jueves, 20 de enero de 2022

GANAR LAS CALLES, TORCERLE EL BRAZO AL FONDO,

Y SALVAR AL ÚNICO PLANETA-HOGAR CON QUE CONTAMOS














“Los Estados ya no son parte de la solución, porque son uno de los problemas que afrontamos”. 

Raúl Zibechi

“Tiempos de colapso III. Construcción y luchas de pueblos en resistencia”.

(2021, libro colectivo editado por Coordinación Baladre e iniciativas sociales Zambra)

  

Mientras la mitad más uno de la humanidad zozobra,

el capitalismo de plataformas la $igue levantando en pala 

Como bien lo señalara el portal digital cordobés El Megáfono (https://elmegafono.net/), las denominadas "big tech" (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon y Meta) permanecen entre las siete empresas más acaudaladas del planeta, superando los 10 billones de dólares, suma que excede holgadamente el PBI del Reino Unido, Alemania y Francia juntos. 

La empresa de la manzanita lidera el ranking global, siendo la única firma en la historia que cruzó la barrera de los 3 billones de dólares en Bolsa, al cabo de incrementar su valor en más del 36% durante el año pasado. 

No obstante, Alphabet (matriz de Google) fue la que mayor rendimiento obtuvo en 2021, expandiéndose hasta un 70% y arrimando a los 2 billones de dólares en capitalización bursátil. 

La merma en la fabricación global de semiconductores también favoreció a las empresas del sector, como a TSMC (China) que creció un 18%, aunque la privilegiada fue Nvidia (EEUU), que lo hizo en un 130%, posicionándose como la octava empresa más poderosa del globo. 

A la saga, también entre las 20 principales, figuran Tencent (telecomunicaciones y videojuegos, China) que menguó en un 20% su valor, al cabo de una controversia  con el gobierno de su país, y Visa (servicios de pago), que no experimentó cambios, ubicada en el 13° lugar de la tabla. 

Como se puede apreciar, resultó vana toda presunción de que el poder global tomara nota de alguna lección altruista capaz de tornar más equitativo el mundo de la post pandemia.

  

Para depredar a la Madre Naturaleza,

en Argentina no existe grieta alguna 

Recientemente, un equipo internacional de investigadores publicó un estudio en la revista Environmental Science & Technology, en el que se advierte que los niveles de contaminación química del planeta ya provocan le desestabilización de los ecosistemas y, por lo tanto, constituyen una grave amenaza para los humanos y el resto de seres vivos. 

En las últimas horas, el Ministro de Medio Ambiente de nuestro país ha declarado muy suelto de cuerpo que “no se puede saldar la deuda heredada sin contaminar”. A ello se suma el anuncio del Ministro de Producción acerca de lo que el gobierno denomina Plan de Desarrollo Productivo Verde, supuestamente destinado a mitigar los efectos del cambio climático. Estos movimientos se complementan con la ya evidente campaña deslegitimadora del activismo ambiental, que crece desde el centro de gravedad de la coalición gobernante, encerrada en una aparentemente irrefrenable lógica productivista destinada a quedar bien con los acreedores internacionales al costo de nuestros recursos naturales y de la salud de la población, porque quien se mueve en términos exclusivamente electorales resulta más que capaz de pagar semejantes precios. 

La ocasión es propicia para revisar la perversa argumentación con que desde las altas esferas se viene defendiendo la matriz productiva vigente. 

Según el Observatorio Petrolero Sur (https://opsur.org.ar/), la exploración actual en aguas ultraprofundas remite a lo que entendemos como energías extremas, y consiste en la extracción de combustibles fósiles cuyas características geofísicas hacían imposible su explotación hasta hace algunas décadas, tanto por los riesgos sociales y ambientales que entrañan, como por los  costos económicos y energéticos que insume dicha actividad. Tales energías han tornado factible la puesta en producción capitalista de territorios que antes era imposible explotar, y  permitido la prolongación de la vida útil de los combustibles fósiles sin tener en cuenta el perjuicio climático que ello causa. Otro ejemplo semejante es el de la explotación en Vaca Muerta.  

El desarrollo de este tipo de energías procura clausurar la transición energética   global, así como genera la proliferación de relatos tramposos como el que sostiene que el gas podría utilizarse a modo de combustible-enlace entre los fósiles “más contaminantes” y las energías renovables. Lo cierto es que la masiva utilización de gas metano y su fuga durante la extracción, en el corto plazo, favorece el  incremento del efecto invernadero, mucho más peligroso que el carbón.  

En tal contexto, resulta lógico que nuestro país deba elaborar una transición energética cuya primera labor sea reducir la quema de combustibles fósiles. Simultáneamente, urge mejorar el acceso a la energía en el país, contracara de la desigualdad que reproduce el sistema actual. Esto demanda no sólo iniciativas sectoriales - como la implementación de una canasta de consumos básicos imprescindibles por familia - sino a la vez de medidas complementarias de vivienda que garanticen un acceso digno a la energía, concebida como derecho.  

