La Libertad Avanza como impugnación de
lo colectivo
EL PUEBLO ARGENTINO
RATIFICA SU VOLUNTAD DE LUCHA

La militancia de nuestros
pueblos
está enfrentando ni más ni menos que a Occidente
Hace pocos días, en un conocido portal de noticias, Tomás Balmaceda, Dr. En Filosofía por la UBA, refiriéndose a la rapacidad de las nuevas oligarquías tecnofeudales, advirtió sobre la expansión del fenómeno seasteading, movimiento y práctica de construir y habitar comunidades flotantes permanentes en el mar, a menudo en aguas internacionales, con el objetivo de crear sociedades autónomas fuera de la jurisdicción de las naciones existentes, explorando nuevas formas de gobierno y vida social, combinando elementos de ciencia ficción, tecnología marítima y filosofía libertariana, que se inspira en la idea de la "frontera" en el océano, usando estructuras como barcos, plataformas petroleras o islas artificiales para experimentar una gobernanza y una acumulación económica exentas de normativas constitucionales y gravámenes.
Su intervención tuvo lugar casi en simultáneo con la operación militar estadounidense que culminó con la vergonzosa incautación del petrolero venezolano Skipper frente a las costas de aquel país caribeño. La embarcación, cargada con casi dos millones de barriles de crudo venezolano y registrada a nombre de la firma Triton Navigation Corp. en las Islas Marshall, representaba un engranaje central en la red de cooperación energética y financiera entre el gobierno bolivariano y el de Cuba.
Lo uno y lo otro demuestran que tanto los poderes supraestatales como los Estados opresores confirman la afirmación de la inolvidable María Elena Walsh en su canción “Los Ejecutivos”: “El mundo nunca ha sido para todo el mundo”.
Nuestro país, por ejemplo, es del 1% dominante, entre otros, de Paolo Roca (U$$ 9.700 millones), Alejandro Bulgheroni (U$$ 7.300 millones), Luis Pérez Companc y hermanas (U$$ 3.900 millones), Eduardo Eurnekian (U$$ 2.700 millones), Alberto Roemmers (U$$ 1.800 millones), Marcos Galperin (U$$ 1.600 millones), Federico Braun (U$$ 1.300 millones), Alfredo Coto (U$$ 1.100 millones), Héctor Magnetto (U$$ 1.000 millones), y la familia Macri (U$$$ 1.000 millones): Aquí están, estos son, los dueños de la Nación…
Y, si de oro negro se trata, cabe destacar que Javier Gerardo Milei es uno de los máximos responsables, aunque no el único, de la crisis productiva, laboral y de ingresos por la que atraviesan Comodoro Rivadavia, Chubut y el conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge. Sus decisiones políticas y empresariales borraron de un plumazo 118 años de historia desde aquel descubrimiento del petróleo el 13 de diciembre de 1907. Lo de esta YPF nada tiene que ver con el desarrollo nacional y la soberanía energética. Si el Gral. Mosconi se levantara de la tumba lo mandaría a correr por la Marina de Guerra a culatazos como se estilaba, represivamente, con los obreros petroleros que protestaban a principios del siglo pasado. Lo sucedido con la petrolera de bandera en los últimos dos años ameritaría un juicio político al presidente, al CEO Horacio Marín y a todo el Directorio que conduce dicha factoría libertariana con mayoría accionaria estatal. La voracidad por obtener ganancias con una empresa del Estado, la insistencia por desarrollar los hidrocarburos no convencionales y la alocada ambición de acumular dólares para hacer funcionar una economía deprimida y extranjerizada tiene y tendrá consecuencias nefastas para una región petrolera que supo aportar mucho al conjunto del país. Saquearon, con la lógica del mercado, el presente y el futuro de la Cuenca del Golfo San Jorge. Los padecimientos son de los pueblos patagónicos diezmados, incluyendo un pasivo ambiental centenario.
A todo esto, como se sabe, los vencimiento de deuda que enfrentará Javier Milei en lo que resta de su mandato son muy desafiantes y explican la renovada presión del FMI y los bancos acreedores para que acumule reservas, lo cual acaba de cristalizarse mediante un forzado giro del plan económico.
El último informe de coyuntura del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, dependiente de la Central de Trabajadores y trabajadoras de la Argentina, describe con precisión ese volantazo central en la política económica del mandatario anarcocapitalista: el paso de una desdolarización forzosa inicial hacia un nuevo ciclo de endeudamiento.
