miércoles, 1 de mayo de 2024

Frente al intento de desguace de la Nación Argentina

EL PLAN DE LUCHA DE LA CGT COMO ESCENARIO

FAVORABLE PARA EL REAGRUPAMIENTO DEL CAMPO POPULAR

“Lo que se discute es un modelo de país, un rumbo a favor de ampliar los derechos o de restringirlos en beneficio del negocio, del lucro y la acumulación capitalista. Por eso, aunque para algunos, solo se trata de presupuesto, la realidad va más allá y se discute el tipo de sociedad necesaria en esta tercera década del siglo XXI”. 

Julio C. Gambina

Economista marxista y profesor universitario argentino, especializado en economía política, economía mundial, integración, deuda externa y otros asuntos sociales y políticos.

 

Urge transformar nuestro modelo laboral 

El Siglo XXI ha sido testigo de una reconfiguración radical en la forma en que trabajamos. La Revolución Tecnológica ha dado lugar a cambios sin precedentes en la estructura y la naturaleza del empleo, transformando los procesos de producción, la comunicación y la interacción entre empleadores y empleados.

Los avances en inteligencia artificial, robótica y aprendizaje automático han llevado a la automatización de tareas rutinarias y repetitivas en diversos sectores. Esto ha generado una significativa pérdida de empleos, y propiciado la demanda de una mano de obra mucho más calificada en roles relacionados con la tecnología, como la programación, el análisis de datos y la ciberseguridad.

La innovación tecnológica también ha facilitado la adopción masiva del trabajo remoto y la flexibilización laboral, con su consiguiente saldo de precarización. Cada vez más empresas permiten a sus empleados trabajar desde el hogar o en espacios compartidos, lo que ha eliminado las barreras geográficas y ha generado un cambio en la cultura del trabajo. Tal circunstancia puede mejorar la conciliación entre el empleo y la vida personal, pero también exige una mayor autodisciplina y administración del tiempo. 

Así, la economía de los trabajadores independientes ha surgido como una fuerza dominante en el actual contexto. Plataformas digitales como Uber, Airbnb y Upwork han creado oportunidades para que las personas trabajen de forma autónoma y generen ingresos a través de trabajos ocasionales o proyectos a corto plazo. Si bien esto proporciona una apariencia de libertad, también contribuye a una desregulación extrema del empleo incorporando riesgos en materia de seguridad laboral, protección social y derechos del trabajador y la trabajadora.

En un entorno en constante cambio, el aprendizaje continuo y la adaptabilidad se han convertido en habilidades muy preciadas. Los avances tecnológicos rápidos requieren que los trabajadores adquieran nuevas destrezas y se actualicen constantemente para mantenerse relevantes en el mercado laboral. Esto ha llevado al surgimiento de plataformas de aprendizaje en línea, programas de capacitación corporativa y una mayor importancia de la educación a lo largo de la vida.

La conectividad global ha permitido - allí donde está garantizada - una mayor colaboración entre personas de diferentes países y culturas. Las empresas pueden aprovechar talentos de todo el mundo a través del trabajo en equipo virtual y la externalización de tareas. Esto ha llevado a una mayor diversidad en los lugares de trabajo, lo que puede generar beneficios en términos de innovación, creatividad y resolución de problemas. 

No obstante, como respuesta al impacto tecnológico en la pérdida de puestos de trabajo, se impone disminuir las horas laborales sin pérdida salarial, una disputa compleja en un mundo cada vez más inequitativo. Nunca en la historia humana hubo una capacidad productiva semejante, y nunca tan pocos produjeron para tantos. Tal circunstancia hoy conduce a una disyuntiva de hierro: O reducimos la jornada laboral habilitando tiempo ocioso (disfrute de la vida) o se agudizará una cada vez más desigual distribución del ingreso.

Sin embargo, el 50% de nuestros compatriotas la pasa mal, pero ha venido apostando - con más fe que raciocinio - a que nuestro Presidente pueda resolverlo. El peronismo - último movimiento histórico que alguna vez dignificó a los trabajadores -, al igual que la sociedad toda, se muestra desarmado ante el presente, y solo atina a invocar su Edad Dorada.

 

“Nunca estuvo tan oscuro como antes de aclarar”

En 1930 Antonio Gramsci, encarcelado por el fascismo italiano, escribía en los Quaderni del carcere una de sus frases más conocidas: “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en ese interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”. Esa frase se redacta en un momento de crisis orgánica del capitalismo - otro concepto clave en el universo intelectual gramsciano -, tras el crack bursátil de 1929; una crisis económica y social que fue también política, de las democracias liberales y del orden internacional de posguerra, esa particular versión de un statu quo basado en el capitalismo de libre albedrío. 

Gramsci, desde su contemporaneidad, pudo ver lo que años después sería ampliamente asumido por la historiografía y la conciencia colectiva: que esa etapa constituía un “interregno” que mostraba tanto el agotamiento de las estructuras vigentes, minadas por sus contradicciones y límites, como la incapacidad de las clases dominantes para darles respuesta, dando paso a nuevas formas de autocracia, al fascismo, al militarismo y a la guerra. Solo después de la derrota del fascismo en 1945 podría emerger “lo nuevo”: los inéditos pactos socioeconómicos que durante varias décadas hicieron viables, en términos materiales y de legitimidad, los respectivos proyectos políticos de Occidente, del socialismo real y de los nuevos Estados poscoloniales, y un sistema internacional basado en la bipolaridad - hoy en plena transición -, capaz de proporcionar relativa estabilidad y orden en sus respectivas áreas de influencia.

Pero, ¿a qué se refería exactamente Gramsci al hablar de interregno? Se trata de una metáfora, y ni él mismo ni otras figuras posteriores lo han conceptualizado o teorizado en detalle. Sin embargo, del texto en que aparece - un fragmento de la serie “Pasado y presente” de los Quaderni - se pueden extraer claves útiles. Para Gramsci, partiendo de su propio contexto histórico de entreguerras, la crisis era sobre todo una crisis de autoridad motivada por la erosión del consenso, en la que las clases dirigentes ya no podrían seguir ejerciendo su dominio a través del consentimiento y se verían compelidas a recurrir a la coerción (cualquier semejanza con nuestro contexto presente… ¿es pura coincidencia?)

Un momento, en suma, de pérdida de hegemonía, en el sentido gramsciano, de coerción más consentimiento, que involucra tanto al aparato del Estado como a la sociedad civil. Lo que caracteriza el interregno es la imposibilidad de resolver esa crisis con el mero recurso a la coerción, o de retornar a consensos que dejaron de existir, al tiempo que no aparecen actores o proyectos con capacidad de ganar amplia aceptación y legitimidad. Así, reinaría un “escepticismo difuso” y una política “realista” y “cínica”. Sería el momento de los “síntomas mórbidos” de alcance masivo, que emanan de un viejo orden en descomposición: amplias expresiones de descontento, violencia política abierta y ascenso del extremismo; todo lo cual, de nuevo, tiene clara resonancia para el momento presente, en el que es preciso entender que el de Javier Milei no constituye apenas un nuevo gobierno, sino un nuevo orden político. Cuanto más tiempo tardemos en interpretarlo, mayor será el daño infringido sobre el cuerpo de la Nación Argentina.

