UN NUEVO ENDEUDAMIENTO SE LLEVA PUESTO AL GARANTISMO
“En
las últimas décadas, la precarización del trabajo ha fragilizado a la sociedad
y ha debilitado su resistencia. El Covid-19 fue el golpe final: la sociedad fue
disgregada por el encierro obligatorio y el miedo, y hasta el momento no es
posible resistir con la acción. Por más paradójico que parezca, es precisamente
la pasividad la que vencerá al capitalismo conduciéndolo a la muerte por
asfixia. La forma más subversiva de pasividad es la insolvencia, que consiste
en hacer saltar todo no haciendo nada, y, más precisamente, limitándose a no
pagar por la sencilla razón de que no podemos pagar. La insolvencia no tiene
necesidad de ser propagandizada, predicada, gritada: vendrá por sí sola como consecuencia
natural del colapso de la economía. La insolvencia no es una culpa sino una
necesidad universal. Y la sociedad tendrá que comenzar a experimentar formas
locales y autónomas de producción y distribución destinadas a la supervivencia
y al placer”.
Franco “Bifo” Berardi,
¡Repartir! Crónica de la Psicodeflación #7
El Norte Global se afana por salir fortalecido de esta crisis
Es un hecho
incontrastable. Todo aquello que nos ha prometido el mundo moderno es una
farsa, porque lo único que sabe es reproducir la muerte.
Como en el peor de
los abundantes films apocalípticos hollywoodenses, hoy el capital financiero
transnacional apela al miedo como recurso de sometimiento global.
Nunca como en esta
disrupción de la vida a la que estábamos acostumbradxs han cobrado mayor
relevancia las palabras de Gilles
Deleuze cuando escribe: “La tristeza,
los afectos tristes son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de
obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en sus
esclavos. Los poderes tienen más necesidad de angustiarnos que de reprimirnos.
No es fácil ser libre: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la
capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que
expresan o desarrollan un máximo de afirmación. Convertir el cuerpo en una
fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza
que no se reduzca a la conciencia”.
La realidad
presente impone, ya que a la derecha le sobran intelectuales transgénicos, que
la izquierda multiplique intelectuales orgánicos.
Porque urge a los pueblos construir un Nuevo Orden
Post Occidental.
Existe consenso mayoritario acerca de que la
pandemia en curso no es causa sino consecuencia de la crisis civilizatoria que
atraviesa el mundo. En Argentina,
mientras la comunidad científica reclama, insatisfecha por los
atrasos del sector, continúan desarrollándose estudios para frenar la peste. Pfizer junto
a BioNtech vienen encarando los ensayos de su potencial vacuna desde
principio de agosto. Según pudieron acceder algunos medios al contrato de consentimiento que la
compañía estadounidense hace firmar a sus voluntarios, las medidas de seguridad
son muy estrictas y los riesgos ante lo desconocido podrían ser muy severos. Desde fetos con mal
formaciones, en caso de que se produzca un embarazo durante los 26 meses que
duran los estudios o 6 meses posteriores, hasta riesgos en la salud en caso de
contraer la enfermedad en medio del tratamiento, son algunos de los puntos que
se destacan. “Para algunas otras vacunas
probadas en animales contra virus similares, se ha informado que la enfermedad
fue más grave en los animales que recibieron la vacuna que en aquellos que no.
Hasta ahora, esto no se ha observado en vacunas contra el Covid-19, pero por el
momento no sabemos si las vacunas del estudio podrían hacer más grave una
enfermedad por Covid-19 luego de su aplicación”, resalta
el documento reservado.
El panorama general amerita reconsiderar nuestra relación con todo
lo que vive. Sin ir más lejos, el 17 de
julio del pasado año nuestro país declaró la Emergencia Climática y Ecológica.
Ocho meses después entramos en cuarentena ante la irrupción de una pandemia
descripta como peor que la llamada “Gripe Española” de 1918. En el lapso que
medió entre una y otra circunstancia, no se escucharon voces desde el Estado ni
desde los medios de comunicación hegemónicos dispuestas a revisar la matriz
productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión que
desde mediados de los 90s viene haciendo estragos de carácter socioambiental a lo
largo y ancho de toda la geografía nacional. En consecuencia, se sigue
asistiendo a catástrofes semejantes a la que
viene padeciendo una vasta zona de humedales situada en nuestra región
mediterránea y en el Delta del Paraná, hoy devorada por incendios. El cálculo de las
zonas quemadas y/o afectadas por el fuego puede llegar a más de un millón de
hectáreas, equivalentes a 50 veces el territorio de la Ciudad de Buenos Aires.
