domingo, 22 de marzo de 2020


La Tercera Guerra Mundial en cuentagotas ya está aquí
EN LAS GRANDES CRISIS AFLORA
LO MEJOR Y LO PEOR DE LA CONDICIÓN HUMANA











“Todo lo sólido se desvanece en el aire”.

Carlos Marx,
1848, Manifiesto Comunista

“¿Cuándo comenzó el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas están infectadas? ¿Cómo se llaman los hospitales? Podría ser el Ejército de EE.UU. lo que llevó la epidemia a Wuhan”.

Twitter del 9 de marzo de 2020,
enviado por el portavoz de la cancillería china Zhao Lijian.


Apocalypse now!

Como lo viniera señalando el Papa Francisco, una nueva Guerra Mundial de características absolutamente diferentes a las anteriores está entre nosotrxs.
Mientras abundan versiones acerca de que la nueva cepa de coronavirus - el COVID-19 - sería un producto de laboratorio cuya siembra excedió con creces el límite previsto (en estos días han circulado profusamente por las redes las opiniones de Noam Chomsky a ese respecto, por citar un ejemplo), la humanidad toda ha sido puesta en emergencia, congelando por tiempo indeterminado la vida en el planeta, en tanto tropas norteamericanas se despliegan por Europa ostentando armamentos de última generación como si la pandemia no existiera. En semejante escenario, muchxs analistas se aventuran a afirmar que si Donald Trump arrasara - como se prevé - en las elecciones del martes 3 de noviembre del corriente, ese resultado condicionaría significativamente el tablero de la política global.
Otras hipótesis explican que la génesis del COVID-19, remite a que algunos virus que residen en los organismos de ciertos animales salvajes, - como en este caso los murciélagos - sin afectarlos, comienzan a migrar a los humanos con mayor celeridad, en gran medida a causa de las desforestaciones masivas y la vertiginosa expansión urbana, que favorece la convivencia con dichas especies. Se trata de un fenómeno que existe desde tiempos remotos, pero que desde mediados del Siglo XX se ha acelerado por varias causas: debido al aumento gigantesco de la población, a la velocidad con que contingentes de personas se mueven de un continente a otro, al cambio climático, y a la agricultura intensiva.

En concreto, ante una crisis de tales dimensiones, lo que está en debate es quién terminará por hegemonizar el nuevo orden mundial, lo cual explica la guerra comercial entre EEUU y China, o las políticas nacionalistas del presidente norteamericano, del Brexit, de Bolsonaro y de varios regímenes conservadores. Se trata de respuestas encaradas desde la perspectiva neoliberal. En consecuencia, por encima de cualquier consideración, el “discurso proteccionista” en tiempos de transnacionalización de la economía apunta directamente a cuestionar la globalización sostenida por más de cuarenta años desde los Terrorismos de Estado del Cono Sur.
Por otra parte, en estas circunstancias se ha manifiestado nítidamente el rol altruista de países asediados por el Imperio como Cuba y Venezuela, que pese a ello brindan su generosa ayuda a pueblos aún más castigados por el flagelo en expansión, mientras EEUU ofrece millones de dólares a quien esté en condiciones de venderle - para su uso exclusivo fronteras adentro - el antídoto contra dicho mal, reeditando la política egoísta y canalla de “America for americans”.

Pero, como no hay crisis sin oportunidad, una de las consecuencias paradojales que viene produciendo este momento de cuarentena global constituye el infierno más temido del capital monopólico mundial: el fenómeno de desaceleración de la economía está clareando cielos y cauces de agua (esto último hace poco se puso en evidencia en el caso de los canales de Venecia), dándole la razón al planteo del movimiento decrecentista (*), que frente al capitalismo salvaje propone otro paradigma civilizatorio.

En consecuencia, puede que la moraleja que nos dejen estas horas de precaución extrema sea que, si la humanidad aprende la lección y comienza a moverse a este ritmo, tal vez la naturaleza nos brinde una nueva oportunidad, y otro sistema-mundo garantice la continuidad de la vida en el planeta.


