Peligroso
alineamiento internacional con ropaje de terceridad
EL DESAFÍO
DE JUGARSE…
O QUEDAR BIEN CON
TODXS
PARA QUE NADA CAMBIE
La modorra veraniega se estira, como es
costumbre, con la habitual cobertura frívola o sensacionalista de un espectro mediático que
oscila entre difundir chimentos de la farándula (chances de que Brad Pitt se
reconcilie con Jennifer Aniston) y prorrogar indefinidamente el seudo análisis
de hechos de sangre (juicio sumario contra el rugby y el descontrol en los boliches
de la costa… pero nunca al patriarcado), en un país sin procesados de la
gestión que profundizó la destrucción nacional pero con luchadores como Milagro
Sala y Luis D’Elía presos, mientras referentes de organizaciones sociales son
invitados a reunirse con las fuerzas de seguridad para ”prevenir la escalada de
conflictos”, en tanto el primer mandatario - que inauguró su gira internacional
ingresando por la puerta de servicio de los EEUU - continúa procurando auxilio
financiero de las naciones que nos endeudaron, y la Cámara de Diputados - con
la única excepción del FIT - aprueba el ingreso de 5000 tropas y un
portaaviones norteamericano a las costas de Argentina.
Las lecciones de
Bolivia y Chile iluminan el horizonte nostramericano
“Creo que el derecho a la rebelión es genérico en toda la
Tierra. El planeta está administrado por el capitalismo, el capitalismo está en
guerra permanentemente, y donde no hay guerras hay grandes desigualdades. El
capitalismo no ha logrado solucionar los grandes problemas, que son sus propias
consecuencias sociales, esas diferencias, esa brecha. Y no ha podido solucionar
su relación con la naturaleza, destruye, es depredador. El derecho a la
rebelión es inherente, implícito a la condición humana”.
Jorge Zabalza,
ex miembro del MLN
Tupamaros,
para “El Observador”.
Para muchxs analistas, a
partir del Caracazo (1989) - para otrxs, a partir del alzamiento zapatista de
Chiapas (1994) -, Nuestra América inauguró el siglo en curso con el período que
se dio en llamar la Década Larga Progresista, cuyo pico más alto de calidad
acaso haya sido la cumbre marplatense que reunió en nuestra Costa Atlántica al
Cdte. Hugo Rafael Chávez Frías, a Luiz Inácio Da Silva, y a Néstor Carlos Kirchner decididos a sepultar
el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) ante las narices del propio
presidente norteamericano de turno. Obviando el caso cubano, producto de otro
contexto, y desmontado por un gobierno de facto el Estado Plurinacional de
Bolivia, de aquel escenario a la fecha sólo se sostiene - con enormes
dificultades - la Revolución Popular Bolivariana, dado que los cuestionados
manejos del Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV) no logran opacar la riquísima experiencia
productiva y de autodefensa de las comunas socialistas en resistencia.
Así, podría pensarse que -
pese a sus numerosas complicaciones, y fundamentalmente al feroz asedio del
Imperio - el hermano país caribeño expresa en nuestros días el máximo grado de
radicalidad de un proceso transformador en la región. En las antípodas de eso,
el ejemplo más regresivo es el Brasil gobernado por el presidente neo fascista Jair Bolsonaro.
Para lxs apasionadxs por la
política, en tanto búsqueda del bien común para las grandes mayorías, la pregunta
del millón sería si entre los extremos consignados hay espacio para - citando la frustrada intentona
electoral del actual Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Sergio Tomás Massa - una “ancha avenida
del medio”… que no consista en tomar nota de las experiencias más avanzadas de
los últimos años para convocar a Asambleas Constituyentes que de una vez por
todas sirvan de basamento al ejercicio de democracias directas.
Sin embargo, muy a pesar del
consuetudinario fracaso de las Terceras Vías, de las socialdemocracias
regionales, y de las transversalidades locales, nuestra dirigencia política -
ignorando la advertencia del gran poeta ibérico León Felipe: “¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra al ver las
mismas cosas siempre con distinta fecha?” - se empeña en reciclar experimentos superestructurales que,
alentados por el asesor gubernamental Marco
Enríquez Ominami y acompañado por personajes de oscuro desempeño en su
lugar de origen, como el sobrevalorado juez Baltasar Garzón Real, hoy consisten en buscar un sitial de
“equidistancia” e “incontaminación” en materia de diplomacia internacional, con
base en el anodino Grupo Puebla y apostando por el dudoso eje Argentina / Méjico
/ España (ahora gobernada por la izquierda del Primer Mundo saludada por el rey
Felipe VI): ¡Vaya si, a primera vista, no deberíamos concluir que hoy es el
progresismo el fenómeno más funcional a la prórroga de la explotación
capitalista y la loza que sofoca horizontes emancipatorios en Nuestra América!
En un mundo donde confrontan
nacionalismos de exclusión y nacionalismos de inclusión, sería deseable que la
disolución nacional no llevara la firma de la identidad política que más aportó
para construir la Justicia Social en Argentina…
Ante este panorama, dos
laboratorios vecinos de disputa entre lo viejo y lo nuevo se presentan
nítidamente a ojos de la militancia: El amañado proceso electoral boliviano y
la hasta ahora insobornable rebelión chilena.