El dilema actual que plantea el debate acotado que procuran dar los sectores neodesarrollistas parte de que interpretan estas cuestiones como contradictorias, y por ende formulan falsas opciones: Ambiente o desarrollo; petróleo o pobreza. Tal  discurso carece de asidero histórico, en tanto que ambos aspectos pueden coexistir sin perjuicio alguno, dado que su relación futura depende de la acción colectiva, la misma que algunxs analistas pasan por alto. La síntesis de estas supuestas contradicciones es la política. Sectores organizados en lugares como Mendoza, Chubut y la Costa Atlántica, hoy demuestran que la supuesta ecuación que trae el discurso del desarrollo sustentable resulta insuficiente. Ante semejante  oposición al sacrificio de esos territorios debe formularse una propuesta que nos permita vivir mejor, conservando simultáneamente nuestra vida y los ecosistemas.  

Actualmente, organizaciones sindicales, indígenas, feministas, sociales, y políticas, entre otras, vienen debatiendo sobre el vínculo entre la energía y el conjunto de las políticas sociales. A partir de ello han surgido iniciativas como la Propuesta de Diversificación Productiva y la Democratización Energética de la Provincia de Río Negro, que ofrece alternativas económicas ante el riesgo que supondría una mayor dependencia de la renta hidrocarburífera.  

A su vez, estos debates buscan acabar con el cercenamiento de la discusión pública sobre la matriz energética por parte de la mayoría de los analistas “desarrollistas” y neoliberales, que no toman en cuenta a los sectores de mayor consumo energético, trasladando la responsabilidad a los consumos residenciales. Dicha encerrona presenta dos problemas principales. En primera instancia  desconoce las profundas desigualdades familiares existentes, donde los hogares más pobres consumen menos energía y de manera más insegura, invirtiendo en ello la mayor parte de sus ingresos. En un país donde el sector que más consume es el transporte, queda de manifiesto que la respuesta a la transición no vendrá tan solo del sector energético. Cambiar el sistema de transporte de personas y mercancías a través de la reconstrucción de la red ferroviaria permitiría intervenir en el sector que consume casi un tercio de la energía del país. Paralelamente, la modificación del modelo de consumo, aproximando por ejemplo los puntos de producción y consumo frutihortícolas, no solo permitiría reducir costos en traslados, sino que fomentaría una soberanía alimentaria correlativa con la soberanía energética. Estos y otros elementos como la necesidad del control público del sector, las posibilidades que otorga la generación descentralizada y la diversificación energética, o el rol de las organizaciones sindicales ante la desaparición y a la vez creación de empleos.  

En el caso de la explotación de hidrocarburos en aguas profundas y ultraprofundas, tal como sucede con Vaca Muerta y otras discusiones en torno a la política energética, sus promotores terminan privilegiando la necesidad de remontar la economía, generalmente por la vía exportadora. A contrapelo de la urgencia climática, dichas fórmulas conducen a profundizar una matriz fósil que no ha logrado resolver ni la crisis económica ni la energética. Lo cierto es que aún brilla por su ausencia una política energética integral, porque la energía tal y como la concibe el oficialismo termina siendo una mercancía más. Se trata pues de recetas desarticuladas e improvisadas que se utilizan como salvavidas económico y nunca parten de elaborar un Proyecto Nacional que incluya una adecuada  política energética y ambiental. 

 

Cuestiones de Fondo 

En este escenario, Santiago Cafiero acaba de entrevistarse, con Antony Blinken, el canciller de Biden. Quizás también haya visto a Jake Sullivan, el consejero de Seguridad Nacional. Hasta donde ha trascendido, los resultados de la visita no parecerían demasiado auspiciosos. Estos encuentros anteceden al viaje  del Presidente a China para una posible entrevista con Xi Jinping en el contexto de los Juegos Olímpicos invernales. 

Sectores del kirchnerismo barajan un Plan B de eventual ruptura con el FMI - que viene endureciendo su postura -, en caso de contar con apoyo del Gigante Asiático. Vana expectativa que probablemente irrite a los Estados Unidos, pero más aún al segundo accionista del Fondo: Japón. 

Sorprendería, especialmente a Alberto Fernández, que los chinos recomienden acordar con el Fondo. Existen incontables evidencias de que ellos pretenden incrementar su gravitación en la arquitectura financiera internacional. La ilusión de que van a sacrificar dicho objetivo para hacerse cargo de la crisis argentina tiene visos megalómanos que convendría reconsiderar. 

Si se analizan cuidadosamente las negociaciones, queda de manifiesto que lo que se está discutiendo con el Fondo es el pago de una deuda. En consecuencia, el prestamista fija condiciones al deudor para asegurarse su cumplimiento. Que esas condiciones sean razonables, es otro cantar. 

En consecuencia, si se prescinde de este punto de vista y se asume el de la “geopolítica”, como pretende Guzmán, la clave no está tan a la vista. Es decir, si a través de la pulseada con el Fondo, Estados Unidos y las potencias occidentales  tratan de disciplinar a la coalición gobernante, el meollo de la disputa no estriba en  las "malas compañías" de Fernández. Lo que fastidia a Washington de nuestro presidente no es su tolerancia con la Venezuela bolivariana o su condescendencia con la Nicaragua sandinista. Más bien se trata de la Vicepresidenta. En todo caso lo que desvela a quienes temen un acuerdo con el Fondo es que la entidad pida la cabeza de Cristina. Para este pensamiento, el resto es irrelevante. 