 

Para un nuevo orden político,

una nueva representación de lo popular 

A menudo - no siempre -, la geopolítica global ofrece un panorama más esperanzador que los fenómenos locales. En efecto, durante los últimos días Egipto, Sudáfrica, Arabia Saudí, Ghana, Nigeria, Camerún, Senegal y Argelia comenzaron a tramitar el retiro de sus reservas de oro nacional de EEUU. Si lo consiguen, bien puede convertirse en la punta de lanza para producir un colapso del patrón monetario dólar y, por ende, una herida grave para la economía, la confianza, y el poder del Gran País del Norte.

En tanto, en esta castigada latitud del Cono Sur sometida a la demoledora experiencia anarco - libertaria, la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de Ley Ómnibus con que el gobierno pretende ratificar su rumbo de desregulación de la economía, destrucción de la industria nacional, eliminación de derechos laborales y jubilatorios, privatizaciones de empresas estatales, la vuelta al Impuesto a las Ganancias y la disolución de organismos que fueron clave en la historia nacional, entre otros puntos.

La sanción en general del proyecto tuvo 142 votos a favor, 106 en contra y 5 abstenciones. Luego, legisladores de la oposición pidieron la votación nominal de varios artículos y se trataron cuestiones de privilegios.

En las horas siguientes se abordó la discusión sobre las facultades extraordinarias delegadas al Presidente, el cierre de organismos públicos, la primera tanda de privatizaciones de empresas estatales y la reforma laboral, entre algunos de los puntos votados de manera nominal. Digámoslo con todas las letras: El mono obtuvo su navaja. Y eso era lo que esperaba el FMI para darle aire. 

Los diputados que respaldaron la iniciativa fueron los que integran el bloque oficialsta de la Libertad Avanza (LLA), en su totalidad, los del PRO de Mauricio Macri, Hacemos Coalición Federal conducido por Miguel Pichetto, y la UCR que responde a Rodrigo de Loredo, salvo algunos legisladores más críticos.

También fueron de la partida los integrantes de Innovación Federal, el bloque integrado por una decena de diputados de Salta, Misiones, Río Negro y Neuquén. De la misma manera acompañaron los del Movimiento Popular Neuquino (MPN) 

Las fuerzas políticas que rechazaron la iniciativa en su totalidad fueron Unión por la Patria (UxP) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT)

En disidencia con sus bloques votaron la cordobesa Natalia de la Sota y algunos legisladores del socialismo santafesino. 

Los radicales Facundo Manes, Pablo Juliano, Fernando Carbajal y Marcela Coli tampoco acompañaron a su bancada, pero se abstuvieron. Mónica Frade de la Coalición Cívica (CC) también se abstuvo.

En la medida en que una franja cada vez mayor de la sociedad argentina va comprendiendo que la ineptitud de la clase política que ha venido gobernando nuestros destinos hasta diciembre de 2023 nos trajo hasta esta calamitosa encerrona, ante este resultado no debiera caber ni sombra de duda en cuanto a que el de “infames traidores a la Patria” es el calificativo más liviano que le cabe a sus integrantes. Pero esta afirmación no debe ser entendida como la mera catarsis de quien escribe estas líneas, sino como parte de la certeza de que el momento que vivimos las y los argentinos es la demostración palmaria del agotamiento de una forma de concebir y ejercer eso que hemos venido llamando “democracia”, y exige el urgente desenmascaramiento de quienes lo han usufructuado en su beneficio hasta ahora. 

No hace falta adherir a la tradición insurreccionalista del pueblo argentino, que en momentos de infamia ha demostrado ser capaz de pasar página mediante 17s de Octubre, Cordobazos o Argentinazos, para llegar a esa ineludible conclusión.

Es más, si conserváramos la dignidad de aspirar a algo más que abrazar males menores, deberíamos coincidir en que, aunque intenten recuperar centralidad quienes nos hipotecaron desde Scioli a Massa y llamaron a “no hacer olas” (sino más bien a esperar que Milei se cocine en su salsa), un pueblo sin representación mayoritaria se ha puesto en marcha.

De nada vale entonces señalar la vocación extractivista del gobierno actual, cuando durante la “Década Ganada” se silenció la lucha de todas las asambleas ambientales del interior contra ese flagelo que viene enajenando nuestros bienes comunes prácticamente desde la recuperación del orden constitucional. Mucho menos tener la caradurez de compararse con el pueblo n’avi de la película Avatar (2009, James Cameron), que en esa ficción enfrenta con armas totalmente artesanales una invasión de terrícolas belicistas y saqueadores que aspira a arrebatarles ni más ni menos que el fluido que les suministra el Árbol de la Vida.

Pese a todo eso, hay una realidad incontrastable que sería de necios negar: Cristina, para muchxs compatriotas, continúa siendo el tuerto en el país de los ciegos. Y es cierto, más allá de las magistrales intervenciones parlamentarias de la entrañable “Rusa” Bregman, la ex Vicepresidenta de lxs argentinxs conserva llegada a un importante sector del peronismo y hay que reconocerlo. Pero eso no implica en modo alguno que su adhesión a un “capitalismo en serio” augure un futuro venturoso para nuestro pueblo, sino que - en todo caso - solo da cuenta de lo que nos falta como sociedad para recuperar las programáticas más intransigentes que fuimos capaces de gestar a lo largo de décadas de lucha sin cuartel contra los poderosos.

Acaso la lección más valiosa que vienen dejando las últimas horas consista en tomar nota de que ningún porvenir próspero que nos espere se definirá en El Palacio, sino que será La Calle la que tenga la última palabra. 

Se demostró hace muy poco: Consecuente con la habitual propensión del oficialismo a la provocación berreta, días antes de la descomunal movilización federal de obreros y estudiantes en defensa de la educación pública, el ministro Luis Caputo - versión local de Ralph El Demoledor, con perdón de ese simpático personaje Disney - declaró: "Es un berrinche, ven afectado su negocio"

Sin embargo, después, la realidad le contestó con un infrecuente acontecimiento de masas que superó el millón de personas colmando las calles de todo el país, y ratificando su disposición a decirle “no en nuestro nombre” al desmantelamiento de las universidades nacionales. Resulta improbable que dicho fenómeno no haya involucrado parte del 56% de votantes de La Libertad Avanza. 

Pese a que desde sus granjas de trolls hacen lo indecible por bajarle el precio, resulta difícil ocultar el salto cualitativo que viene experimentando la lucha popular. Costará, a partir de ello, sostener la idea derrotista de que toda la juventud está con Milei.

Si este pueblo que comienza a reagruparse sabe aprovechar la oportunidad histórica que ofrece la escalada prevista por el Plan de Lucha en marcha, es de esperar que más temprano que tarde dará a luz una nueva dirigencia forjada a pie de calle, y capaz de revertir el desguace que viene sufriendo la Nación.

Estas no son motivadoras frases de autoayuda para momentos difíciles. Porque el termómetro de cómo están los ánimos de la clase trabajadora no son precisamente Los Gordos: En las últimas horas la metalúrgica WEG de la ciudad de Córdoba amaneció con los portones bloqueados y en paro por el despido de 30 compañeros. Ahí se fabrican motores de electrodomésticos, y una de sus principales clientes es MABE, empresa que viene de despedir a 200 trabajadores y trabajadoras.

