EL
FANTASMA DE LA 4ta GUERRA MUNDIAL
La I y la II Guerras Mundiales han merecido tal
denominación en tanto afectaron a la mayor parte del planeta y, además, fueron
totales, porque en dichas circunstancias los países pusieron todos sus recursos
al servicio de dichos enfrentamientos, lo que se llama economía de guerra. De
ahí, que las victorias y derrotas sean justamente totales. El que pierde lo pierde todo y el
que gana lo gana todo. Pero, según opinan destacados analistas, este tipo de
guerras ya no van a volver a existir. Porque al final de la II Guerra Mundial
aparecieron las armas nucleares. Por ello, este tipo de guerras totales no se
van a volver a dar. La guerra fría fue una Guerra Mundial y ahora estamos en la IV
Guerra Mundial. No es una Guerra Total
porque no se ponen todos los recursos a su servicio, pero es una Guerra
Mundial, en curso
desde 2001. Lo dijo
hasta Bush cuando habló de la guerra contra el terror, sosteniendo que esta
sería una guerra que duraría décadas. Aludía a que se trata de una guerra por
la defensa de la hegemonía mundial de EE.UU. a cualquier precio.
En 2007, el general 4 estrellas Wesley Clark dijo en una
entrevista que durante la administración de George Bush se le reveló el plan de invadir 7 países: Iraq, Siria, Líbano, Libia, Somalia y
finalmente Irán, como parte de dicha estrategia bélica a largo
plazo. Justamente los países que luego han atacado, y eso está grabado. Pues esa política imperial sigue vigente con Trump,
pero va al desastre absoluto, puesto que sólo favorece que se acelere aún más
el hecho de que China sea la próxima potencia hegemónica mundial.
En tanto en la ex URRSS, pese a su debilitada economía, dos
tercios de los rusos quiere la reelección en 2018 de un presidente que se
apresta a conmemorar con todos los fastos el centenario de la Revolución
Bolchevique, sin privarse de reivindicar con frecuencia la figura del zar Pedro
el Grande. Su éxito se basa en jugadas exteriores como Crimea, Siria y el
Rusiagate. Y en la idea de que Occidente está peor.
Los chinos, sin embargo, son los únicos que ahora mismo
tienen una política estratégica a largo plazo. De hecho, el gran proyecto de la
nueva ruta de la seda es un proyecto económico y al mismo tiempo geopolítico
elaborado desde 2013, cuando se hace público, y abarca hasta el 2049. El
gigante asiático no improvisa sobre la marcha como EE.UU.
La naturaleza de esa 4ta Guerra Mundial adquiere en nuestra
latitud un carácter desembozadamente clasista, como puede apreciarse – con
diferentes matices – en Venezuela o Brasil, con el petróleo y la Amazonia como
codiciado tesoro de los nuevos bucaneros imperiales.
DILEMAS DE CABOTAJE
Aunque hace mucho que el poder no está en
las casas de gobierno, a estas
horas el común de l@s argentin@s, bombardeado por una machacona campaña de
spots proselitistas, se aferra a la frágil expectativa de que las elecciones
parlamentarias de octubre pongan algún freno al proceso de depredación nacional
llevado a cabo por la administración Cambiemos - ariete local del poder global
descripto -, a sabiendas de que no hay ni hubo “segundo semestre” con “lluvia
de inversiones” que conduzcan hacia la pregonada meta de “pobreza cero”, y de
que los “brotes verdes” son apenas rebotes técnicos que no llegan al conjunto
de la sociedad. En dicho marco, para buena parte del electorado las
distintas variantes del peronismo parecerían seguir representando el anhelo de
lo aún no cumplido. De ahí que la
reciente diatriba gorila del presidente contra los gobernadores del PJ, tomando
como escenario a la Sociedad Rural, semeje un gol en contra para la estrategia
movimientista de su principal crédito: La gobernadora Vidal.
El desmonte global de la legislación laboral
tiene en nuestro país un dramático caso testigo en la empresa PepsiCo, violentamente desalojada
“entre gallos y medianoche” a pedido de la Justicia, para trasladarse en
procura de horizontes más rentables con todo el amparo oficial y sin tomar
recaudo alguno capaz de paliar el impacto social de la medida.
En plena transición de movimiento obrero a
movimiento de trabajadores, signada por una parálisis sin precedentes de la central
obrera - que apunta a desperezarse hacia el 22 de agosto y a reorganizarse a
partir de octubre detrás de un posible liderazgo unipersonal -, la CTEP tiene
la posibilidad de transformarse en el sindicato de los barrios.
Mientras, a significativa distancia de los mensajes
seductores y la conquista de votantes, en la degradada base de la pirámide social, a
los profesionales de la venta de paco se les van sumando gradualmente los nuevos desocupados.
LA NECESIDAD DE
SUBVERTIR UN ORDEN ATROZ
En el escenario
descripto, ninguna plataforma electoral amenaza la gobernabilidad vigente,
circunstancia que lleva al Ministerio de Seguridad a reforzar su inteligencia
sobre los reducidos sectores extra parlamentarios que avizoran una perspectiva
de crisis.
En las pocas
organizaciones sociales que no han sucumbido a la pandemia comicial siguen
fermentando sin prisa y sin pausa la autogestión,
la autodefensa, la contracultura, y el autogobierno, concibiendo lo electoral
desde una visión menos inmediatista, que ante la peor crisis de
representatividad de nuestra clase política desde 1983 se propone avanzar hacia
un frente de unidad en la lucha que impulse la convocatoria a una Asamblea Constituyente capaz de gestar
una democracia popular que reemplace al vetusto modelo delegatorio actual,
propiciando en la región una sólida Federación
de Comunas Nuestramericanas que ponga freno a la rapacidad del
individualismo capitalista.
Es tiempo pues de que
los árboles no nos tapen el bosque, y de retomar debates estratégicos. Acaso
conmemorar durante octubre en Valle Grande (Bolivia) los 50 años del Che,
esa imprescindible oveja negra de todas las revoluciones, sea ocasión propicia
para repensar el presente y futuro continental con la grandeza de miras que
tuvieron libertadores como San Martín
y Bolívar.-
JORGE FALCONE
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