miércoles, 5 de agosto de 2020


SI FESTEJAN LOS DE ARRIBA,
NOS QUEDA SEGUIR LUCHANDO


















“El capital sólo sabe desarrollar la producción
socavando las dos fuentes fundamentales de riqueza: El trabajo y la tierra”.

Karl Marx


Como el hígado de Prometeo, Nuestra América siempre renace

Hace algunos años, un insigne nostramericano como el líder campesino peruano Hugo Blanco manifestaba autocríticamente “Antes, desde el marxismo y el trotskismo, luchábamos por una sociedad igualitaria. Pero ahora he cambiado. Ya no creo que sea la clase obrera la única sepulturera del capitalismo, tal como decía Marx. Ahora está en juego la salvación de la especie humana. Porque si no derrotamos al sistema capitalista, nos van a matar a todos, incluidos los capitalistas”.

Respetuosamente, consideramos que a la fecha esa visión merecería ser actualizada, ya que es de dominio público que los propietarios de las grandes fortunas mundiales vienen invirtiendo sumas inimaginables para explorar nuevos horizontes de nuestro sistema solar a los efectos de emigrar a colonizarlos con la misma lógica capitalista con que están destruyendo a la Madre Tierra.

En buen cristiano, como lo aventura el filme “Elysium” del realizador sudafricano Neill Blomkamp, los ricos de toda riqueza ignoran el Protocolo de Kyoto y otros acuerdos de protección ambiental porque, si su voracidad económica nos conduce a un colapso global, ellos no estarán aquí para padecer sus consecuencias. Esa debe ser la medida de todo recaudo que tomen los pueblos.

Herida de muerte la globalización a partir de la crisis financiera de 2008, el sistema - mundo actual se rige por una suerte de trilateralismo integrado por las principales potencias.

Si bien continúa la disputa comercial entre China y EEUU, nadie niega la supremacía militar de este último ni su capacidad de trasladarse a cualquier punto del globo cumpliendo con su rol de gendarme planetario, posibilidad con la que el gigante asiático aún no cuenta.

La Federación Rusa, por su parte, ha avanzado bastante en materia de desarrollo misilístico, de modo que si bien estaría lejos de ganar una contienda militar de carácter global, cuenta con poder suficiente como para disuadir al enemigo en vista de las pérdidas económicas que supondría embarcarse en semejante aventura.

Pero a estas horas el principal desvelo del Presidente Trump son los cuatro puntos con que lo aventaja en las encuestas el candidato demócrata Joe Biden. No obstante, si de aquí a noviembre no se revirtiera tal tendencia, y el potentado del ridículo jopo sucumbiera ante el influjo de una alarmante emergencia sanitaria que no supo conjurar, sumada a la ola de protestas que levantó el asesinato impune del ciudadano afrodescendiente George Floyd, el statu quo vigente no cambiaría sustancialmente para lxs americanxs del Sur, ya que mucha agua ha pasado bajo el puente para seguir idealizando al bipartidismo yanqui como una puja entre malos y buenos. Pese a que la mitología cultivada por el Gran País del Norte canoniza la imagen de John F. Kennedy como adalid de la humanidad, ya se han desclasificado sobradamente sus vínculos con la mafia y son de dominio público tanto los propósitos colonialistas de su Alianza para el Progreso como su política de hostigamiento a la Cuba revolucionaria. Sin ir más lejos, el principal referente de la oposición ya ha manifestado que continuará enarbolando el lema “Primero EEUU”.

Un eventual revés para Jair Bolsonaro, el alfil norteamericano en el Cono Sur, tampoco modificaría sobremanera la hegemonía regional de Brasil, que acaba de recibir un préstamo de la banca estadounidense por 90.000 millones de Dls. destinados a gastos de Defensa. No pocos analistas - contestes de que el objetivo yanqui en la región es Venezuela -  consideran que la influencia del gigante sudamericano fue fundamental para que los países alineados en el BRICS apoyaran el golpe fascista de Jeanine Áñez en Bolivia, que a estas horas se ve convulsionada por un centenar de bloqueos a cargo de la COB y el Pacto de Unidad en las principales carreteras del país, exigiendo el cumplimiento del cronograma electoral previsto.

En tanto el Presidente Piñera continúa jaqueado por una revuelta que, desde el pasado mes de octubre, no ha podido disolver ni la saña de los carabineros ni la  expansión sin freno del coronavirus. Hoy la cotidianeidad del país andino se ve signada por continuos cacerolazos, barricadas y proyectorazos contra el régimen, a lo que se suma la prolongada huelga de hambre del rigoreado pueblo mapuche.


Aún estamos a tiempo de que el Titanic esquive el iceberg

A todo esto, Argentina aparece bastante sola en el panorama continental. Su presidente, alineado con el Grupo Puebla, manifestó en reciente intercambio con Lula Da Silva que los únicos mandatarios latinoamericanos que desean cambiar el mundo actualmente son Andrés Manuel López Obrador y él, afirmación difícil de sostener tras la última y penosa visita del presidente azteca a Washington.

Por otra parte, el Primer Mandatario declaró ante el Financial Times que no es partidario de planificar, pese a que conduce el país en nombre de un movimiento que durante sus primeros diez años de existencia puso en práctica dos Planes Quinquenales.