Por su parte, el gremio de Aceiteros ya se ha declarado en pie de guerra contra la Ley Ómnibus y el paquete fiscal que reincorpora Ganancias, anunciando un paro por tiempo indeterminado que pega en el corazón de la economía afectando al 80% de las exportaciones.

Eso no es todo. También se anuncia, para antes del próximo paro de la central obrera, un cese total de tareas en los transportes aéreo, terrestre, portuario y marítimo rechazando igualmente la vuelta de Ganancias. Será una medida imposible de ocultar al mundo.

Como reza una consigna que circula por allí: “Es ahora”. Corresponde decir “basta” de cara al primer Día Internacional de las y los Trabajadores bajo el régimen autócrata de La Libertad Avanza. No hay más tiempo que perder.

Y, con o sin orientación de la dirigencia cegetista, el Paro Nacional del 9/5 TIENE QUE SER ACTIVO, a como dé lugar. Concentrando adonde “atiende Dios” o en la plaza de cada barrio, graffitiando, stencileando, muraleando, produciendo intervenciones teatrales relámpago. Nuestro capital más rentable es la imaginación. Es hora de invertirlo.

En conclusión, hay mucho por hacer, y es titánico el esfuerzo que demandará. Una frase escuchada recientemente, atribuida a un paisano jujeño anónimo, acaso aporte alguna clave para dar el primer paso: “Estamos rodeados… ¡No los dejemos escapar!”. –

 

JORGE FALCONE

lunes, 1 de abril de 2024

URGE QUE LA ARGENTINA PROFUNDA

PONGA EN ACTO SUS MEJORES RESERVAS

Soldado argentino tomando prisioneros británicos (Abril 1982)

 

Breve diagnóstico a vuelo de pájaro del “Patio Trasero” del Imperio 

Según Andrés Malamud, politólogo argentino residente en Lisboa, tanto en atención a su objetiva extensión geográfica y densidad demográfica, como a la incidencia que adquiere en los foros internacionales, así como a las redes asociativas con que se vincula, Nuestra América resulta una región irrelevante a consideración de las naciones más poderosas, dado que padecemos de un crecimiento poblacional regresivo, mercados estancados, y carecemos - afortunadamente - hasta de la notoriedad que otorga una guerra como la que hoy sufre Eurasia.

Nuestras fronteras continentales son estables, aunque porosas, como lo evidencia el narcotráfico. Sin embargo, vivimos en una zona inestable políticamente y muy asimétrica económicamente. Es además el lugar más violento del mundo en tiempos de paz. A ello se agrega que tanto la pobreza como la informalidad crecen, y eso complica el ejercicio de políticas públicas. Por otra parte, en los últimos años nuestra dependencia económica del Norte Global ha crecido en forma exponencial. Así, hoy por hoy, nuestra relativa autonomía regional también depende de esa irrelevancia que nos asignan las naciones desarrolladas.

Vivimos en democracias estancadas, gran parte de las cuales no han conseguido garantizar la Justicia Social. La mayoría son interpeladas por sus bases sociales, pero aún los parlamentos procesan ese descontento, y padecen la erosión trasnacional del Estado ejercida por el crimen organizado. Nuestros gobernantes, por ende, hasta que dicho orden sea modificado, serán meras figuras decorativas al arbitrio del poder real, que maneja la economía y las armas. 

Los 40 años de democracia fallida transcurridos desde la dictadura oligárquico - militar genocida son un compendio de tales indicadores, frente a los cuales el electorado local ha respondido con peligroso hartazgo.

El alineamiento geopolítico incondicional del gobierno argentino con el eje EEUU - Israel coincide con el repliegue gradual del Imperio sobre su “patio trasero”, lo cual radicaliza la ofensiva extractivista que padece la región, oportunamente anunciada por la Generala Laura Richardson, Jefa del Comando Sur. Así, la gestión libertaria potencia la agresión del Norte Global sobre nuestro país, para exhibir como presea ante el mundo la suerte que correrán las naciones díscolas, como lo fue la nuestra - por citar un ejemplo - al sostener una política de neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial.

Apelando a argumentos ideológicos propios de la Guerra Fría, el Ejecutivo Nacional mantiene una política de impugnación a los gobiernos progresistas de Nuestra América, constituyéndose en ariete de lo que va adquiriendo visos de batalla terminal por defender un mundo unipolar en agonía, aun incurriendo en el doble discurso de repudiar a China en plena campaña, y poco después enviarle a su Primer Mandatario una respetuosa carta de salutación en pos de auxilio financiero. 

La doble vara oficial, capaz de fustigar las declaraciones de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo tildándolas como destituyentes, mientras en la sede argentina de Caracas refugia a conspicuos golpistas venezolanos como María Corina Machado, cómplice de la fallida sublevación escuálida que en abril de 2002 atentó contra la vida del Cdte. Hugo Rafael Chávez Frías, erosiona cada vez más la imagen de nuestra diplomacia actual ante los foros internacionales.

El resto consiste en negar enfáticamente el genocidio perpetrado por el sionismo en Gaza, o guardar silencio respecto al proceso de disolución nacional que hoy padece Haití - cuyo pueblo, entre 1793 y 1802, protagonizara la primera revolución llevada a cabo en Nuestra América, enfrentándose a ingleses y franceses -, hoy asediado por bandas armadas facciosas alentadas desde el Imperio.

 

La Casa Rosada en manos de un recién llegado a la política 

Hay bastante coincidencia entre los cientistas sociales acerca de que el estancamiento de nuestra economía desde 2012 y la consecuente pérdida de poder adquisitivo de la población estuvieron entre las razones que explican el triunfo de Javier Gerardo Milei. 

Pero existe, a la vez, un cambio demográfico - no necesariamente ideológico - en todo el mundo que explica mejor esa circunstancia: Según un reciente artículo del Financial Times, mientras las mujeres jóvenes conservan una orientación progresista, es la primera vez en la Historia que la nueva generación de varones heterosexuales de entre 16 y 28 años es más conservadora que la anterior. Ese fenómeno coincide con el incremento del cuentapropismo y la llamada “uberización” del trabajo, y contiene un alto componente anti progresista, gestado durante el confinamiento pandémico, que dejó en dicha franja etaria una adhesión mayor al concepto de Libertad que al de Justicia Social. 

Y el otro factor que contribuyó con la victoria de La Libertad Avanza fue la pobrísima oferta electoral alternativa, tributaria del desatino y la falta de audacia de quienes gobernaron hasta entonces. 

Evidentemente, el cóctel descripto coincidió con la emergencia de un candidato cuyo carisma reaccionario supo infundir sobre un electorado descreído una fe cuasi religiosa en un supuesto cambio.

Por otra parte, el rasgo populista de Milei - si cabe definirlo así - reside en su vocación de relacionarse directamente con la gente, sin ninguna intermediación parlamentaria, aunque su decisión de desfinanciar agencias (consecuentemente con el lema “no hay plata”) dificulte la capitalización de lo anterior. Y ese combo se completa con su profunda identificación con “el ciudadano de a pie” perjudicado por la clase política, factor que le granjeó la simpatía general de ese electorado en aquel debate presidencial que muchos supusimos había ganado Massa por varios cuerpos.

