2015 - 2019: CUATRO
AÑOS DE HAMBRUNA
Y GARROTAZOS PARA
ARRASTRARSE HASTA LAS URNAS
“Este es un modelo
que no contiene a la mayoría de la sociedad
(…) Si la sociedad quiere suicidarse, seguirá con
este gobierno”.
Guillermo
Moretti,
Vicepresidente
de la UIA
“Tres escenarios para
2019: ¿Recesión, derrumbe o catástrofe?
Editorial
de Ámbito Financiero
Hasta la Pacha Mama
hizo temblar al G 20
“Si el
nuestro es un país limpio y los demás ensucian,
la
convivencia internacional es mal negocio”.
Donald Trump
Presidente de los EEUU,
a propósito del Cambio Climático
En esta Argentina vapuleada donde, entre
otras sorpresas, un juez que declara haber sido extorsionado se apura a cerrar
la causa Maldonado aunque sobren pruebas sobre la retención y plantado del
cuerpo del militante anarquista, donde la CONMEBOL produce la paradoja de que
la Súper Final de un campeonato bautizado “Libertadores de América” (!) se
juegue en el país del que aún se enseña en nuestras escuelas que nos
independizamos en 1816, la fiesta
para pocos concluye con un sismo de + 3.8º
- inédito en la región bonaerense - pero sin incluir en su agenda ninguna
consideración sobre el ecocidio en curso (!!), y con
una colosal manifestación popular de repudio que - con la única abstención del kirchnerismo - tardó dos horas en circular
por la Avenida 9 de Julio, dando cátedra ante el mundo de disciplina y
organización.
La percepción
que deja en buena parte de la prensa internacional es la de una pésima
organización: A pesar de un mega dispositivo millonario de seguridad, durante
los preparativos asaltaron a un especialista en este tipo de cumbres, que
reaccionó twitteando “Lloramos por ti,
Argentina”; nuestra vicepresidente llegó tarde a la recepción del presiente
francés, a quien saludó en una extraña jerga franco-mapuche; la banda del
Regimiento de Patricios arrancó su fanfarria en honor al presidente chino,
dedicándosela al primer desconocido que bajó de su avión; el wi fi del Centro Costa Salguero falló
constantemente; y el Ministro de Economía soportó en el Centro Cultural
Kirchner un corte de luz de 40’ mientras solicitaba apoyo económico ante
potenciales inversores (!!!)
El anfitrión
vuelve a quedar solo frente a su 65% en alza de imagen negativa y la bronca de
un pueblo en lucha, sin hermanos mayores que lo apañen - ya empacan los
francotiradores de la CIA y el MOSSAD que desde las terrazas porteñas nos
tuvieron en sus miras - y a continuación le corresponde a él juntar las sobras y lavar
los platos sucios.
En efecto,
Argentina ha sido sede del sordo debate entre proteccionistas y
multilateralistas, que amenaza con modificar el sistema - mundo tal como lo conocemos.
Con el concurso
de Ángela Merkel (Alemania), Donald Trump (Estados
Unidos), Vladimir Putin (Rusia),
XiJinping (China), Emmanuel Macron (Francia), Theresa May (Gran Bretaña) y Shinzo Abe (Japón), por nombrar sólo a
l@s mandatari@s más destacad@s, se discutieron temas que van desde la economía internacional,
las criptomonedas, el terrorismo, hasta los empleos del futuro. En todo momento
las miradas estuvieron puestas en la guerra comercial que enfrenta a EE.UU. con China y en
definir cuál será el
futuro del FMI, organismo que le aprobó este año dos stand by a nuestro país y el mayor desembolso
de su historia.
Por el lado de los organismos
internacionales, estuvieron presentes los responsables del Banco Mundial; el propio Fondo Monetario Internacional (FMI); la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE); el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID); el Banco
de Desarrollo de América Latina (CAF); la Organización Mundial del Comercio (OMC); la Organización de las Naciones Unidas (ONU); el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en fin, -
parafraseando el título de un recordado filme de Martin Scorsese - lo que se
dice “Buenos muchachos”.
A propósito de la situación del trabajo, hoy signada por el impacto
tecnológico de esa robotización que el filósofo Franco “Bifo” Berardi concibe como
propiciatoria de un inminente ciclo de ocio productivo (que de momento
sólo podría beneficiar al Norte Global), el cónclave consideró
que el sistema educativo debe hacerse cargo de capacitar a las personas para la
vida y el desempeño laboral en el Siglo XXI. En cuanto a la infraestructura para el desarrollo - concepto fundamental de la
modernidad, que Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina”
definiera como “una nave con más
náufragos que tripulantes” - se acordó sobre la necesidad de construir
caminos, puentes, transporte público y obra sanitaria “para crecer”. También
hubo consenso respecto a la necesidad de propender a un futuro alimentario sostenible, basado en un sistema de provisión de
alimentos más “inclusivo y eficiente”, lo que difícilmente pueda interpretarse
como otra cosa que seguir reprimarizando las economías del Sur Global para sostener
el vandálico proceso en curso de concentración económica por desposesión de
nuestros recursos naturales.