Ese proceso de desdolarización involuntaria de arranque no respondió a una decisión soberana, sino a una imposibilidad estructural de financiamiento externo, en una economía "atravesada por la irresuelta crisis de deuda que le pone límites estrechos a la recuperación de la actividad y a la propia sostenibilidad del régimen económico que instauró el gobierno de Milei", describen los investigadores.
Pero el cuadro cambió cuando "con el salvataje del FMI y los organismos internacionales de crédito se registró un importante ascenso de la deuda externa pública de 20.860 millones en el segundo trimestre, hasta alcanzar su récord de 197.499 millones de dólares", afirma CIFRA. "Con dos agravantes decisivos", advierte el informe, "casi la mitad está en manos de organismos internacionales de crédito y es una deuda de muy corto plazo".
Así, mientras los focos se centraban en el resultado de la licitación del bono en dólares y el regreso de Argentina al mercado de deuda, empresas y provincias colocaron U$$ 7.002 millones en el exterior desde las elecciones legislativas. El triunfo del oficialismo propició una significativa baja del riesgo país que mejoró las condiciones financieras y posibilitó la emisión de títulos corporativos y subsoberanos.
Compañías como la mencionada YPF, Pampa Energía, Vista Energy y Edenor emitieron Obligaciones Negociables (OB) por entre U$$ 201 millones y U$$ 1.300 millones a tasas anuales que oscilaron entre 7,62% y 10,37%. Las primeras emisiones tuvieron lugar en los dos últimos días de octubre y la posterior reducción de la prima de riesgo aceleraron el proceso en noviembre y principios de diciembre.
De este modo, las perniciosas consecuencias del modelo no dejan lugar a duda a lo largo y ancho del territorio nacional.
Desde la derrota, entre los años 70 y 80, del proyecto revolucionario en todo el mundo denominado no alineado, y la implosión del socialismo real, con el único interinato humanista del papado de Francisco - y fundamentalmente durante y a posteriori de la pandemia global -, el poder económico mundial ha devenido en un enemigo titánico de los pueblos, aunque no por ello sin fisuras.
Al punto de que - acaso por vez primera con inédita nitidez - en Nuestra América en general y en Argentina en particular, traicionados por direcciones que defeccionaron o no interpretan cabalmente los paradigmas del Siglo XXI (a nivel cognitivo, por ejemplo, el tránsito de un pensamiento arbóreo a otro rizomático y contemporáneo de las redes sociales), la masa popular orgánica y, por ende, más consciente del presente que afrontamos, está librando una batalla sin cuartel contra el proyecto hemisférico de un Occidente en descomposición.
El credo reaccionario de que nadie se salva en grupo
Como es público y notorio, la ola neoconservadora que recorre el mundo continúa haciendo base en la región. De hecho, merced a los buenos oficios de un lobo con piel de cordero como Gabriel Boric, Chile conserva la Constitución pinochetista y ahora tiene un Presidente, hijo de un miembro del partido nazi. En efecto, el ganador de las elecciones José Antonio Kast, en 1988, siendo estudiante, hacía furibunda campaña para que Pinochet continuara en el poder, y hoy promete ir contra los migrantes venezolanos, en consonancia con la extrema derecha de la golpista María Corina Machado, cuyo Premio Nobel de la Paz viene cuestionando enfáticamente el conocido activista australiano Julian Assange.
Aquí, el ex panelista televisivo que hoy ejerce el gobierno de la República Argentina, bulineado por infinidad de memes pero empeñado en posicionarse como la última esperanza blanca de los dueños del mundo, con la insoslayable contribución de una clase política que desde la recuperación del orden constitucional renunció sistemáticamente a aplicar transformaciones de fondo sobre la matriz productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión que aún rige en nuestro país, interpretó con imprevisible lucidez el proceso de individuación radical protagonizado por una amplia franja generacional de varones comprendidos entre los 16 y los 28 años durante el confinamiento sanitario, circunstancia en la que el poder económico global se concentró de una manera sin precedentes. Esa fue su tabla para surfear sobre el humor social y construir el único partido nacional sin antecedentes políticos, tanto como las mayorías parlamentarias que está logrando, mientras una oposición sin mística ni liderazgo le despeja el terreno para convertir al ex “granero del mundo” en una maquila del Norte Global.