Otro rasgo a tener en cuenta a la hora de clasificar al economista libertario es que la internacional reaccionaria hoy es nacionalista, sin embargo, él no. Aunque, no obstante, busca construir un escudo político externo con los Trump y Bolsonaro para, si pierde popularidad, poder evitar un juicio político.

Por lo demás, en los estudios de TV por los que desfiló en su etapa como panelista aún se recuerda su filiación peronista, previa a la creación de su propio partido. Es más, en la Casa de Gobierno, acaba de transformar el Salón de las Mujeres en Salón de los Próceres, plagado ahora de referentes de la historia nacional del Siglo XIX, donde no hay ninguna mujer, y casi el único político del Siglo XX es Carlos Saúl Menem. Está por verse si a futuro - en caso de que lo tenga -, se afirmará como representante del no peronismo, o todo lo contrario.

Más allá de la significativa expresión cívica que se vivió en Plaza de Mayo durante la última conmemoración del Día Nacional de la Memoria, la Verdad, y la Justicia - algunos medios llegaron a hablar de una circulación de 400.000 personas, solo en CABA, durante las dos marchas -, los economistas están pendientes de un momento clave para evaluar la posibilidad de consolidación o desinfle de la gestión Milei. Y ese momento es el fin del primer semestre del corriente año, cuando se liquidarán los ingresos de la cosecha gruesa, oxigenando así la caja estatal. Hasta entonces, la carencia oficial de fondos hará que el gobierno deba empeñarse en reducir la inflación, garantizar el cumplimiento de las clases, y el tarifazo consistente en la inminente alza del costo de todos los servicios públicos hasta ahora subvencionados por el Estado.

La desaceleración de la inflación parecería avanzar según sus cálculos, las clases comenzaron con relativa normalidad y sin un choque estrepitoso con el gremio docente, por último, estadísticamente en Nuestra América las grandes explosiones sociales han venido siendo generadas por los aumentos de tarifas: Si el Primer Mandatario consigue llegar hasta el mencionado ingreso de divisas verdes sin grandes contratiempos en esta verdadera carrera de obstáculos, habrá que creer o reventar que tendremos Milei para rato. Una encuesta nacional de opinión pública hecha por la consultora DC Consultores sobre los primeros 100 días de su presidencia, arrojó que más de la mitad de los argentinos se sienten representados con las medidas tomadas por el Gobierno y que cerca del 70% prefiere seguir aguantando antes que el peronismo vuelva a gobernar. De más está decir que la gestión en curso ha llegado hasta aquí sin un peso, exclusivamente alimentada a fuerza de invocar a “las fuerzas del cielo”, y con la opinión pública como su principal activo, ya que carece también de armado territorial. 

Hasta ahora, el modus operandi del oficialismo ha venido siendo el de prueba y error: Tantea, por ejemplo, un aumento desmedido para sus funcionarios y, si genera descrédito público, lo da de baja. 

Lo inédito del “fenómeno Milei” - que, con excepción de CABA y Bs. As., se impuso en 16 de 24 distritos del interior del país que prácticamente no visitó - es su, por ahora, enorme comprensión del alcance actual de las redes sociales, única explicación de su arribo al vértice del poder institucional sin gobernaciones ni mayores intendencias adictas y con una gran debilidad institucional. En adelante su destino estará en manos de su pericia como piloto de tormentas. Cabe reparar en que hay autócratas competentes. Bukele es uno de ellos. Y de momento le va bien.

Si Milei fracasa, el futuro se complica. A la fecha, contrariando la inversa suerte que en nuestro país viene acompañando a los Vicepresidentes, un posible recambio al interior de la gestión es Victoria Villarruel. A la vez, en el círculo íntimo del Presidente tantean una candidatura de su hermana Karina en provincia, y no descartan la presidencia. Apoyada en Lule Menem, la Secretaria General de la Presidencia está dispuesta a lanzarse el año que viene. 

Dentro del espectro conservador, el otro político visto como garante de una posible institucionalidad en riesgo es Miguel Ángel Pichetto. 

Una de las respuestas que llamó la atención y provocó asombro en el anteriormente citado sondeo nacional de DC, es que el 33% de los encuestados ve en el diputado Nacional Facundo Manes al líder opositor que mejor se para ante las nuevas demandas de la sociedad.

En cuanto al damero mundial que acompañe la evolución del proceso local, apuntemos que, si en las próximas elecciones de EEUU gana Trump - como parece que va a ocurrir -, puede que el resultado sea perjudicial para la vida democrática del Gran País del Norte (recordemos que ante su derrota intentó que sus adherentes tomaran el Capitolio), pero acaso contribuya a que la transición hegemónica global no se resuelva en términos bélicos, estrategia más bien preferida por el intervencionista Biden.

 

Del Pueblo Emergente al Pueblo Constituyente 

La crisis actual es profunda, prolongada y compleja. La mayoría de la dirigencia, oficialista y opositora, carece de respuestas. El pueblo debe organizarse a conciencia de que, de profundizarse el genocidio social en curso, no debería descartarse un colapso institucional de imprevisibles derivaciones. 

Frente a esta disyuntiva corresponderá que las fuerzas populares en lucha vayan articulando un programa mínimo capaz de constituirse en hoja de ruta para afrontar posibles estallidos sociales, estableciendo un norte colectivamente consensuado, que el Argentinazo de 2001 no logró gestar. Buena parte de los ítems enumerados a continuación han ido tomando cuerpo en el imaginario militante: 

1. Ruptura con el FMI:

Constituye la batalla prioritaria en esta coyuntura, por tratarse del principal instrumento de las políticas imperialistas. Se impondrá pues apoyar a la Autoconvocatoria contra el Pago la Deuda, como el más importante instrumento actual para esa lucha.

2. Creación de un Fondo Nacional de Desarrollo 

El actual Estado es inviable. Una respuesta a la emergencia es crear un Fondo Nacional de Desarrollo, constituido con los recursos que no irán al pago de deudas fraudulentas. Estará al servicio de la economía popular - particularmente en el sector alimentario - y la distribución planificada de alimentos, quedando sujeto al control social del pueblo organizado. 

3. Los bienes comunes son propiedad de la Nación y de las provincias

Toda forma de entrega de la soberanía será nula. Cesarán todas las concesiones extractivistas. Se desarrollará la transformación de la materia prima para agregar valor y contribuir a la reorganización del territorio generando nuevos polos productivos.

4. Mantener el estado de movilización por nuestras reivindicaciones inmediatas

Se demandará a este Estado el aprovisionamiento de comida a los sectores más vulnerables sosteniendo la continuidad de la movilización y lucha por trabajo y salario dignos, como principales tareas reivindicativas. Ellas se inscribirán en un proceso Constituyente que, yendo de lo simple a lo complejo, permita reagrupar a las fuerzas sociales emergentes en un Frente Popular que se posicione por fuera del bipartidismo reinante atrapado en un electoralismo inconducente.

5. Acceso a la tierra para campesinos y pueblos originarios despojados 

¡Con el hambre no se jode! Se impone alcanzar el “Hambre Cero” planteado por la ONU.  A tales fines habrá que convocar a los campesinos sin tierra y pueblos originarios democratizando el acceso a la tierra, un bien que no debe ser el sustento de los agronegocios, sino del alimento indispensable para nuestro pueblo. 

