Descomposición global de las
democracias occidentales
MASSAjuste
El retorno de las “relaciones carnales”
En la convulsionada Argentina de estas horas se han puesto de manifiesto numerosos indicadores de un fenómeno que ya no es de cabotaje sino que involucra a todo el orbe: La incapacidad de las democracias representativas de compatibilizar libertades formales con Justicia Social.
En efecto, casi sin solución de continuidad, hemos asistido al espectáculo de un Fondo Monetario Internacional que recibió a Sergio Massa con la deferencia que merece un par; a una misa políticamente escuálida que - reuniendo a la cúpula de las organizaciones sociales oficialistas (alguna de las cuales aún se identifica con el nombre de Darío Santillán) con el máximo responsable político de la Masacre de Avellaneda - intenta convocar a una “unidad” de lo que no pega ni con cola y a bregar por una “paz” que solo puede beneficiar a lxs incluidxs en este sistema; y a un magnicidio fallido seguido de una investigación que tardíamente descubre entre lxs sospechosxs mensajes de watsapp absolutamente explícitos en referencia al Crimen de Estado que pudo haber ocurrido, mostrando a los servicios de inteligencia locales poco menos que como el Súper Agente 86.
Un combo preocupante, a decir verdad, toda vez que tras la cortina de humo que montan los medios de comunicación oficialistas u opositores - ora procurando contribuir con la identificación del grupo faccioso que quedó de garpe intentando superar las bravatas del discurso libertario, ora alimentando la descabellada hipótesis de un montaje oficialista con pretensiones electorales (a la manera de una “Contraoperación Nisman”) - subyace la cruda realidad cotidiana de los sectores más desprotegidos, orillando ya la categoría de genocidio social, mientras los potentados del litoral multiplican impunemente incendios funcionales a una mayor siembra de soja, circunstancias veladas por una prestidigitación mediática que parece ratificar aquello de que “la mano es más rápida que el ojo”.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”
El paso por Washington del Súper Ministro de Economía argentino, al cabo de múltiples negociaciones con empresarios e inversores, no ha apuntado a otro objetivo que al de consolidar negocios estratégicos acordes con la matriz productiva vigente - de acumulación por desposesión -, en materia de hidrocarburos, fundamentalmente en relación con Vaca Muerta, el gas y el petróleo.
En tanto, según el último, informe del INDEC correspondiente al mes de agosto 2022, el nivel general del Índice de precios al consumidor (IPC) aumentó 7,0% mensual, acumulando una variación de 56,4% en los primeros ocho meses del año. En la comparación interanual registró un incremento de 78,5%.
Las divisiones con mayor incremento en el mes fueron prendas de vestir y calzado (9,9%), Bienes y servicios varios (8,7%), y equipamiento y mantenimiento del hogar (8,4%). En esta última incidió el aumento salarial de trabajadores de casas particulares.
Durante el último mes, también se destacó la suba de la cuota de la medicina prepaga, que incidió en la división Salud (5,7%); de los servicios de agua y electricidad en algunas regiones del país, que impactó en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (5,5%); y de los servicios de telefonía móvil en la mayoría de las regiones, que se vio reflejada en comunicación (4,1%).
A su vez, dentro de Transporte (6,8%) impactó la suba de tarifas del transporte público - superior en la región GBA - y el alza de los combustibles sobre el cierre del período.
La mayor incidencia en todas las regiones la aportó el incremento de alimentos y bebidas no alcohólicas (7,1%) Dentro de la división, se destacó el aumento de verduras, tubérculos y legumbres; azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.; frutas; aceites, grasas y manteca; y leche, productos lácteos y huevos.
A nivel de categorías, Estacionales (8,7%) lideró el alza, explicada, - en parte - por las mencionadas subas en Prendas de vestir y calzado, en Frutas y en Verduras, tubérculos y legumbres.
En paralelo a
este vertiginoso deterioro de la calidad de vida y de las mediaciones políticas
de lxs argentinxs, con una hambruna y una destrucción del sistema sanitario que
- a casi 40 años del vaticinio alfonsinista acerca de que “con la democracia se
come, se cura y se educa” - están haciendo estragos en esas barriadas populares
donde algunos padres comienzan a recomendar a sus hijxs que abandonen el país, mientras en la superestructura política parecería ir tomando forma un acuerdo sin precedentes en
la Argentina promisoria de otros tiempos.
