Todas las opciones
coinciden en “no hacer olas”
LA PATRIA DE EVITA Y
EL CHE
ANTE UN FUTURO
INMEDIATO CARENTE DE AUDACIAS
En un
abrir y cerrar de ojos, el kirchnerismo colmó con leales y apasionad@s
seguidores las adyacencias de la Feria Internacional del Libro, desembarcó con
su principal referente en el Csjo. Federal del PJ, y sorprendió a la opinión
pública proponiendo la candidatura presidencial del ubicuo Alberto Fernández,
“secundado” en la misma fórmula por el animal político más astuto del espectro
partidario. En tanto, un contundente paro nacional que - habida cuenta del
compromiso electoral contraído por la dirigencia cegetista - podría ser el
último del año, potenció su impacto gracias al rol activo que asumieron
organizaciones sociales y sectores de izquierda, quienes a partir del 11 de
diciembre deberán repensar sus respectivas estrategias políticas si es que aún
sueñan con una sociedad sin oprimidos ni opresores.
“This is The End, my friend… “
Expresar en la Argentina actual que al
macrismo se le está escapando la chance de presidir la Nación cuatro años más
carece de toda osadía, ya que abundan indicadores en tal sentido, perceptibles
hasta para el/la más desprevenid@ de l@s analistas.
Pruebas al canto: Una
central obrera que ha hecho abuso de buenos modales ante este gobierno
depredador - pese a haber padecido hasta el arrebato de un atril en acto
público a manos de sus bases más rebeldes - se envalentona tardíamente frente a
ese oficialismo grogui resolviendo parar en la fecha en que un amplio arco
militante conmemora medio siglo del alzamiento obrero-estudiantil conocido como
Cordobazo; atenta al cambio en la
dirección de los vientos, y exponiéndose a la obscena presión de Cambiemos, la
Corte Suprema intenta sin suerte congelar por tiempo indeterminado el juicio
contra la senadora Cristina Fernández de
Kirchner; a partir del revés de sus aliados en las elecciones cordobesas, Elisa Carrió arremete contra los mismos expresando que le dan asco (!); el
gobernador de Mendoza, en su doble
rol de mandatario provincial y presidente de una UCR que se resiste a abandonar
la coalición a cuyo triunfo contribuyó cediendo prestigio y poder territorial,
enfrenta a la convención de su propio partido exigiendo que el candidato a
presidente por la coalición que integra no sea Mauricio Macri (de cuya
madre se acuerda un grupo importante de l@s asistentes); el propio asesor
estrella de la Casa Rosada Jaime Durán
Barba arriesga que confía en que su cliente sabrá discernir oportunamente
si le conviene o no integrar la fórmula oficialista; y - para no pasar por alto
un “detalle” de “menor envergadura” - la Justicia pide a México la extradición
del ex espía y proxeneta Raúl Martins,
denunciado desde 2012 por su propia hija Lorena como jefe de una red de trata ,
y acusado ahora de aportar fondos de campaña al gobierno a fin de mantener en
funcionamiento sus respectivos locales dedicados al tráfico sexual (inclusive
de menores), servicio al que habrían recurrido en más de una oportunidad el
primer mandatario y su señora esposa…
Lo dicho. Dejando tras de sí un país
devastado y con escasas posibilidades de levantar cabeza en el corto plazo, va cayendo
el telón sobre La Revolución de la Alegría.
Mueve
la Senadora
En una jugada que descolocó a propi@s y
ajen@s, la Doctora Kirchner hizo pública
- mediante video difundido en redes sociales - una decisión de consecuencias
múltiples.
En efecto, la propuesta de Alberto Fernández
como candidato a presidente por el sector del peronismo que ella representa, en
tanto el susodicho adversó categóricamente su último mandato, funciona simultáneamente
como renunciamiento patriótico y como la
demorada autocrítica que buena parte de la sociedad le reclamó hasta el
cansancio a la ex mandataria. A su vez, designando para tal fin a un político
conciliador y de buen diálogo con el más amplio arco político e institucional
(incluyendo entre sus interlocutores al “gran diario argentino” y la embajada
norteamericana), la susodicha no sólo se corre del sitial que el oficialismo ha venido
asignándole como co protagonista de “la grieta”, sino que cede primacía al
principal armador del Frente Renovador,
lo cual ha colocado a Sergio Massa ante
la necesidad de negociar un puesto (que, hasta nuevo aviso, parece ser
legislativo o de conducción de alguna empresa nacional) en la flamante
coalición PJ - Unidad Ciudadana, afectando - si lo consigue - los anhelos del
peronismo occidental y cristiano de gravitar en el ballotage.