Así se desarrolla la estrategia del kirchnerismo puro y duro ante la deuda. Para su mejor comprensión vale la pena refrescar la que adoptó el partido Siriza en Grecia  cuando enfrentaba la encrucijada de un ajuste acordado con el Fondo. En aquella ocasión, Yanis Varoufakis (https://www.youtube.com/watch?v=LoLMirAoX_E) visitó al Ministro de Finanzas alemán con el cometido de explicarle que la democracia de su país rechazaba los recortes que pretendían imponerle. Para demostrarlo, el presidente Alexis Tsipras convocó a un plebiscito. No obstante, más tarde optó por apretar el torniquete contra lo que votó su pueblo. Entonces Varoufakis renunció. 

Fernández y Guzmán contemplan la posibilidad de adoptar dicha lógica. Obtener el beneplácito de la oposición para alegar frente al Fondo. Eso resulta prácticamente imposible. Aunque, en el afán por conseguirlo, obtienen un beneficio secundario: poner en evidencia la desarticulación de Juntos por el Cambio, fuerza - jaqueada en estas horas por el trajinado video de la “GestaPro” - que acaba de ser invitada a una reunión con el Ministro de Economía a instancias de Sergio Massa, de acuerdo con su socio Gerardo Morales, el presidente de la UCR a quien Fernández sueña con designar al frente de una suerte de ministerio capaz de neutralizar a la oposición. 

Por su parte, Horacio Rodríguez Larreta celebra este oficialismo del Gobernador de Jujuy, que disimula su propia vocación por el acuerdo. Mauricio Macri, contrariamente, bloquea cualquier diálogo. Pero el quiebre puede venir por el lado de Elisa Carrió, quien avala una aproximación al Gobierno, aunque exige que sea en conjunto con todos los bloques de la oposición. 

A todo esto, en los últimos días trascendió la publicación del minucioso estudio de una jurista de la Universidad de Leeds y un economista ex funcionario del FMI, quienes señalan graves faltas al derecho internacional y al convenio constitutivo del Fondo, en el otorgamiento del abultado préstamo al gobierno anterior. El análisis ya recorre los principales despachos oficiales. ¿Tendrá tanto peso como para constituirse en la luz al final del túnel que el oficialismo espera?

  

Últimos… los últimos 

Mientras en diversas latitudes del país se suceden escenas - prolijamente omitidas por los medios - de saqueo de camiones de transporte de alimento volcados, y se cumple al pie de la letra el vaticinio de que no hay ajuste sin represión (baste con reparar en la sistemática política de desalojo que últimamente se ha ensañado con alrededor de 40 familias asentadas en un predio ubicado en la colectora de la Ruta 3 Km 34, al costado del Arroyo Morales, en el  Barrio Berenice de La Matanza, municipio oficialista si los hay), el Indec confirma que la inflación escaló en diciembre a 3,8 % respecto al mes anterior. De tal modo, el costo de vida acumuló un salto del 50,9 % durante todo el pasado año. 

Según la entidad, al alza del Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante el último mes de 2021 la determinaron los incrementos en los sectores de "Restaurantes y hoteles" (5,9 %); “Bebidas alcohólicas y Tabaco” (5,4 %); y Transporte (4,9 %), entre otros.

Además, el rubro “Alimentos y bebidas” alcanzó el 4,3 %, superando el nivel general.

El año pasado el Ministro de Economía incluyó en el presupuesto de 2021 una meta de inflación del 29 %. La chingó fiero. En julio del mismo año la inflación acumulada superó la proyección oficial alcanzando el 29,1 %. Para el año en curso Hacienda calcula una inflación del 33 %, pero el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que difundió el Banco Central, anticipa que la inflación del 2022 alcanzará el 54,8 %. 

Según datos de Economía, a lo anterior se suma que al último mes del año pasado el mentado “impuesto a la riqueza” (que oxigenó bastante al gobierno)  había recaudado $247.503 millones. Como este aporte extraordinario ya caducó, las partidas que se nutrían de este gravamen quedaron seriamente recortadas: la Secretaría de Energía, por caso, tendrá una merma de $60.190 millones, mientras que los ministerios de Salud, de Educación y de Trabajo, Empleo y Seguridad Social perderán $48.150 millones respectivamente. 

No obstante, los recortes abarcarán áreas aún más sensibles. El Ministerio de Desarrollo Social, dependencia clave que maneja partidas millonarias para atender la urgencia social, tendrá una poda de $4847 millones. En tanto, el rubro “Obligaciones a cargo del Tesoro”, desde donde se realizan las transferencias a provincias y a empresas del sector público, tendrá una merma de poco más de $3000 millones. 

Para peor, el Gobierno cedió al reclamo de las patronales y dio por concluido el programa de precios congelados en favor de una nueva canasta de “Precios Cuidados”. Los acuerdos de precios no lograron contener los aumentos, el Gobierno negoció con los eslabones más concentrados de las cadenas. 

Como de costumbre, quienes pagan los costos de la inflación son los trabajadores y los sectores populares. Urge una recomposición salarial de todo lo que se perdió en los últimos años con una cláusula gatillo. Hace falta un salario igual a la canasta familiar, hoy estimada en $ 118.882 por los trabajadores de la Junta Interna Ate Indec. Y a su vez una recomposición de las jubilaciones y Asignación Universal por Hijo.