De ahí que resulte tan auspicioso que el oficialismo no haya logrado derogar - al menos hasta su nuevo tratamiento durante el año entrante - las leyes de Financiamiento Universitario y de Emergencia en Discapacidad.
No obstante, la ofensiva estratégica que La Libertad Avanza lleva a cabo contra nuestro pueblo consta de un mecanismo de pinzas que se vale principalmente de la Ley de “Modernización” Laboral en debate (herramienta destinada a quebrarle el espinazo a una clase trabajadora de tradición rebelde), cuyo tratamiento ha sido postergado hasta febrero, y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (estatuto colonial que pone a disposición del imperialismo nuestros bienes comunes más preciados y de mayor demanda global)
Es precisamente por eso que la dilación en articular la lucha socio sindical que toma cuerpo preponderantemente en el AMBA con la lucha ambiental que recrudece en la Argentina Profunda (Mendoza, Jujuy, Catamarca) hoy revista un carácter lisa y llanamente suicida para la defensa de los intereses nacionales.
Tan es así que, a 100 días del acampe en Pilar a cargo de los 300 despedidos sin indemnización de ILVA (y solo es uno entre cientos de ejemplos), y poco antes de la marcha de la CGT contra la reforma laboral que impulsa el Gobierno, atacaron la sede del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio (Seivara) y destrozaron la oficina de Cristian Jerónimo, titular del gremio y uno de los secretarios generales de la central obrera. El episodio ocurrió de madrugada en la sede ubicada en la avenida Juan de Garay al 370, en el barrio porteño de San Telmo. Por el momento, la policía logró establecer que un grupo de personas ingresó al establecimiento a través de la terraza de un edificio lindero. Una vez adentro, destrozaron las cámaras de seguridad y se metieron en las distintas oficinas. Rompieron carpetas, cuadros, computadoras y hasta paredes. Además, revolvieron todo el lugar y dejaron el espacio totalmente desordenado.
La medida federal de protesta implementada por la central obrera a continuación, más próxima al gesto de “agarráme que lo mato”, que a “tirar toda la carne al asador”, incluyó de parte de su orador, el co Secretario General Jorge Sola, una disculpa a las Madres de Plaza de Mayo - algunas de las cuales estuvieron en el palco oficial - “por haber ocupado su plaza un jueves para un reclamo justo”, la enfática afirmación de que “no hay libertad sin Justicia Social”, y una fuerte apelación a incentivar la imaginación política para salir del atolladero en que se encuentra el país, sin descartar la posibilidad de llamar a un Paro Nacional si el gobierno desoye el reclamo de lxs trabajadorxs.
Por su parte, el sindicalismo combativo (Sutna, Suteba Tigre, Garrahan, la gráfica recuperada MadyGraf, los trabajadores de GPS-Aerolíneas Argentinas) y la izquierda concurrieron con una columna y un pronunciamiento propios, exigiendo a la CGT convocar de inmediato a un paro nacional activo y rodear el Congreso de la Nación cuando vuelva a tratarse la Reforma Laboral.
Reforzando la necesidad de confluencia entre
lucha obrera y socioambiental señalada algunos párrafos antes, mientras se producían manifestaciones
pacíficas en varias localidades mendocinas, en la capital de esa provincia la
policía de Cornejo salió a cazar
manifestantes, reprimiendo con palos, balas de goma y detuvo a unas 8 personas. Desde las Asambleas
Mendocinas por el Agua Pura (AMPAP), manifestaron su más enérgico y absoluto repudio a la violenta
represión perpetrada a través de la fuerza policial contra ciudadanos/as que se
manifestaban de forma pacífica frente a las instalaciones del Canal 9
provincial. Las personas agredidas
estaban haciendo uso de su legítimo y constitucional Derecho a la Protesta y a
la Libre Expresión. La intervención policial se tradujo en agresión física,
lesiones y encarcelamiento de manifestantes, lo que constituye un grave atropello
a las libertades democráticas y los derechos humanos. La militancia
movilizada en la ocasión exigió la inmediata liberación
de todos los detenidos, así como que el Gobierno
asegure sin dilaciones su integridad física y psíquica, proporcionándoles las
garantías procesales y los derechos inalienables que asisten a todo ciudadano
en un Estado de Derecho, enarbolando la consigna “¡El agua de Mendoza no se
negocia!”.
