El pueblo ya se
expidió, en las urnas y en las calles
CHAU MACRI!
“La cotización del dólar cerró por encima de $62 y sin techo,
con la consecuente pérdida de reservas internacionales por más de 250 millones
de dólares diarios; el riesgo país que sube a 2.500 puntos, elevando las tasas
en dólares haciendo más impagable el costo de la deuda pública dolarizada y por
extensión al conjunto del endeudamiento; y las tasas de interés de referencia
desde el BCRA vuelan al 85% como resultado de la política gubernamental, que
incluye las decisiones sobre el ámbito económico y financiero. En ese plano
actúa el re-perfilamiento de las cancelaciones de la impagable deuda pública”.
Julio Gambina
La parte afectada del
mercado de consumo y de trabajo
decidió el fin de la
economía de ajuste de Macri
EL QUE SIEMBRA HAMBRE
COSECHA REBELIÓN
Ya no resulta novedoso afirmar que - habiendo
cumplido su ciclo histórico los dos grandes movimientos nacionales del Siglo XX
(radicalismo y peronismo) - Argentina ha
dejado de contar con electorados cautivos. Y es de suponer que así seguirá
siendo hasta el advenimiento de una nueva identidad que coaligue a las grandes
mayorías, aún referenciadas en el eco aggiornado de la que les dio respuestas concretas durante los años 50.
El contundente resultado de las elecciones
Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias - amén de constituirse en
veredicto colectivo - restituye la confianza en el sentido común de buena parte
de la sociedad que oportunamente extendiera un voto de confianza a la promesa
de un cambio capaz de respetar logros y saldar asignaturas pendientes. Y así ha
ocurrido, porque el único recurso del
votante maniatado, aún carente de
proyecto, es librarse de su depredador.
Pero la situación de fragilidad institucional que atraviesa nuestro país a
partir de dicha circunstancia parecería responder a la convicción de que la
irreversibilidad de la tendencia determinada por el voto popular - hoy avalada como
tal por impensables comunicadores sociales hasta hace poco furibundamente
oficialistas - inéditamente ha convertido dicha instancia en una virtual primera vuelta electoral,
despojando al gobierno de toda legitimidad, aunque conserve los resortes de
su legalidad. En efecto, desde la aciaga
jornada bursátil posterior al comicio hasta el dilatado recambio del ministro
de economía que se ufanó de que ningún ajuste como el que produjo se pudo
aplicar sin que cayera el gobierno, pasando por el alto cuestionamiento al otrora
mimado secretario de gobierno, hasta la prácticamente huída del gurú Durán Barba, difícilmente otro panorama
ilustraría mejor la noción de que “cuando el barco se hunde los ratones huyen”.
Al punto de que hoy Argentina es un país con dos presidentes, uno formal y otro real.
En tal contexto, el gobierno de Cambiemos agoniza cocinado en su propia
salsa de desatinos y despropósitos, toda vez que desde diversos ángulos de la
vida política se viene plebiscitando de hecho la necesidad de acelerar la
transición, cuando no exigiendo sin cortapisas el reclamo de adelantamiento de
las elecciones. En cualquier caso, poco falta para que el nombre de Mauricio Macri pase a integrar - junto
con el de Carlos Menem y Fernando De la Rúa - el panteón de los
mandatarios que perpetraron un verdadero genocidio social bajo la vigencia del
orden constitucional. Semejante trípode, que hace referencia a una fuerza
política sin tradición alguna, a otra que mantiene su vigencia desde hace más
de 70 años, y a una última que ha superado el siglo de existencia, nos habla a
las claras del agotamiento de esta democracia representativa cuyo elenco
estable sigue girando inercialmente como en el Juego de la Silla.
