martes, 1 de agosto de 2017

ARGENTINA: EL PODER NO LE TEME A LOS VOTOS















EL FANTASMA DE LA 4ta GUERRA MUNDIAL

La I y la II Guerras Mundiales han merecido tal denominación en tanto afectaron a la mayor parte del planeta y, además, fueron totales, porque en dichas circunstancias los países pusieron todos sus recursos al servicio de dichos enfrentamientos, lo que se llama economía de guerra. De ahí, que las victorias y derrotas sean justamente  totales. El que pierde lo pierde todo y el que gana lo gana todo. Pero, según opinan destacados analistas, este tipo de guerras ya no van a volver a existir. Porque al final de la II Guerra Mundial aparecieron las armas nucleares. Por ello, este tipo de guerras totales no se van a volver a dar. La guerra fría fue una Guerra Mundial y ahora estamos en la IV Guerra Mundial. No es una Guerra Total porque no se ponen todos los recursos a su servicio, pero es una Guerra Mundial, en curso desde  2001. Lo dijo hasta Bush cuando habló de la guerra contra el terror, sosteniendo que esta sería una guerra que duraría décadas. Aludía a que se trata de una guerra por la defensa de la hegemonía mundial de EE.UU. a cualquier precio.

En 2007, el general 4 estrellas Wesley Clark dijo en una entrevista que durante la administración de George Bush se le reveló el plan de invadir 7 países: Iraq, Siria, Líbano, Libia, Somalia y finalmente Irán, como parte de dicha estrategia bélica a largo plazo. Justamente los países que luego han atacado, y eso está grabado. Pues esa política imperial sigue vigente con Trump, pero va al desastre absoluto, puesto que sólo favorece que se acelere aún más el hecho de que China sea la próxima potencia hegemónica mundial.

En tanto en la ex URRSS, pese a su debilitada economía, dos tercios de los rusos quiere la reelección en 2018 de un presidente que se apresta a conmemorar con todos los fastos el centenario de la Revolución Bolchevique, sin privarse de reivindicar con frecuencia la figura del zar Pedro el Grande. Su éxito se basa en jugadas exteriores como Crimea, Siria y el Rusiagate. Y en la idea de que Occidente está peor.

Los chinos, sin embargo, son los únicos que ahora mismo tienen una política estratégica a largo plazo. De hecho, el gran proyecto de la nueva ruta de la seda es un proyecto económico y al mismo tiempo geopolítico elaborado desde 2013, cuando se hace público, y abarca hasta el 2049. El gigante asiático no improvisa sobre la marcha como EE.UU.

La naturaleza de esa 4ta Guerra Mundial adquiere en nuestra latitud un carácter desembozadamente clasista, como puede apreciarse – con diferentes matices – en Venezuela o Brasil, con el petróleo y la Amazonia como codiciado tesoro de los nuevos bucaneros imperiales.


DILEMAS DE CABOTAJE

Aunque hace mucho que el poder no está en las casas de gobierno, a estas horas el común de l@s argentin@s, bombardeado por una machacona campaña de spots proselitistas, se aferra a la frágil expectativa de que las elecciones parlamentarias de octubre pongan algún freno al proceso de depredación nacional llevado a cabo por la administración Cambiemos - ariete local del poder global descripto -, a sabiendas de que no hay ni hubo “segundo semestre” con “lluvia de inversiones” que conduzcan hacia la pregonada meta de “pobreza cero”, y de que los “brotes verdes” son apenas rebotes técnicos que no llegan al conjunto de la sociedad. En dicho marco, para buena parte del electorado las distintas variantes del peronismo parecerían seguir representando el anhelo de lo aún  no cumplido. De ahí que la reciente diatriba gorila del presidente contra los gobernadores del PJ, tomando como escenario a la Sociedad Rural, semeje un gol en contra para la estrategia movimientista de su principal crédito: La gobernadora Vidal.

El desmonte global de la legislación laboral tiene en nuestro país un dramático caso testigo en la empresa PepsiCo, violentamente desalojada “entre gallos y medianoche” a pedido de la Justicia, para trasladarse en procura de horizontes más rentables con todo el amparo oficial y sin tomar recaudo alguno capaz de paliar el impacto social de la medida.

En plena transición de movimiento obrero a movimiento de trabajadores, signada por una parálisis sin precedentes de la central obrera - que apunta a desperezarse hacia el 22 de agosto y a reorganizarse a partir de octubre detrás de un posible liderazgo unipersonal -, la CTEP tiene la posibilidad de transformarse en el sindicato de los barrios.

Mientras, a significativa distancia de los mensajes seductores y la conquista de votantes,  en la degradada base de la pirámide social, a los profesionales de la venta de paco se les van sumando  gradualmente los nuevos desocupados.


LA NECESIDAD DE SUBVERTIR UN ORDEN ATROZ

En el escenario descripto, ninguna plataforma electoral amenaza la gobernabilidad vigente, circunstancia que lleva al Ministerio de Seguridad a reforzar su inteligencia sobre los reducidos sectores extra parlamentarios que avizoran una perspectiva de crisis.

En las pocas organizaciones sociales que no han sucumbido a la pandemia comicial siguen fermentando sin prisa y sin pausa la autogestión, la autodefensa, la contracultura, y el autogobierno, concibiendo lo electoral desde una visión menos inmediatista, que ante la peor crisis de representatividad de nuestra clase política desde 1983 se propone avanzar hacia un frente de unidad en la lucha que impulse la convocatoria a una Asamblea Constituyente capaz de gestar una democracia popular que reemplace al vetusto modelo delegatorio actual, propiciando en la región una sólida Federación de Comunas Nuestramericanas que ponga freno a la rapacidad del individualismo capitalista.

Es tiempo pues de que los árboles no nos tapen el bosque, y de retomar debates estratégicos. Acaso conmemorar durante octubre en Valle Grande (Bolivia) los 50 años del Che, esa imprescindible oveja negra de todas las revoluciones, sea ocasión propicia para repensar el presente y futuro continental con la grandeza de miras que tuvieron libertadores como San Martín y Bolívar.-


JORGE FALCONE