martes, 1 de diciembre de 2020

Mientras el capitalismo intenta reciclarse

ANTE EL FRACASO DE LA CLASE POLÍTICA, NUESTRA AMÉRICA MARCHA HACIA UNA NUEVA HORA DE LOS PUEBLOS

 












Y así culmina 2020, el año que nos arrebató la peste, llevándose consigo a incontables compatriotas, algunxs de dimensión universal, como por ejemplo Quino - el humorista gráfico que a partir de los años 60 con sus tiras brindó una caja de resonancia a la radicalización de los sectores medios -,  el enorme “Pino” Solanas - esa conjunción cinematográfica de Marechal y Hernández Arregui - o el Diego, ese alquimista de la redonda que nos granjeó tantos momentos de inmensa alegría y compensó transitoriamente con su devenir siempre a contrapelo la vacancia de referentes transformadores. Su despedida convocó a cientos de miles de argentinxs. La clase política venal y rentista que nos dirige demostró estar deshabituada a sepelios como el de Don Hipólito Irigoyen, el “Mono” Gatica, o Evita: A la congoja entonces se sumaron los balines y las consiguientes corridas de un pueblo que ya no tiene ni derecho a despedir a sus hijxs más dilectos como lo merecen. La prensa monopólica acusó al gobierno de querer capitalizar el prestigio del difunto crack, y el oficialismo - fiel a su costumbre - cargó toda la responsabilidad sobre el gobierno porteño. Pero la verdad de la milanesa es que democracias como la nuestra hacen agua, como se verá, desde el Norte al Sur de América.

 

Pese al poco tiempo que le queda en la Casa Blanca, el derrotado Donald Trump continúa hostigando al pueblo iraní. Si alguna novedad aporta el cambio de collar del perro imperial, es una probable contraofensiva del globalismo contra el proteccionismo reinante en gran parte del planeta. Además, Joe Biden contabiliza  numerosos viajes al Sur del Río Bravo que le granjearon un alto conocimiento de su “patio trasero”, una aceitada relación con el Papa Francisco que podría facilitar su futuro vínculo con Cuba, Venezuela, y las fuerzas intervinientes en el accidentado proceso de paz colombiano, y - en lo que a la Argentina respecta - una fluida relación con Gustavo Béliz y Martín Guzmán (dato a tener en cuenta)

Pero ya nadie osa negar que, ante las limitaciones de la Década Larga Progresista en la región - estimulada por el alto precio de las commodities vivido al inicio del siglo en curso y seguida por una nueva oleada conservadora -, la mayor parte de los pueblos del continente, defraudados por sus respectivas dirigencias, a estas horas intenta hacer Historia por cuenta propia.

Los denominadores comunes de las luchas en desarrollo consisten en la disputa por la tenencia de la tierra y la construcción de soberanía alimentaria, un creciente cuestionamiento a la democracia burguesa, y el generalizado reclamo de Asambleas Constituyentes que representen efectivamente la soberanía popular.

Hace pocos días el fenómeno descripto suministró una imagen que condensa todo el descontento regional expresado hasta aquí: El incendio del Congreso de Guatemala, que dio por tierra con el Presupuesto 2021 elaborado por la oligarquía de ese país.

Por su parte, el pueblo mejicano experimenta una gran decepción con las políticas de un presidente que visitó el Gran País del Norte para arrodillarse ante su par estadounidense, padece serias tensiones con el zapatismo, y fuertes reclamos del Consejo Campesino e Indígena, así como de los feminismos. 

En Colombia, al pésimo “Acuerdo de Paz” derrotado en un plebiscito - que después de 54 años de guerra con las FARC supuso un más que bochornoso Premio Nobel para el ex presidente Santos, y que encuentra a los ex territorios ocupados por aquella guerrilla ahora ganados por los paramilitares, así como al uribismo enseñoreándose en el Palacio Gubernamental -, desde octubre se le suma un levantamiento popular “a la chilena”, que al cabo de casi 250 asesinatos de miembros de las FARC y un millar de líderes y lideresas populares, se verá complementado por la firme disposición de las fuerzas insurgentes para golpear a la represión irregular. 

En tanto, aún con su poder comunal asediado por algunos gobernadores, y contabilizando más de 300 campesinos asesinados en lo que va del año, la Venezuela Bolivariana se apresta a afrontar una nueva elección parlamentaria que habrá de renovar todos los escaños de la Asamblea Nacional. Muy a pesar del permanente hostigamiento imperial, cabe destacar que esa nación hermana - al igual que Cuba - prevaleció a la pandemia global, y su aguerrido pueblo sigue rechazando intentonas de invasión. Como si ello fuera poco mérito, sus autoridades acaban de producir un envidiable pronunciamiento contra el uso de transgénicos. 

A todo esto, aquel Perú que viviera en 2017 el colapso de Odebrecht, el posterior suicidio del ex presidente Alan García, y los levantamientos de 2019, hoy sintoniza con la realidad descripta ganando las calles y cargándose a un par de presidentes en menos de una semana. 

Allende la cordillera, desde la Revolución de los Pingüinos hasta la Revuelta de Octubre 2019, Chile continúa sacudido por un feroz descontento con ese modelo que hasta no hace mucho circulara de boca en boca de los más recalcitrantes defensores del neoliberalismo como el ejemplo a imitar. A los críticos de la supuesta falta de horizonte que tendrían lxs jóvenxs de la Primera Línea se les viene respondiendo que su programa está escrito en las paredes, y este sigue suponiendo una Asamblea Constituyente que introduzca, entre otras reivindicaciones,  la autodeterminación mapuche - ya que la Convención votada no es inclusiva - y la inmediata renuncia del tirano Piñera, que a estas horas padece el asedio a ese Palacio de La Moneda al que sus referentes de otrora bombardearon, abortando la vía pacífica al socialismo.