La clase política ante el desafío de las grandes osadías

Con una deuda externa de 330.000 millones de dólares, que representa el 95.3% de su Producto Bruto Interno, Argentina se constituye en uno de los 15 países más endeudados del mundo, con toda la carga política, social y económica que tal condición supone.
Un abultado empréstito, que el día 10 de febrero pasado, obligó al presidente a confesar - en declaraciones ofrecidas a Radio Continental - que el país “no puede cumplir con el cronograma de pagos de la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pues si se hiciera se estaría sumiendo a la economía en una postración absoluta. Nosotros queremos destinar el pago de la deuda a la reestructuración de la economía, a sacar a la gente de la situación de crisis en la que está y por ello, objetivamente no podemos cumplir”.
Hizo falta una pandemia de dimensiones bíblicas para que el primer mandatario enfrentara la evidencia de que, en el escenario descripto, entrar en default, más que a una decisión temeraria respondería a la necesidad de existir como Nación soberana.
Aquí cabe hacer una salvedad. Muy a pesar de la morosidad con que el gobierno  encendió los motores, y contra la filosofía reaccionaria que campeó en la Argentina de los últimos cuatro años, acaba de manifestarse la importancia del rol del Estado en una crisis como la que venimos sobrellevando. Se ha adoptado un paquete de medidas sumamente adecuadas, como convocar a las empresas energéticas a no cortar el suministro de luz o gas por atraso de pago, a que la AFIP fiscalice precios de la canasta básica para sancionar a quienes se dediquen a medrar con el drama colectivo, a ocuparse de lxs monotributistas y habilitar un bono solidario para lxs desempleadxs… todo ello tan correcto como prestar la debida atención al despliegue de fuerzas de seguridad patrullando las calles para detectar y punir a infractorxs de la cuarentena, porque ejemplos como el de algunas provincias donde la policía practicó razias y detenciones efectuando disparos, lejos de traer calma a la población, sólo fomentan la sospecha de que podría aprovecharse el “aislamiento obligatorio” para instalar un virtual Estado de Sitio que, de prorrogarse, en adelante contribuiría a blindar cualquier negociación internacional perdidosa para los intereses de la Patria sofocando la consecuente respuesta popular.
Por su parte, la comunicación oficial sobre la pandemia recurrió al endeble argumento de que la tardanza en el arribo del virus a nuestras costas habría favorecido la toma de medidas preventivas, mientras que el propio Ministro de Salud vio peligrar su cargo al manifestar que “se lo esperaba para más adelante”, al cabo de la primera víctima fatal de la enfermedad (para más dato, un antiguo militante del Movimiento Villero Peronista oportunamente refugiado en Francia debido a la persecución de los genocidas)
En el curso de la cuarentena se han vivido algunas circunstancias que ponen en tela de juicio la imagen de unidad nacional ensayada en conferencia de prensa por el presidente, flanqueado - además de por los gobernadores bonaerense y santafesino - por el muy posible candidato opositor en las elecciones de 2023 y por el carcelero de Milagro Sala: Un preparador de rugbiers agredió despiadadamente a un cuidador de edificio que lo interpeló por no haber tomado recaudos al volver de un viaje a Europa, un grupo de pasajeros insultó  con extrema dureza y desprecio al personal de a bordo del avión que los devolvía a su país en el marco de la emergencia sanitaria, y vastos contingentes de turistas ignoraron la gravedad de la situación arribando en largas caravanas a algunas localidades balnearias como Pinamar, todo lo cual habilita a pensar que no va a ser demasiado fácil persuadir al 40% que votó contra el oficialismo a observar conductas que apunten al bien común.
Como colofón de lo planteado, a nadie escapa que la crisis energética global y este virus hicieron volar por los aires la fecha prevista para fin de marzo a los efectos de un arreglo con los bonistas privados, y la opinión pública continúa sin conocer el programa económico del gobierno… que ahora se enfrenta el desafío de pasar a la historia si resuelve sin dilaciones saldar la deuda interna de lxs argentinxs.

Solo el pueblo salvará al pueblo

En un contexto de desaceleración de la economía mundial con perspectivas recesivas, los organismos financieros internacionales contemplan la posibilidad de que las economías de los países periféricos colapsen, generando escenarios de imprevisibles consecuencias como el que hoy vive Chile, y por ende recomiendan aceitar poleas de transmisión con los sectores más sumergidos, invirtiendo en ellos voluminosas sumas de dinero destinadas a la asistencia social.