Resumiendo, se trató de un encuentro en donde
la arquitectura que regula las relaciones internacionales estuvo en seria
discusión, en gran medida porque Estados Unidos las quiere desarmar, puesto que
ya no cree en el orden multilateral dominado por ellos, China intenta ganar más
influencia - en rigor de verdad, ambos
gobiernos quieren evitar un conflicto serio, aunque en las horas que corren eso
parezca difícil -, y los demás países tienen poca capacidad para armar algo
alternativo o mantener lo que hay. Al mismo tiempo, varios de los principales
líderes tienen serios problemas domésticos: Gran Bretaña se sacude ante las
consecuencias del BREXIT, Francia soporta el levantamiento de los “chalecos
amarillos”, Arabia Saudita procura eludir los cargos que se le imputan por sus
bombardeos sobre Yemen y desentenderse del brutal asesinato del periodista
Kashoggi, etc.
Una conclusión provisoria
diría que el mundo se ve cada vez más inestable desde el punto de vista
geopolítico, el arquitecto del orden internacional no tiene interés en este tipo
de instituciones, y las naciones intervinientes tienen cada vez menos capacidad
para actuar de manera conjunta en temas globales.
El poeta y héroe
cubano José Martí, muerto en combate
en la Guerra de Independencia que libró el país caribeño contra España, supo
estigmatizar como pocos a personajes de la calaña de quienes acaban de
visitarnos: “A un banquete se sientan los tiranos, / pero cuando la mano
ensangrentada / hunden en el manjar del mártir muerto, / surge una luz que les
aterra, flores / grandes como una cruz súbito surgen, / huyen, rojo el hocico,
y pavoridos / a sus negras entrañas los tiranos. / Los que se aman a sí, los
que la augusta razón a su avaricia y gula ponen: / Los que no ostentan en la
frente honrada / ese cinto de luz que en el yugo funde / como el inmenso sol en
ascuas quiebra / los astros que a su seno se abalanzan: / Los que no llevan del
decoro humano / ornado el sano pecho: los menores / y los segundones de la
vida, sólo / a su goce ruin y medro atentos / y no al concierto universal”.
Ante la ratificación de tan
elocuente imagen literaria, desde el mundo periférico sólo cabe a los movimientos sociales seguir
apostando por una articulación global de “l@s condenad@s de la tierra”, hasta
torcer los vientos de la Historia.
Primer
Foro Mundial de Pensamiento Crítico:
Atacar
exclusivamente al neoliberalismo perdona la vida al capitalismo
“El neodesarrollismo que ha primado en todos
los procesos latinoamericanos no es la salida. Hay que pensar desde la
reproducción de la vida como criterio para evaluar una economía y para hacer
propuestas. Desde ese punto de vista hay que repensar la relación de la
economía, la política y la sociedad”.
José Luis
Coraggio
Economista y
director de la Maestría en Economía Social
en la
Universidad Nacional de General Sarmiento
Poco antes de la cumbre internacional de
mandatarios del Primer Mundo reseñada anteriormente, tuvo lugar en nuestro país
otro encuentro prácticamente coincidente en el tiempo, cuyo desarrollo dejó
mucha tela para cortar. Nos referimos al convocado por CLACSO bajo el título
que da nombre a este apartado.
El Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales es una institución internacional
no-gubernamental, creada en 1967 a partir de una iniciativa de la UNESCO. Actualmente, reúne a más de 300
centros de investigación y programas de posgrado (maestrías y doctorados) en diversos
campos de las Ciencias Sociales y Humanidades, radicados en 25 países de
América Latina y el Caribe, en Estados Unidos y en Europa. Su sede se encuentra
en Buenos Aires, Argentina. El actual Secretario Ejecutivo del
organismo es Pablo Gentili. Sus
objetivos son la promoción y el desarrollo de la investigación y la enseñanza
de las Ciencias Sociales; el fortalecimiento del intercambio y la
cooperación entre instituciones e investigadores de dentro y fuera de la
región; y la adecuada diseminación del conocimiento producido por los científicos
sociales entre las fuerzas, movimientos, y organizaciones de la sociedad civil.
A través de estas actividades CLACSO se propone contribuir a repensar, desde
una perspectiva crítica y plural, la problemática integral de las sociedades
latinoamericanas y caribeñas.