Mientras, Bolivia experimenta una segunda oportunidad histórica para corregir las limitaciones de los precedentes gobiernos del MAS. Su flamante gobierno, refrendado por 7 horas de desfile popular y constituido por un Primer Mandatario de perfil tecnocrático secundado por un dirigente originario, afronta el desafío de promover la participación real de las comunidades quechua-aymaras en las grandes decisiones estratégicas. La inclusión en el nuevo gabinete de Secundina Flores Solamayo, Secretaria Ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa”, brinda un indicio por demás alentador. La detención de la golpista Jeanine Añez, aporta otro tanto. 

Paraguay, convertido en colonia angloamericana e israelí, asesorada por el uribismo colombiano y sujeta a la alevosa invasión de capitales brasileños,  también vive una importante rebelión campesina, apoyada por la activa guerrilla del EPP. 

Dos años después de unas elecciones presidenciales marcadas por el voto antisistema y con la pandemia de coronavirus como telón de fondo, los brasileños dieron la espalda a Jair Bolsonaro favoreciendo a representantes de la política tradicional, y en menor medida a algunas fuerzas de izquierda, en los comicios para alcaldes y concejales de 5.569 municipios. Once de los 13 candidatos que respaldó el presidente sufrieron la derrota en la segunda vuelta de los comicios regionales, este 29 de noviembre. 

Panamá y Haití no se desmarcan del escenario descripto, sumando sus respectivos alzamientos populares a la confirmación del agotamiento de una casta dirigente empeñada en sobrevivir como tributaria de los enjuagues del Norte Global. 

En Argentina, la oleada de recuperaciones de tierras - que a mediados de año llegaron a contabilizar hasta 20 por noche en el conurbano bonaerense -, tras el violento desalojo de Guernica experimenta un desplazamiento relativo de las principales batallas que viene librando nuestro pueblo hacia regiones como Cuyo y Patagonia, de la mano de una indoblegable defensa de los recursos naturales. 

Nos encontramos en medio de una guerra - por ahora comercial - entre las principales potencias, por la hegemonía mundial, en un contexto abierto por la crisis capitalista de 2008 y el agotamiento acelerado de los recursos estratégicos no renovables.

Nuestros países, eternamente “periféricos” o “subdesarrollados”, son el botín que se disputan las grandes corporaciones y potencias imperialistas. El Golpe en Bolivia fue una clara muestra de hasta dónde pueden llegar tales intereses, y su imposibilidad de  sostenerse lo es de la capacidad de resistencia de los pueblos postergados. 

Ante este panorama regional, corresponde unirnos como un solo puño para detener el saqueo. Como lo hace hoy el pueblo mendocino en defensa del agua o el chubutense plantándose contra la megaminería, frente a la claudicación de los partidos tradicionales. Son momentos de definiciones. No es gracias al poder constituido que lograremos salir de la pobreza o el atraso. En esto no hay medias tintas, ni “capitalismo donde ganen todxs”, ni Grupo de Puebla que se la banque. O se está con los pueblos, la defensa de sus recursos vitales, su patrimonio natural e histórico… o con las grandes corporaciones saqueadoras y sus lobbystas, movidos por la lógica de un capital que sólo persigue la tasa de ganancia, sin dimensionar consecuencias futuras. 

Si, de la mano de la vacuna anti COVID - 19, 2021 supusiera la superación de la emergencia sanitaria global, acaso la gran lección que los pueblos del Sur Global estén en condiciones de brindarle al sistema - mundo que emerja en la post pandemia sea lo que ya constituye una evidencia irrefutable: En el Siglo XXI no alcanza con resolver las tensiones entre capital y trabajo sin afrontar las que aquel enfrenta con la naturaleza. Porque ya no está en juego tan sólo la calidad de vida de lxs pobres, sino la supervivencia de la humanidad toda.-

 

JORGE FALCONE

 

 


viernes, 20 de noviembre de 2020

¿Hay vida después de la peste global?

EL LEMA “PRIMERO LOS ÚLTIMOS” TERMINÓ SIENDO 

UN BONO CONTRIBUCIÓN DE LOS DUEÑOS DEL PAÍS
















1

En las horas que corren, Italia, Francia y el Estado Español atraviesan una nueva ola de contagios por COVID - 19, que se expande más rápido que a principios del corriente año. Semejante cuadro de situación confirma cuánto han contribuido a la desarticulación de políticas comunes los nacionalismos xenófobos que abroquelan a varios países del Viejo Continente

Para muchxs congéneres la llegada de la vacuna contra el coronavirus representa una luz al final del largo túnel que hemos venido atravesando durante casi todo el  2020, lo cual permite entrever con un poco más de nitidez el tan debatido mundo que nos aguarda en la post pandemia.

A lo largo de buena parte del Siglo XX la imagen de una fábrica con sus chimeneas humeantes era sinónimo de producción y progreso. En este presente signado por el tránsito del paradigma metalmecánico al telemático, y del capital productivo al financiero - crisis civilizatoria mediante -, la misma imagen despertaría la reacción más airada de una militancia socioambiental que viene creciendo exponencialmente.

En efecto, el incremento del efecto invernadero, la disminución de la biodiversidad, la alteración del ciclo de las aguas, y una imparable explosión demográfica que amenaza con agotar vertiginosamente las reservas planetarias colocan a la humanidad en una riesgosa encrucijada.

