Quien espere una segunda "Década Ganada"
morirá de una extraña sed
morirá de una extraña sed
CONTRAER LA DEUDA
MÁS GRANDE DE LA HISTORIA
MÁS GRANDE DE LA HISTORIA
CULMINA CON UNA EMERGENCIA
ALIMENTARIA
El ex
Ministro de Economía - al que seguramente la Historia reservará un oprobioso
sitial - se ufanó de que un ajuste como el que tuvo lugar jamás fue posible sin
que cayera un gobierno. Pues bien: Erró el cálculo. El 11 de agosto pasado,
producto de un sordo y acumulativo hartazgo que no vio venir la Argentina del
cálculo y la estadística, cayó el gobierno de Cambiemos. Y eso es así pese a la
previsible victoria de Suárez en Mendoza, cuyo resultado este atribuyó a la
gestión de su predecesor y no del primer mandatario, quien igual procura
montarse sobre dicho triunfo para insuflar algo de mística a la insustancial
Marcha del #Sí se puede, a todas luces organizada para complacer a vecinxs como
lxs de Barrancas de Belgrano, a quienes les resbala el canallesco DNU que
limita las indemnizaciones por riesgo de trabajo. Contra su promesa de remontar durante los
próximos cuatro años el desastre de los cuatro que estamos dejando atrás, la
mayoría de los pronósticos coinciden en que este mes se ratificará el veredicto
de las PASO, tal vez con guarismos aún más favorables al voto opositor. Muchxs
argentinxs esperamos que, con un nuevo presidente electo, se nos evite
prorrogar este suplicio hasta el 10 de diciembre.
CRÓNICA
DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Numerosos analistas han venido dando cuenta
del desaliento existente en las filas del oficialismo, así como del
indisimulable desbande de muchos de sus exponentes provinciales y municipales,
cada vez más renuentes a mostrarse en boletas electorales que incluyan a Macri. Podría decirse que en el seno de
la coalición gobernante sólo se mantiene incólume el vesánico optimismo de la
Dra. Carrió, y el que simula el
candidato a vicepresidente con vano afán de supervivencia política. Si por
ventura la tendencia dominante propiciara un ballotage en C.A.B.A. (Horacio Verbitsky ha venido afirmando
que hay un 10% de flujo de votantes favorable a la candidatura de Lammens), el prudente funcionario que
disimula sus aspiraciones presidenciales absteniéndose de hacer campaña y circunscribiéndose
a ejercer el gobierno de su distrito - a la fecha, única esperanza blanca para Todos por el Cambio - también entraría en una zona de
riesgo, haciendo peligrar el futuro de dicho armado (que no el de la perenne y
virulenta masa crítica del gorilismo vernáculo) De tal modo, con un índice de
pobreza que supera el 35 %, y el fantasma acechante de Comodoro
Py, culmina la temporada de esta serie que nos aterrorizó durante cuatro años.
En tanto, Europa ya recibe al candidato presidencial
del Frente de Todxs como mandatario electo, y - según el agudo columnista de La Nación Carlos Pagni - el hombre tiene
prácticamente conformado un gabinete que muy probablemente cuente con Santiago Cafiero como su jefe (siempre
que no le paguen con dicho puesto a Sergio
Massa, aparentemente indispuesto a presidir la Cámara Baja), León Arslanian como Ministro de
Justicia, Felipe Solá como
canciller, Victoria Donda como
Ministra de la Mujer y - si no se decide por Matías Kulfas - al Ministerio de Economía quizás vaya una
heterodoxa como Cecilia Todesca, aunque
paradojalmente ya se le haya encargado un proyecto de tipo texano a Guillermo Nielsen para administrar Vaca
Muerta. Durante los últimos días también trascendió el nombre de Sergio Lanziani como candidato a ocupar
la cartera de Energía, los de Julián
Domínguez o - nuevamente - Carlos
Tomada para Trabajo, Ginés González
García para Salud, Daniel Arroyo
para Desarrollo Social, y no se descarta que el “resucitado” Florencio Randazzo vuelva a dirigir el
Ministerio de Transporte. Si lo confirman en Interior, el único camporista en
esa primera línea funcionarial sería Eduardo
“Wado” De Pedro, que en caso contrario podría hacerse cargo de la
Secretaria General de Presidencia. Para completar un adelanto de “la próxima
temporada”, circulan algunos datos que suelen resbalarle al kirchnerismo más
emocional y obtuso: En su reciente paso por la provincia de Tucumán, un sostén
de campaña como Juan Manzur ungió a Alberto Fernández como “nuevo jefe del
peronismo”, aseverando que este presidirá el país junto con los gobernadores,
así como que Verónica Magario,
funcionaria a la que dicho arco considera fuerza propia, se encargará de acotar
al otro camporista elegido para gobernar la Provincia de Buenos Aires. Pese a semejantes indicadores, por ahora cuesta creer que el
Instituto Patria se disponga a resignar el próximo turno de gobierno,
apuntándose más bien para administrar el
país a partir de 2023.
Así las cosas, el perfil de la futura administración
parecería pendular entre la felicitación a Evo
Morales por ejercer una gestión que garantiza el Buen Vivir de su pueblo y
la desestimación pública del reclamo de Juan
Grabois respecto a la necesidad de llevar a cabo una Reforma Agraria, postura
que el candidato más votado complementa con la recomendación a las
organizaciones sociales de “evitar las calles” (única estrategia que ha
demostrado cierta eficacia a la hora de arrancar derechos a este gobierno
insensible y autista)
DILEMAS
DEL “DÍA DESPUÉS”, GANE QUIEN GANE
El panorama descripto no hace más que ratificar lo
escrito recientemente por el compañero Julio Gambina: “El capitalismo no
está en la discusión y solo aparece la dimensión de lo posible en su seno”.