6. Reforzar la histórica vocación de poder del pueblo movilizado

Unidad para articular las movilizaciones reivindicativas con las políticas; las generales, dirigidas al centro del poder, con las locales apuntando al poder comunal, municipal. El sistema vigente no ofrece salidas. Un proyecto popular solo será capaz de avanzar si construye otro poder que no esté basado en la tradicional cultura electoralera, y cuenta con los sectores emergentes como protagonistas insurgentes de una sociedad democrática y popular.           

7. Las mujeres son las principales e imprescindibles protagonistas de estos tiempos

Una mirada sin prejuicios sobre la realidad debe reconocer que las mujeres asumen las mayores responsabilidades en el territorio donde habita el pueblo humilde. Su rol protagónico es imprescindible para llevar estas luchas a la victoria. Consecuentemente, en el camino de construir una nueva sociedad antipatriarcal y anticapitalista tendremos que luchar contra toda forma de explotación en el trabajo, de opresión política y de dominación cultural.     

8. Un Estado Plurinacional deberá ser el horizonte de lo nuevo a construir 

Es necesario un reordenamiento territorial que asuma las diferentes tradiciones culturales y económicas existentes en nuestra sociedad. Allí, en un Estado Plurinacional, los pueblos originarios deben tener el lugar y respeto que se les debe.

Hasta aquí, algunas de las ideas en danza en los numerosos foros de debate en que la militancia viene concibiendo futuros posibles, en la irrevocable convicción de que, de ahora en más, solo deberá admitirse que sea el pueblo quien vuelva para ser mejor. -

 

JORGE FALCONE 

viernes, 1 de marzo de 2024

Marzo: ¿Un mes plebiscitario?

EL DESAFÍO DE QUE LAS IDEAS MÁS DISRUPTIVAS NO SE DIVORCIEN DE LAS MASAS EN CONDICIONES DE LLEVARLAS A CABO

“Librar luchas concretas, aunque parezcan chiquitas; en cada rincón, barrio, plaza, fábrica, oficina, aula; es la posibilidad real de construir huelgas que vuelvan a ponernos en el lugar central que necesitamos y que perdimos. Menos que eso, seguiremos siendo convidados al debate cívico (en redes, televisión o parlamentos), para que sigamos estirando la posibilidad, como clase, de ser protagonistas”.

Portal El Megáfono

Editorial 23/2/2024

 

Algo de racionalidad para entender un presente distópico

En este mundo al que el capitalismo financiero trasnacional ha impuesto que casi un 10% de la población del planeta padezca hambre, solo el candado mediático de la OTAN puede disimular que Ucrania ha sido doblegada por la ofensiva de la Federación Rusa, así como que en torno al conflicto de Medio Oriente crece la simpatía global con la causa palestina en la misma proporción que el repudio al sionismo que viene asolando la Franja de Gaza, fenómeno que acaba de ser dramáticamente ratificado por la inmolación frente a la embajada israelí en Washington al grito de “Palestina libre”, del militar estadounidense Aaron Bushnell, quien afirmara que "ya no sería cómplice del genocidio", calificando al suyo como "acto extremo de protesta" y, transmitiéndolo en directo por la plataforma Twitch. 

Así, la contienda por la transición hegemónica global - en consonancia con las declaraciones de la Jefa del Comando Sur, Generala Laura Richardson - encuentra al Imperio en pleno repliegue a su “patio trasero”, y ante la necesidad de hacerse de insumos de primer orden, lo cual explica que una franja geopolítica de la importancia que reviste Argentina venga padeciendo una ofensiva estratégica en favor de su rapiña, con el objetivo de escarmentar al pueblo que hizo el 17 de Octubre de 1945, el Cordobazo de 1969, y el Argentinazo de 2001, a fin de brindar una lección al mundo entero acerca de cómo se desguaza una Nación para apropiarse de sus bienes comunes. 

En un contexto sociocultural en el que se ha constatado que de la pandemia salimos peores, y en el que - según el filósofo francés Éric Sadin - el viejo concepto de sociedad ha dado paso al de una constelación de individuos tiranos, la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en National Harbor, Maryland (EEUU) emerge como cabal ejemplo de este presente global, arengando a defender la libertad, la familia, la cristiandad, la tradición, el respeto a la sacrosanta propiedad, y machacando con los lugares comunes de la reacción, en un tono entre apocalíptico y mesiánico, autoproclamándose sus participantes como salvadores de un mundo en peligro, no por la crisis climática o el capitalismo salvaje, sino por la presencia de las tendencias “disolventes” que implican para ellos la propia idea de la justicia social, la lucha contra el cambio climático, el feminismo, la defensa del papel regulador del Estado, los movimientos LGTBQ+, la invasión de las “hordas” migrantes y otros “enemigos”. En tal circunstancia, el Presidente argentino se dio el gusto de llorar de emoción con mayor énfasis que ante el Muro de los Lamentos, al abrazar por vez primera a Donald Trump - muy probable futuro Primer Mandatario norteamericano nuevamente -, y de exhortar a los asistentes a que “no dejen avanzar al socialismo”.

Tal es el marco que precede a las inminentes visitas de dos dueños del planeta como Elon Musk (Tesla MotorsSpaceXNeuralink) y Larry Fink (Black Rock), invitados por este flamante ariete del eje EEUU - Israel llamado Javier Gerardo Milei, que inaugura las Sesiones Extraordinarias del Congreso 2024 sin invitar a los gobernadores, y con un molinetazo "a la chilena" en las principales estaciones de trenes (que marca la reaparición del movimiento estudiantil en esta etapa de lucha), una multitud repudiándolo ante el parlamento, y cacerolazos en numerosas plazas del país. 

Cierto es que el poder recela de la imprevisibilidad de Milei, pero de momento le deja hacer. Tal circunstancia instala en nuestro país un reinado de terror erigido en el marco de una democracia de bajísima intensidad, adonde coexisten sueldos de noviembre con precios de marzo, y según el último informe del Observatorio de la UCA, la pobreza asciende a un vergonzoso 57.4% en lo que alguna vez fuera el Granero del Mundo, lo cual establece así un orden inédito en el que, recostándose sobre una supuesta legitimidad electoral, se gasta fortunas en importar e implementar tecnología represiva de punta para sofocar la bronca de un pueblo cada vez más hambreado y disconforme.


La Calle no está muda

El poder económico es consciente de que no solo el garrote disciplina. La miseria y el hambre también lo hacen.

En consecuencia, la absoluta falta de sensibilidad humana de unxs gobernantes que habilitan tarifazos descomunales en servicios básicos que impactan gravemente en la vida cotidiana - como lo demuestran palmariamente los casos de gente que está decidiendo no ir más  a trabajar porque ya no puede costearse el transporte a destino, hogares que comienzan a verse ante el doloroso dilema de elegir a cuál de sus hijxs mandar al colegio (marco que explica el caso de la adolescente que fue interceptada en La Pampa robando fibras y algunos lápices que iba a entregar a sus hermanos para que puedan comenzar las clases) -, su afán de reducir el déficit fiscal interrumpiendo incluso la distribución de medicación oncológica, o adoptando medidas tan despreciables como comprar el descarte de las empresas alimenticias para mandar a comedores comunitarios, configura un cuadro económico y social de una gravedad sin precedentes, incluso para lxs argentinxs mayores, que padecieron la última dictadura.

