

Así como en otros lugares estos fenómenos generan Golpes de Estado (tal el caso de algunos países de África), de momento en nuestro continente se destituye a los presidentes por juicio político y explosiones sociales.

Un dato no menor de este damero del Siglo XXI es que China ya es el principal inversor global, y en este momento nuestro intermediario regional con dicho flujo económico es Brasil. 

Las tres opciones locales con más chance de imponerse en octubre ofrecen diferentes perspectivas de alineamiento con el escenario descripto: Ya hemos mencionado la inclinación de La Libertad Avanza, Juntxs por el Cambio procura mantener cierto equilibrio, mientras Unión por la Patria prefiere recostarse sobre los BRICS ampliados. 

En tanto, las tendencias que generan mayor inestabilidad en nuestro continente son la pobreza, la informalidad laboral (Argentina está llegando al 50%), y la violencia (aunque nuestro país tiene una tasa de criminalidad 6 veces menor que Brasil o EEUU) 

En todo tiempo y lugar, para reelegir una gestión conviene ser gobierno; en nuestra latitud, a partir de 2018 vienen perdiendo todos los oficialismos. 

En Argentina, terminen su mandato o no, hasta ahora la democracia se muestra resiliente. 

Contra toda previsión, en las recientes elecciones intermedias un candidato sin estructura nacional se impuso en 16 de 22 distritos, en un país donde las encuestas más frescas demuestran que nuestro electorado actual ya no vota por ideologías. Ahora, al voto lo determina la clase social. Sin embargo - y esta es la novedad -, el voto a Milei es indistinto. Se compone mayoritariamente de jóvenes, de varones, y es policlasista. El AMBAcentrismo de las encuestadoras no lo vio venir, porque solo barajó lo que terminó ocurriendo en el centro del país: Salió tercero en Buenos Aires y en CABA, pero sorprendió imponiéndose en la mayor parte del interior. 

A ello se suma que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho especial hincapié en la necesidad de acelerar la reducción del déficit fiscal para bajar la inflación y encarrilar la economía argentina, una meta que quedó plasmada de manera muy nítida en las últimas declaraciones de Kristalina Georgieva y del staff del organismo. Los recientes anuncios del ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, incluida la eliminación del pago del impuesto a las ganancias para la gran mayoría de los trabajadores, marcha en la dirección opuesta, abriendo un nuevo punto de fricción con Washington.

Para más dato, un informe del banco de inversión J.P. Morgan prevé que la inflación en la Argentina llegará al 190% anual en diciembre luego de que el alza del costo se mantenga en los dos dígitos mensuales durante lo que resta del año debido a la devaluación y la ausencia de un plan de estabilización que ancle la economía.  

Vergonzosamente, la burocracia de la central obrera solo atina a movilizarse para agradecer al gobierno las necesarias, pero muy probablemente tardías, medidas económicas “reparatorias” adoptadas por el ministro candidato en virtual ejercicio de la presidencia. 

Si bien Buenos Aires puede no definir la elección, indudablemente gravitará en la estabilidad del futuro presidente. De modo que, de imponerse Milei en la Nación y Kiciloff en provincia, el panorama que nos espera será sumamente turbulento. 

Resumiendo, digamos que Argentina viene siendo gobernada por un parlamento compuesto por un 90% de porteñxs que lejos está de comprender al país profundo. 

En conclusión, dependemos de un mundo que no está en calma, se viene otro tarifazo - lo cual suele propiciar estallidos sociales -, y muy probablemente vaya a gobernarnos un primer mandatario de popularidad efímera, carente de un escudo parlamentario que lo respalde, con todo lo que semejante combo depara. 

 

“Algo se está gestando / Lo siento al respirar” (**) 

A propósito de este último panorama, en su reciente e ineludible ensayo titulado El Nudo, el periodista Carlos Pagni - acaso el analista político liberal más lúcido, riguroso, y de mayor sentido común con que cuenta la Argentina - se detiene a considerar tres antecedentes nodales en la configuración de nuestro presente. 