Al respecto, este cronista sostiene que Hollywood “profetiza” sobre hechos consumados. Tan es así que últimamente el cine de anticipación - ya sea por culpa o por indiferencia de sus mentores, que acaso se disponen a importar este modelo suicida a algún otro confín de la galaxia - no hace otra cosa que difundir contenidos sobre el inminente colapso global: “Greenland” (aerolitos penetran en la atmósfera devastando toda Florida en un santiamén), “A feral world” (un niño huérfano intenta sobrevivir junto a una mujer desconocida en un mundo post apocalíptico), “Blackout” (algo está acabando con la vida en el planeta y hay que averiguar qué es), “LX2048” (el sol se ha vuelto tan tóxico que las personas no pueden salir de sus casas y deben resignarse a una sociabilidad virtual), “Singularity” (un científico determina que el enemigo de la vida en el planeta es la humanidad y la destruye recurriendo a la inteligencia artificial), la lista sigue… Y todos estos son estrenos 2020. ¿Acaso se trata de una moda? No. Más bien ocurre que nunca como antes la ciencia está alcanzando peligrosamente a la ficción.  Y la dirigencia mundial no toma nota… o bien la tiene atada, y al cabo del banquete universal hará la sobremesa en otro lado dejándonos a cargo de los platos que ensuciaron.

 

2

Culmina un año difícil como pocos. Para muchxs argentinxs será recordado como el que nos arrebataron. Ante un gobierno que despertara grandes expectativas - aunque hasta ahora sus máximos “méritos” hayan sido la cuarentena más larga del mundo y la prórroga de una deuda ilegítima - el aliciente viene de allende esas  fronteras establecidas por conquistadores que impusieron la ley del “divide y reinarás”: Se trata, por citar un puñado de ejemplos, de la rebelión del pueblo peruano que inundando las calles le da el ultimátum a una democracia fraudulenta y perimida, de la arrolladora victoria electoral que proporciona una segunda oportunidad histórica a lxs hermanxs bolivianxs, y del plebiscito que sepultó la constitución pinochetista en Chile. Porque Nuestra América ha vuelto a ratificar que no vivimos en un continente de esclavos genuflexos. 

En tanto, la coalición que nos gobierna ha comenzado a insinuar lineamientos de lo que considera su horizonte político-económico estratégico. Cuando la apelación a las bondades del cuidado ante la emergencia sanitaria ya no alcanza y la renegociación de la deuda con los fondos buitres ha concluido, empieza a trazar el camino hacia una nueva espiral de la dependencia donde las respuestas a las demandas populares brillarán por su ausencia.

La gran recesión producto de la cuarentena ha dejado tierra arrasada: El primer semestre de 2020 el producto bruto interno (PBI) cayó un 12,5% en relación a 2019; desde comienzos de 2018, se ha reducido 18,8%. Así culmina una década de contracción e inestabilidad. Los números muestran la insuficiencia de las políticas de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP): aproximadamente el 40,9% de la población cayó por debajo de la línea de pobreza en la primera mitad del 2020, indicadores que afectan al ¡56,3% de lxs niñxs menores a 15 años! 

Sólo el capital monopólico transnacional, sobre todo los bancos y el sistema financiero, salió ganancioso: las entidades bancarias cobran del Banco Central de la República Argentina (BCRA) 4.772 millones de pesos cada 24 horas en concepto de intereses por las LELIQ y otros instrumentos. Consecuentemente, no hay recursos para atender las demandas urgentes de tierra para vivir y producir, pero en la primera mitad del año el Estado destinó al pago de intereses de la deuda pública casi el doble de lo que invirtió en Salud. Tal orientación traza un rumbo indisimulable. 

Así, el oficialismo se apresta a batallar en las PASO cerrando su primer ejercicio anual con grandes concesiones a lxs ricxs de toda riqueza y un notorio recrudecimiento de la violencia por parte del Estado. Si algo le sobra a esta Democracia Represora son ejemplos: Una insubordinación policial que desconoce a sus mandos naturales y ocupando el espacio público consigue lo que a diario se niega a lxs más desamparadxs, la aparición de una Mesa de Enlace castrense que reclama la intervención de las instituciones armadas en la vida pública del país, fuerzas de seguridad siempre listas para desalojar recuperaciones de tierra echando mano a gases y perdigonadas, al igual que en la dispersión del reclamo de los obreros de  Cresta Roja, o el violento intento de garantizar la zonificación minera en Chubut, gestos todos ellos de un gobierno que nos habla amablemente mientras defiende a sangre y fuego una matriz productiva basada en el agronegocio y el extractivismo.

El tan cacareado “impuesto” a la riqueza, tardío y escaso, resulta puro maquillaje, ya que, al tiempo que se pide un diezmo irrepetible a lxs dueñxs de todo, se aprueba un presupuesto que ajusta el cinto a lxs más necesitadxs y favorece a lxs potentadxs. El acuerdo entre Fernández y Massa legaliza la caída del poder adquisitivo del 15 % anual (mínimo)  todos los años para el 2020 / 2023. Medida que va acompañada, en simultáneo, con la  eliminación del IFE para nueve millones de beneficiarios. 

El publicitado gravamen, lejos de utilizarse para saldar aunque más no sea en parte la deuda social, tal y como lo dice su artículo 5º, destinará el 25 % de lo recaudado  a “exploración, desarrollo y producción de gas natural” a través de IEASA e YPF, la sociedad anónima con mayoría estatal pero un 49 % de accionistas privados, incluyendo especuladores globales acreedores de la deuda argentina como Black Rock. 