Pero ha quedado demostrado que, cuando acciona el movimiento obrero organizado, pasan cosas. Y una de ellas - desde luego que condicionada por la reacción de los gobernadores ante los recortes que se vienen produciendo contra las administraciones provinciales - ha sido la caída de la nefasta Ley Ómnibus.

En el marco del proceso de reagrupamiento en curso del campo popular conviene no pasar por alto el salto de calidad que aportan a la lucha fenómenos como la iniciativa que vienen teniendo las Regionales de la CGT, en su creciente incidencia sobre la orientación que va adoptando la cúpula sindical. Otro tanto a valorar es el carácter multisectorial que viene adquiriendo la lucha. Y, desde luego, la riqueza que aporta ese renovado asambleísmo de base cada vez más extendido a lo largo y ancho del AMBA. Aquí corresponde dejar constancia que, tras el embate contra el plexo legal oficialista que supuso el paro de la central obrera, fueron justamente esas asambleas las que en los días sucesivos cargaron casi exclusivamente con la reprimenda del gas pimienta y las balas de goma, e incluso fueron el único sector que se mantuvo ocupando el espacio público el día en que cayó la mentada ley.  Digamos, también, que hay sectores inorgánicos del peronismo que no encuentran otro espacio de participación que ese. Dichas jornadas demostraron, a su vez, que existe un núcleo juvenil dispuesto a presentar batalla. Sin ir más lejos, los primeros atisbos de desobediencia civil no esperaron ninguna bajada de línea, como lo demuestra saltando los molinetes de las estaciones ferroviarias de Retiro, Once y Constitución un piberío laburante que, llegado del conurbano profundo a la capital, ya no gana ni para cargar la SUBE.

Mientras el Presidente comete la osadía de salir a saludar a nadie desde el balcón de la Casa Rosada junto al Secretario de Estado de los EEUU Antony Blinken, el ajustazo en curso generaliza el malestar gremial en todas las áreas, al punto de que cada sindicato - y ya no solo la militancia o el ciudadano de a pie - comienza a exigir a la CGT mayor contundencia en las medidas a adoptar. 

"Faltan huevos. El que los tiene bien puestos hace lo que tiene que hacer. Acá no solamente los trabajadores le podemos reclamar a la CGT. Es el último bastión que los neoliberales se pueden comer. La sociedad le reclama a la CGT una acción", manifestó - por ejemplo - Omar Maturano, titular de La Fraternidad, tras el último paro ferroviario. 

En igual sintonía se pronunció Sergio Palazzo, titular de La Bancaria: "La CGT tiene el mandato de convocar a otro paro general, ya se votó y nosotros fijamos nuestra posición que además fue unánime de todos los secretarios generales". 

Por su parte, en un plenario realizado a mediados de febrero, los sindicatos estatales determinaron una nueva convocatoria al paro. En la ocasión, el Secretario General de ATE, Rodolfo Aguiar, manifestó que el peor error que pueden cometer es abandonar la calle.

Héctor Amichetti, secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense, coincide con esta mirada. “Estamos viviendo el intento más serio de los últimos 40 años de democracia por restaurar los métodos de la dictadura militar para acompañar un proyecto de dependencia y primarización de la economía y debilitamiento de las estructuras del Estado”, declaró. 

Agustín Lecchi, secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, oportunamente consideró que el movimiento obrero se tuvo que hacer cargo de ser el eje de la resistencia en un contexto de vacancia de conducción política, y que ese lugar que adoptó, con la CGT, las CTA, y la UTEP a la cabeza, junto a otros sectores como la Unidad Piquetera, fue central para derrotar la Ley Ómnibus y para enfrentar el DNU, por lo cual la salida política tiene que tener a los trabajadores y trabajadoras como protagonistas. 

Este rol articulador de acciones políticas de la central obrera no es novedoso, pero sí tiene el carácter de una acción renovada. Para Daer, su estrategia cuenta con tres pilares, uno sindical o de acción gremial; otro político en el Congreso y con los gobernadores; y un tercero en la justicia. “Lo que estamos haciendo es ir atando todos estos cabos que se comienzan a generar. Hoy no hay muchos que puedan realizar esa tarea además del movimiento obrero”, afirmó. 

Resumiendo, hoy por hoy, las propuesta cegetista que va tomando cuerpo consiste en la organización de un gran ollazo popular en Plaza de Mayo a concretarse durante el mes de Marzo, junto con la Iglesia y las organizaciones sociales, haciéndose eco de algun modo del cese de entrega de alimento a los comedores comunitarios.

Ante semejante panorama, consecuente con la Doctrina del Shock, el gobierno redobla la ofensiva anti laboral fondeando la reunión del Consejo del Salario, desregulando las obras sociales, o decretando a la educación como “servicio esencial” - a las puertas de un nuevo ciclo lectivo - para poder prohibir así cualquier medida de fuerza que realicen lxs maestrxs. En los pasillos de la Rosada resuena una frase: "Milei ordenó ir a fondo en contra de los gremios". Pero la declaración de guerra es más del equipo que del propio Presidente, que se cuida de nombrar a los sindicalistas. Quien está enojada con los sindicatos es El Jefe, Karina Milei: los responsabiliza de la caída de la Ley Ómnibus y no les perdona el paro y movilización del 24E al Congreso.

Bullrich y Sturzenegger - cuya presencia en un estadio deportivo acaba de ser abucheada por todxs lxs presentes - son otros de los actores principales en la batalla contra las centrales obreras. Las culpan de los fracasos de sus dos gestiones anteriores (con Fernando de la Rúa y Mauricio Macri) En sus respectivos círculos coinciden: La tercera es la vencida y aseguran que "les vamos a cortar todas las cajas". Caputo es el otro vértice de este triángulo antisindical, con su plan económico de "licuar ingresos y generar la destrucción de las Pymes y el empleo", según afirma un sindicalista del sector industrial. 

En esa lógica oficial de “operar sin anestesia”, cada respuesta popular es replicada por un embate más feroz, como ocurrió ante la última movilización del movimiento piquetero, anunciando previamente que los planes sociales dejarán de estar enganchados al salario mínimo, vital y móvil, y posteriormente eliminando por decreto el plan Potenciar Trabajo.

Sin embargo, el oficialismo no presenta un frente totalmente compacto. El no envío de fondos para educación y transporte a las provincias, por ejemplo, comenzó a entrar en crisis dentro del gobierno, dado que ningún funcionario de la Casa Rosada quiere poner la firma a esa decisión con olor a venganza que tomó Milei.  Ni siquiera el propio ministro de Economía firmó, aunque sea una resolución ministerial que le dé respaldo legal a la quita de fondos a las provincias. El problema es que tanto el Fondo de Incentivo Docente como el Fondo Compensador para el Transporte del interior están respaldados por leyes votadas por el Congreso. De ahí que, quien firme un decreto o resolución que ordene su suspensión sabe que no tardará en enfrentar una demanda por incumplimiento de deberes de funcionario público.

