Plan Centinela 2 =
Luz Berni para la represión
CUANDO A ELLXS
LE AUMENTAN
COBRAMOS NOSOTRXS
“Piden pan, no les
dan.
Piden queso y les dan
hueso.
Y les cortan el
pescuezo”.
Estrofa
de "Los maderos de San Juan",
canción popular española anónima.
Como es de dominio público, una de las
consecuencias del profundo cuadro recesivo generado por la cuarentena viene
siendo la ocupación de tierras mayoritariamente fiscales que tiene lugar a lo
largo y ancho de la geografía nacional. Es más, parecería que se trata del tema
que acapara el prime time de los
medios de comunicación masiva. En efecto, de un tiempo a esta parte, no hay canal o radio
que no entreviste - como acostumbra a suceder - en mayor medida a sus detractores que a
sus apologistas.
En tanto, el arco de organizaciones sociales
no oficialistas ha venido enarbolando consignas como “Ilegal es no tener donde vivir
¡Tierra para producir! ¡Viviendas dignas!”.
Y es así porque en el conurbano profundo y
otras latitudes “abandonadas por la mano de Dios” el hambre y el frío no dan
respiro.
La lucha popular tampoco: El último día de
agosto tuvo lugar una importante jornada
de protesta en Esteban Echeverría contra el hambre y la desocupación; tres días
después se realizó otra de carácter nacional convocada bajo el lema “Por
una cuarentena sin hambre: ¡Aumento de la mercadería para los comedores!
¡Aumento salarial ya!”; pocos días más tarde el Movimiento Nacional de Empresas
Recuperadas apoyó la ocupación del porteño Café - Pizzería “Piazza” por parte
de sus trabajadorxs, que llevan demasiado tiempo sin ver un peso… y la lista de
conflictos en curso por causas similares se tornaría interminable, pero basta
con unos pocos ejemplos para poner de manifiesto un creciente malestar en la
bases de nuestra sociedad.
Hasta el momento, ninguno de esos reclamos ha
obtenido una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades, que
asumieron prometiendo dar vuelta la funesta página del cuatrienio macrista, y
ahora se escudan en la pandemia para explicar las trabas que enfrenta su
gestión, como si cualquiera que se interese por la cosa pública ignorara que el
destino se modela trazando una adecuada dirección de avance (bien distinta, por
ejemplo, a prometer el pago de la deuda sin auditoría alguna y patear sus
vencimientos a los gobiernos venideros)
Sin embargo, aunque los datos oficiales muestren que el delito no creció más que
el año pasado, dicha preocupación se instaló en las encuestas y en las
gestiones municipales del conurbano. En consecuencia, atendiendo a
la inquietud de lxs dueñxs del país y de un medio pelo llevado hasta la
paranoia por el periodismo amarillista, el gobierno nacional junto con las
autoridades bonaerenses anunciaron el lanzamiento del Plan Centinela 2. En primera instancia se informó que se trataría de 12.000 millones de
pesos que Nación destinará directamente a los municipios para la compra de
2.000 flamantes móviles policiales, la formación y reclutamiento de 10.000 nuevos
efectivos, la refacción de 100 comisarías que se hallan en estado calamitoso, y
la construcción de 6 nuevas cárceles. Como se podrá apreciar, aunque no se edifiquen barrios
económicos, la obra pública no para. Además, se sumarán 4.000 nuevos gendarmes
a los que ya recorren los barrios. El plan nació del clamor de los
intendentes, que ven peligrar sus enjuagues ante la arremetida de los sin techo,
y llega casi a la par de una batería de medidas anunciadas de forma frenética en modo pre-campaña electoral por un oficialismo ya definitivamente
embarcado en la post-pandemia.
La reacción de los "ratis" - esa porción de
explotadxs reclutada para aplastar los reclamos de su clase - no se hizo
esperar. Concientes de que una vez más les tocará ser carne de cañón en las
próximas revueltas que genere la hambruna, arremetieron a puro bocinazo en
reclamo de aumentos salariales y mejores condiciones sanitarias, rodeando la
residencia del Gobernador Kicillof. La mecha se encendió desde las
redes sociales. Cortaron calles en ciudades del conurbano, La Plata y el interior
de la provincia.
En lugar de condenar dicho levantamiento, con una celeridad de respuesta desconocida por el
pobrerío no uniformado - y por lxs uniformadxs con delantales que velan por
nuestra salud -, el Jefe de Gabinete bonaerense Carlos Bianco,
y el recientemente apuntalado ministro de Seguridad Sergio Berni, brindaron una
conferencia de prensa en el Centro de Coordinación estratégica de la Policía de
la Provincia de Buenos Aires compadeciéndose de las condiciones laborales
de las "fuerzas del orden".
En esta
ocasión, las receptivas autoridades señalaron que la cifra global prevista para
solventar el Plan Integral de Seguridad
anunciado consistirá en “inversiones
por 40.000 millones de pesos”. Quien suponga que dicho monto será
destinado a combatir robos y hurtos para que el ciudadano de buena conciencia circule en paz
por las calles del país a cualquier hora del día, siéntase relevadx de intentar
interpretar la realidad: La política no es lo suyo.
Al decir del dramaturgo
judeo-alemán Bertolt Brecht, “corren
malos tiempos para la lírica”.
El panorama descripto habilita a preguntarse
si los mentores del “Estado en disputa”, que cambiaron la lucha callejera por
los despachos oficiales, no pagarán un precio demasiado alto cuando adviertan
que esto es más de lo mismo y decidan volver al redil de una revuelta que -
estridente o asordinada - no se detiene.
Ya que ningún historiador o historiadora que
se precie de tal podrá afirmar que el garrote consiguió alguna vez doblegar la
voluntad popular de acceder a una vida que merezca ser vivida.-
JORGE
FALCONE
Coincido con lo planteado en el documento, sobre todo con los que hasta hace poquito tiempo prometían reivindicaciones para los más necesitados hoy paracen aburguesados detrás de los escritorios, abrazo grande
ResponderEliminarEsta película ya la vimos una vez más ganaron los malos otra vez, alguna vez el final será ver nuestra bandera en la cúspide alguna vez la justicia social podrá flamear?
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