El primero es la traumática fractura entre la provincia y la ciudad de Buenos Aires ocurrida durante el Siglo XIX, que dejó un tendal de muertos detrás, y que - según el autor - prologó el desarrollo de ese conurbano al que asigna una gravitación determinante en el acontecer nacional. 

El segundo consiste en el 17 de octubre de 1945 - ese gran parteaguas de la historia nacional -, que supuso la irrupción de un conurbano industrializado y sindicalizado, fundamentalmente a partir del proceso de sustitución de importaciones originado desde 1930. Perón canalizó dicho fenómeno dentro de un cauce capitalista/distributivo, propio de los Estados Benefactores de la época.

Y el tercero remite al Argentinazo de 2001, cuando - siempre a juicio de Pagni - se revirtió lo ocurrido en 1880 con Roca, y el conurbano, Duhalde mediante, se apropió del destino nacional. Sus herederos fueron los Kirchner, que perfeccionaron ese modelo. 

Son los prolegómenos de un país no solo con pobres, sino con pobreza estructural. 

La tracción natural que aún ejerce el conurbano bonaerense para la inmigración del interior contribuye a mantener en torno suyo una descomunal masa de asistencializados sometidos a una suerte de sub vida, que han venido constituyendo hasta ahora la clientela - cada vez menos cautiva - de la clase política. 

El conglomerado social anteriormente aludido hoy se ve afectado por múltiples flagelos, entre los que se destaca el narco, que ha contribuido a transformar regresivamente los códigos delictivos, como bien lo viene explicando la consultora política Mayra Arena. 

Y el significativo estancamiento de nuestra economía probablemente esté entre los factores determinantes de un posible agotamiento del ciclo kirchnerista. Si en la próxima elección el oficialismo perdiera la provincia de Buenos Aires - convengamos que ni el progresismo ni la honestidad de su actual gobernador han logrado constituir un esquema de poder sustitutivo del de los intendentes -, eso abriría una crisis en el peronismo de una magnitud acaso superior a la que desencadenó en 1983 su derrota electoral ante el alfonsinismo. 

Un trabajo de opinión pública a nivel nacional realizado por la consultora Opina Argentina y publicado en septiembre, marcó que tiende a haber un escenario de ballotage entre Milei, con un 34%, superando a Massa, que se queda con un 29%. Otro más reciente, de Atlas Intel, sostiene que Massa creció y se ubica primero, con Milei y Patricia Bullrich en un empate técnico. En las últimas horas trascendió que el candidato presidencial de Unión por la Patria tiene cierto temor de quedar primero en las elecciones generales, dado que, si bien no llegaría como para ganar en primera vuelta, la tradición muestra que aquel que gana en octubre le cuesta mucho ganar después. 

¿En qué podría derivar un avance de Milei imponiéndose sin apelar al clientelismo proverbial de la clase política venal y rentista que ha venido gobernando hasta la fecha? Por ahora cuesta imaginarlo.

Según las encuestas realizadas por el jesuita Rodrigo Zarazaga - Director del Centro de Investigación y Acción Social CIAS -, el electorado se va volcando cada vez más hacia la infraestructura (por ejemplo, cloacas o salud) y menos hacia los subsidios (por caso, la AUH)

Un país carente de modelo productivo desde hace medio siglo, hoy padece las consecuencias de una macroeconomía desacelerada, cuyo saldo es la reducción del PBI per cápita, lo cual impacta severamente en el mundo del trabajo, generando consecuencias tan dramáticas y novedosas como la proliferación de trabajadorxs formales que viven por debajo de la línea de pobreza, cuadro al que se suma la creciente sustitución de mano de obra por vía tecnológica, y la escasa oferta en capacitación que existe para alivianar dicha tendencia. 

 

“¿Qué hacer?” (***)

"Un pueblo no se moviliza sólo por pan sino por un pan bendecido, esto quiere decir: no nos llena un alimento efímero sino el goce de una esperanza duradera".