La cuestión también habilita a preguntarse qué opinará un/a
santafesinx de ley que nunca haya visto el magistral filme “Los Inundados”, del
maestro Fernando Birri, al constatar
ante dicha obra que los descendientes de aquellos personajes desalojados por la
creciente y engatusados por la politiquería de turno continúan padeciendo los
periódicos desbordes del Río Salado después de casi 60 años, como si no mediara
acción humana capaz de prevenir tan recurrente flagelo.
Ante tal descompromiso del sector público,
como suele suceder, los poderosos sacan partido: A propósito del inconsulto y
controvertido proyecto promovido por el canciller sojero Felipe Solá, ahora postergado hasta noviembre, consistente en
montar en diversos puntos de nuestro país - y en un contexto de zoonosis - mega
granjas para la cría de cerdos exportables a China, valdría la pena destacar
algo que tuvo lugar el 30 de junio pasado y obtuvo escasa repercusión en la
prensa local.
El hecho fue promovido por el IICA, Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura, un organismo internacional
sostenido por los Estados, que se mueve en una frontera flotante entre lo
público y lo privado, ya que se trata de una auténtica entidad encubierta
del agronegocio, a través del cual opera la fundación
filantrocapitalista de Bill &
Melinda Gates. Perfecta estratagema para establecer en las agendas
públicas necesidades que en realidad corresponden a las privadas.
No es otra cosa que la propuesta para el
modelo agroalimentario argentino denominada “AgTech. El Nuevo Paquete Tecnológico del Sector Agropecuario.” Ello,
con vistas a consolidar un acuerdo específico de asistencia técnica y asesoramiento
entre el IICA y el Gobierno Argentino, a través de los Ministerios de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y Ciencia, Tecnología e Innovación
de la Nación, en el marco del megaproyecto, que ya tiene nombre: “Vaca
Viva”, pensado para la agricultura local 4.0.
Algo así como un relanzamiento del modelo
agroindustrial, tal como sucedió en el año 2010 con el Plan Estratégico
Agroalimentario. Aunque recargado. Se trata de la deshumanización de la
agricultura en sí misma, de una iniciativa ajena a la realidad y las consecuencias
que el modelo agroindustrial inmunosupresor ha fomentado. Aún no superamos la
emergencia sanitaria generada por el COVID - 19, y el horizonte es la funesta
oferta de Bill Gates.
El Sur
Global está dispuesto a dar batalla
Puenteando a Sergio Massa, que venía negociando con las grandes empresas del
sector, el Ejecutivo se propone regular las telecomunicaciones. Lógicamente, en el mundo contemporáneo a
ningún gobierno le conviene llevarse bien exclusivamente con los medios de
comunicación convencionales, dada la preeminencia que han tomado Internet, la
telefonía celular móvil, y las redes sociales en general. Como era de esperar,
la iniciativa no tardó en crear revuelo entre los sectores más concentrados de
la economía. Al igual que ocurriera con la frustrada expropiación de Vicentin,
ocurre con la media sanción del Senado en favor de la Reforma Judicial, y muy
probablemente ocurra con el flamante proyecto de gravamen a las grandes fortunas
que acaba de ingresar en Diputados bajo el nombre de “Aporte
solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”,
la dificultad de ejecución que presenta impulsar tales medidas constituye la
más didáctica confirmación del estrechísimo margen para aplicar
transformaciones imprescindibles que hoy ofrece la democracia formal… aunque, a
los ojos del sentido común imperante, expresarlo
con todas las letras condene a quien analiza la realidad desde un pensamiento
crítico a ser visto como maximalista si no destituyente.
Por si lo expresado anteriormente fuera poco,
cabría interrogarse también porqué el gobernador de la provincia con mayor
concentración demográfica y peso electoral del país - considerado por muchxs
como de formación filo marxista -, aunque se ha cerrado el círculo que conduce
a responsabilizar a la “maldita policía” bonaerense por la desaparición en
democracia del joven Facundo Astudillo
Castro, mantiene semejante blindaje sobre la figura del polémico Sergio Berni, quien hasta se permite
promocionar en las redes videos que anuncian su vuelta al ruedo reloaded, entrenando como si se tratara
de un ranger texano, mientras Cristina
Castro declara ante la aparición de un cuerpo aparentemente plantado: “Es mi hijo y me lo voy a llevar a casa. Me confirmaron que el cuerpo
tiene entre 22 y 24 años. Mide 1.60. Es mi Facu”.