Ante un panorama tan desolador, las organizaciones sociales rebeldes están dispuestas a volver a ganar las calles. 

En el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular hay más de 3 millones de anotados. Un millón cien mil reciben la mitad del salario mínimo a través del programa Potenciar Trabajo, que administra el líder del Movimiento Evita desde la Secretaría de Economía Social. Además, el Gobierno ha venido  paralizando los “pases” de los beneficiarios de los planes de una organización o cooperativa a otra, con la inconfesa intención de regularlos por su cuenta y a favor de intendencias u organizaciones afines. 

En el Ministerio de Desarrollo Social aún se festeja el "fin de año con paz social” en medio de una dramática coyuntura socioeconómica. Reconocen que el rebote de la economía todavía no se siente en la mesa popular. Relativizan los reclamos piqueteros, argumentando que el monotributo social beneficiará a 5 millones de trabajadores que hoy no tributan, entre vendedores ambulantes y de otro tipo. 

Zabaleta defiende el “trabajo territorial” de su ministerio y su vocación de diálogo. 

Últimamente, el Presidente ensanchó más el tejido de las organizaciones oficialistas al recibir en Olivos a Luis D´Elía, que supo compararlo con Fernando de la Rúa y hace poco cargó contra Cristina Kirchner. No obstante, horas después, manifestantes de la Tupac Amaru volvieron a reclamar la liberación de Milagro Sala en Plaza de Mayo. 

Sabido es que en Desarrollo apuestan a vincular planes con trabajo. Ya sea en base a los acuerdos con las cámaras empresarias, o bien con el nuevo monotributo, o en todo caso con los programas “Mi Pieza” - destinado a mujeres -, el banco de herramientas o la construcción de playones deportivos. Zabaleta, Pérsico y Daniel Menéndez (referente de Barrios de Pie y subsecretario de Economía Social) también empujan la entrega de créditos no bancarios, aunque los dirigentes de base del Evita reconocen que hay mucho "déficit social", y en Mar del Plata, sus referentes locales cargaron contra el proyecto para la exploración off shore de petróleo que habilitó el Gobierno del que forman parte, y frena la decidida lucha popular.  

Por su parte, el diputado y referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) Juan Carlos Alderete reclama por el tratamiento del proyecto de Ley de Tierra, Techo y Trabajo que presentó en septiembre de 2020 en la Cámara Baja y nunca avanzó. 

A su vez, tan oficialista como crítico de la gestión presidencial, Juan Grabois también sigue exigiendo la implementación de un Salario Básico Universal, que el gobierno, por ahora y en plena negociación con el FMI, descarta. A ese respecto, el líder del Frente Patria Grande y del MTE hará valer el peso de sus tres diputados en el Congreso, exigiendo a su vez la sanción de la Ley de Reciclado. Su voz tiene predicamento en algunos despachos importantes de la Rosada. En tanto el Gobierno acelera la negociación con el FMI, el joven dirigente permanece alejado de los medios y concentrado en la culminación de un nuevo libro.  

Si la confluencia de las organizaciones sociales rebeldes deviniera proporcional a las desavenencias que proliferan en el seno del oficialismo, este podría convertirse en un año de promisorias sorpresas. 

El estallido que el gobierno intenta frenar con asistencialismo viene encontrando un cauce ambiental. Sin ir más lejos, a la victoria popular en Chubut se suma la continuidad del Atlanticazo; en La Rioja se están cortando caminos y bloqueando mineras en la capital provincial, donde la CNEA pretende reactivar su proyecto de minería de uranio, y en Vinchina uno de los últimos pueblos antes de ingresar a la Cordillera, donde distintas empresas se encuentran realizando la exploración en casi 90 proyectos; y la localidad bonaerense de Ramallo no se queda atrás: https://www.diarioregistrado.com/politica/fuerte-pueblada-en-ramallo-contra-el-dragado-del-parana_a61dee2040d3f1b0c643825b7 

Apenas un puñado de ejemplos para demostrar que no hay exageración alguna en nuestra afirmación.-

 

  

JORGE FALCONE

 

  

miércoles, 5 de enero de 2022

2022: 

AÑO DE RESISTENCIA CONTRA EL TERRICIDIO Y EL FONDO












Chubutazo, Atlanticazo… y después 

Un filme recientemente estrenado con gran éxito por la plataforma de la “N” recurre al pretexto del inminente impacto de un aerolito de grandes proporciones contra nuestro planeta, para realizar una ácida cuan oportuna crítica al negacionismo que hoy campea a lo largo del orbe en referencia a todo tipo de catástrofes. Por caso la pandemia del COVID y sus numerosas mutaciones. 

