SI FESTEJAN LOS DE ARRIBA,
NOS QUEDA SEGUIR LUCHANDO
“El
capital sólo sabe desarrollar la producción
socavando
las dos fuentes fundamentales de riqueza: El trabajo y la tierra”.
Karl Marx
Como el
hígado de Prometeo, Nuestra América siempre renace
Hace algunos años, un insigne nostramericano
como el líder campesino peruano Hugo
Blanco manifestaba autocríticamente “Antes,
desde el marxismo y el trotskismo, luchábamos por una sociedad igualitaria.
Pero ahora he cambiado. Ya no creo que sea la clase obrera la única sepulturera
del capitalismo, tal como decía Marx. Ahora está en juego la salvación de la
especie humana. Porque si no derrotamos al sistema capitalista, nos van a matar
a todos, incluidos los capitalistas”.
Respetuosamente, consideramos que a la fecha
esa visión merecería ser actualizada, ya que es de dominio público que los
propietarios de las grandes fortunas mundiales vienen invirtiendo sumas
inimaginables para explorar nuevos horizontes de nuestro sistema solar a los
efectos de emigrar a colonizarlos con la misma lógica capitalista con que están
destruyendo a la Madre Tierra.
En buen cristiano, como lo aventura el filme “Elysium”
del realizador sudafricano Neill
Blomkamp, los ricos de toda riqueza ignoran el Protocolo de Kyoto y otros
acuerdos de protección ambiental porque, si su voracidad económica nos conduce
a un colapso global, ellos no estarán aquí para padecer sus consecuencias. Esa
debe ser la medida de todo recaudo que tomen los pueblos.
Herida de muerte la globalización a partir de
la crisis financiera de 2008, el sistema - mundo actual se rige por una suerte
de trilateralismo integrado por las principales potencias.
Si bien continúa la disputa comercial entre
China y EEUU, nadie niega la supremacía militar de este último ni su capacidad
de trasladarse a cualquier punto del globo cumpliendo con su rol de gendarme
planetario, posibilidad con la que el gigante asiático aún no cuenta.
La Federación Rusa, por su parte, ha avanzado
bastante en materia de desarrollo misilístico, de modo que si bien estaría
lejos de ganar una contienda militar de carácter global, cuenta con poder
suficiente como para disuadir al enemigo en vista de las pérdidas económicas
que supondría embarcarse en semejante aventura.
Pero a estas horas el principal desvelo del Presidente Trump son los cuatro puntos
con que lo aventaja en las encuestas el candidato demócrata Joe Biden. No obstante, si de aquí a
noviembre no se revirtiera tal tendencia, y el potentado del ridículo jopo
sucumbiera ante el influjo de una alarmante emergencia sanitaria que no supo
conjurar, sumada a la ola de protestas que levantó el asesinato impune del
ciudadano afrodescendiente George Floyd,
el statu quo vigente no cambiaría
sustancialmente para lxs americanxs del Sur, ya que mucha agua ha pasado bajo
el puente para seguir idealizando al bipartidismo yanqui como una puja entre
malos y buenos. Pese a que la mitología cultivada por el Gran País del Norte
canoniza la imagen de John F. Kennedy
como adalid de la humanidad, ya se han desclasificado sobradamente sus vínculos
con la mafia y son de dominio público tanto los propósitos colonialistas de su
Alianza para el Progreso como su política de hostigamiento a la Cuba
revolucionaria. Sin ir más lejos, el principal referente de la oposición ya ha
manifestado que continuará enarbolando el lema “Primero EEUU”.
Un eventual revés para Jair Bolsonaro, el alfil norteamericano en el Cono Sur, tampoco
modificaría sobremanera la hegemonía regional de Brasil, que acaba de recibir
un préstamo de la banca estadounidense por 90.000 millones de Dls. destinados a
gastos de Defensa. No pocos analistas - contestes de que el objetivo yanqui en
la región es Venezuela - consideran que
la influencia del gigante sudamericano fue fundamental para que los países
alineados en el BRICS apoyaran el golpe fascista de Jeanine Áñez en Bolivia, que a estas horas se ve convulsionada por
un centenar de bloqueos a cargo de la COB y el Pacto de Unidad en las
principales carreteras del país, exigiendo el cumplimiento del cronograma
electoral previsto.
En tanto el Presidente Piñera continúa jaqueado por una revuelta que, desde el
pasado mes de octubre, no ha podido disolver ni la saña de los carabineros ni
la expansión sin freno del coronavirus.
Hoy la cotidianeidad del país andino se ve signada por continuos cacerolazos,
barricadas y proyectorazos contra el régimen, a lo que se suma la prolongada
huelga de hambre del rigoreado pueblo mapuche.
Aún
estamos a tiempo de que el Titanic esquive el iceberg
A todo esto, Argentina aparece bastante sola
en el panorama continental. Su presidente, alineado con el Grupo Puebla,
manifestó en reciente intercambio con Lula
Da Silva que los únicos mandatarios latinoamericanos que desean cambiar el
mundo actualmente son Andrés Manuel
López Obrador y él, afirmación difícil de sostener tras la última y penosa
visita del presidente azteca a Washington.
Por otra parte, el Primer Mandatario declaró
ante el Financial Times que no es partidario de planificar, pese a que conduce
el país en nombre de un movimiento que durante sus primeros diez años de
existencia puso en práctica dos Planes Quinquenales.