Buenas nuevas como la incorporación de la UTT al Estado no deberían hacernos perder de vista el riesgo de que el ejercicio de la función pública por parte de las organizaciones más representativas de la base popular también opere como condición imprescindible para contener el descontento social acumulado durante el cuatrienio de depredación macrista, ahora en un contexto en el que resultará altamente difícil responder a tanta demanda atrasada. Ante dicho panorama, acaso el quid de la cuestión resida en que, pasado el deslumbramiento inicial por sentirse parte del gobierno, los principales referentes de dichas fuerzas se interroguen acerca de quién condiciona más a quién.

Si, como reza el viejo apotegma que titula este bloque - atribuido a la Abanderada de los Humildes -, ante un panorama de avanzada destrucción nacional la autogestión de las bases aparece como el único horizonte de supervivencia para nuestro pueblo, el tiempo revelará si quienes pretenden representarlo operan como verdaderxs intérpretes de sus intereses o como bomberos prestos a apagar el fuego de cualquier conato de rebelión en nombre de la gobernabilidad burguesa.-


JORGE FALCONE


(*) Se entiende por “decrecimiento” o “postcrecimiento” una gestión económica y una sociedad en las que el objetivo a alcanzar es el bienestar de todos y todas, respetando el fundamento ecológico de la vida. Para ello es necesario no sólo un cambio fundamental de nuestro estilo de vida, sino también una transformación cultural integral. El principio rector de nuestra economía y nuestra sociedad actuales es el “más, más y todavía más”, que condiciona y alienta la competencia entre las personas. Por un lado, esto supone aceleración, exigencias excesivas y la exclusión de ciertas personas. Además, este modelo económico destruye nuestros medios naturales de subsistencia así como el hábitat de flora y fauna. Estamos convencidas y convencidos de que los valores comunes de una sociedad que supere el imperativo del crecimiento deben ser la conciencia plena, la solidaridad y la cooperación. La humanidad debe entenderse como una parte del ecosistema del planeta. Sólo así será posible alcanzar una vida en dignidad y autodeterminación para todas las personas.

domingo, 15 de marzo de 2020


El terrorismo mediático favorece la desmovilización popular
EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO











Como en el “Diario del año de la peste” de Daniel Defoe, el único fantasma que recorre el mundo a estas horas no es el pregonado por Carlos Marx sino el COVID - 19.

Más virales que nunca, las redes sociales se han visto colmadas de posteos apocalípticos, ya atribuidos a ignotxs científicxs, ya al mismísimo Nostradamus.

Tanto Hollywood como Netflix, que siempre profetizan sobre hechos consumados, venían atiborrando las pantallas grande y chica con largometrajes y series de tono catastrófico (sobran los ejemplos: “2012”, “El día después de mañana”, “La carretera”, “The Walking Dead”, “Bird Box”, etc.)

Plegándose a ese afinado coro, que parecería responder a la usina de anomia colectiva denunciada por Naomi Klein en su documental “La Doctrina del Shock”, los medios de comunicación hegemónicos se erigen en cajas de resonancia  unánime de una campaña que procura vaciar los espacios públicos de todas las metrópolis del orbe.

Argentina no es ajena al fenómeno en curso. Tras la desafortunada declaración del Ministro de Salud acerca de que el impacto de la pandemia se esperaba para más adelante, sin una justificación capaz de correlatarse con los datos conocidos - que hablan de una primera fase de contagio y un número reducido de afectados, en su mayoría a partir del contacto con turistas -, nuestro presidente tomó las riendas del asunto redoblando la apuesta internacional y conminándonos a parar el país permaneciendo en nuestras casas.

Ante dicho escenario, vale la pena preguntarse si la humanidad en pleno estaría dispuesta a acatar medidas semejantes, propias de la más alarmante distopía de ciencia ficción. La respuesta a dicho interrogante aparece como categóricamente negativa: Ni lxs jóvenes de la Primera Línea chilena ni lxs chalecos amarillos franceses se han avenido a abandonar la lucha callejera en pos de conquistar derechos.