Lo cierto es que las luchas en defensa del agua, contra las zonificaciones mineras  o el trigo transgénico, dan pie para revisar cómo se para ante el asunto un gobierno que propuso en la última cumbre ambiental condonar deuda a cambio de reducir el riesgo ambiental (como si la ausencia de dicho acuerdo no ameritara  respetar el hábitat y nuestra calidad de vida) 

En el año 1996, la primera autorización de la soja transgénica tuvo como beneficiaria a una ignota empresa llamada Nidera, pero que en realidad era la máscara con la que se presentaba la corporación multinacional Monsanto, que al poco tiempo asumió el protagonismo del modelo agroindustrial liberando su paquete tecnológico compuesto por OGM (Organismos Genéticamente Modificados) y agrotóxicos, provocando en consecuencia, tras 25 años, una devastación de la diversidad biológica y genética además de los impactos en el ambiente y en la salud humana.  

Confirmando que nuestra clase dirigente se desentiende del terricidio en curso, el plan de exploración sísmica en el Mar Argentino iniciado en el año 2019, presenta el mismo modus operandi aplicado en el agronegocio. Efectivamente las licencias para las exploraciones sísmicas en las áreas marítimas del Mar Argentino, identificadas como CAN 108, CAN 100 y CAN 114, tienen como titular a la empresa Equinor, entidad estatal de Noruega, encargada de solicitar las autorizaciones ante el Estado Nacional para la Campaña de Adquisición Sísmica Offshore en Cuenca Argentina Norte. 

En realidad dicha firma es la máscara que utiliza Shell mediante una asociación comercial en la que la corporación ejerce su predominio. A su vez, ambas empresas han conformado una alianza estratégica con Microsoft  para utilizar la plataforma digital de alto rendimiento de la empresa del “filántropo” Bill Gates, en todas las etapas de exploración y producción de hidrocarburos. 

El objetivo del acuerdo es alojar y sistematizar en la nube de datos de Microsoft toda la información de stocks como la que surge de las actividades de recopilación resultante de las exploraciones a cargo de ambas empresas en el listado de sus licitaciones en ejecución a nivel mundial (por ejemplo en el Golfo de México), al que se agregarían las autorizadas en el Mar Argentino por el segundo Ministerio de Cartón, a cargo de Juan Cabandié. Equinor encarará tareas de recolección de datos, mediante una campaña que se estima durará cinco meses.  

Si bien dicha empresa, como Shell y Microsoft, el 16 de Diciembre de 2020, han hecho público el acuerdo estratégico pretextado tras un objetivo climático que consistiría en reducir las emisiones de carbono mediante la aplicación de las tecnologías digitales de la empresa de Gates, no se trata sino de un reverendo “blanqueo verde”, pues el propio Vicepresidente de Microsoft reconoció, en el año 2018, que las empresas mencionadas utilizaban la tecnología digital de Microsoft para perfeccionar una actividad altamente procarbonizante como lo es la exploración y extracción de petróleo para la producción de combustibles fósiles. 

Sin ponerse colorado, el mismo empresario reconocía que si se considera los supuestos trastornos a los que se enfrenta el sector en la actualidad - presiones normativas y de cumplimiento, escasez de trabajadores cualificados y envejecimiento de la mano de obra, fluctuación de los precios del crudo, etc.- ha de concluirse que la innovación ya no es opcional. La automatización de las tareas cotidianas será una de las claves para sobrevivir en la próxima década, y el aprovechamiento de los datos es la forma de conseguirlo. 

Como puede apreciarse, ello nada tiene que ver con un proceso de descarbonización. Vandana Shiva lo denunció con claridad: Bill Gates utiliza el relato de la descarbonización de la economía, pero todos los negocios y acuerdos estratégicos de sus empresas y proyectos van en sentido contrario. Los verdaderos fines del mentado acuerdo quedan bien claros, pero nada especificados en las autorizaciones emitidas por el Ministerio de Ambiente de la Nación, en la que Microsoft es el socio oculto  que accederá a toda la información del Mar Argentino que Equinor recopile utilizando su tecnología y nube de datos. 

En definitiva, la autorización oficial para las exploraciones sísmicas en el Mar Argentino, forma parte del plan sistemático de entrega de la soberanía argentina, gobierne quien gobierne, y en el caso concreto de la Resolución 436/21, además de los incontables riesgos de daño irreversible a la fauna y  ecosistema marítimo que representa, permitirá a Bill Gates tener acceso a todos los datos de nuestra biodiversidad, del mismo modo que el Ag Tech (plataforma digital destinada a optimizar el agronegocio), implementado por el ex-Ministro de  Agricultura de la Nación, Luis Basterra (en el mes de Julio 2020), le permitió  acceder a todos los datos sobre los bienes genéticos de nuestro país.  

Lo dicho tantas veces: En lo que hace al sostenimiento de la matriz productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión, no existe grieta alguna entre gobierno y oposición. 

 

Un cambio significativo en el mapa del poder económico argento

El desembarco de Carlos Melconian en el Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea a fin de elaborar un plan económico con miras al cambio de gobierno constituye una iniciativa que no conviene pasar por alto.

Se trata de la fuerte apuesta de un sector del stablishment, que solo se explica a partir de su reciente historia de fracasos y la urgencia mayúscula por remontarlos.

Creada el 6 de julio de 1977 por un pool empresario en el que revistaban Fulvio Pagani, Pedro Venturi y Piero Astori - padre de la actual presidenta, Pía Astori -, el reconocido think tank liberal cordobés acaba de mover una ficha que pone de relieve sus propias ambiciones y simultáneamente ilustra sobre la orfandad de ideas en las que está sumido el poder económico en la Argentina. 