Rafael Bautista Segales

Filósofo boliviano

 

Muchxs cientistas sociales coinciden en fincar un hito trascendente del pasado siglo en el advenimiento del peronismo original, que dio por tierra durante casi una década con el modelo de la Argentina oligárquica y pastoril sostenido hasta la llamada Década Infame. Existe bastante consenso, a su vez, acerca de que el remanente de aquel legado fue cruentamente desmontado a partir del último golpe cívico - militar genocida, que rediseñó al país para insertarlo como una colonia más en el mundo globalizado por venir, status vigente hasta nuestros días, muy a pesar de su maquillaje “democrático”. 

Según la aguda tesis del ensayista Alejandro Horowicz, esta “democracia de la derrota” es la resultante de dos derrotas previas ocurridas durante el régimen de facto: A nivel nacional, la de la causa revolucionaria; y a nivel regional, la de la Guerra en el Atlántico Sur.

Derrumbado el régimen de facto por el peso de su propio descrédito, más que por imperio de un irrefrenable alzamiento popular, la hegemonía social de los sectores medios que caracterizó al primer mandato del período constitucional a punto de cumplir 40 años, impuso un sentido común cimentado en la conciencia culposa de dicha franja social por no haber tomado partido cuando en nuestro país la lucha de clases escaló al extremo del enfrentamiento armado. Y lo hizo responsabilizando por igual de sus consecuencias a víctimas y victimarios, a insurgentes  y a verdugos saqueadores, mediante la fórmula que dio en llamarse Teoría de los Dos Demonios, ideario que - paradojalmente, o no tanto -,  reaparece en nuestros días de la mano de un negacionismo que va mucho más lejos, en tanto busca anular la responsabilidad de los represores y concentrarla en todo aquel que por entonces haya observado una conducta insumisa, procedimiento que simultáneamente oficia como advertencia punitivista contra un nuevo ciclo de resistencias en gestación. 

Ante tal panorama, desde un progresismo con la pólvora mojada, pagador serial de una deuda centenaria que le impide distribuir equitativamente la riqueza, hasta una izquierda parlamentaria que - pese a sus nobles propósitos - se aviene a las reglas de juego institucionales impuestas por el poder constituido, el pueblo argentino ha quedado huérfano de un proyecto emancipador capaz de priorizar el interés nacional respondiendo taxativamente a la postergada demanda de lxs más humildes. 

Las consignas que hoy difunde la campaña electoral proponen “un país ordenado”, “un país normal”, o aseguran tener “a quien lo haga”. Pero lo cierto es que, desde 1974, no entra en debate un Proyecto Nacional sistemático y con proyección estratégica. Puede que al oficialismo le ordene la tropa que la Vicepresidenta haya abandonado su mutismo de los últimos tiempos y vuelto a dar la cara a partir de su última aparición pública en la UMET, pero más allá de desplegar una oratoria que se despega de la media de lxs candidatxs, el grueso de su discurso sigue ponderando las bondades de una “década - supuestamente - ganada”, mientras el candidato de La Libertad Avanza levanta polvareda en el interior, retorna a las barriadas el trueque de ropa por comida, y comienzan a proliferar en las redes sociales amenazas maccartistas contra la militancia rebelde, bajo la consigna “lxs zurdxs van a correr”. 