En las afligentes circunstancias que
atraviesan los países de Nuestra América, era de esperar que se produjeran
debates de fondo, atentos a la necesidad de generar insumos convocando a
plenarios para intercambiar y escuchar la opinión de todes. Sin embargo,
numerosas y autorizadas voces sostienen que no ocurrió eso, sino que más bien se
prefirió capitalizar la presencia de referentes de la Década Larga Progresista
bajo el condicionamiento del calendario electoral en curso de nuestro país. Así
lo entendió, por ejemplo, el prestigioso antropólogo colombiano Arturo Escobar, quien se pronunció
sobre la falta de autocrítica de algun@s expositores/as.
Tal fue el tono dominante del encuentro,
quizás con la prudente excepción del vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, quien - entre
otros señalamientos - manifestó que “En el fondo, la política es
una lucha por la construcción del sentido común. Y los gobiernos progresistas
supieron utilizar un discurso específico en circunstancias en que un pedazo del
sentido común - que apostaba al mercado para la satisfacción de las
necesidades, que delegaba en empresarios los problemas de los pobres, etc. - se
resquebrajó en un momento de catarsis social (…) Cuando se llega al gobierno se
cree que ese nuevo sentido común está enraizado. Pero lo que hemos entendido es
que el sentido común es un sedimento conservador y que si los gobiernos
progresistas no hacen un esfuerzo planificado y sistemático en todos los
aspectos para transformarlo, el viejo sentido común volverá a resurgir y
desplazará al nuevo sentido común progresista superficial (…) De ahí la
paradoja: ¿cómo es posible que compañeros que salieron de la pobreza fruto de
las políticas progresistas voten en contra de un gobierno progresista? Parece
una traición. No lo es”.
El ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, en cambio - leal a
su decisión de no “hacer olas” frente a los poderosos -, prefirió abstenerse de concurrir por
considerar que en la subjetividad del pueblo rioplatense se había instalado la
idea de que se trataría de una contra-cumbre y que, según su criterio, esto
constituiría un obstáculo para futuras perspectivas de entendimiento regional.
En
todo caso, el rasgo sobresaliente de este cónclave fue que en su seno conviven
dos corrientes que quedaron claramente expresadas tanto en los discursos como
en las formas. Por un lado, aquella que sin exponer autocríticas, desarrolla la
continuidad teórica tradicional que sostuvo espacios de poder hoy en crisis.
Por el otro, las llamadas “mesas de trabajo” donde un cada vez más numeroso
grupo de académic@s, investigadoras/es y teóric@s crearon un espacio de intercambio transversal,
donde los movimientos sociales ocupan el lugar central y el espíritu crítico,
tras un objetivo preciso: pensar otras posibilidades de organizar la sociedad y
concebir el poder.
A nuestro entender, dada la atención que
despertara su disertación (y la circulación de encuestas que la vendrían
favoreciendo como posible candidata opositora en los comicios del año
entrante), convendría detenerse a considerar suscintamente algunos tópicos de
lo expuesto por la senadora Cristina
Fernández de Kirchner.
Su afirmación acerca de que “el
neoliberalismo no es una política económica sino una construcción política”
habilita al sistema a ofrecer alternativas supuestamente más humanitarias, lo
que nos demanda recordar que en todo caso se trata del rostro más despiadado de
un capitalismo considerado desde Bolívar
al Che como el “peor enemigo de la humanidad”, aunque admita la alternancia de
versiones neodesarrollistas, que no por ofrecer una imagen más garantista
modifican sustancialmente su matriz productiva ni el consecuente modelo de
exclusión social, lo que hoy queda palmariamente de manifiesto si se hace una
relectura crítica desapasionada del período en que le tocó a ella presidir el
destino de la Nación.
También resulta por demás polémica su opinión
acerca de que “hay quien supone que lo
que gana es mérito propio”, toda vez que - tomada al pie de la letra - denota
una enorme carga paternalista que coloca dicho concepto en las antípodas del
que se atribuye a Túpac Amaru, en
cuanto a que “la tierra es para quien la
trabaja”. La idea en cuestión remite al proverbial estatalismo justicialista,
del que el kirchnerismo hizo uso y abuso, aludiendo simultáneamente a un
supuesto saldo de “empoderamiento” popular que, en caso de verificarse, le debe
mucho más al Argentinazo que a la “Década Ganada”.
A propósito de esto último, también se le escuchó
decir “en 2001 había piqueteros, las
organizaciones sociales del presente son hijas de nuestro gobierno”. Sería
interesante preguntarse, por ejemplo,
qué opinarán al respecto sus flamantes aliad@s del Frente Patria Grande, que incluye - entre otras organizaciones con
dilatada trayectoria de lucha - al Movimiento
Popular La Dignidad y al MTE que
lidera Juan Grabois.