Dos décadas después del estallido del modelo de Convertibilidad ideado por Domingo Felipe Cavallo - referente mayor de la institución, que durante el último gobierno de facto estatizara la deuda privada de sus socios -, la Fundación Mediterránea decidió retomar un sendero que había abandonado después de aquella experiencia traumática de 2001 que culminara en el Argentinazo. Para ello, optó por recurrir a otro economista que hoy encabeza el top ten entre los preferidos del mercado y dio sus primeros pasos en el sector privado con una temporada larga en el Estudio Broda.

Para la Fundación Mediterránea, la incorporación de Melconian no es tan solo un trámite: supone un salto de proporciones notables a la búsqueda de mayor influencia y un desplazamiento que, incluso por algunos en el interior de la entidad, es considerado una renuncia a las metas trazadas un año después del inicio de la última dictadura militar por un grupo de 34 empresas entre las que se destacaban Arcor y Agrometal. Pretendían, entonces, crear un faro económico desde el centro del país, propósito que se cumplió pero no estuvo exento de contradicciones. 

Si cuando la Mediterránea apareció en escena sus principales promotores eran empresas del sector industrial, el arribo del ex titular de la consultora Macroview representa el ascenso de dos sectores que desplazaron a la industria en las últimas décadas: los bancos y los laboratorios. 

A todo esto, desde Economía adelantan que dará a conocer cuáles son los criterios de desempeño, es decir las metas, que plantea el FMI y cuáles propone la Argentina, con un nivel de detalle que hasta ahora no existió. Esos tres criterios  consisten en las proyecciones sobre la marcha de las reservas internacionales, el sendero fiscal y la emisión monetaria en el marco del acuerdo de Facilidades Extendidas, que es el que negocia el Gobierno con la entidad financiera internacional. Allí constarán, entre otras cosas, las claves del ajuste fiscal que se proyecta para los próximos años.

Además de eso, están las llamadas “medidas estructurales”, como tradicionalmente lo es para el Fondo la privatización del sistema jubilatorio o de empresas públicas, por ejemplo. 

El impacto de tales requerimientos pretendería paliarse con medidas para la mejora de las exportaciones, como la baja de derechos, que también impacta negativamente sobre la recaudación, regímenes de promoción en hidrocarburos y minería y nuevos beneficios para el campo. Varias de estas herramientas suponen fuertes costos, no sólo fiscales sino también en materia de precios internos y de distribución del ingreso, que continuarán ensanchando la enorme brecha existente entre incluidxs y excluidxs. 

Más allá de los puntos de contacto con el FMI, en Economía advierten que aún no existe pleno apoyo internacional, por eso hasta ahora no hay acuerdo. Una vez que la negociación se cierre, el Gobierno presentará al Congreso la propuesta de acuerdo, que va a equivaler al “Programa Plurianual” que tanto le reclama el stablishment. Por lo pronto, a fines del mes en curso hay un vencimiento de capital con el Fondo de unos 800 millones de dólares que pondrá en tensión las reservas del BCRA. 

En los últimos actos oficiales se ha batido el parche anunciando una nueva oleada de gobiernos progresistas en la región. Pero, hablando en plata, todavía el tiburón sigue negociando con los cornalitos. 

 

Primero los primeros 

Contrariando promesas de campaña, y en el marco de una supuesta reactivación económica que en la mesa popular aún brilla por su ausencia, durante el tercer trimestre de 2021, un 59,4% de la población urbana tuvo algún ingreso cuyo promedio general quedó en 51.594 pesos, dentro de un amplio rango que va de una media de menos de 7.000 pesos a más de 162.000 pesos, entre el grupo de personas con menores y con mayores ingresos respectivamente. No obstante, el ingreso personal más recurrente que muestra el informe Evolución de la Distribución del Ingreso fue de 22.300 pesos, por debajo de la Canasta Básica Total (CBT) de octubre para un adulto. 

En consecuencia, el 70% de las personas que tuvieron algún tipo de ingreso  sumaron apenas un poco más que lo percibido por el 10% de la población cuyo  rango de ingresos oscila entre 100.000 y 4 millones de pesos. Al primer  grupo fue el 38,9% de la torta de ingresos y al segundo, el 31,4%. 

El 10% de la población de menores ingresos, cuyo rango va de 200 pesos a 12.000 pesos, recibió el 1,4% de la masa total distribuida. 

La brecha de ingresos per cápita entre los grupos familiares del primer sector y el último, es de 15 veces. 

Tales son los dramáticos e insoslayables indicadores con los que, aprovechando el escenario que ofrece un año sin contienda electoral, deberá lidiar la militancia convencida de que jamás ha existido un capitalismo con rostro humano.-

 

JORGE FALCONE 

sábado, 1 de enero de 2022

Pensamiento crítico

EL CAPITALISMO NOS IMPONE VIVIR AL FILO DEL APOCALIPSIS…  Y NUESTRO PASATIEMPO SE LLAMA DEMOCRACIA




















 

"Este sistema decadente (la lógica capitalista) es sumamente maligno, malignamente peligroso. Frente a eso hay que recuperar saberes que están escondidos. Éstos tienen que ver con maneras de enfrentar las crisis ambientales, las crisis de servicios, las crisis de abastecimientos. ¡Hay que estar listos!". 

