domingo, 19 de enero de 2020


ARGENTINA EN MEDIO DE UNA NUEVA GUERRA FRÍA
EL IMPERIO MARCA LA CANCHA…
PERO NOSOTROS ELEGIMOS A LOS JUGADORES














EL SISTEMA-MUNDO INAUGURA SU TEMPORADA VERANIEGA 2020

“La Historia es ciertamente maestra de vida, pero tiene muy pocos alumnos”.

Papa Francisco,
parafraseando al historiador jesuita Giacomo Martina.


Si bien la implosión del Estado socialista más grande del planeta marcó en 1991 el fin de la Guerra Fría, en el contexto de la transición hegemónica que se vive  actualmente ya se habla de su reedición con otros protagonistas. Y dado que los nuevos contendientes - muy a pesar del convenio comercial que acaban de firmar - también se aprestan a disputar nuestro continente, cabe dimensionar el alcance de que el segundo día del año en curso Estados Unidos lanzara una fuerte advertencia a la Argentina debido a la supuesta proximidad que mantendría la política internacional de Alberto Fernández con “sus aliados de izquierda”, según recogió el medio especializado Bloomberg. La prestigiosa cadena financiera, consignó que un funcionario de Donald Trump aseguró que el asilo político a Evo Morales y la  condescendencia con el régimen de Nicolás Maduro "cruzaron una línea roja" que "podría costarle a la Argentina el apoyo del FMI y también de los fondos de inversión que fondean los campos de shale de Vaca Muerta." Si sumamos a ese dato la osadía del presidente norteamericano - amenazado en su frente interno por un posible impeachment - al ordenar a espaldas de su Congreso la ejecución de una leyenda viviente del régimen iraní,  desatando así la respectiva contraofensiva misilística de la nación agredida, concluiremos que la decisión de poner todas las cartas sobre la mesa está tomada, y ahora le toca irse posicionando a los países desavisados de semejante iniciativa, de los cuales el nuestro es uno: Hoy por hoy el FMI es el principal acreedor de la Argentina debido al salvataje que brindó al gobierno de Mauricio Macri por 56.000 millones de dólares. El grueso de la deuda emitida entonces se produjo - además -  bajo Ley Nueva York. Pocxs compatriotas ignoran el nivel de condicionamiento que aquel empréstito nos impone, pero estos temerarios movimientos ponen palmariamente en evidencia el grillete con que deberá lidiar la administración local.

Frente al panorama descripto, podría decirse que 2020 comenzó temprano, ya que en el mismo período del año en que en 2015 tuviera lugar la muerte del controvertido fiscal Alberto Nisman, durante el corriente se produjo el movimiento mediático y militar de algunas piezas importantísimas en el ajedrez global, lo que por ahora denominaremos Operación Soleimanetflix.

A criterio de este cronista, oportunamente el entonces presidente Carlos Menem - con el cadáver aún tibio de su hijo sobre la mesa de negociaciones - acordó con  Israel que la responsabilidad de los atentados cometidos en nuestro país contra la sede diplomática de aquel (1992) y contra la mutual AMIA (1994) correspondía al régimen iraní.

Tiempo después, el suicidado agente pro norteamericano Nisman, cebado por  jugosos depósitos de dólares en sus cuentas bancarias, se alineó con la estrategia en curso del Norte Global.

Despuntando el año en curso, prácticamente en forma sincronizada, la popular plataforma de streaming identificada con la “ene” estrenó una miniserie docu-ficcional dedicada al “walking dead de los magistrados”, a la vez que - para ordenar el damero mundial a su arbitrio, y como ya se ha mencionado -  el primer mandatario estadounidense ordenó ejecutar a quien buena parte de Medio Oriente consideraba el “Che Guevara musulmán”, so pretexto de que este tramaba volar la embajada norteamericana en Bagdad… propósito que acaba de ser desmentido por el propio Pentágono.

A la hora de barajar hipótesis sobre hechos de alta densidad política, un antiguo presupuesto de dicha ciencia recomienda reparar en los intereses a los que favorecen tales acontecimientos. Tiene la palabra la desprevenida Cancillería Nacional, y no precisamente para enredarse en el falso dilema homicidio o suicidio del fiscal especial de la Causa AMIA, sino para asumir una clara postura de autodeterminación frente a las presiones del Imperio.