De este modo,
ratificando el planteo de Pilar Calveiro,
politóloga argentina residente en Méjico, el modelo encarado por la
ultraderecha argenta, profundiza la tesitura de sus más crueles experiencias
precedentes, transitando “del matar al dejar morir”.
Inventar nuevas insurgencias
Parece oportuno señalar que en el mes en curso se conmemoran dos acontecimientos sumamente significativos del acontecer nacional, como lo han sido el 16 de diciembre de 1982 y el 19 y 20 de diciembre de 2001, el primero de los cuales está menos presente que el segundo en la memoria de lxs argentinos.
Sin embargo, en ese primer caso, al cabo de 7 años de dictadura oligárquico - militar genocida, alrededor de 150.000 compatriotas se dieron cita en Plaza de Mayo convocados por la Comisión Multipartidaria tras la consigna “Luche y se van”, con la significativa participación del peronismo revolucionario, que se movilizó junto con las regionales de la CGT. Dicho acontecimiento, que marcó el hito más significativo de la época en cuanto a la pérdida de temor al gobierno de facto, no tuvo un objetivo que fuera más allá más de su desalojo, con la consiguiente recuperación del orden constitucional. Acaso ese límite se puso de manifiesto en un par de escenas dignas de señalamiento: La protagonizada por dos asistentes que utilizando una valla como ariete intentaron sin suerte tumbar a golpes las puertas de la Casa Rosada, y la que costó la vida al obrero de la construcción Dalmiro Flores, ejecutado a mansalva e impunemente frente al Cabildo porteño por uno de los tantos Grupos de Tareas que durante un tiempo considerable habrían de contribuir a tutelar la democracia de baja intensidad por venir.
El segundo caso remite al denominado Argentinazo que tuvo lugar finalizando el primer año de este siglo, acontecimiento al que numerosos investigadores bajan el precio sosteniendo que su epicentro habría sido fundamentalmente porteño. Sin embargo, y sin entrar a hilar fino acerca de su alcance federal (del que hechos como el fusilamiento sumario del activista social rosarino “Pochito” Lepratti dan cuenta), nadie en su sano juicio puede negar que fue el último acontecimiento insurgente contemporáneo protagonizado por nuestro pueblo, ni que propició un ensayo de democracia directa de carácter plebeyo que dejaría en vastos sectores de la militancia el saldo de una nueva subjetividad altamente vigente como caja de herramientas para construir un futuro más próspero.
Si aquel hito fue mayormente caracterizado como explosión social (interpelación radical del neoliberalismo imperante e intento de construcción de un contrapoder desde abajo), hoy muchos analistas caracterizan nuestro presente como de implosión (depresión colectiva, recrudecimiento de enfermedades erradicadas, incremento de la violencia doméstica, enfrentamiento de pobres contra pobres, en fin, ¿de qué otro modo podría explicarse el suicidio en la Residencia Presidencial de Olivos del soldado de 21 años abrumado por una deuda de tan solo 1.800.000$?), producto de una sociedad altamente informalizada e individualizada, que la nueva derecha leyó y supo afrontar antes y mejor que las izquierdas.
En honor a la verdad, aquí no corresponde pasar por alto que uno de los servicios que el peronismo ha prestado al sistema, tanto en 1945 como en 2003 - sin desvalorizar las numerosas reformas progresivas que produjo -, ha sido evitar su transformación, canalizando toda revuelta potencial hacia la institucionalización del país.
Es más, mucho se conjetura en torno al post mileísmo, y si se analiza la composición mixta entre desencantados de Unión por la Patria y de La Libertad Avanza que nutre las filas del espacio bautizado como Fuerza Argentina, dispuesto a llevar a la Presidencia en 2027 al multimillonario showman evangélico Dante Guebel, residente en el Gran País del Norte, podría considerarse que el libertarianismo está haciendo metástasis en el movimiento fundado por Juan y Eva Perón.
En conclusión, aunque a principios de este siglo la clase política conservara algunos cartuchos por gastar, que en adelante fomentarían un devenir gestionario y estatalista tanto en algunos movimientos sociales como en organismos de DHH, con sus respectivas fracturas, cualquier activista que hoy mantenga inserción en nuestras barriadas puede confirmar que en esa base de la pirámide social aún persiste un capital de valores solidarios que permite imaginarlo como materia prima germinal de la futura contraofensiva capaz de ofrecerle al campo popular la renovada dirigencia que merece para librar airosamente las batallas que urge dar.-
JORGE
FALCONE
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