Pero acaso lo que ubica nítidamente en el
espectro político local a la senadora Kirchner sea la demoledora frase “Ya que ganó el capitalismo, déjennos
consumir”, afirmación que - además de estar en veremos - instala
falazmente al consumo como línea divisoria entre mal y Buen Vivir.
Como contraparte de cuanto hemos cuestionado
hasta aquí, diremos también que la polvareda que remontó su señalamiento acerca
de que “las categorías de izquierda y
derecha han perdido vigencia” merece refrescar el origen de las mismas,
haciendo la salvedad de que una cosa es ponerlas en tela de juicio desde una
perspectiva posmoderna que niegue la lucha de clases, y muy otra hacerlo desde
una revolucionaria y anticolonial.
Historizando
dicha caracterización, se advierte que el binomio izquierda - derecha nace en
1789 (los historiadores discuten si aparece como distinción ya autoconsciente
ese año o posteriormente) en el seno de la Asamblea Francesa, y se difunde a partir
de la expansión del fenómeno revolucionario por toda Europa. Pero no fue sino
hasta mediados del siglo XIX que comenzó a recibir un uso regular y estable en
Francia. De este modo, podría hacerse coincidir el área de difusión de la dicotomía
izquierda - derecha con la zona de influencia más intensa de la Revolución Francesa, como se sabe, de
suma gravitación en el hemisferio occidental en que nos encontramos.
En concreto,
esa bicentenaria diferenciación vertical entre disrupción y statu quo dista de ser una creación
nostramericana, pese a lo cual - a falta de categorías autóctonas más
apropiadas, más allá del “abajo y a la izquierda” sintetizado por el
autonomismo - mantiene vigencia en la militancia a la hora de una pronta
distinción de posicionamientos políticos.
Acaso la
reciente apelación a un concepto de tradición liberal como el de “ciudadanía”, adoptado por Cristina de cara a
las últimas elecciones legislativas, explique la prevención del activismo
combativo ante estas últimas expresiones que hemos venimos considerando.
Enlazando esa con otra de sus ideas - fuerza
que mayor cuestionamiento obtuvo, puede pensarse que si la verdadera divisoria
de aguas político-social es horizontal -
Norte y Sur Globales / arriba y abajo - y uno de nuestros principales frentes
de trabajo es el territorio (no exclusivamente el mundo de las ideas), allí
donde la religión católica cuenta con mayor arraigo, una construcción de masas
ineludiblemente contendrá pañuelos verdes y celestes, aun proponiendo el primer
color como horizonte.
Por último - siempre con la intención de
levantar más puentes que muros -,
correspondería no pasar por alto la enunciación algo ambigua de un
horizonte de mediano plazo propuesto por la oradora cuando sentenció “hay que construir el correlato institucional
que dé cuenta de l@s nuev@s actores sociales que componen la comunidad en el
Siglo XXI”. Quienes abrevamos críticamente en su tradición política bien
sabemos que el General abusaba de definiciones que, por abarcativas, satisfacían
a diestra y siniestra. De ser este el caso, lo que sigue no perderá valor ante
las organizaciones sociales y aliados de “izquierda independiente” encolumnados
detrás de la construcción que ella propone: Tod@s aquell@s que estamos
convencid@s de que el ciclo de esta democracia formal ha caducado, que abogamos
por la construcción de poder constituyente ante el poder constituido, y que
vemos en la herramienta de la Asamblea
Constituyente la posibilidad de dar el salto cualitativo hacia una sociedad
más plebiscitaria y menos delegatoria, preferiríamos que se estuviera refiriendo
a algo no muy diferente. De confirmarse esa posibilidad, habremos avanzado
varios casilleros en materia de entendimiento al interior del más amplio espacio
popular.
En concreto, a la fecha el dilema de fondo no
es votar o no a Cristina. En todo caso hay que reconocer que ella encarna grandes
esperanzas para una significativa franja de la sociedad. La trampa de optar por
alternativas que implican la destrucción
nacional o una prórroga del modelo con discreto reparto del PBI para much@s compatriotas
incluye la posibilidad de un alivio en medio de este genocidio social.
Desconocerlo es dar la espalda a la política, lo que para much@s constituye el
arte y la ciencia de comprometerse con un bienestar cada vez mayor. Pero cabe puntualizar
que una cosa es sufragar en favor de una bocanada de aire fresco, y muy otra
sacrificarse a diario por construir y promover alternativas verdaderamente
transformadoras. Al menos eso creemos la mayoría de l@s que nos definimos como
anticapitalistas, anticolonialistas, y antipatriarcales.-
JORGE
FALCONE
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