Aquí cabe rescatar un párrafo completo del artículo que escribiera recientemente Martín Mosquera para la revista Jacobin, que nos parece destacable en su percepción sociológica: “El desempeño de Javier Milei está estrechamente relacionado con lo que probablemente sea el acontecimiento fundamental de esta coyuntura: la crisis del peronismo, el cuerpo celeste en torno al cual orbita el sistema político argentino desde 1945. El peronismo no es un partido como cualquier otro. Su capilaridad social, su mímesis con las estructuras del Estado, sus redes territoriales (militantes o clientelares), su vínculo con el movimiento obrero y los movimientos sociales, lo vuelven una fuerza política de una resiliencia pocas veces vista. Entre 1946 y 1983 nunca perdió una elección en la que estuvo presente (es decir, en la que no estuviera proscripto) Su piso electoral cuando se presentó de forma unificada giró siempre en torno al 40% en elecciones presidenciales. En el marco del sistema actual de primarias, su resultado más modesto fue en 2015 cuando alcanzó el 38% de los votos, pero competía en esa oportunidad con otra lista peronista que llegó al 14%. El 13 de agosto pasado acudió a las urnas unificado (pero dividido en dos listas internas, lo que probablemente evitó una caída mayor) y su caudal de votos se redujo al 27%. Por primera vez, el peronismo está a punto de perder la mayoría en el Senado y está cediendo el control de gobernaciones consideradas históricamente como sus bastiones (Santa Cruz, San Juan y Chaco son ejemplos notables)”. 

A nuestro entender, desde el progresismo y la izquierda se ha perdido mucho tiempo caricaturizando a Milei como un esperpento, cuando en realidad constituye la expresión geopolítica local de este capitalismo trasnacional apocalíptico que aspira a abortar el Mercosur, bloquear el avance de los BRICS ampliados, apropiarse del Triángulo del Litio aliándose con el Perú golpista para obturar el corredor bioceánico que desde Bolivia podría conectar a China con Brasil, y otros tantos objetivos del Norte Global. 

Acaso “tarde, pero seguro” - como reza el refrán -, en algunas de las numerosas usinas de pensamiento crítico que quizás venga nucleando menos el amor que el espanto, comienzan lentamente a consensuarse algunos acuerdos muy elementales, casi se diría que de sentido común, tan válidos para quienes consideran al voto la única herramienta capaz de transformar la realidad, como para quienes prefieren dar la espalda al poder constituido y continuar apostando por cambiar la hegemonía social desde las bases. Los más generalizados son: 

·        Romper con el FMI, instrumento y sustento de las políticas imperiales. 

·        Desmontar el modelo extractivista y establecer un nuevo Pacto con la Naturaleza.

·      Conformar un Fondo Nacional de Desarrollo, integrado con los recursos que no irán al pago de deudas fraudulentas, poniéndolos al servicio de una economía popular autogestiva - particularmente en la producción del sector alimentario - y la distribución planificada de alimentos, mecanismo que debería quedar sujeto al control social del nuevo Estado, conjuntamente con el pueblo organizado.

·    Apuntar a la construcción de un Estado Plurinacional, que reconozca la identidad y dignidad de los pueblos originarios, condene el genocidio fundante y su continuidad, y asuma las reparaciones que correspondan.

·      Ejercer la más absoluta solidaridad activa con toda forma de resistencia encarada por  nuestro pueblo contra este sistema promotor de muerte.

·       Impulsar un nuevo modelo económico - social/estatal que no esté guiado por las leyes del mercado, la competencia y las mayores ganancias, sino por la cooperación, de cara a una sociedad más justa.

En el escenario político imperante, va de suyo que la programática esbozada trasciende con creces las posibilidades de la actual oferta electoral, y más bien parece depender de un fenómeno disruptivo que sería poco serio aventurar, pero que en las dramáticas condiciones socioeconómicas actuales no convendría descartar. 

Sin embargo, detalle más detalle menos, hasta que el dedo de las mayorías vuelva a hundirse en el colchón de la Historia y la mayor cantidad de bolitas dispersas vuelva al hoyo, no es mal comienzo para volver a creer en un destino más noble para el país, en el mundo que nos toca. - 

 

JORGE FALCONE 

 

(*)    Frase de un verso del poeta revolucionario turco Nazim Hikmet.

(**)   Estrofa de la canción Sudamérica, de la banda de rock nacional Arco Iris. 

(***) Título del texto canónico de Vladimir Illich Ulianov (Lenin)