RECUERDOS
DEL FUTURO
Consecuentemente con un peronismo que ha ido
tomando distancia de sus momentos más épicos para transformarse en garante de
la gobernabilidad burguesa, el candidato a presidente por el Frente de Todos, a contramano del
clamor colectivo, se apega a un cronograma electoral que, en caso de mantenerse
inalterado, seguramente insumirá más bajas por hambre o por frío a un pueblo ya
bastante castigado. Tiene lógica: En sintonía con su beneplácito por la
cotización de un dólar a 60$, y como animal político que es, el hombre procura
que las peores consecuencias del modelo ocurran antes de diciembre, a los
efectos de garantizarse el cócktail que debería resultar de la combinación de
la enorme expectativa popular que despierta su figura y la previsible nueva
cuota de paciencia colectiva que
precisará demandar a la sociedad hasta encontrar algún paliativo a las penurias
del presente.
Desde que asumió este gobierno, vastos
sectores del arco militante coincidieron en afirmar que su modelo económico no
cerraría sin represión. A la luz de las circunstancias, podemos concluir que
aquel diagnóstico se ha ido cumpliendo con creces, tanto en escenarios donde se
obstruye la circulación vehicular mediante protestas como cuando se intenta
abortar alguna iniciativa popular (como los “feriazos” de la UTT, desalojados
con un salvajismo mayor que el que suele desplegarse cuando un puñado de encapuchad@s
rompe una vidriera o blande una molotov… pertrecho popular que a los represores parece preocuparle bastante menos que una berenjena repartida sin
costo alguno) El clima de tensión social
generalizada, alimentado desde el Ministerio de Seguridad, ha colocado a las "fuerzas del orden" en un rol más intranquilizador que el que suelen jugar los
delincuentes comunes. Pruebas al canto: A partir de las PASO tuvieron lugar un
puñado de incidentes que, superando la violencia exhibida en el filme “Relatos
Salvajes”, confirman nuestra apreciación. Como se sabe, en C.A.B.A. un
trabajador santiagueño que deambulaba con alguna copa de más fue prácticamente
ejecutado de una patada en el pecho por un guardián del orden; un jubilado con
demencia senil que intentaba paliar su hambruna escamoteando algunos alimentos
en la sucursal San Telmo del supermercado Coto fue pateado hasta morir por la
custodia del local; en la provincia de Chaco, durante una jornada de protesta
de las organizaciones sociales, una mujer embistió con su coche a los
manifestantes hiriendo por lo menos a cinco, la multitud reaccionó
destruyéndole el vehículo. Si “para muestra basta un botón”, los hechos
referidos dan cuenta de adónde condujo la Doctrina
Bullrich, convirtiendo a cualquier ciudadanx en blanco móvil y a la
Argentina en un país caníbal. Este panorama refuerza la genuina preocupación de
muchxs compatriotas en relación a los riesgos que habremos de correr durante la
cuenta regresiva abierta hasta un eventual cambio de gobierno, cuyas posibles consecuencias
no caerán exclusivamente sobre los viejos sino también sobre los nuevos
inquilinxs de la Casa Rosada, hoy demasiado predispuestxs a transitar el
período en curso balconeando tan afligente situación, como si el posible recambio
institucional fuera a concretarse en algún país de Escandinavia.
Mientras, la reacción de lxs excluídxs
sociales - siempre más propensxs a mostrar los dientes que el sindicalismo
tradicional - no se ha hecho esperar, redoblando una lucha que no dio tregua al
gobierno, y hasta desbordando con la exigencia de las bases a sus propios representantes.
Pero lo cierto es que desde el combate de
Plaza Congreso, en oportunidad de debatirse la Reforma Previsional, la calle no
ha vuelto a actuar en sintonía con el palacio para revertir el padecimiento de
lxs argentinxs. Los días que corren ofrecen un inmejorable escenario para
ensayar dicha gimnasia. Parte de la militancia parece advertirlo, disponiéndose
a abreviar la sangría de lxs más humildes.
La taba está en el aire. Y no es un hecho
menor que el damero de la realidad nacional se haya reacomodado en sentido
contrario al augurio de la mayor parte de las encuestadoras, demostrando - para
bien de Nuestra América - que el Cono
Sur sigue siendo un hueso duro de roer para los Trump y Bolsonaro.-
JORGE
FALCONE
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