Silvia Rivera Cusicanqui

Socióloga boliviana.
“Un mundo Ch'ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis”.

 

Mientras el "Reloj del Fin del Mundo" marca 100 minutos para la medianoche, lxs poderosxs del planeta siguen "distraídxs", y lxs locales continúan aportando al calentamiento global mediante los desmontes, se torna cada vez más evidente que la suerte de todo lo que vive depende exclusivamente de la lucha de los pueblos. 


Omicrón: Otra vuelta de tuerca para el disciplinamiento global 

Ya no importa si el origen de la pandemia en curso remite a la convivencia de especies salvajes con el ser humano, impuesta por el avasallamiento de este último sobre la naturaleza, o si tuvo lugar en algún laboratorio del Norte Global dedicado a alimentar una guerra bacteriológica en pro de disimular el reseteo a su favor del sistema - mundo vigente. 

Lo indiscutible es que al menos una de sus consecuencias - el confinamiento colectivo - es absolutamente funcional al aborto de las luchas populares que vienen cuestionando el orden establecido desde los espacios públicos, y por ende resulta absolutamente favorable a una estrategia disuasiva. 

Concretamente, si convenimos que la calle es el escenario primordial en que la movilización multisectorial - sin prisa pero sin pausa - viene sosteniendo la esperanza de las grandes mayorías, aunque la emergencia sanitaria lo justifique (alrededor de 50.000 contagios diarios durante esta nueva oleada), va de suyo que desalojar a las masas de ese teatro de operaciones neutraliza todo su potencial disruptivo.

 

Nuestra América: 

Un nuevo ciclo progresista para prorrogar la crisis del sistema  

El próximo 27 de enero, Iris Xiomara Castro Sarmiento asumirá la presidencia de Honduras, montada sobre las esperanzas que su marido “Mel”  Zelaya - derrocado el 28 de junio de 2009 - supo sembrar en aquel pueblo centroamericano. 

Mientras que el 11 de marzo, el ex diputado socialdemócrata  Gabriel Boric Font se convertirá en el Primer Mandatario de un Chile cuya juventud - a partir de octubre de 2019 - viniera poniendo en jaque al orden pinochetista sostenido durante tres décadas, jugándose la vida a diario contra los pacos desde la Plaza de la Dignidad. 

Por su parte, el pueblo brasileño elegirá presidente el 2 de octubre, en unos comicios de cara a los cuales - tras el genocidio social bolsonarista - las encuestas dan como favorito a Luiz Inacio “Lula” Da Silva, a quien algunxs analistas perciben más próximo al Movimiento Sin tierra que durante su mandato anterior, mientras otrxs opinan que no ha renegado de su conocida posición favorable a una conciliación de clases.

Este último, junto con lxs representantes del MAS boliviano, el bolivarianismo venezolano - exceptuando al socialismo cubano y al sandinismo nicaragüense, que son emergentes de otro momento histórico -, parecerían estar eslabonando la primera década larga progresista de Nuestra América (cuya insuficiencia fue rigurosamente cuestionada por prominentes intelectuales de la región, como Raúl Zibechi, Maristella Svampa, o Rafael Bautista Segales) con su posible reedición, en un contexto de máxima concentración del capital financiero trasnacional, lo que acaso determine  una versión aún más descafeinada que la original. 

¿Lucirá entonces nuestro continente durante 2022 una nueva máscara “humana” del continuismo neoliberal?

Seguramente dependerá de las lecciones que nuestros pueblos hayan sido  capaces de capitalizar desde que comenzó este siglo, y de la voluntad que por ende pongan en no frustrar a una nueva generación.

 

Berni: ¿El huevo de la serpiente que crece dentro del Frente de Todxs? 

Al cabo de un año en el que el ablandamiento de las medidas restrictivas, condicionado por la vacunación anti COVID, a partir de su segunda mitad favoreció una gran proliferación de manifestaciones populares, el vigésimo aniversario del 19 y 20 de diciembre de 2001 fue debidamente conmemorado en Plaza de Mayo por un sinnúmero de organizaciones combativas que arribaron exhaustas a dicha cita debido al titánico esfuerzo realizado hasta entonces en pro de sostener su presencia en las calles para evitar el avasallamiento de derechos de los sectores más postergados: “Marchódromo” y “luchismo” fueron términos acuñados en su propio seno, para definir una multiplicación interminable de convocatorias, en muchas ocasiones superpuestas, y en la mayoría de los casos gradualmente asimiladas por el Estado sin acusar recibo. 