VACACIONES DIFÍCILES EN LAS PLAYAS DEL SUR

“Argentina verá de qué lado se acomoda,
si del de los pueblos o del de los arrastrados ante el Imperio”.

Diosdado Cabello
Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente
de la República Bolivariana de Venezuela


Dado que quien escribe estas líneas acostumbra a pensar en imágenes, propondrá a continuación reparar en una sumamente elocuente. Culminaba el año que se fue cuando a este cronista le tocó en suerte hacer tiempo entre un compromiso académico y otro militante. Más precisamente, corría el 19 de diciembre, un aniversario más del Argentinazo de 2001, y - como entonces - hacía un calor agobiante. El recurso habitual de entretenerse acudiendo a la sala de cine más económica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no surtió efecto en dicha oportunidad, ya que el legendario Gaumont, último refugio de la copiosa producción nacional independiente, - como viene sucediendo con tales temperaturas - padecía un corte de energía eléctrica. La alternativa escogida ante tal circunstancia fue hacer escala en pizzería de Plaza Congreso para estirar un par de horas disponiendo de aire acondicionado. En el edificio lindero, un recoleto grupo de personas trajeadas asistía al sepelio de un diplomático de carrera, copartidario del aquel presidente que huyó en helicóptero durante las jornadas que consagraron la consigna “Que se vayan todos”: El dirigente radical Leandro Despouy, que durante 14 años tuviera a su cargo la Auditoría General de la Nación.

Simultáneamente, frente al refugio escogido comenzó a concentrarse una multitud de activistas de Barrios de Pie y la CCC autoconvocadxs para apoyar a los diputados del Frente de Todos durante el tratamiento de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en la Emergencia Económica. Mientras se negociaba para lograr quórum y sortear los obstáculos para su sanción, la diputada Lilita Carrió ostentaba impunemente su modorra, y Patricia Bullrich agitaba las aguas pidiendo "devolver una por una las catorce toneladas de piedras que nos tiraron a nosotros". 

Cumplido el plazo de la espera consignada, este cronista se abrió paso dificultosamente entre la abigarrada multitud de desheredadxs, seguramente provenientes de los confines del conurbano bonaerense, y en tal menester detectó a un puñadito de niñxs rodeando con enorme expectativa uno de esos containers de plástico verde aceitunado utilizados para acumular residuos. Al cabo de un instante, sobre el fondo del Parlamento Nacional se recortó la figura del posible padre de algunx de ellxs, emergiendo alborozado de dicha tolva para repartir el almuerzo esmeradamente seleccionado para esas criaturas.

Puede ser que dicha escena resuma en buena medida el punto de partida del que debería arrancar la reconstrucción de esta Argentina sistemáticamente depredada por políticas canallas y políticos rentistas, que desde hace tiempo no dan una vuelta manzana lejos de sus escaños, para asomarse a una realidad que sigue reclamando el cumplimiento de la función que se les ha encomendado.

Hasta ahí la misión del Palacio. ¿Cuál entonces la de la calle? Todo parece indicar que la disyuntiva que se presenta a las numerosas organizaciones sociales integradas al Estado es, paralelamente al ejercicio de la gestión, la de seguir ocupando el espacio público tanto para apoyar masivamente las medidas oficiales de carácter progresivo como para señalar los desatinos… o bien mirar hacia otro lado, pasando por alto las claudicaciones (como la errática política regional que tanto impugna a la renovada Asamblea Nacional venezolana como desconoce a la representante del presidente títere Juan Guaidó, el congelamiento de las retenciones a las patronales agrarias, la mora en una reparación para las jubilaciones,  las rebajas en el anunciado paquete impositivo bonaerense, y el desentendimiento respecto a la prisión de luchadores sociales como Luis D’Elía o Milagro Sala) a cambio de prebendas destinadas a la contención del posible descontento social.

Porque, como sostuviera el Comandante Americano, “si no se es parte de la solución, se es parte del problema”.-

                             
JORGE FALCONE

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