En las últimas horas, el director de la plataforma contrainformativa Resumen Latinoamericano, propuso contraponer la situación imperante en nuestro país con la concebida por el genial guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld - secuestrado y asesinado por la última dictadura - en su novela gráfica “El Eternauta” (uno de cuyos cuadritos ilustra esta nota): Precisamente cuando un grupo de amigos habituados a jugar una partida de cartas todos los fines de semana en la bohardilla de uno de ellos (Juan Salvo, futuro protagonista de la épica saga) advierte el efecto letal de la nevada iridiscente que cae sobre Vicente López, opta por intentar comunicarse con posibles sobrevivientes y, lejos de abroquelarse bajo techo, confecciona trajes de amianto provistos de antiparras para salir a ponerle el cuerpo a la emergencia buscando retomar contacto con semejantes en procura de dar respuesta a la situación.

Dada la inminente conmemoración del Día Nacional de la Memoria, a contrapelo de buena parte de los organismos defensores de DDHH - muchxs de cuyxs integrantes hoy constituyen población en riesgo de contagio - , vastos sectores políticos y gremiales continúan debatiendo sobre la necesidad de apersonarse a Plaza de Mayo en dicha fecha. De concretarse tal iniciativa, habrá de convertirse en el primer gesto de desobediencia civil ante un gobierno que, escudándose en argumentos tendientes al bienestar común, pone la consideración de una pandemia circunstancial por encima de la atención que demanda el tratamiento de una deuda centenaria.-


JORGE FALCONE

martes, 10 de marzo de 2020


CORONAVIRUS
NO HAY EPIDEMIA MÁS LETAL QUE EL CAPITALISMO:
LA ARGENTINA ACTUAL ES UN INMEJORABLE EJEMPLO











“Exhortan al Ministro de Salud de Italia a buscar ayuda cubana contra la COVID - 19”.

CubaDebate


Lxs nacidxs en los 50s no conocimos la polio. Para este cronista, por ejemplo, su sombra apenas fue un vecinito de la vuelta que cada tanto irrumpía en la esquina moviéndose como una marioneta manejada por un epiléptico e intentando sumarse a nuestros juegos, lo cual eludíamos sistemáticamente con esa crueldad de la que sólo son capaces los niños.

Por entonces la peste era un fresco de El Bosco, una secuencia de “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman, o un cuento de Edgar Allan Poe. Como más tarde haría el Buñuel de “El Ángel Exterminador”, aquel torturado cuentista bostoniano pintaba en “La Máscara de la Muerte Roja” (cuyo clima expresa la ilustración que acompaña esta nota) la desesperación de los aldeanos afincados en el feudo del Príncipe Próspero ante el asedio de una plaga mortal, de la que el despiadado monarca intentaba preservarse aislándose en su palacio y convocando a sus pares a una bacanal tendiente a olvidar la amenaza en ciernes.

Pero como no hay muralla que detenga a dichos males, un enmascarado vestido de rojo cuela en aquella orgía, y con él lo hace la epidemia que anfitrión e invitados intentaban ignorar, exterminando a toda esa aristocracia empeñada en salvar el pellejo a costilla de los siervos de la gleba.

Hace un tiempo el legendario líder campesino peruano Hugo Blanco tomó partido  ante la crisis civilizatoria en curso con palabras que servirían de moraleja contemporánea para el citado relato: “Antes, desde el marxismo y el trotskismo, luchábamos por una sociedad igualitaria. Pero ahora he cambiado. Ya no creo que sea la clase obrera la única sepulturera del capitalismo, tal como decía Marx. Ahora está en juego la salvación de la especie humana. Porque si no derrotamos al sistema capitalista, nos va a matar a todos, incluidos los capitalistas”.

A estas horas, con alarmantes índices de mortandad en China, Europa en estado de alerta (un cuarto de la población italiana en cuarentena), y un primer muerto por coronavirus en Argentina - cualquiera sea el asidero de las especulaciones conspirativas que describen al agente patógeno como producto de una manipulación genética destinada a zanjar la competencia comercial entre las grandes potencias - aquellas palabras recobran potente vigencia, toda vez que este  sistema socioeconómico devastador que buena parte del sentido común erige como destino inexorable de la humanidad… la está conduciendo resueltamente hacia su exterminio. Y  nuestro castigado país - donde frecuentemente se escucha que estaríamos en condiciones de alimentar a 400 millones de semejantes, pero sin embargo hay niñxs que mueren de hambre a diario bajo el yugo de una deuda centenaria, mientras los Señores de la Soja escatiman belicosamente un diezmo para paliar la acuciante emergencia social - es un dramático ejemplo de lo expresado.