En el primer caso, el más
auspicioso intento redentor de cinco siglos de sojuzgamiento de los pueblos
andinos zozobra recurriendo a las reglas de juego demoliberales impuestas por
el conquistador y exhibiendo así las costuras de un intento de prórroga en su
gestión de gobierno, cuestionado por observadores internacionales y astutamente
aprovechado por la oposición local. Las legítimas autoridades arteramente
depuestas, sin haber dispuesto de tiempo suficiente para realizar un balance
autocrítico de su experiencia y con grandes disensos entre sus filas, hoy
canalizan la expectativa reparadora de sus bases hacia un comicio arbitrado por
la oligarquía más racista del continente.
En el segundo caso, un
levantamiento originado por estudiantes secundarios ante el incremento de las tarifas de transporte,
al cabo de tres meses de lucha irreductible ha desentumecido a una sociedad
que, con honrosas excepciones, soportó durante tres décadas el experimento
monetarista impuesto por el dictador Pinochet, conquistando la atención
internacional y encolumnando tras una primera línea de aguerridxs jóvenes de
variada extracción social a veteranxs de la experiencia de la Unidad Popular y a
buena parte de la comunidad mapuche, que se suman al ejercicio de novedosas
formas de resistencia.
He aquí la cara y ceca de la
moneda que continúa girando sobre la suerte de Nuestra América. Lejos de un infantil
apego por la revuelta en sí misma, lo que se intenta destacar en estas líneas es la
vigencia de una voluntad popular que, contra viento y marea, busca por todos
los medios reinventar un camino alternativo al que hoy propone el capitalismo
global y salvaje que está acabando con la vida en nuestro planeta.
El imperativo popular
de auditar la odiosa deuda externa
“O se está al
servicio del país en contra de la deuda externa,
o se está al servicio
de la deuda externa contra el país”.
Alejandro
Olmos,
político,
periodista e historiador argentino,
una
de las mayores autoridades en el estudio de la deuda externa.
Como se ha explicado en
numerosas ocasiones, el sojuzgamiento del mundo periférico que en las
Sociedades del Disciplinamiento se ejercía mediante la represión y la censura,
bajo las actuales Sociedades del Control lo hace recurriendo al lawfare, las fake
news, y - fundamentalmente - a las abultadas deudas que acumula el Sur Global.
Hace poco, con el
propósito de facilitar el dimensionamiento de los 33.000 millones de dólares
que adeuda nuestro país, periodistas de La Nación establecieron la equivalencia
de dicha suma con 275.000 departamentos de tres ambientes, o 228 millones de
AUH (vale decir, un quinquenio de cobertura), o 148 millones de jubilaciones
mínimas, o la compra de 8 petroleras de la magnitud de YPF, u 8 años de
subsidio a la energía y 7 al transporte.
En su última
columna de 2019, Eduardo Lucita
(Economistas de Izquierda) nos recordaba que tanto el presidente Alberto Fernández como el ministro de
Economía Martín Guzmán han dicho sin
ambigüedades que “El país está en un
virtual default”. “Así como está, la
deuda no puede pagarse”. “Para
pagarla la economía tiene que crecer”. Naturalmente, sacar al país de la
recesión y “encender la economía” es imposible
si paralelamente se desea afrontar los vencimientos. En ese caso, la
perspectiva de crecimiento sería nula y la recesión se mantendría por varios
años más.
Un indicador
fundamental es la “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en la
Emergencia Económica” vigente. Cabe señalar que incluye transferencias de
recursos a los más desposeídos - AUH y jubilaciones mínimas - que se
complementan con la Tarjeta Alimentaria y líneas de crédito sumamente blandas.
No obstante, el mayor aporte lo hacen los jubilados de haberes medios y el
agro, en tanto reduce retenciones a mineras y petroleras y no afecta a los
bancos.
El problema
aparecerá en el primer semestre de este año, ya que de los 65.000 millones de dólares
que vencen en su transcurso, 45.400 se concentran en los primeros seis meses.
Si se discrimina lo referente a deuda intra-estado (renovación automática) de
lo que involucra a organismos de crédito internacionales (refinanciable), lo
que resta con el sector privado equivale a unos 19.400 millones. Dado que las
reservas de libre disponibilidad son insuficientes para cubrirlos, el país
entraría en default en mayo del
corriente.
Aunque la postergación
de los pagos más que a una convicción responda a una necesidad, tal medida legitima
la deuda sin cuestionarla, ya que, según razona el oficialismo, fue contraída
por un gobierno democrático, aunque no es dicho carácter lo que la puede
legitimar sino el fin y la administración de esos fondos.
La clave del
asunto reside en que el FMI ignoró sus propios estatutos concediendo un
préstamo conteste de que tal deuda era impagable, y autorizando después la
venta de dólares de dicho empréstito para controlar el tipo de cambio, algo
categóricamente prohibido por sus reglas. Además el préstamo, lejos de
fortalecer la economía, aumentó su fragilidad y sus propios desequilibrios. Investigarla,
por ende, constituye un propósito por demás justo.
