domingo, 1 de abril de 2018


LA TABA ESTÁ EN EL AIRE:
2019 AÚN NO TIENE DUEÑ@S














Asediado por encuestas que no lo favorecen, el gobierno ha anunciado que al cabo del Mundial de Fútbol lanzará las respectivas reelecciones en los tres principales distritos que controla: Nación, CABA y Buenos Aires. Hasta allí no habría sorpresas. Por ahora la tómbola de nombres involucra solamente el puesto de vicepresidente/a. Los nombres que más suenan son el de Carolina Stanley y el de Marcos Peña. Vidal también figura como posible recambio nacional si el presidente sigue siendo vapuleado en canchas y recitales. De ahí que las Abuelas hayan quedado tan expuestas al fotografiarse con la gobernadora bonaerense durante la misma jornada en que esta ordenara reprimir a l@s trabajadores de la economía popular en la Municipalidad de Tres de Febrero, pocas horas antes de conmemorarse el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia, gesto que se justificó declarando que “Vidal no es Macri”. De eso no caben dudas: Esa funcionaria que con la sonrisa de “La Novicia Rebelde” jubila compulsivamente a 3000 docentes, cierra bachilleratos de adultos, y se saca de encima comedores infantiles, es mucho más temible que su mentor.

Lo cierto es que, a la fecha, más que en los méritos propios la vigencia del macrismo se cimenta en los deméritos de una oposición balcanizada, en cuyo seno acaso merezca las mayores críticas una izquierda que oportunamente se presentó como nueva, popular e independiente… y hoy procura mimetizarse con los “indignados” madrileños de la Puerta del Sol con tal de disputar un espacio al abrigo de esta democracia restringida. Ironías al margen, está cada vez más claro que, si por delante existe un horizonte de mega endeudamiento, precarización laboral, y desborde represivo, y por detrás hubo una indiscutible ampliación de derechos, cierta heterodoxia económica, y un efímero intento de unidad regional, para muchos sectores de la militancia la tentación de optar por el mal menor se torna difícil de eludir. Ese es un dato a tener en cuenta para dar cualquier debate.

En tanto, a medio siglo de la creación de la CGT de los Argentinos - que consagró a Raymundo Ongaro como referente del sindicalismo de liberación - y para delicia del oficialismo, mientras el oportunismo de algunos dirigentes va diluyendo los ecos del 21F, unos cuantos gremios están cerrando paritarias a la baja, y tan sólo el 49% de l@s trabajadores/as cesantead@s consigue algún tipo de reinserción laboral decorosa.

Por su parte, las autoridades de la CGT vienen propiciando la sindicalización de l@s trabajadores/as de la economía popular, para cobijar en su estructura a lo que hasta ahora fuera el llamado Triunvirato de San Cayetano (CTEP, Barrios de Pie, y - condicionalmente - CCC). De materializarse tal iniciativa, habrá que ver si  sirve para oxigenar y radicalizar a una central obrera cuya escasa confrontación con las políticas antiobreras en curso ha venido cosechando el descontento popular, o si - por el contrario - toda la frescura y el poder de movilización demostrado por organizaciones sociales que continúan en pie de guerra contra los recortes que se le vienen aplicando a sus planes resultan engullidos por aquel  aparato burocrático, como tragó la ballena al profeta Jonás.

En el terreno de la política va quedando en claro que la trajinada unidad del movimiento nacional justicialista será un hueso duro de roer. En todo caso, la “cumbre” de San Luis sólo consiguió juntar las cabezas del kirchnerismo, de Moyano y del gobernador anfitrión, a la luz de lo cual el cordobés Juan Schiaretti - de excelente relación con el presidente tanto como con la Liga de Gobernadores - se apresuró a proclamar que hay que reorganizarse dándole la espalda a la “Década Ganada”: Esa postura tendrá su bautismo de fuego el 6 de abril en Gualeguaychú.  El rionegrino Miguel Ángel Pichetto, el cordobés Carlos Caserio y el salteño  Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador de su provincia, son los estrategas principales de lo que, en palabras de Schiaretti, pretende ser el “peronismo federal y republicano”. La excusa será el relanzamiento de una revista doctrinaria denominada Movimiento XXI,  que reúne entre sus colaboradores a referentes históricos del justicialismo como Oscar Lamberto, el riocuartense Humberto Roggero, Eduardo Camaño, Jorge Remes Lenicov y Miguel Ángel Toma. Algunos apuestan a que una gran PASO nacional en la que puedan presentarse todos los postulantes que garanticen este perfil puede ayudar a concentrar el caudal electoral en el primer turno de las elecciones del año que viene. Por ahora, no se explicitan nombres pero descuentan que Juan Manuel Urtubey y José Manuel de la Sota estarán en el lote de candidatos. Así las cosas, y dado lo remota que hoy aparece la gestación de una alternativa popular con capacidad de transformación profunda, no sería descartable que las próximas elecciones nacionales se diriman entre un Cambiemos Volumen Dos y algún híbrido equivalente al “Menemismo del Siglo XXI”.

A considerable distancia de toda especulación electoral, el cuadragésimo segundo aniversario del golpe militar genocida - acontecimiento que saludablemente sigue concitando el repudio de buena parte de l@s argentin@s - enfrenta a nuestra sociedad con un recrudecimiento del negacionismo y la impunidad, que resucitan  los peores fantasmas del pasado a partir de la “Doctrina Chocobar”,  fomentando conductas sociales tan intranquilizadoras como el reciente linchamiento en San Juan de un joven de 18 años que acababa de robar un celular. Y los 36 años que está cumpliendo el fallido intento de recuperación de nuestras islas del Atlántico Sur, en un contexto de alarmante enajenación territorial de nuestra Patagonia continental, ya virtual enclave británico - como lo pusieron de manifiesto las circunstancias que rodearon la muerte de Santiago Maldonado, militante anarquista asesinado en la misma geografía donde cayera Facón Grande - nos actualizan imperiosamente la disyuntiva Patria o Colonia.

¿Digresión?: En esta Tercera Edad de Oro de las Series, resulta curiosa la vigencia de The Walking Dead al cabo de 8 temporadas. Tal vez sucede porque en dicha saga el zombi, desde un intrascendente y segundísimo plano, sólo ofrece la metáfora de una situación límite que bien podría ser cualquier otra. Pero lo que está realmente sobre el tapete es cómo reaccionaría nuestra especie en un contexto desesperante. ¿Sería posible salvaguardar las más elementales conquistas civilizatorias, o inexorablemente nos transformaríamos - como aventuró Hobbes - en lobos del hombre (y la mujer)? Resulta sano, de tanto en tanto, tomar distancia de la agenda cotidiana que impone el poder y ganar perspectiva para analizar en qué correríamos el riesgo de convertirnos si no bregamos afanosamente por gestar un sistema más humano,  capaz de sustituir a este capitalismo de tierra arrasada.-


JORGE FALCONE



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