Lo cierto es que la epidemia ha ocasionado el reciente colapso de Wall Street, lo que, sumado a la caída del precio del petróleo, impone pasar revista a un cuadro geopolítico continental que encuentra al gobierno argentino sin definiciones estratégicas, y peligrosamente amenazado por un Brasil devuelto por la gestión Trump a su condición de gendarme regional dispuesto a oficiar como cabecera de puente de un Plan Cóndor II, alineando tras de sí a Uruguay, Paraguay, y Bolivia para cumplir con los designios del Imperio, mientras el Chile insurrecto se constituye por ahora en el único y auspicioso enclave que hoy se desmarca del damero descripto.

No escapará al analista atento que, en semejante contexto, negociar con los acreedores internacionales nos coloca más cerca del default que de cualquier alquimia capaz de tranquilizar a los mercados haciendo concesiones. A poco de conmemorar la heroica gesta de nuestros soldados en el Atlántico Sur, corresponde interrogarse si el gobierno argentino tendrá la entereza patriótica suficiente para encauzar el problema de la deuda hacia una resolución soberanista, desenlace que poco importa a esos “pescadores de río revuelto” que temen al populismo más que al coronavirus, y se empeñan en fogonear tractorazos en nombre de “el campo”.

A esta altura cabría plantearse que, si hay consenso mayoritario en seguir intentando humanizar al capitalismo, no queda otro camino que propender a que la crisis la costée quien más gana, lo que a todas luces apunta a los terratenientes de la pampa húmeda y a los bancos. Porque, aunque sabido es que tal perspectiva les incomoda, muy otra conduce a escenarios imprevisibles, como el que hoy se vive cruzando la cordillera, desenlace que, en caso de tornarse inevitaible, no hará más que ratificar que históricamente a la violencia siempre nos conducen lxs poderosos.-


JORGE FALCONE


domingo, 1 de marzo de 2020


EN EL MES DE LA MEMORIA
SUSPENDER EL PAGO 
E INVESTIGAR LA DEUDA
ES HONRAR LOS DERECHOS HUMANOS







































Nuestro verano culmina con estadísticas que dan superávit al turismo de cabotaje en sierras y costas pero escamotean el dato de cuántxs argentinxs debieron resignar sus habituales vacaciones en el extranjero, con medios de comunicación que atribuyen las grescas en boliches bailables a la existencia de deportes violentos, y el consumo de cocaína en los choferes de media y larga distancia a su endeblez moral. Pero escasean datos sobre compatriotas que se llevó puesto este calentamiento global que viene tropicalizando un clima que alguna vez tuvo cuatro estaciones bien definidas, se desconoce si desde el vértice de la cartera de educación y la televisión pública se reforzarán las políticas antipatriarcales que nos siguen imponiendo convivir con neandertales, y por ahora parece poco probable que un arco militante que supo escribir  páginas heroicas vuelva a poner en debate al capitalismo como principal enemigo de la humanidad. El premio consuelo de algunxs que no tuvimos resto para cambiar de aire fueron algunas series de Netflix como la italiana “Luna Nera”, que revisando el medioevo europeo se hace eco de esa imparable ola feminista que volverá a decir presente en otro mes de marzo. Lo cierto es que, para quien pudo disfrutarlo, acabó el “recreo”: Quien lo tiene, vuelve al trabajo; quien puede, vuelve al aula; el presidente abre las sesiones parlamentarias intentando seducir a lxs primerxs desencantadxs, con el telón de fondo de un riesgo país próximo al 4%; las patronales agrarias “negocian” retenciones al volante de sus tractores... y lxs convencidxs de que sobrevivir no es vivir, vamos retornando, “atentos y vigilantes”, a pie de calle.

“El riesgo es que da la sensación de que hasta que no se salga de la negociación por la deuda (¿fines de marzo? ¿fines de abril?), el gobierno aparece como impotente para dar más, como freezado en el tiempo, con una sociedad por ahora expectante que en cualquier momento sale a decir no sé lo que quiero, pero lo quiero ya”.