Ante la feroz disputa que se avecina, cabría
pensar que difícilmente desvelen a una política de raza como Cristina, formada
en la pragmática escuela del peronismo, las reservas que tamaña iniciativa
provoque en el núcleo duro de su espacio - aquel que tanto alimentó el rating del programa 6, 7, 8 - o en el
arco progresista que albergó la esperanza de sumarle votos a cambio de
radicalizar su futuro plan de gobierno.
Puede considerarse a la vez que l@s analistas
que se apresuraron a comparar semejante apuesta con aquella que sintetizara la
consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder” juzgaron con ligereza la
autonomía de vuelo de quien oportunamente fuera undécimo candidato a legislador
de Domingo Felipe Cavallo, acaso más
próximo a emular - si su disenso lo ameritara - la jugada de Cobos, pero esta vez desde el vértice
del Ejecutivo.
Sin ir más lejos, en reciente y
descontracturada entrevista - como las que acostumbra a brindar -, consultado
por Alejandro Fantino en su programa televisivo “Animales Sueltos” acerca de cómo tomaba las
críticas que le dedica un peronista ortodoxo como Guillermo Moreno, el flamante
candidato a presidente se despachó manifestando que lo ponen orgulloso, ya que
quien las esgrime es un “energúmeno”, rematando dicha caracterización con la bravata
de que “Néstor lo tenía atado en el jardín
para que chumbara a los empresarios díscolos, pero Cristina lo dejó suelto”…
consideración que probablemente esté brindando los primeros indicios de un post
kirchnerismo más condescendiente con el statu
quo de lo que much@s ilus@s esperan.
Así, la “Operación Alberto” - presentada como
el “retorno del nestorismo” - va instalando tácitamente la idea de que durante
los dos últimos mandatos de la “Década Ganada” estuvimos gobernad@s por Juana
La Loca, de modo que para suturar “la grieta”, afrontar el próximo turno
gubernamental, y reparar los daños del macrismo, no existe opción más apropiada
que un kirchnerismo sin épica, capaz de tranquilizar a los mercados.
Y por
casa cómo andamos…
A quienes, respetuosamente, no albergamos
mayores expectativas en los próximos comicios, y consagramos nuestro esfuerzo
cotidiano a la construcción de poder popular con miras a forjar una democracia
participativa en la que de una vez por todas
l@s condenad@s de la tierra se apropien de su destino, en este escenario
nacional absolutamente degradado y en el que brilla por su ausencia hasta el
más mínimo gesto heroico para evitar la debacle a la que nos ha venido
conduciendo el modelo económico vigente, nos caben las generales de la ley por
no haber logrado - en casi cuatro años de lucha sostenida - elevar el techo
aspiracional del electorado.
Ante el panorama descripto, desde un punto de
vista anticolonialista, anticapitalista y antipatriarcal, correspondería
preguntarse qué fue de aquel disruptivo movimiento social que eclosionara hacia
2001 inundando las grandes ciudades del país de asambleas barriales, fábricas
recuperadas o clubes de trueque.
No pocos consideran que las secuelas de tal
fenómeno que prevalecieron a la cooptación neodesarrollista perviven en el
sustrato más profundo de la sociedad fermentando desde abajo hacia arriba y
desde la periferia al centro una nueva hegemonía favorable a l@s desposeíd@s.
Indicios de dicho proceso son las infatigables asambleas ambientales del
interior, los frecuentes feriazos de la economía popular, o los numerosos y
masivos encuentros de feminismo popular, por citar apenas un puñado de iniciativas.
Es tan cierto que durante las dos primeras décadas
del siglo en curso neodesarrollismo y neoliberalismo complementaron esfuerzos
en pro de institucionalizar y disciplinar al movimiento popular como que este, aún
fragmentado y reprimido con inusual ferocidad, dista mucho de haber bajado la
guardia. Queda por ver cómo se plantará esa masa crítica ante un gobierno muy
probablemente de distinto signo al actual, al que no le bastará con expresar
buenas intenciones para contener el postergado anhelo reparatorio de una
mayoría cada vez menos paciente en su demanda de soluciones. -
JORGE
FALCONE
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