Pero aunque nuestra clase política no atina a
encontrar un rumbo que saque al país de su postración, todo indica que a un año
exacto de las próximas PASO, una vez más (y van…) se largó la campaña
electoral. En ese marco, el ex presidente de transición que desde hace 19 años
vive de la “renta” que le proporciona haber “salvado al país del caos” en 2001,
apelando a un discurso ecuménico y posando de estadista, con la misma liviandad
con que ayer aseguraba que “estamos condenados al éxito”, hoy profetiza que
vamos por un tubo a una nueva interrupción del orden constitucional. No sería
descartable que el hombre haya picado en punta ofreciéndose nuevamente como
bombero del stablishment, toda vez
que utiliza su carnet justicialista enarbolando un discurso productivista ante
empresarios y sindicalistas que los sirven, mientras que para los millones de
trabajadores y trabajadoras informales que se la rebuscan en el universo de la
economía popular conserva el crédito de cómo paró en seco las protestas del
Argentinazo en la rebautizada Estación de Avellaneda.
Y no es que las organizaciones sociales que
apoyan al gobierno no estén impulsando loables reclamos de carácter progresivo:
La Unión de Trabajadores de la Tierra - lo más parecido por aquí al MST
brasileño -, pese a que cuenta con su referente, Nahuel Levaggi, al frente del Mercado Central, se atrevió a
cuestionar ante la propia Cancillería el proyecto de instalar enormes factorías porcinas, y sus representantes fueron
despachados ipso facto con la
respuesta de que se trataba de un hecho consumado que traería dólares al
país; todxs hemos visto a Nacho Levy, referente de La Poderosa,
dialogar con el Presidente Fernández
y el Gobernador Kiciloff dando
cuenta de la penosa situación que atraviesan las villas del país y solicitando
solucionar con urgencia los temas de la luz, el agua, el gas y la conectividad;
y vemos a Juan Grabois hacer pedagogía
en los medios explicando el Plan de Desarrollo Humano Integral presentado por
la CTEP y sectores del sindicalismo. Pero hasta ahora tales iniciativas semejan
el clamor de los porteños de 1810 vociferando “el pueblo quiere saber de qué se
trata” ante un Cabildo autista.
Paralelamente, en un tema tan sensible como
el de la deuda - principal candado de nuestra dependencia en estas Sociedades
del Control -, la carta enviada hace algunos días
por el ministro Martín Guzmán y Miguel Pesce, presidente del Banco
Central, no da lugar a dudas respecto al rumbo económico encarado por el
oficialismo: "Como consecuencia de
la incapacidad del SBA anterior para restaurar tanto la confianza como para
generar robustez a través de un incremento del nivel de reservas
internacionales, enfrentamos importantes necesidades de balanza de pagos para
el período 2021-2024, mayormente asociadas con la previa adquisición del FMI de
alrededor de 31.910 millones de DEGs (Derechos Especiales de Giro). En este
contexto, requerimos formalmente asistencia financiera bajo un Programa con el
Fondo Monetario Internacional, e invitamos al staff a una misión para comenzar
las conversaciones." Ante esta nueva capitulación frente al
capital financiero transnacional, compartimos la inquietud manifestada por el Dr. Alejandro Olmos Gaona: “Veremos
cuáles son las condiciones que se negocian, aunque los 29 acuerdos anteriores
no auguran que las condiciones sean muy flexibles. El FMI siempre impone sus
condiciones y aunque la pandemia debería hacer que se considere la situación
que vive el país, hace poco más de un mes hubo que pagarle 320 millones de
dólares de intereses. Es decir que no interesó demasiado la difícil situación
económica que vive el país”.
Podrá decirse que muchxs sobrevivientes de la
dura experiencia de los 70s aprendimos a golpes a no extenderle un voto de
confianza a la democracia formal para cambiar de perro sin curar la rabia, pero
lo cierto es que ante la crisis que atraviesa a estas horas el sistema - mundo
no son pocas las voces autorizadas que diagnostican que la causa de nuestros
males se llama capitalismo, y de no enfrentarla sin cortapisas nuestras horas
como especie estarán contadas.
Mientras, nadie duda de que Argentina
retrocede. Y esta vez no vamos a ilustrarlo con estadísticas comparativas sino
con una simple anécdota: Desde fin de año, cuando falleció su padre - arquetipo de gallego almacenero -, el joven
despachante del mercadito que frecuentaba este cronista comenzó a galguear, y
el tío que quedó a cargo del negocio como socio decidió cerrar. Antes de
escribir esta nota - y en un contexto de persianas bajas y letreros de “se
vende” o “se alquila” -, su autor lo vio pedaleando una bicicleta con la mochila
de un delivery. Historias como esta
abundan en estos días a lo largo de la geografía nacional, no hace falta leer
los diarios, basta con echar una mirada atenta en derredor.