Eduardo Blaustein,
Licenciado en Ciencias de la Información
por la Universidad de Barcelona


Contra la dictadura de las finanzas

En el último encuentro celebrado con nuestro Ministro de Economía Martín Guzmán, la titular del FMI Kristalina Georgieva reclamó conocer un plan económico del que el gobierno argentino carece o no desea hacer público hasta lograr la reestructuración de la deuda, propósito para el que ha fijado como plazo el último día del mes en curso. En entrevista televisiva con la cadena Bloomberg, la funcionaria había invocado un status de “acreedor privilegiado” en tanto la del organismo que preside es la condición de “prestamista de última instancia”, concluyendo que por tanto no va a conceder quitas a nuestra deuda. Vale la pena recordar que Argentina es por lejos el principal deudor del FMI, seguido por Egipto, Ucrania, Pakistán y Grecia.

De confirmarse el anuncio acerca de que nuestro país no comenzará a pagar el crédito hasta 2024 ni realizará reformas previsionales o laborales, habrá que  rezar por el éxito absoluto de esta gestión y para que el próximo gobierno no tenga el signo del anterior, ya que la noticia sabe a arrojar la basura en el patio del vecino, y el retorno de lxs depredadorxs equivaldría a desconectar a una Argentina en coma profundo.

Para los sectores políticos que no han perdido la paciencia aún ante las contradicciones e indefiniciones del oficialismo, en marzo también caduca el plazo de gracia que se otorga a cualquier nuevo gobierno. Por tanto, irá perdiendo peso el argumento de que se trata de autoridades recién asumidas, ante lo cual - obviando a esa oposición bolsonareana que no da respiro desde el 10 de diciembre - propios y ajenos comenzarán a opinar ya sin reparos.

En tal contexto, no pocos analistas consideran que el amague de default producido por el gobernador Kicillof, seguido de un pago contante y sonante a los acreedores, no constituye buen augurio para la renegociación nacional de la deuda. Es más, periodistas otrora alineados con el kirchnerismo - como Tognetti, Víctor Hugo, o Navarro - se aventuran a opinar que por dicho camino volveríamos a ser colonia de EEUU.

Por otra parte, ya para brindarle oxígeno al gobierno a los efectos de que  negocie con las manos libres o ya para exigir la suspensión del pago en pro de una investigación transparente, a partir de la visita a nuestro país de una delegación del FMI, vastos sectores de la población han comenzado a manifestarse frente al yugo del odioso empréstito incrementado exponencialmente por la gestión anterior, dando así los primeros pasos hacia lo que promete ser la madre de todas las batallas en la gestión de Alberto Fernández. Por lo pronto, la misión técnica del organismo emitió un documento en el cual consideró que “un refinanciamiento manejable y un crecimiento del Producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible”. Y retorna expresando que aún “no hay negociaciones, sólo discusiones”.

Aquí cabe ratificar que ese es hoy el parteaguas de la política nacional. Porque, aunque algunos votantes del actual gobierno opinen en voz baja que este va adoptando una orientación más socialdemócrata que nacional-popular y más portuaria que federal, el mismo asumió en nombre del movimiento que construyó en Argentina el Estado de Bienestar y que más hizo por la Justicia Social de sus habitantes. De modo que una cosa aparece clara ante la vista de quien no pretenda engañarse: Pagando la deuda a libro cerrado no se puede seguir hablando en nombre del peronismo. Y, en consecuencia, comienza la cuenta regresiva para esta nueva oportunidad histórica. Congraciarse con el sionismo genocida como destino inaugural de una gira internacional, aceptar de un plumazo ejercicios militares de tropas norteamericanas en territorio nacional, o prorrogar por tiempo indeterminado el cautiverio de l@s pres@s por luchar, son decisiones que no habilitan a cifrar grandes expectativas en la gestión en curso. Por ende, ya que el capitán del barco  manifestó en su discurso de asunción que ante un eventual desvío de sus objetivos de campaña salgamos a la calle y se lo hagamos notar, corresponde que la tripulación se haga cargo de dicha exhortación y aporte algo más que enarbolar la consigna “Fuerza Alberto!”. 