En el excelente primer número de la Revista “Quilombo”, editada por el Colectivo CONTRAHEGEMONÍAweb, la investigadora Mabel Thwaites Rey aporta un balance sumamente interesante del Argentinazo: 

"Que la potencia desatada en las jornadas de diciembre de 2001 no haya conducido a una transformación radical no es solo producto de la cooptación y pasivización gubernamental. Expresa que, además de fuerza resistente y horizonte de autonomía, se requiere disponer de estrategias y herramientas políticas que estén a la altura de la energía expandida, para conducirla de modo políticamente productivo. La capacidad del kirchnerismo para empujar ese movimiento multiforme en los cauces del peronismo y lograr gobernabilidad habla de su eficacia en términos políticos, a la vez que de las carencias del campo popular y de sus vertientes de izquierda y autonomistas para liderar un rumbo alternativo. Porque el mundo al que aspiramos, que a veces se prefigura en experiencias que amplían los márgenes de autonomía y radicalidad pero en escalas acotadas, demanda una replicabilidad que exige un enorme esfuerzo militante. No brota solo, no está allí agazapado y en espera de florecer, sino que requiere la multiplicación de acciones encaminadas a hacerlo posible".  

Revisemos algunos acontecimientos recientes a la luz de estos señalamientos. 

El 15 de diciembre pasado, la Legislatura de Chubut aprobó la Ley de Zonificación Minera provincial presentada por el gobernador Mariano Arcioni. Su sanción se dio en el marco de una sesión especial convocada con otro propósito, sin que se conociera el orden del día hasta el momento de su debate. Dicha maniobra  expresó el acuerdo entre el oficialismo provincial (Chubut somos Todos),  Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, para integrar aquel territorio al grupo de “provincias mineras”, a contrapelo de casi dos décadas de resistencia del pueblo al despliegue de tal actividad. La respuesta social no se hizo esperar, y estalló la rebelión popular. Ante la movilización masiva, la acción directa y la democracia de base, la partidocracia vendida al extractivismo se vio obligada a recular, y la ley se derogó por unanimidad. 

Pero la lógica euforia que produjo aquella victoria popular no duraría demasiado.

El mismo día en que nuestro pueblo se aprestaba a conmemorar la Nochebuena, en La Matanza - un municipio que hace honor a su nombre - esa “maldita policía”  bonaerense que no olvida las lecciones del Gral. Ramón Camps, aquel genocida que rigió su destino durante la última dictadura -, la misma fuerza que en 2020 desalojó sin contemplación alguna la toma de Guernica, prendió fuego a  los 4 merenderos  y a las casillas de quienes estaban cuidando el lugar de la recuperación de tierras del Barrio “1° de noviembre”, lindero del “22 de Enero”, en Ciudad Evita. 

La absoluta vacancia de una política habitacional que contemple las urgentes necesidades de lxs más humildes, particularmente en un distrito que ha reprimido cuanta lucha por tierra tuvo lugar, ahora se ensañó contra un barrio avasallado por  quinta vez. Mientras este gobierno pagador serial concreta con el FMI un acuerdo imposible de sostener sin ajuste, para lxs privadxs de tierra y techo solo hay garrotazos.

Al cabo de dicha incursión 300 familias con sus niñxs quedaron a la intemperie. Tal fue el regalito que un gobierno cuyo lema es “primero los últimos” encargó a Papá Noel con destino al pobrerío (el presente de Año Nuevo son más tarifazos) 

Casi sin solución de continuidad, otro episodio protagonizado por los esbirros de ese Ministro de Seguridad bonaerense que declara estar cada vez más alejado de la Vicepresidenta, mientras simultáneamente proclama que será candidato a presidente en 2023 (¿disenso real o Plan B del oficialismo para salirle al cruce por derecha a lxs libertarixs?) - el violento desalojo de la Cooperativa  Nueva Generación de Wilde -, corona exitosamente logrando la votación de la expropiación, que contaba con media sanción del Senado. 

En tanto que, por su parte, en la Patagonia un juez ratifica el desalojo del lof Quemquetrew.

Y así podríamos continuar dando cuenta de esta pendularidad signada por logros y reveses del campo popular, dinámica en el marco de la cuál ninguno de los bloques sociales en pugna logra imponerse sobre el otro. “Por ahora”, como expresara tras su fallido levantamiento de 1992 el Comandante Hugo Chávez Frías. 

Los acontecimientos referidos más arriba no guardan correlato inmediato entre sí, pero ilustran a las claras el estado de equilibrio inestable que, desde hace más de 200 años de guerra civil - a veces latente y a veces manifiesta - mantienen dos proyectos de país antagónicos: El que acaricia nuestro pueblo y el que defienden a como dé lugar las oligarquías que lo oprimen y saquean.

Dicho status históricamente ha entrado en crisis cada vez que lxs de abajo fueron capaces de confiar en sus propias fuerzas, sin delegar su destino a ningún liderazgo carismático. Como en diciembre de 2001.

 

¿En qué invertir esfuerzos durante un año no electoral? 

Consecuentemente con lo expresado hasta aquí, puede concluirse que con el pueblo organizado todo es posible, pero sin él no hay futuro para las mayorías. 

El panorama descripto parecería indicar que, ante el incremento exponencial de la pobreza, y el  asistencialismo como sedante colectivo, la asignatura pendiente de las organizaciones sociales insumisas consiste en generar trabajo genuino y producir  sin patrones. 

Se impone, además, no repetir métodos agotados en 2021: En honor al Diego, habrá pues que parar la pelota, estudiar bien la cancha, y  meditar largamente la  próxima jugada. Antes que la clase política vuelva de sus vacaciones.-

  

JORGE FALCONE