Ante semejante
panorama, los sectores socialmente más castigados continúan tomando tierras en
procura de resolver una elemental necesidad habitacional y hacerse de una
pequeña parcela para producir lo que consumen. Hace pocos días, en Parque de la
Vega, Salta, se desató una feroz represión cuando los ocupantes de un predio
intentaron ingresar al mismo algunos enseres para la construcción. Dicho
asentamiento ya tiene más de 80 días, hay en él unas 1.700 personas y de ellas
unas 700 son titulares. Cada familia tiene 2 o 3 hijos. En todo ese tiempo se
organizaron para impedir que en el lugar se instalaran punteros políticos y
hasta montaron comedores y merenderos. Hay en total 28 encargados. Cuatro
por sector se encargan de mantener el orden, impidiendo el consumo de bebidas
alcohólicas. En cada valla - en total son 7 - hay alcohol en gel para cuidarse,
y quien accede tiene que tener documento. También cuentan con un grupo de
enfermeras residentes ahí mismo, que están estudiando y por la tarde atienden
en el merendero a hipertensos o gente con diabetes. Si el gobierno llevara a
cabo un censo constataría que a menudo el pueblo puede organizarse muy bien
prescindiendo del Estado.
Otra toma de
tierras en un área protegida preocupa a las autoridades locales y
provinciales de la localidad rionegrina de El
Bolsón, que exigen la intervención de las fuerzas de seguridad
nacionales y el desalojo inmediato del predio. Se trata de unas 160 familias que se instalaron en
dos sectores pertenecientes al INTA, uno de ellos de unas 60
hectáreas conocido como Cabeza del Indio y Mirador del Azul, y el otro, de unas
dos hectáreas, donde hay una cancha de fútbol que se había cedido a un club
local.
Recientemente
también tuvo lugar una salvaje represión contra vecinos incursos en similares
circunstancias, en la localidad bonaerense de Florencio Varela, lo que culminó
incluso con la detención de letrados que defienden los intereses de lxs sin
techo. Y lo propio se repitió en el Barrio Los Pinos, ubicado en la platense
localidad de Los Hornos, lo que produjo la movilización de lxs ocupantes hasta
la gobernación y - a continuación - la toma del Ministerio de Desarrollo Social
bonaerense, manifestando “No queremos a
ningún político mentiroso. Nosotros y nosotras nos organizamos”. Acaso una de las tomas más avanzadas del conurbano
- con mesa de diálogo entre vecinxs y municipio, y censo en marcha a cargo de
la UNLP - se haya producido en Villa Numancia, Partido de Presidente Perón, el
20 de julio, tras advertir que había un descampado de más de 70 hectáreas, limitado por dos
arroyos, frente a la intersección de las calles Brasil y Luis A. Testa.
Hay que aceptar
que si tales iniciativas se multiplican exponencialmente es porque la crisis
azota a lxs más desprotegidxs y urge resolver el acuciante tema de la vivienda.
Pero al menos en el AMBA, la mayor parte de
los intendentes viene jugando el rol de Nerón a la hora de frenar y desalojar
las ocupaciones, porque cada vez que lxs vecinxs se organizan por su cuenta
atentan contra los múltiples enjuagues del municipio, particularmente el
narcotráfico. De ahí que las autoridades, en vez de tierra,
techo y trabajo prefieran distribuir balas, alentadas por declaraciones como
las que hizo en las últimas horas el máximo referente del Frente Renovador al
Diario La Nación ("El Estado tiene que hacer
cumplir la ley y desalojar")
Y eso ocurre a lo largo de toda la geografía nacional cada vez que se
defiende alguno de los mencionados derechos, como queda de manifiesto, por
ejemplo, ante el acampe permanente de los trabajadores y trabajadoras en
conflicto con la Algodonera Avellaneda, en Reconquista, que acaba de ser desalojado por más de 200 policías, con la
consiguiente militarización de las plantas de Vicentin y Buyanor, también parte
del mismo grupo empresario Vicentin en la santafesina localidad de Avellaneda.
Quien
considere que aquí se pinta un panorama inquietante, deberá reparar en que mucho
más inquietante resulta constatar que desde el Modelo Argentino para el
Proyecto Nacional, presentado el 1° de Mayo de 1974 en
la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional por el Tte. Gral. Perón, NADIE se ha dignado a
esbozar una perspectiva estratégica capaz de sacar a nuestro país del
estancamiento en que se encuentra.
Bienaventuradxs entonces
quienes se niegan a comer un plato de mierda frente al argumento de que el
siguiente puede ser aún peor.-
JORGE FALCONE
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