Ello recicla la opción favorable a la energía fósil, sobre todo el fracking en Vaca Muerta, que desde hace 7 años funciona exclusivamente con millonarios subsidios del Estado, en tanto contamina millones de litros de agua por pozo con químicos altamente tóxicos y atropella los derechos territoriales de los pueblos originarios.

 

3 

Desde que se utiliza el método de fractura hidráulica, se comenzaron a producir movimientos sísmicos centrados en la zona de Sauzal Bonito y Añelo, donde nunca habían ocurrido. 

Así, el ente estatal de hidrocarburos funciona como otra multinacional, dado que, profundizando la herencia de la gestión anterior, obtuvo beneficios favorables a los Capitanes de la Industria petrolera, consistentes en un nuevo acuerdo de flexibilización laboral.  

Por otra parte, no opera solo, sino que explota sus yacimientos conjuntamente con multinacionales como Chevron. 

En tal contexto, y con absoluta desfachatez, las autoridades nacionales convocaron a la comunidad científica para “estimar” el contenido de agrotóxicos en suelos, agua, aire y organismos biológicos, en un acting presentado como punto de partida para la “producción sustentable”, pero la iniciativa se produce veinte años después de haberse aprobado el primer transgénico con uso de glifosato.

Entre los antecedentes de su mentor, el Ministro de Ciencia Roberto Salvarezza, figura haber hostigado al científico Andrés Carrasco por sus posiciones críticas frente el glifosato, muy a pesar de que madres de pueblos fumigados, organizaciones socioambientales y campesinos hayan venido dando cuenta desde hace tiempo de las funestas consecuencias de su utilización.

El anuncio oficial, secundado por el titular de Agricultura Luis Basterra, el de Ambiente Juan Cabandié, y la titular de la Unidad de Gabinete de Asesores del Ministerio de Ciencia Carolina Vera, fundamentado para “ultimar detalles acerca del Inventario de Uso de Agroquímicos” llega dramáticamente tarde, cuando hacerse eco de las incontables alarmas de los últimos años hubiera permitido  salvar muchas vidas. 

Penosamente, debemos concluir que, desde la recuperación del orden constitucional a esta parte, y con distintos matices, el peronismo - otrora “hecho maldito del país burgués” -, ha devenido en domador de rebeldías populares, convirtiéndose en el Partido del Poder, garante de la gobernabilidad burguesa.

Y, si prolifera una dirigencia social indispuesta a sintonizar con las revueltas que vienen multiplicándose en el resto de Nuestra América en pos de Asambleas Constituyentes que cambien drásticamente nuestra suerte… nuestra alternativa electoral 2023 será Massa o Larreta, y la calesita demoliberal continuará girando.

Pero este pueblo traicionado una y mil veces ha demostrado en incontables oportunidades su capacidad para encontrar el camino que tarde o temprano  permita poner en valor el patrimonio de sus mejores luchas y programas.-

 

JORGE FALCONE

 

 

martes, 10 de noviembre de 2020

En tanto la América Profunda se despereza

ARGENTINA VA CERRANDO OTRO AÑO 

CON LA JUSTICIA SOCIAL PENDIENTE















“Son  y  serán  tiempos  difíciles.  Debemos  mantener  los  ojos  y  los  oídos  bien  abiertos y  estar  alertas.    Si  hemos  abrazado  las    banderas  antiimperialistas  y  anticolonialistas  con  nuestra  conciencia,  nuestra sangre,  nuestro cuerpo,  nuestro  corazón  y  nuestra  alma,  es  nuestro  deber  llevarlas  siempre  en  alto,  traspasarlas  a  las  nuevas  generaciones  y  bajar  a  nuestra  tumba  envueltos/as  en  ellas. (…)  Debemos  saber  que  más  temprano  que  tarde  EE  UU  y  quienes  le  obedecen   beberán  el  cáliz  final  de  la  derrota  y  sólo  serán  una  hoja  más  en  la  tormenta.  Esto  nos  debe  dar  más  fuerzas  para  continuar  nuestra  lucha”. 

Prof.  Elsa  M.  Bruzzone,

“Joe Biden: El mismo perro con distinto collar”

  

Mientras analiza el orbe desde un pensamiento global, la inteligencia del Imperialismo fomenta que los países periféricos lo hagamos desde un pensamiento local. Por eso mismo desde un horizonte emancipador se impone revisar el damero internacional holísticamente y con perspectiva geopolítica.

Si la guerra comercial de los pool farmacéuticos redundara - como pocas veces ocurre - en un alivio de la emergencia sanitaria de cara a 2021, asistiremos a un escenario post pandemia de desmoronamiento del orden unipolar en favor de otro tripolar (EEUU, China, Federación Rusa), aunque continúe madurando en el Sur Global el anhelo de vivir en un mundo ceropolar.

Muy a pesar de que al capital financiero trasnacional ya no le interesen los Estados-Nación, ese continúa siendo un espacio de referencia para la lucha de los pueblos, en su tránsito del poder constituido al poder constituyente.

El año que nos arrebató la pandemia va llegando a su término con algunos indicadores que permiten intuir el escenario en que nos encontrará el próximo. Por lo pronto, el gobierno de los EEUU pasó de manos del constructor del “Muro de la Vergüenza” a las de un conspicuo intervencionista en los asuntos de Medio Oriente, mientras el poder real continúa intocado. Es de prever, por ende, que la tensión Norte / Sur no se alivie demasiado.