Es a la luz de
estas consideraciones que nuestra deuda bien puede entrar en la categoría de
“odiosa”, aplicable cuando la misma no se ha contraído en favor del país ni de
sus habitantes.
Si los pagos se
suspendieran por dos o tres años estaríamos ante una inmejorable oportunidad
para invertir ese tiempo en realizar una auditoría por medio de una comisión
independiente, constituida por representantes parlamentarios, referentes
locales e internacionales y abierta a la opinión pública, con el objetivo de
discriminar la parte ilegítima y odiosa de la deuda.
Ante tal
posibilidad vale la pena tener en cuenta que la doctrina de la deuda odiosa
hace caso omiso del carácter del régimen que la contrae, sea este democrático o
faccioso.
A principio del año en
curso se plegaron a esta inquietud el Comité para la Abolición de las
Deudas Ilegítimas (CADTM) y la Asociación por una Tasa a las
Transacciones Financieras Especulativas de Ayuda al Ciudadano (ATTAC), señalando su preocupación por el
comienzo de una apurada negociación de la Deuda Pública
argentina, y expresando que “Es
ampliamente reconocido que la imposición de intereses particulares, la
improvisación y/o el ocultamiento en este tipo de
negociaciones conllevan enormes costos económicos y sociales”.
Simultáneamente,
el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez
Esquivel, la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas, y la coordinadora de la red tricontinental Jubileo
Sur Beverly Keene, promovieron un
pronunciamiento en favor de auditar la deuda en cuestión, cuyo texto expresa -
entre otros conceptos - que “Un tercio de la población de nuestro país,
incluyendo a la mayoría de nuestres pibes y mayores, sobrevive hoy en
condiciones desesperantes de pobreza, empleo precario o inexistente, conviven
en ambientes contaminados y faltos de servicios públicos. La crisis social
recae fuertemente sobre las espaldas de las mujeres y disidencias como
consecuencia de un ajuste que también es violencia patriarcal. Este retroceso
en nuestros derechos humanos ha sido particularmente notorio en el marco de la
acumulación récord de deuda pública de estos últimos años, más aún después del
acuerdo con el FMI, ambos de cuestionada legitimidad y legalidad (…) La
sostenibilidad de la deuda pública no puede basarse en la aplicación de
políticas de saqueo, contaminación, exclusión y pérdida de derechos laborales y
sociales (…) Con este espíritu, nos autoconvocamos e invitamos a todo el pueblo
a construir una inmediata campaña activa en cada rincón de nuestro país”.
Dicha iniciativa viene siendo acompañada por numerosos gremios y organizaciones
sociales, y tomó estado público con una conferencia de prensa frente al
Congreso de la Nación, circunstancia en la que - entre otr@s oradores/as - la imprescindible Norita, madre de todas las batallas, recordó que en su discurso de asunción el jefe del Ejecutivo
Nacional pidió al pueblo que, en caso de extraviar el rumbo, le exigiera
rectificarlo. Hubo consenso entre lxs presentes acerca de que el tratamiento de
la deuda odiosa es uno de los temas que exige urgente revisión.
Ante dicha iniciativa, el
historiador y especialista en derecho internacional Alejandro Olmos Gaona señaló que “la deuda con el FMI no es ilegal, porque se han cumplido todos los
pasos pertinentes que fijan las
normas respectivas. Discutir la legitimidad es otra cosa (…) Respecto a las
negociaciones poco transparentes, todavía no las hay. Sobre la auditoria, es
algo que venimos pidiendo hace mucho, y hay que insistir”.
Por su parte,
numerosas agrupaciones de la izquierda extra parlamentaria (Encuentro
Socialista Antiimperialista, Tendencia Guevarista, Resistencia para la
Liberación, MTR 12 de Abril, MTR Histórico, MTL Rebelde, PCT, Convocatoria
Segunda Independencia) se sumaron a la demanda con sus propios argumentos y
bajo la consigna “La única deuda es con el pueblo”.
Quienes aceptan
pasivamente tan pesado yugo deberían revisar profundamente la matriz productiva
vigente de acumulación por desposesión, que fomenta el extractivismo y el
agronegocio descontrolados, y lleva a que especialistas en la materia como el Ing.
Geólogo Guillermo Vergara le
recuerde a nuestro presidente, por ejemplo,
que Argentina es el principal productor de Escandio (Sc), mineral
valuado en dos millones de dólares el kg., y denuncie que el mismo es sacado de
contrabando desde el Puerto de San Lorenzo por Minera La Alumbrera, acompañado
de otros numerosos minerales de gran valor, para que el Ejecutivo proceda de
acuerdo a derecho.
Es hora pues de
que el pueblo todo tome cartas en el asunto, y decida si nos resignaremos a ser
una colonia más del Norte Global, o aquella Patria independiente soñada por
tantas mujeres y hombres que derramaron su sangre generosa desde las Guerras de
Independencia hasta nuestros días.-
JORGE FALCONE
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