Sabido es que el sistema-mundo es muy otro que el que vivió aquella generación que no ahorró ningún sacrificio en pos de muchos de los principios con que asumió el oficialismo, y no precisamente guardando un obsecuente silencio sino discrepando - cuando hizo falta - incluso con el creador del movimiento, aunque tal “osadía” le ganara, como a Prometeo, ser condenada por el Olimpo a que un buitre le devore el hígado por el resto de los tiempos. La zozobra del socialismo real y la insuficiencia de la Década Larga Progresista en Nuestra América deja a la militancia a la intemperie ante el tsunami de un capitalismo de exterminio, y la  enfrenta a un escenario de destrucción tal del tejido social que ya no puede inaugurarse un trabajo político sin antes garantizar insumos tan elementales como alimento y abrigo para sus destinatarixs. Y las urgencias de un presente semejante imponen tal vértigo a las respuestas que la realidad demanda que la mayor parte de las organizaciones sociales no atina a compatibilizar un importante crecimiento por vía reivindicativa con la imprescindible pero aún magra formación estratégica de sus cuadros. Así, buena parte de ellas se ha ido fracturando en una versión más intransigente y otra más conciliadora frente a la democracia formal. En advertir esa perniciosa tendencia de las fuerzas populares y tomar cuanto antes las providencias del caso reside hoy su desafío, si no desean que estalle en mil pedazos la única masa crítica capaz de trabar la mandíbula de un sistema que nos devora con apetito insaciable.


Por un memorialismo exhaustivo
Hace poco levantó significativa polvareda, sobre todo entre los organismos defensores de los DDHH, el sorpresivo gesto papal de enviar varias decenas de rosarios bendecidos para genocidas detenidos por crímenes de lesa humanidad. En una reunión que oportunamente mantuvo con el vicario castrense Santiago Olivera - sacerdote que tiempo atrás justificara que el Gobierno de Mauricio Macri calificase de “héroes” a militares golpistas -, designado en 2017 por el mismo Bergoglio, este pidió que les sean entregados, ante lo que aquel declaró a la prensa que "Son hijos de la Iglesia y también están bajo el pastoreo del Santo Padre”.
En un presente signado por el capitalismo más salvaje y depredador de la historia, del que fueron sicarios los destinatarios de dicha deferencia, confunde no sólo a la grey católica el relativismo ético de la Santa Sede, que hasta ahora venía pronunciándose a favor de l@s condenado@s de la tierra, en gran medida victimizados por los genocidios socioeconómicos cimentados con picana y FAL por la Doctrina de Seguridad Nacional que campeara en Nuestra América durante los 80s.
A este respecto, con su proverbial vocación de “estadista a la europea”, nuestro presidente pendula entre gestos auspiciosos y otros bastante desafortunados. Entre los primeros, consignemos que en su paso por el Vaticano mantuvo autonomía de criterio respecto a un tema tan candente como el del aborto legal, seguro, y gratuito, y durante su gira internacional se comprometió ante organismos de DDHH europeos a decretar una ley que sancionará todo gesto de negacionismo en relación a nuestro propio holocausto. Entre los segundos, cabía no pasar por alto que al encabezar en Campo de Mayo el acto de despedida del contingente que cumple funciones en la Fuerza de Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre se refirió al divorcio FFAA-Sociedad Civil señalando que “toda la Argentina debe dar vuelta una página que nos distanció mucho tiempo por la inconducta de algunos”. Muy a pesar del intento de rectificación posterior, cabe preguntarse si al hacer referencia a un tema tan sensible no corresponde hablar sin ambigüedades que den lugar a dobles interpretaciones, y en sintonía con un veredicto social mayoritario. Muchxs argentinxs consideramos que, aún desde el más loable deseo de reencuentro de nuestra sociedad, no es con desfiles ni gestos de buena voluntad que se cierran las heridas del pasado, sino redoblando el esfuerzo por desclasificar documentos reservados que den cuenta acerca de cuál fue el destino final de los detenidos-desaparecidos, brindando pistas sobre cuál puede ser el paradero de sus hijos apropiados como botín de guerra, y castigando debidamente a los responsables de mucho más que “inconductas”: De una plan de exterminio y sometimiento exportado por los colonialistas franceses, sistematizado por el imperialismo yanqui, y adoptado por las dictaduras del Cono Sur. Mientras no haya una política soberana de Defensa Nacional ni se imparta una formación sanmartiniana a lxs uniformadxs, lo más recomendable sería guardar un respetuoso silencio sobre el particular, ya que lo que está en juego en todo caso no es una riña callejera entre vecinos, de esas que a la larga se resuelven con un abrazo.
Y si de tener presente nuestro pasado se trata, este año se cumplen 45 del “Operativo Independencia”, encarado en la Provincia de Tucumán por el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, iniciativa que sirvió a las FFAA como experiencia piloto del genocidio que se llevaría a cabo a partir de 1976, ya bajo un gobierno de facto.
Dado el signo ideológico que lo impulsó, hay una deuda aún impaga por los gobiernos peronistas que le sucedieron desde la recuperación democrática - y muy particularmente por el Partido Justicialista - para con todxs lxs argentinxs: La de juzgar los crímenes cometidos durante aquella gestión y condenar a todos los funcionarios que en 1975 firmaron o avalaron el decreto de "aniquilamiento de la subversión" que dio paso a la encarnizada cacería de la generación más altruista que hasta ahora dio la Patria.
En nombre de la Memoria, la Verdad y la Justicia - y sin desviar el eje trazado por los juicios en curso, sino con el ánimo de profundizarlos -, sería sumamente sano que l@s protagonistas de heroicas resistencias contra todas las dictaduras no  vieran mancilladas sus banderas a los pies de asesinos como José López Rega o cipayos como Carlos Saúl Menem, aunque ello supusiera que pongan las barbas en remojo numerosos funcionarios vitalicios de la democracia colonial vigente.
Y si hablamos de reparaciones pendientes, cabe recordar también que la justicia federal de La Plata juzgará a partir del próximo 5 de mayo a 14 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz - seguro mentor de la segunda desaparición del albañil de Los Hornos Jorge Julio López - y el médico policial Jorge Berges, imputados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield y Pozo de Quilmes, situados en la Provincia de Buenos Aires.
El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata acordó además que las audiencias se realizarán en la sede de los Tribunales Federales platenses y que en la primera  se lea una síntesis del requerimiento de elevación a juicio.
El Pozo de Banfield funcionó bajo la órbita de la Brigada de Investigaciones de Banfield, en las calles Siciliano y Vernet de Lomas de Zamora, cabe subrayar que lo hizo desde 1974 hasta al menos octubre de 1978, según testimonios de los sobrevivientes. De las 253 personas que fueron torturadas allí, 97 permanecen desaparecidas y al menos 16 son mujeres que dieron a luz en su maternidad clandestina.
El Pozo de Quilmes funcionó en la sede de la Brigada de Investigaciones de Quilmes, en las calles Alison Bell y Garibaldi, y pasaron por allí 183 víctimas.