En Nuestra América, la multitudinaria asunción del nuevo presidente boliviano fue precedida por un artero atentado contra su integridad física, lo que permite inferir que el secesionismo cruceño, derrotado en las urnas, continuará intentando erosionar al Estado Plurinacional. Lo cierto es que el hermano país andino ha conquistado una nueva oportunidad histórica para revisar los errores y limitaciones de sus períodos anteriores, consciente de que las Revoluciones de Colores que propicia el Gran País del Norte se producen por implosión de los Estados democráticos, y de que una Revolución Popular resulta exitosa cuando consigue construir un discurso capaz de demoler los prejuicios de la época. Ese es el enorme desafío que de cara al futuro inmediato se le presenta a esta fórmula del MAS que, invirtiendo los términos de la anterior, concentra en el Vicepresidente  toda la potencia del factor autóctono.

Mientras, la revuelta chilena sigue en alza sin dejarse distraer por el rotundo resultado del reciente plebiscito que arrojó al basurero de la Historia a la constitución pinochetista. 

El gobierno argentino, por su parte, alentado por la baja del dólar y el inminente arribo de la vacuna rusa, parecería poner proa a las elecciones de medio término  - discutidas por varios gobernadores -  algo más desembarazado  del argumento que lo ataba a justificar su inoperancia responsabilizando a “la pesada herencia” macrista y el coronavirus. 

Si prescindiéramos - aunque más no fuera por un instante - de pareceres meramente condicionados por nuestras emociones o anhelos, y pusiéramos un poco de rigor en diferenciar un discurso bienintencionado, de la matriz productiva sobre la que este descansa, no sería difícil arribar a la conclusión de que en nuestro país no hay “nada nuevo bajo el sol”. Sólo otro gobierno más volcado al agronegocio y la megaminería contaminante que – sujetos al paradigma suicida del desarrollo ilimitado – vienen alimentando la crisis civilizatoria que transita peligrosamente nuestro planeta. 

La anomia general exhibida por el oficialismo desde que ingresó a la Casa Rosada se vio sacudida por el “tirón de orejas” de la Vicepresidenta, circunstancia que desde las más altas esferas indujo a tomar la decisión de demostrar autoridad cerrando filas en torno a la defensa de la propiedad privada, y desalojando  consecuentemente en la forma más violenta a buena parte de las recuperaciones de tierras en curso hasta entonces.  Sergio Massa, asiduo visitante de la Embajada Norteamericana que sueña con ocupar el sillón de Rivadavia y viene armando un gabinete paralelo en Diputados, agradecido.

El beneplácito de buena parte de los sectores medios con el recrudecimiento de la represión permite inferir que las secuelas de la enorme lobotomía social perpetrada por los genocidas durante los años de plomo aún mantiene la loza del escarmiento sobre una sociedad mayoritariamente mal predispuesta ante  cualquier tipo de audacia. 

Semejante viraje a la derecha consolida una línea de avance que encuentra claros antecedentes en otras concesiones a los dueños del país, tales como el recule ante la bravuconada de expropiar Vicentin o el cajoneo del Impuesto a la Riqueza. De manera que, mientras en rigor de verdad se gobierna contra el pobrerío, las autoridades están convencidas de que conseguirán disimularlo estabilizando el valor del dólar, promoviendo la vacunación obligatoria y gratuita contra el COVID 19, y – a fin de descomprimir las tensiones sociales del conflictivo mes de diciembre – dando de baja la cuarentena más larga del mundo en favor del distanciamiento social, con la intención de que el/la ciudadan@ de a pie pase sus fiestas en paz, y el medio pelo pudiente estimule la alicaída industria turística.

En tanto, prospera recomponer la concordia con Rodríguez Larreta, el más prestigioso exponente de la coalición opositora, quien - alineado con Fernández y Kicillof - aceptaría motorizar el traslado del Puerto de Buenos Aires a La Plata, lo que supondrá otro suculento negocio del lobby inmobiliario, consistente en la inauguración de un nuevo Puerto Madero

No obstante, con avances y retrocesos, la lucha de las organizaciones sociales más consecuentes ha logrado colocar el tema de la tierra y la vivienda en la agenda pública, y la cuarentena global también ha reportado importantes lecciones acerca de cuánto podría sanearse el medio ambiente e incrementarse nuestra calidad de vida con solo desacelerar la economía y pasar a producir a escala comunitaria - horizonte del que se vienen haciendo cargo entidades y colectivos como el Museo del Hambre, Jóvenes x el Clima, Asamblea por el Agua, o Basta de Soluciones Fáciles -, en sintonía con la filosofía de los pueblos del Abya Yala, empeñados en suplantar al YO por el NOSOTROS.

Una vez más, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.-

 

JORGE FALCONE

domingo, 1 de noviembre de 2020

ROCA GUIÑA UN OJO A LA “JUSTICIA” DESDE EL BILLETE DE CIEN

LA OLIGARQUÍA Y EL LOBBY INMOBILIARIO 

MARCAN LA CANCHA A UN GOBIERNO 

CARENTE DE INICIATIVA







“El gobierno de Alberto Fernández asumió con un país quebrado y fue asediado por la derecha desde el primer momento en que intentó tomar alguna medida progresista.  Esto no es novedoso, lo novedoso es que parece haber renunciado a hacer cambios favorables para el conjunto de la población y parece resignado a gestionar la crisis.  Como en una pelea de box, ha dejado de preocuparse por golpear al rival y se limita a tratar de aguantar hasta que suene la campana”.

Guillermo Cieza,

“La encrucijada”.