La consecuencia más significativa de tal proceder ha derivado en la constitución por parte de los gobernadores patagónicos del bloque que dieron en llamar Provincias Unidas del Sur, pintándose la cara en defensa de sus respectivas economías, y prometiendo crear una Empresa Pluriprovincial de Hidrocarburos. Ante lo cual cierto nacionalismo rancio se ha apresurado a interpretar el fenómeno como la reedición de la tensión decimonónica entre unitarios y federales, cuando los analistas más sagaces ven detrás del chubutense Nacho Torres la mano oscura de Macri, articulando una maniobra potencialmente secesionista financiable por el Emir de Qatar, que lo visitara en su búnker de Cumelén. En cualquier caso, el gobierno ya los abrochó. 

En tales circunstancias, las respuestas del campo popular ante semejantes atropellos - ejercidas desde sindicatos o movimientos sociales - continúan multiplicándose por ahora en forma dispersa. Pero la lógica reacción de un pueblo digno no nos puede hacer perder de vista que de momento La Calle es dueña del NO, y el SI continúa en manos de El Palacio. 

Vale decir que aún no aparece en este escenario ninguna alternativa popular sustitutiva de la autocracia que nos rige, y sí alguna posibilidad de que en caso de colapso institucional sea sustituida por una derecha más “racional”. En ese marco, los frecuentes desatinos de Milei - entre los que últimamente se destaca haberse enemistado hasta con gobernadores del PRO - bien podrían estarse constituyendo en el fusible al que su Vicepresidenta y el Ing. Macri vienen prestando máxima atención.

En consecuencia, cabe ir tomando nota de que la realidad nacional no se corresponde tanto con un mero cambio de gobierno de signo inéditamente radical en sus concepciones antiestatalistas y pro mercado, sino de la expresión local de un cambio civilizatorio que impone hilar muy fino tanto para comprenderlo como - más aún - para contrarrestarlo. 

El momento habilita a aventurar que la lucha será larga, puesto que ningún bloque de poder detenta la hegemonía. Un estudio de la consultora Taquión reveló que la mayoría de lxs argentinxs está dispuesta a esperar para ver mejoras. Por ahora, solo el 27% asegura lo contrario. Y el dato que acaba de sumar el encuestador Raúl Timmerman acerca de que, si hoy se votara nuevamente, los argentinos varones menores de 30 años - esos centennials más proclives a la meritocracia que a la Justicia Social - le darían el triunfo a Milei en primera vuelta, desafía a cualquier política que se precie de revolucionaria a poner las barbas en remojo para revisar con qué tipo de discurso se está tratando de llegar a las grandes mayorías que, a la postre, escriben la Historia de los pueblos.

Este tipo de interregnos en los que, al decir de Antonio Gramsci, “lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”, lejos de generar desazón, deberían alentar la búsqueda de aquella “creación heroica” que alguna vez reclamara el amauta José Carlos Mariátegui. 

Por lo pronto, todo indica que a la militancia anti sistémica le convendrá invertir su máximo esfuerzo en las comunas, e impulsar allí luchas que generen micro victorias capaces de retemplar el ánimo de su activismo.

Quizá, por todo lo antedicho, sea temprano aún para buscarle un correlato orgánico a lo novedoso, y más bien corresponda propiciar que ello fragüe cuando la rebeldía vuelva a expresarse de a millones. –

 

JORGE FALCONE 

lunes, 12 de febrero de 2024

EL DESAFÍO IMPOSTERGABLE

DE GESTAR UNA ALTERNATIVA DESDE ABAJO

“El libertario tiene a su propio ‘mago de la Rosada’, que es el joven y enigmático Santiago Caputo, integrante del exclusivo petit comité que comparte en soledad con Karina. Allí cada día, el asesor pasa por su tamiz literario los acontecimientos y vela porque no se desvíen del eje mítico ‘pueblo versus casta’ y que el León no abandone ante la opinión pública su vocación carnívora. No es una tarea sencilla, puesto que las debilidades parlamentaria y territorial son enormes, y porque populismo y negociación no hacen buena pareja; rebeldía y concesión tampoco. El libertarismo argento persuadió a los votantes de que todos los miembros de la clase política - sin distinción de ética, ideología o partido -, eran feos, sucios y malos. En consecuencia, tener que confraternizar con esa ralea se parece a una especie de traición. Además, Javier Milei fue elegido - incluso ganó un debate televisivo en el que claramente fue derrotado -, por su falta de experiencia política”. 

Jorge Fernández Díaz

El Rasputín de Javier Milei y un relato que complica la gestión”,

en La Nación (4/2/2024)

 

La furia del León traicionado

Después de que el oficialismo decidiera devolver el proyecto de Ley Ómnibus a comisión por falta de acuerdos para aprobar ciertos artículos de la iniciativa, el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA), Alberto Benegas Lynch, hizo una sola autocrítica desde el oficialismo por el fracaso del tratamiento de la iniciativa en el Congreso, consistente en que no tendrían que haber creído en “la palabra de los políticos”.

Y consideró que, de aquí en más, “Hay al menos tres opciones. Se pueden rever ahora los 664 artículos de la ley en un nuevo debate, se puede aplazar la discusión y darla más adelante o someter las reformas a consulta popular. Esta última no me parece mal. Tendría que ser vinculante en todo caso”.

En las últimas horas, la furia del Ejecutivo por el revés vivido en la Cámara de Diputados arremetió contra propios y ajenos. Osvaldo Giordano, ex titular del Anses ha sido de sus primeras víctimas. En su red social favorita, el Presidente le dio "me gusta" a los posteos que pedían echar al dirigente cordobés, tras el voto negativo de su esposa, Alejandra Torres, en la Ley Ómnibus, lo cual podría romper el puente entre la Casa Rosada y la Casa de Gobierno de Córdoba.

En paralelo, Marcela Pagano analiza irse del bloque de LLA, y la jefatura de Martín Menem entró en crisis. El Bloque oficialista cruje atravesado por distintas internas. Hay discusiones pendientes y se cuestiona el rol de las principales figuras. 

Otras de las represalias en curso, de imprevisibles consecuencias, es la que hoy enfrenta al gobierno central con las provincias, dado que Javier Milei cumplió con su palabra: fundirlas a ellas y a sus habitantes hasta que no le aprueben la Ley Ómnibus. En efecto, recortó un 27% el gasto primario en enero de 2024 respecto a 2023. Los rubros más damnificados fueron salud, educación, obra pública, industria, jubilaciones y política ambiental. El recorte, especialmente a Buenos Aires, fue de un 56% en términos reales comparado con enero de 2023. Eliminaron las transferencias de recursos a cajas previsionales provinciales, infraestructura de hospitales, políticas educativas y penitenciarias, entre otros. 

Así, Milei profundiza su ofensiva contra los gobernadores pensando en poner freno al pacto fiscal. Además, tiene bajo la lupa a los funcionarios que responden a los mandatarios provinciales y no piensa en convocar a una reunión para tratar el paquete fiscal, declarando una guerra basada en la quita de subsidios

Mientras se aplica la motosierra contra el pueblo, se paga la deuda con el FMI, como también a otros organismos multilaterales. Ya lo dijo Nicolás Avellaneda, la deuda se pagará con “la sangre y el sudor de los argentinos”. 