Mientras, el último día del mes de julio la
cancillería recibió a una representación de la Unión de Trabajadores de la Tierra,
organización de pequeños y medianos productores rurales que protestaba a las
puertas de dicha dependencia contra la decisión oficial de criar millones de
porcinos en condiciones extremas de hacinamiento para exportarlos a China,
recibiendo como respuesta que no habría contramarchas al respecto, y que “el país en las
circunstancias que afronta necesita inversiones como esta que redundará en
miles de millones de dólares”. Acaso dicha escena condense como pocas
el límite de lo que puede esperarse del gobierno argentino a escasos 8 meses de
haber asumido: Apelando al más mediocre de los pragmatismos ratifica la
continuidad de la funesta matriz productiva agroexportadora y extractivista de
acumulación por desposesión. Y a la vez que en referencia a la emergencia
sanitaria dice defender “la vida en vez de la economía”, a la hora de hacer
negocios muestra su verdadero rostro, prioritando acríticamente los dólares por
sobre el riesgo de fomentar nuevas pandemias.
En tanto, las fuerzas
represivas continúan usufructuando la cuarentena para criminalizar la protesta
social y conculcar con el máximo rigor el derecho a ejercer reclamos justos,
como quedó de manifiesto durante la movilización que a 3 años del asesinato de Santiago Maldonado exigió pacíficamente
su esclarecimiento recibiendo como respuesta el garroteo y la cárcel de varixs
participantes.
El gobierno acaba de
anunciar que alcanzó un acuerdo con los principales grupos de bonistas cuya
jurisdicción es Nueva York, y que extenderá hasta el 24 del corriente el plazo
de adhesión al canje. Los bonos que los acreedores estaban reclamando cobrar a
55 Ctvs. dólar, y que el gobierno nacional comenzó ofreciendo pagar a 39,
finalmente cerraron cotizando 54,8. El Ministro
Guzmán anticipó que junto con esta operación encarará otra con el FMI para
renegociar unos US$ 44.000 millones que el país le adeuda al organismo, a los
que se suman unos US$ 2.100 millones de deuda con el Club de París. Si bien
Argentina logró comprar tiempo en
los próximos 5 años e imponer la curva aplanada de vencimientos - que era el
plato fuerte de la oferta original -, no cabe duda de que, en un contexto
favorable a la moratoria global de la deuda de los países periféricos, contra
buena parte de lo reclamado por la militancia, el temperamento del gobierno
argentino sigue siendo el de pagar a libro cerrado una deuda odiosa, ilegítima
y centenaria. Consultado sobre el particular por Canal Abierto, el especialista
Alejandro Olmos Gaona manifestó: “Personalmente, no
soy optimista. Mucho menos cuando veo el crecimiento que tienen en este momento
los bonos, la caída del riesgo país y la celebración de los bancos y grandes
empresas. Aunque parezca una simpleza, cuando ellos festejan, Argentina siempre
pierde”.
Cuando los indicadores
macroeconómicos exhiben 18 puntos de déficit fiscal, UIA y CGT se reúnen sin
representantes oficiales para pergeñar un Plan B ante un eventual revés de la
gestión del Frente de Todxs. En tal caso, ¿quién piloteará esa nave? ¿La dupla Massa - Redrado o acaso el mismo Alberto? Tal vez aún sea temprano para
averiguarlo.
Por lo pronto, ante el
riesgo cierto de dilapidar otra oportunidad histórica, el silencio del
Instituto Patria y sus organizaciones afines resulta atronador.
Desde que se declaró la
emergencia sanitaria, las organizaciones sociales más consecuentes con la
suerte de sus representados han formulado numerosas propuestas hasta ahora
desoídas por un presidente que en su discurso de asunción solicitó que en caso
de desviarse del compromiso asumido con su electorado la sociedad se lo hiciera
notar.
Muchos de esos aportes
conservan plena vigencia:
· Diferenciar la naturaleza y magnitud de empresas o actividades
económicas (de la economía social, recuperadas, cooperativas, familiares,
pymes, medianas y grandes, monopólicas o no, nacionales o trasnacionales) a las
que hay que respaldar con políticas públicas urgentes.
· Privilegiar a las primeras mediante fomentos y promociones
(fideicomisos) que les faciliten sortear esta situación.
· En cuanto a las medianas y grandes, fundamentalmente aquellas vinculadas
a cuestiones estratégicas, impulsar acciones que permitan que la participación
estatal en las mismas no se agote con estas “ayudas” a los empresarios que
chantajean, conspiran, y desestabilizan nuestra economía, sino que constituya
una presencia permanente en la dirección de las mismas a través de algún
organismo específico del Estado.
· Para el último caso, habilitar la presencia en la dirección de esas
empresas de delegadxs de lxs trabajadorxs de cada una de ellas, elegidxs
democráticamente en cada centro de trabajo.
Como reza un viejo dicho popular, “no
hay peor sordo que el que no quiere oír”.
Ante el panorama descripto
hasta aquí, ya que el hambre y el frío no tienen paciencia, continúan las tomas
de terrenos, de las cuales la de Villa Numancia - en la localidad de Guernica,
Partido de Presidente Perón, Provincia de Buenos Aires - acaso sea la más
numerosa, con alrededor de 2000 familias (unas 4000 personas) distribuidas en
alrededor de 100 hectáreas. Entre lxs tantxs precarizados acogidxs al Ingreso
Familiar de Emergencia, madres solas, y niños durmiendo bajo la más impiadosa intemperie,
a la fecha hay 540 personas que cargan causas penales, pese a que el juez
interviniente decidió a fin del mes pasado no innovar por 30 días. En un
contexto de absoluta carencia de servicios, esxs compatriotas privadxs de techo
bajo el que guarecerse aguantan los rigores del invierno convencidos de dos
cosas. De que ese predio no cuenta con títulos de propiedad sino con endebles
cesiones de terreno, y de que “sólo el pueblo salvará al pueblo”.-
JORGE FALCONE
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