Según declarara el ex detenido Víctor Carminatti, a buena parte de sus compañer@s secuestrados y asesinad@s a partir de la “Noche de los lápices” se los mantuvo clandestinamente en cautiverio en la Brigada de Investigaciones de Banfield - que dependía operacionalmente del Primer Cuerpo del Ejército - a causa de su compromiso con la lucha por la liberación nacional, pese a que el motivo por el que trascendió el caso fuera una gestión realizada ante las autoridades en procura de conseguir un boleto estudiantil.

El testigo Francisco Fanjul manifestó que se enteró por intermedio de una funcionaria de Institutos Penales de nombre Argentina Guzmán que, en ese grupo de prisioner@s se encontraba María Claudia Falcone, quien fuera reconocida por aquella mujer a través de una fotografía.

Por su parte, Nora Alicia Ungaro oportunamente también confirmó que mientras se encontraba detenida, otras personas que se hallaban en su misma situación le contaron que su hermano, junto con el citado grupo de estudiantes secundarios, estaba detenido en el mismo lugar.

Finalmente, Atilio Gustavo Calotti, en igual sentido, declaró mediante exhorto diplomático haber permanecido privado de su libertad para la misma época que las víctimas de aquel fallido intento por disciplinar a una juventud rebelde que continúa movilizada e ignorando dicho escarmiento.

Como el resto de los 30.000 detenidxs-desaparecidxs, aquellxs compañerxs sacrificaron sus vidas en el afán de forjar una Patria liberada, bien diferente a la que el Norte Global aún pretende doblegar, ahora mediante una deuda odiosa e impagable.-


JORGE FALCONE