“Que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel” (*) 

No corren buenos tiempos para el Presidente de la Nación. Al fuego amigo desplegado por la carta de la Vicepresidenta se sumaron luego las interpelaciones del dirigente social Juan Grabois y de la titular de la Asociación  Madres de Plaza de Mayo, debido a la inoperancia de su gabinete, a la debilidad manifiesta ante los patrones del campo, y al inusitado rigor utilizado para desalojar a lxs vecinxs sin techo en Guernica, respectivamente. Es más, probablemente este último hecho marque un punto de inflexión en la gestión del Frente de Todxs y una divisoria de aguas en su interna, toda vez que las dantescas escenas que difundió la prensa se alejan categóricamente del espíritu solidario que prometió el gobierno, aunque este intente  distraer a la opinión pública encargándole a Papá Noel que nos traiga la vacuna rusa contra la peste.

Es inocultable que la lucha y el enorme sacrificio del pobrerío introdujeron el problema de la tierra en la agenda pública argenta.

Como consecuencia de ello, en las últimas horas medios hegemónicos y funcionarios públicos cerraron filas en ratificar que la defensa de la propiedad privada no está en debate, puesto que consta en la Constitución Nacional. En eso les asiste la razón. Pero casi nadie parece recordar que nuestra Carta Magna fue escrita en 1853 con la sangre del criollo y del indio, barridos de las pampas que poblaban por derecho natural gracias a los fusiles Remington de una oligarquía dispuesta a extender la frontera agropecuaria. De manera que la ley madre que nos rige fue edificada sobre un genocidio, prorrogado hasta nuestros días contra la enorme masa de descendientes precarizadxs de aquellxs antiguxs dueñxs de estas tierras. 

Pasemos revista pues a un puñado de opiniones que circularon profusamente a partir del Jueves Negro en que - ante la condescendencia del oficialismo - una Justicia clasista, racista y sexista bajó el martillo en favor de los varones Etchevehere y del desalojo a perdigonada y fuego de la ocupación de 100 hectáreas en la localidad de Guernica por parte de 1450 familias sin techo:

Las tierras se devolverán a sus propietarios”, anunció en un zócalo la emisora televisiva que juega a ser el timorato remedo del programa 6, 7, 8… aunque está probado en la causa que nadie presentó títulos de propiedad en dicha disputa. No importa. “Miente, miente, que algo queda”.

En la toma había militantes”, expresó el gobernador “filo marxista” Axel Kicillof, de notoria militancia durante sus años mozos en organización universitaria integrada por otros coetáneos como el malogrado Iván Heyn. Parecería que ahora, para dicho funcionario, tal condición ha pasado a ser el sobreentendido de lo más espurio que puede ocurrirle a una sociedad. Su afirmación retrotrae a los penosos esfuerzos exculpatorios efectuados durante la transición democrática por vastos sectores medios que, en el afán de relevar de responsabilidad penal a sus deudos o amigxs represaliadxs, aducían que estxs habían sido confundidxs con tercerxs fugadxs o figuraban en alguna libreta de aquellxs, contribuyendo - inconcientemente o no - a despojar a la historia patria del orgullo de haber contado con una generación altruista que se jugó el todo por el todo en pos de un horizonte emancipatorio.

Había activistas de izquierda armados”, señaló el ostentoso Ministro Berni, declaración que invita a lxs desprevenidxs a imaginar emboscados fedayines en el predio en cuestión blandiendo desde cócteles molotov a fusiles kaláshnikovs… todo ello para envasar una aviesa interpretación de la asimetría histórica que recurrentemente encuentra a lxs desheredadxs del mundo resistiendo con una humilde gomera contra las “topadoras del progreso” y batallones de cuerpos especiales pertrechados con la última tecnología comprada a Israel, esa factoría de servicios globales para el disciplinamiento de lxs humanxs a los que el Dios dinero da la espalda. 

Manifestaciones como las expuestas parecerían indicar que la escalada de la lucha de clases en Argentina viene reeditando la Conquista del Desierto.

                                                                

Imperativos del presente 

A cualquiera que se atreva a desatender el discurso hegemónico del pool de medios enemigos del pueblo y desee interiorizarse en torno a la problemática descripta no le resultará difícil constatar que en nuestro país 1200 familias son dueñas del 40 % del territorio nacional. Un 0.94 % de terratenientes maneja el 36 % de todas las extensiones productivas del país.

Quien haya estado o esté en condiciones de viajar a la costa, tomando la Ruta 2 habrá constatado la vastedad de terrenos despoblados - y frecuentemente improductivos - que existe. Nadie pretende afirmar que carezcan de dueñx, el propósito último de esta descripción consiste en demostrar con un ejemplo sencillo los contrastes habitacionales que presenta el país, incluso en su provincia de máxima densidad demográfica, y poner de relieve cuánto urge producir una redistribución más equitativa de la tierra en función de una mayor calidad de vida.

En un planeta hambreado - y bombardeado con comida chatarra - se impone recordar también que Nuestra América es pródiga en recursos naturales altamente codiciados por el Norte Global. 

De ahí que la soberanía alimentaria tan pregonada por ecologistas y militantes socioambientales consista ni más ni menos que en la autonomía de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y comida sana. Esta problemática ya está frente a nuestras narices y urge resolverla. 

Pese a ello, aún existe gente bien intencionada que sin embargo considera “destituyente” pronunciarse contra discursos supuestamente progresistas pero no sustentados en la defensa de una matriz productiva atenta a la necesidad de las mayorías nacionales.

A ese respecto, corresponde tomar en cuenta que en nuestro país rige el monocultivo y el uso extensivo de agrotóxicos. Deforestamos tantas hectáreas que superan la superficie de provincias enteras para producir soja y maíz transgénicos, cuando es de dominio público que los agrotóxicos contaminan los alimentos y vulneran la salud de la población. 