Si bien el revés parlamentario oficialista supuso cierta oxigenación para una democracia de bajísima intensidad que habrá que refundar, también es cierto que se hizo sentir en la calle el acumulado de todas las jornadas de lucha que se han venido sucediendo desde que la militancia perforó el Protocolo Bullrich el 20/12 pasado. 

No obstante, como se desprende de las declaraciones anteriores del nieto del ideólogo ultra liberal que tanto alaba el Presidente, el gobierno aún conserva capacidad de daño legal.

El mayor desafío para el Gobierno sigue siendo el social y, detrás de ese, el político. Más allá de la devaluación, la altísima inflación, la caída de ingresos, y las escaramuzas de dirigentes opositores en la calle y el Congreso, la aprobación del Gobierno se mantiene. A casi dos meses de haber inaugurado su gestión, el gobierno de Milei cosecha una aprobación del 47% y una desaprobación del 50%, según una encuesta de D’Alessio Irol/Berensztein de este mes. Esto implica una caída de solo tres puntos en la aprobación y un alza de seis en la desaprobación con relación a diciembre de 2023. Si bien son noticias auspiciosas para un Gobierno que vendió ajuste y shock, el Presidente sabe que la manta es corta en un país con más de 40% de pobres y caídas de sueldos desde 2017.

En este marco, cabe destacar que los mensajes oficialistas intervenidos con Inteligencia Artificial (Milei como Terminator aniquilando a quienes le fallaron y Villarruel como Wonder Woman), que el progresismo tanto defenestra, parecen tener un impacto positivo en los sectores juveniles que votaron al economista anarco liberal resentidos por haber tenido que cursar la secundaria confinados durante la pandemia de COVID 19. Aquí hay que decir que algunos analistas han visto al ascenso de Milei como revancha de los jóvenes del Siglo XXI contra las políticas del Siglo XX, entre otras causas, dada la ineficacia persuasiva de las viejas retóricas.

Para entenderlo mejor corresponde tomar nota acerca de que la victoria electoral de La Libertad Avanza supone una reacción popular contra el fracaso del orden progresista, y eso no podía tener otro signo que el de una derecha que, en su versión actual, se empeña en desmantelar al Estado para dejarnos a merced del mercado.

Como si la incertidumbre y la angustia de lxs argentinxs fuera poca, la decidida apuesta de nuestro presidente en Israel vuelve a involucrarnos en el conflicto de Medio Oriente, con serio riesgo de sufrir represalias semejantes a las padecidas durante la década de los 90s.

 

Fortalezas y debilidades del campo popular 

La expectativa de los sectores políticos y gremiales rebeldes reside en prestar atención a cómo evolucione el panorama tras el inicio del ciclo lectivo ya que, si en tal contexto no se recompone la lógica de "piquete y cacerola, la lucha es una sola", se hará harto difícil frenar el genocidio social en curso.

Ante semejantes dilemas, un lugar común en los debates militantes viene siendo el que se pregunta por las similitudes y diferencias del momento actual con aquel que condujo a la crisis del 2001.

No falta quien opina al respecto que hoy muchas organizaciones se han robustecido, ya debido a las capacidades multiplicadoras que proporcionó - en algunos casos - su paso por el Estado, ya por cuanto pudo lograrse desde el llano en la interactuación con él, para promover autogestión.

No obstante, desde una mirada macro corresponde tomar nota acerca de que hacia el Argentinazo aún existía un peronismo con suficiente músculo como para poner coto a la protesta social - lo que ocurrió el 26 de Junio de 2002 durante los trágicos sucesos que tuvieron lugar en la entonces Estación de Avellaneda, que por eso mismo ahora lleva el nombre de las víctimas fatales producidas en aquellas circunstancias -, y ofrecer una alternativa de recambio capaz de encauzar el conflicto reconstruyendo la gobernabilidad con una impronta  progresista.

Si la primera consideración hace al “haber” del capital con que actualmente cuenta el campo popular - lo cual redunda en su capacidad de ocupar el espacio público instalando demandas que frecuentemente obtienen conquistas parciales -, la segunda debe anotarse en la lista del “debe”. Y eso es así dado que cualquier ofensiva popular de carácter táctico que esté en condiciones de producir nuestro pueblo, carece de una alternativa progresiva capaz de traducir tal esfuerzo en términos de una institucionalidad virtuosa.

Para no discurrir en abstracto, digamos que el panorama opositor cuenta con un peronismo desarticulado y sin liderazgo de peso, en cuyo seno aflora la figura del gobernador bonaerense, más como promesa que como realidad efectiva que cuente con el consenso mayoritario de todo su arco partidario.

Y dentro del oficialismo se vive lo que la Ministra de Seguridad definió como un “rediseño”, bastante semejante a un asalto al poder liso y llano por parte del macrismo, que desde la primera hora concibe al grotesco e imprevisible Primer Mandatario como su Caballo de Troya, movimiento que contaría con el beneplácito de la Vicepresidenta de la Nación. 

Pese a tales especulaciones, desde Roma, Javier Milei dio luz verde para avanzar en un acuerdo con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, y no descarta otorgar lugares en el Ejecutivo para la tropa del PRO.

Es más, en las últimas horas ha trascendido que Macri estaría viajando a Roma para acordar con el Presidente el mentado rediseño de su gabinete.

Hasta nuevo aviso, y mal que le pese a nuestras penurias, ese parece ser el recambio más factible que estaría a punto de suceder. 

Por su parte, el Primer Mandatario continúa su Luna de Miel con Black Rock, que acaba de hacerle un guiño comprando el bono que el Banco Central emitió para los importadores. Dicha inversión del fondo más grande del mundo - que hoy viene incrementando exponencialmente su capital en el mercado de las Bitcoins - es mínima, de apenas USD 1,8 millones y se conoce poco antes del encuentro de su CEO, Larry Fink, con Milei.

Lejos de Palacio, y por ahora fundamentalmente en AMBA y alrededores, el dinamismo de las asambleas de base viene reuniendo gran cantidad de vecinxs autoconvocadxs que, en el marco de la lucha contra el paquetazo gubernamental, sostienen las más diversas intervenciones, desde perfomances artísticas hasta capacitaciones exprés en primeros auxilios, siempre en la vía pública.

Son síntomas de una vitalidad social que, frente a las amenazas de criminalización de la protesta y libre portación de armas de guerra para las fuerzas de seguridad, no describen precisamente a un pueblo sometido.

Como sostiene el intelectual orgánico Miguel Mazzeo, hoy existe en Argentina una amplia franja social en "estado de disponibilidad hegemónica".

El encuentro entre lxs diputadxs de izquierda y la dirigencia cegetista compartiendo la convocatoria al Paro del 24/1, el arco político plural que confluyó armoniosamente en dicha concentración, el categórico rechazo al DNU y la Ley ómnibus por parte de Unión por la Patria y el FIT, constituyen auspiciosos indicadores de que, con una derecha ultramontana arrasándolo todo, el más mínimo gesto de macartismo es un lujo que no estamos en condiciones de permitirnos.

Hará falta una mayor celeridad en el Plan de Lucha inaugurado por la central obrera - que va siendo hora de que apueste más por la acción directa que por la persuasión de los cortesanos - para crear condiciones más propicias a la gestación de una alternativa capaz de redimir de tanto sufrimiento a este pueblo castigado, pero de pie. -

 

JORGE FALCONE