Mientras, el último día del mes de julio la cancillería recibió a una representación  de la Unión de Trabajadores de la Tierra, organización de pequeños y medianos productores rurales que protestaba a las puertas de dicha dependencia contra la decisión oficial de criar millones de porcinos en condiciones extremas de hacinamiento para exportarlos a China, recibiendo como respuesta que no habría contramarchas al respecto, y que el país en las circunstancias que afronta necesita inversiones como esta que redundará en miles de millones de dólares”. Acaso dicha escena condense como pocas el límite de lo que puede esperarse del gobierno argentino a escasos 8 meses de haber asumido: Apelando al más mediocre de los pragmatismos ratifica la continuidad de la funesta matriz productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión. Y a la vez que en referencia a la emergencia sanitaria dice defender “la vida en vez de la economía”, a la hora de hacer negocios muestra su verdadero rostro, prioritando acríticamente los dólares por sobre el riesgo de fomentar nuevas pandemias.

En tanto, las fuerzas represivas continúan usufructuando la cuarentena para criminalizar la protesta social y conculcar con el máximo rigor el derecho a ejercer reclamos justos, como quedó de manifiesto durante la movilización que a 3 años del asesinato de Santiago Maldonado exigió pacíficamente su esclarecimiento recibiendo como respuesta el garroteo y la cárcel de varixs participantes.

El gobierno acaba de anunciar que alcanzó un acuerdo con los principales grupos de bonistas cuya jurisdicción es Nueva York, y que extenderá hasta el 24 del corriente el plazo de adhesión al canje. Los bonos que los acreedores estaban reclamando cobrar a 55 Ctvs. dólar, y que el gobierno nacional comenzó ofreciendo pagar a 39, finalmente cerraron cotizando 54,8. El Ministro Guzmán anticipó que junto con esta operación encarará otra con el FMI para renegociar unos US$ 44.000 millones que el país le adeuda al organismo, a los que se suman unos US$ 2.100 millones de deuda con el Club de París. Si bien Argentina logró comprar tiempo en los próximos 5 años e imponer la curva aplanada de vencimientos - que era el plato fuerte de la oferta original -, no cabe duda de que, en un contexto favorable a la moratoria global de la deuda de los países periféricos, contra buena parte de lo reclamado por la militancia, el temperamento del gobierno argentino sigue siendo el de pagar a libro cerrado una deuda odiosa, ilegítima y centenaria. Consultado sobre el particular por Canal Abierto, el especialista Alejandro Olmos Gaona manifestó: “Personalmente, no soy optimista. Mucho menos cuando veo el crecimiento que tienen en este momento los bonos, la caída del riesgo país y la celebración de los bancos y grandes empresas. Aunque parezca una simpleza, cuando ellos festejan, Argentina siempre pierde”.

Cuando los indicadores macroeconómicos exhiben 18 puntos de déficit fiscal, UIA y CGT se reúnen sin representantes oficiales para pergeñar un Plan B ante un eventual revés de la gestión del Frente de Todxs. En tal caso, ¿quién piloteará esa nave? ¿La dupla Massa - Redrado o acaso el mismo Alberto? Tal vez aún sea temprano para averiguarlo.

Por lo pronto, ante el riesgo cierto de dilapidar otra oportunidad histórica, el silencio del Instituto Patria y sus organizaciones afines resulta atronador.

Desde que se declaró la emergencia sanitaria, las organizaciones sociales más consecuentes con la suerte de sus representados han formulado numerosas propuestas hasta ahora desoídas por un presidente que en su discurso de asunción solicitó que en caso de desviarse del compromiso asumido con su electorado la sociedad se lo hiciera notar.

Muchos de esos aportes conservan plena vigencia:

·        Diferenciar la naturaleza y magnitud de empresas o actividades económicas (de la economía social, recuperadas, cooperativas, familiares, pymes, medianas y grandes, monopólicas o no, nacionales o trasnacionales) a las que hay que respaldar con políticas públicas urgentes.
                                  
·     Privilegiar a las primeras mediante fomentos y promociones (fideicomisos) que les faciliten sortear esta situación.

·      En cuanto a las medianas y grandes, fundamentalmente aquellas vinculadas a cuestiones estratégicas, impulsar acciones que permitan que la participación estatal en las mismas no se agote con estas “ayudas” a los empresarios que chantajean, conspiran, y desestabilizan nuestra economía, sino que constituya una presencia permanente en la dirección de las mismas a través de algún organismo específico del Estado.

·       Para el último caso, habilitar la presencia en la dirección de esas empresas de delegadxs de lxs trabajadorxs de cada una de ellas, elegidxs democráticamente en cada centro de trabajo.

Como reza un viejo dicho popular, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”.

Ante el panorama descripto hasta aquí, ya que el hambre y el frío no tienen paciencia, continúan las tomas de terrenos, de las cuales la de Villa Numancia - en la localidad de Guernica, Partido de Presidente Perón, Provincia de Buenos Aires - acaso sea la más numerosa, con alrededor de 2000 familias (unas 4000 personas) distribuidas en alrededor de 100 hectáreas. Entre lxs tantxs precarizados acogidxs al Ingreso Familiar de Emergencia, madres solas, y niños durmiendo bajo la más impiadosa intemperie, a la fecha hay 540 personas que cargan causas penales, pese a que el juez interviniente decidió a fin del mes pasado no innovar por 30 días. En un contexto de absoluta carencia de servicios, esxs compatriotas privadxs de techo bajo el que guarecerse aguantan los rigores del invierno convencidos de dos cosas. De que ese predio no cuenta con títulos de propiedad sino con endebles cesiones de terreno, y de que “sólo el pueblo salvará al pueblo”.-


JORGE FALCONE












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