El cambio climático - además - reduce el rendimiento de los suelos. El modelo vigente los erosiona y desertifica mediante la siembra directa e intensiva: A fin de ilustrar la cuestión, imagínese el o la lectora si la modificación del genoma humano acelerara embarazos a contrapelo de su ciclo biológico natural para dar a luz en lapsos cada vez más breves una mayor cantidad de mano de obra en condiciones de reproducir la explotación capitalista… Ese tipo de reparos también merece la Madre Naturaleza.

A esta altura de la historia, y pese a la brutal resistencia de quienes abogan por mayor concentración económica, la evidencia conduce a concluir que la solución a los males aquí descriptos pasa por colocar en el centro de la atención pública a la agroecología y discutir cuanto antes una Reforma Agraria que goce del máximo consenso posible. 

O más temprano que tarde lxs privadxs de techo y comida inexorablemente irán por lo suyo a los wall marts y los countrys.-

  

(*) Frase de la canción “A desalambrar”, del compositor e intérprete uruguayo Daniel Viglietti.

 

JORGE FALCONE

 

 

 

 

 

 

 

martes, 27 de octubre de 2020

Mientras se define si al ajuste lo hará el gobierno o el mercado

TIERRA Y COMIDA SANA SON LA MADRE 

DE TODAS LAS BATALLAS














“No hay cosa más sin apuro
que un pueblo haciendo la historia.
No lo seduce la gloria
ni se imagina el futuro.
Marcha con paso seguro
calculando cada paso,
y lo que parece atraso
suele transformarse pronto
en cosas que para el tonto
son causa de su fracaso”.
 

Alfredo Zitarrosa,

“Diez décimas de saludo al pueblo argentino”. 

 

Nuestra América: ¿Hacia una nueva “Hora de los Hornos”? 

En tanto la mayoría de los pronósticos favorecen a Joe Biden en los comicios estadounidenses de noviembre, el reverdecer de los pueblos de la región, estimulado por la Minga Indígena colombiana, el levantamiento de los jóvenes ecuatorianos exigiendo la renuncia del traidor Lenin Moreno, el aplastante triunfo del MAS sobre el golpismo boliviano, la estrepitosa sepultura de la constitución pinochetista en Chile, y - por qué no - el desacato de muchxs compatriotas que no se resignaron a conmemorar un 17 de octubre virtual y ganaron masivamente las calles de Buenos Aires en plena cuarentena, exige revisar algunas de sus lecciones de cara a un futuro post pandemia.

El ejemplo boliviano ha demostrado palmariamente al mundo hasta qué punto la América Profunda no admite más barnices europeizantes. Sin ir más lejos, los golpistas, apoyados por la OEA, pretendieron a lo largo de todo el año demostrar que la última elección que consagrara presidente por tercera vez a Evo Morales Ayma había sido amañada, pero la más reciente - celebrada ante las narices de una Justicia Electoral y veedores afines a la dictadura - ratificó e incrementó aquel caudal de votos. Semejante victoria, no obstante, recomienda a lxs vencedorxs permanecer atentxs y vigilantes, ya que el secesionismo cruceño difícilmente ceje en su afán de bregar por una Nación Blanca for export, apelando al “caos constructivo” que recomiendan implementar los centros del poder financiero trasnacional para implosionar nuestros Estados Nacionales.

Y el caso chileno exhibe a las claras, como lo han reconocido numerosxs analistas de distinto signo ideológico, que el modelo neoliberal puede mantenerse por la fuerza durante décadas, y hasta permear a una amplia franja de las capas populares, pero tarde o temprano revela su incapacidad para dar respuesta a las grandes mayorías y, cuando alguna chispa enciende la pradera - como ocurre desde octubre de 2019 a partir del incremento del precio del metro -, se derrumba como un castillo de naipes. 

Pero ante dicho panorama continental nada queda más claro que el carácter clasista, racista, sexista, y depredador de la Pacha Mama de lxs escuálidxs venezolanxs, lxs camba bolivianxs, lxs momixs chilenxs, o lxs gorilas argentinxs, incapaces de aceptar por las buenas “un mundo donde quepan todos los mundos”, como reza el precepto zapatista.

Su única manera de “dialogar” con el pueblo consiste en tensar alambres de vereda a vereda para decapitar motociclistas bolivarianos, linchar alcaldes kollas elegidxs por su pueblo, cegar o calcinar a lxs cabrxs de la Primera Línea chilena, o desaparecer y arrojar en riachos y zanjones a nuestrxs pibxs.

Quizás por ello en un imperdible filme del realizador tucumano Gerardo Vallejo (“El Rigor del Destino”), el Cacique Blanco interpretado por aquel gigantesco actor nacional que fuera Carlos Carella alecciona a su nieto al cabo de ultimar a una comadreja que hace estragos en su gallinero, apelando a la memorable frase: “Con la alimaña no hay arreglo”. 

 

Octubre: Diez días que NO conmovieron al mundo 

No pocxs observadorxs coinciden en describir la anomia de un gobierno nacional que da la apariencia de no arrancar nunca. Era de suponer que entre la conmemoración del Día de la Lealtad - circunstancia en que la central obrera y el PJ se propusieron sin demasiada suerte meter las patas en las fuentes del ciberespacio - y el décimo aniversario de la muerte de Néstor Carlos Kirchner se produciría alguna suerte de apuntalamiento de la figura presidencial, o al menos un relanzamiento de su gestión de gobierno, pero - salvo el categórico tirón de orejas de Cristina (“hay funcionarios que no funcionan”) - parecería que nada de lo sucedido desde una a otra efeméride movió ese amperímetro. Más bien ya constituye un secreto a voces que en los pasillos del Palacio circula el rumor de que de un momento a otro se convocaría a Roberto Lavagna con la intención de que devuelva a su corral al potro encabritado del dólar y conjure una muy vaticinada devaluación.