¿Hacia un Pacto de la Moncloa all’uso nostro?
Como se recordará, en una clara intromisión en la política interna de nuestro país el Embajador de Estados Unidos Marc Stanley propuso a las dos grandes coaliciones locales un urgente acuerdo suprapartidario (“…tienen los insumos y el mundo tiene la demanda. Olvídense de las ideologías y los partidos y armen ya esa coalición”)
Pues bien: Si consideramos al Acuerdo con el FMI como ordenador de la economía, y al post atentado a la Vicepresidenta como ordenador de la política, cabría interpretar que se está avanzando en tal dirección.
Así, en la primera aparición pública de Cristina tras el magnicidio fallido - realizada ante religiosxs de la Opción por los Pobres -, la dirigente bajó las expectativas existentes acerca de ocupar un rol protagónico en las elecciones presidenciales del año entrante, destacando su voluntad de entendimiento con sectores que se ubicarían en las antípodas de su pensamiento, y ejemplificándolo con el reciente diálogo que mantuvo con el economista ultra liberal Carlos Melkonian. Entre lxs presentes estaba el ex gobernador puntano y fugaz Presidente de lxs argentinxs Adolfo Rodríguez Sáa, hoy abocado a garantizar una cumbre entre la viuda de Néstor Kirchner y el ex Presidente Mauricio Macri.
Por otra parte, y avecinándose el 40° aniversario de la recuperación del orden constitucional, se estrena con grandes expectativas un nuevo filme de Santiago Mitre (“Argentina 1985”) dedicado a rescatar las figuras del Fiscal Strassera y del Juez Moreno Ocampo en el marco del Juicio a la Junta de Comandantes de la última dictadura militar, hecho que reinstalará ante nuevas generaciones la consigna con la que culminó aquel proceso: Nunca Más.
Como recordarán lxs compatriotas mayores de edad, aquel volumen que contemporáneamente recogió las causas por violación a los Derechos Humanos cometidas hasta entonces, contó con un polémico prólogo redactado por el escritor Ernesto Sábato, el cual - consagrando la denominada Teoría de los Dos Demonios -, equiparó a los verdugos con sus víctimas, impugnando por igual al ejercicio de la represión estatal y al de la resistencia popular.
Como se sabe, siendo la cultura el sustrato básico de la actividad humana, ese presupuesto incluye a la política.
Por ende, en los tiempos que corren resulta más que probable que dicho mensaje refuerce tanto el rechazo a toda restricción de libertades como a cualquier gesto de acción directa a que se vea obligado a recurrir nuestro pueblo en salvaguarda de sus derechos, esto último so pretexto de que "no está el horno" para consentir un ejemplo discordante.
En suma, a nivel superestructural pareciera ir configurándose un espíritu de conciliación nacional destinado a cerrar la pregonada “grieta” apostando por una economía extractiva, poniendo candado a cualquier debate que la cuestione, y apuntando a emular modelos socioeconómicos como el chileno o el colombiano.
De consumarse algo así, requerirá al poder vaciar el espacio público de voces disonantes y terminar de desarticular la autonomía que han venido defendiendo las organizaciones sociales más rebeldes.
En tal caso, a estas últimas no le quedará otra alternativa que sumergirse en las profundas aguas de su base social e ir gestando una microeconomía de subsistencia capaz de consolidar la retaguardia de un nuevo ciclo de luchas.
Tal es el panorama en el país real que hoy descarga todo el peso de su injusticia sobre las mayorías cada vez más empobrecidas, a las que, una vez más, tan solo se les ofrece la vana catarsis de introducir una boleta en una urna cada dos o cuatro años y rezar para que se prolongue su sobrevida, aún en condiciones inaceptables.
Si la Argentina conserva más memoria histórica que apego a una simbología absolutamente vaciada de contenido emancipador, habrá resistencias. Y ya no solamente por parte de las organizaciones sociales insumisas o de las infatigables asambleas ambientales que proliferan a lo largo y ancho del territorio nacional. Muy probablemente también se vayan plegando las comisiones internas de los gremios industriales de las grandes capitales, que no aceptarán sumisamente el desguace en curso de la Nación.-
JORGE FALCONE
DIFUNDO
ResponderEliminarSumamente agradecido
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