En tanto, la generación que toma decisiones dentro del Frente de Todxs - léase “Wado de Pedro, Máximo Kirchner, y Sergio Massa - solo parece pensar en 2023, como si el tobogán de la imprevisible historia nacional condujera inexorablemente hacia esa arena.

Lo cierto es que un gabinete que no parecería tener demasiado en claro qué hacer con la Argentina se da el lujo de no recoger decididamente el guante de las mejores propuestas que le aportan sus bases de apoyo. Ahí están en lista de espera la Ley de Acceso a la Tierra presentada por la Unión de Trabajadorxs de la Tierra en el Anexo del Congreso, La Marcha al Campo respaldada por organizaciones como CTA - A, UTEP, y MNER, o el Proyecto Artigas promovido entre otrxs por el dirigente social Juan Grabois. 

El primer proyecto apunta a “transformar la matriz productiva de nuestro país (…) producir alimentos sanos para nuestras familias y para el pueblo. Se trata de tener derecho a la tierra para trabajar y producir alimento sano”, según expresaron algunxs de sus referentes, entre ellxs Nahuel Levaggi, titular del Mercado Central, ante un Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca improbablemente desvinculado de la siembra del trigo transgénico promovido por el pool Bayer - Monsanto o de la ratificación del cuestionado proyecto de montar megafactorías porcinas para exportar dicho insumo a China.

El segundo coincide con el anterior en proponerse “lograr la soberanía alimentaria y la producción - según explica su impulsora, la Diputada bonaerense María Rosa Martínez - mediante “soluciones de fondo que implican decisiones políticas y transformaciones“. La iniciativa, que ya se presentó en la Cámara Baja, apunta a tierras fiscales que serían entregadas a los productores en forma jurídica de comodato, para sostener el rol productivo de las mismas. En concreto, se habla de 12 millones de hectáreas de propiedad fiscal, a las que se sumarían los bosques nativos también fiscales, con lo cual se calculan 30 millones de hectáreas para ocupar por parte de familias en condiciones de instalarse e iniciar su producción en lotes de hasta 150 hectáreas. Como puede apreciarse, se trata de un proyecto de ejecución perentoria, si existe conciencia plena de la acuciante situación que afecta a gran número de argentinxs privadxs de tierra y techo para vivir, que se ven obligadxs a ocupar predios fiscales en condiciones de gran precariedad y sufriendo el constante asedio de las fuerzas represivas.

Y el tercero - motorizado a instancias de Dolores Etchevehere, quien a estas horas padece el hostigamiento legal y físico de su madre y hermanos, conspicuos  terratenientes que vienen enarbolando la bandera ensangrentada de la propiedad privada, divisa histórica de ese patriciado que fundó el país sobre un genocidio - ha generado que una red integrada por movimientos sociales, profesionales del derecho, la comunicación y el cuidado del ambiente movilizados por la búsqueda de la verdad, la justicia y el bien común  fundara el Proyecto Artigas, que convocando a un grupo de campesinos sin tierra, militantes y organizaciones ambientales decidió acompañar a la mujer en la recuperación de la Estancia Casa Nueva, ubicada en La Paz, Entre Ríos,  plantando en la tierra que le pertenece por derecho natural - ya que se trata de un patrimonio indiviso - la primera semilla de una reparación histórica. El acuerdo con ella parte de la cesión del 40% de la tierra que le corresponde como legítima heredera de su padre para construir un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación, distinto al que su familia representa, en tanto se propone construir allí un proyecto productivo que cuide a la madre tierra y respete los derechos de las familias campesinas. Quienes la acompañan en dicho emprendimiento aseguran contar con copiosa data sobre los chanchullos financieros de su familia.

Queda de manifiesto así que el denominador común de todas las propuestas enumeradas apunta al acceso a la tierra y a la soberanía alimentaria, en un país que vive del campo pero no lo puebla, ya que - como es sabido - el 93% de su población se concentra en los espacios urbanos. Se trata pues de las mismas causas que hoy juegan su suerte en las 1.800 ocupaciones que hay a lo largo del territorio nacional, en enclaves como Magaldi (Rosario, Santa Fe), Los Ceibos y Guernica (La Matanza y Pte. Perón respectivamente, Buenos Aires), Los Pinos (Los Hornos, La Plata), o el Parque Nacional Nahuel Huapi (Chubut y Río Negro) Problemática de urgente solución que hubiera ameritado un plan orgánico de gobierno que la contemplara, en vez de limitarse a sacar de la galera al candidato que más criticó a la Vicepresidenta durante la última década para evitar con ello cualquier revisión de lo actuado, o zurcir una coalición tan variopinta que no atina a avanzar en una dirección común. 

Pero por ahora la mayoría de tales iniciativas queda en manos tanto de algunas organizaciones que entraron al Estado con expectativas de transformación de la realidad (aún sin eco en las autoridades), como de otras que decidieron trabajar desde la comunidad y que, dada la degradación general de la política, se debaten entre encontrar la respuesta más satisfactoria posible para las poblaciones afectadas y el infantilismo de desestimar cualquier negociación considerándola una capitulación potencial, optando en consecuencia por una interpretación sui géneris de “La Revolución Permanente”.

En conclusión, ha llegado la hora de que un presidente que asumió prometiendo “primero los últimos”, y solicitó en su primer discurso que la sociedad le indique si en algún momento extravía el rumbo comprometido en su campaña tome partido en favor de sus votantes y se plante ante las aves de rapiña indispuestas a soltar un diezmo para que nuestro pueblo viva dignamente.-

 

JORGE FALCONE