Las estrategias de unidad que permitieron consensuar
consignas como “Luche
y se van” o “La deuda es con el
pueblo y no con el FMI”, no exhiben aún demasiado
acuerdo respecto a cómo plantarse ante una futura gestión que promete
establecer un nuevo Pacto Social y fomentar una tregua de seis meses para
ordenar la economía. Es más, prácticamente podría convenirse que la vanguardia más
activa de la lucha social se autopercibe como una fuerza meramente
reivindicativa.
Sabido es que las hegemonías se construyen
con política. Así, quien mejor interprete y traduzca el momento histórico seguramente
jalonará a una considerable masa crítica en condiciones de operar los cambios
necesarios. Pese a no haber abandonado las calles ni un solo
día desde que asumió la ceocracia macrista, las fuerzas populares de Argentina
no han conseguido aún traccionar a las mayorías, evidentemente más apegadas a
la legalidad constitucional que a cometer ciertas audacias en nombre de la
legitimidad, para acortar - por ejemplo - el mandato de una administración que
hace agua por donde se la revise, y a la cual aliados incondicionales de
otrora, como una amañada Justicia, ya comenzaron a pasarle factura. La lección
es clara: Para una sociedad severamente encorsetada por las limitaciones de la
democracia formal, el veredicto de las urnas
prevalece sobre el de las calles.
La disrupción de 2001 puso la vara tan alta en
materia de reclamos que impidió a la clase política resolver la crisis por
derecha. Así, el kirchnerismo, con su discurso épico y derechohumanista restauró
la gobernabilidad en peligro cooptando otrora aguerridas organizaciones
sociales y referentes de la lucha por los DDHH intransigentes hasta entonces.
La ampliación de derechos llevada a cabo
durante los tres períodos que duró la gestión de gobierno más expectable desde
la recuperación democrática no modificó sin embargo la matriz productiva extractivista
y agroexportadora del país ni alteró sustancialmente su modelo de exclusión
social.
Todo indica que el año en curso culminará
brindando una nueva oportunidad histórica a muchxs protagonistas de aquella
experiencia.
Pero ese cambio de mando se producirá en un contexto
en el que escaseó una autocrítica profunda de la Década Larga Progresista en la
región. No pocos analistas, haciendo gala de sentido común, atribuyen al
desaprovechamiento de dicha circunstancia - y a la consabida zozobra del
socialismo real - la orfandad y desorientación que hoy padece gran parte de las
fuerzas populares en la región.
Ante el exceso de “prudencia” que trasunta
buena parte de las organizaciones sociales, resulta lícito preguntarse en
qué medida gravita aún el saldo disciplinador generado por la última dictadura
oligárquico militar genocida, y expresado ahora por una tendencia a avanzar,
ante los desafíos de la hora, con el cuidado de quien pisa cáscaras de huevo.
En efecto, la noción de fragilidad de la
alternativa que se abre a nivel superestructural parecería condicionar a la
militancia poco menos que a contener la respiración por tiempo indeterminado,
para que dicha instancia no se desmorone de inmediato como un castillo de naipes.
¿Será que el pueblo argentino - protagonista
de inolvidables mayos, octubres y diciembres - experimenta cierto desgaste que
le dificulta recoger la programática más radical que fue gestando a lo largo de su larga lucha… u ocurrirá más bien que últimamente no ha alcanzado a
generar una dirigencia capaz de ser consecuente con la imperiosa necesidad de
transformar esta democracia de la derrota en otra capaz de hacerse cargo de lxs
condenadxs de la tierra?
¿Estaremos
acaso resignándonos a que políticos de carrera intermedien por siempre la
defensa de nuestros intereses?
¿No constituye capital suficiente para
cambiar el curso de una historia recurrente colmar de voluntades día tras día
la avenida más ancha del país, o sucede que a buena parte de la dirigencia
social - en sintonía con la burocracia sindical (que habrá que ver para qué se
reunifica) - le alcanza con perpetuarse manteniendo capacidad de negociación
ante las autoridades de turno?
En los últimos días sorprendió a muchxs el
dirigente sindical de ATE Capital Daniel
“Tano” Catalano, cuando ante las perspectivas aquí revisadas advirtió “Espero
que Alberto tenga la muñeca necesaria y no debamos cantar ‘qué pasa que se
llenó de gorilas el gobierno popular’ “, en clara alusión a la
confrontación entre la tendencia revolucionaria del peronismo y la orientación
adoptada por el tercer gobierno del General
Perón, puesta de manifiesto durante la celebración del Día de lxs
Trabajadorxs de 1974, ocasión en que la asistencia más combativa de aquel acto
se vio superada por el descontento de sus bases y debió abandonar la Plaza de
Mayo: La experiencia histórica parecería recomendar apertura y diálogo con las bases
militantes de todo el arco popular… así como estar “atentxs y vigilantes” - al
decir de Evita - ante los próximos
pasos de la dirigencia consagrada en las urnas.-
JORGE
FALCONE
Creo que ese 1º de mayo de 1974 nos debe hacer reflexionar que es necesario saber mover el péndulo sin comprometerse exclusivamente con ninguno ni caer en sectarismos excluyentes.
ResponderEliminarSi ALBERTO está preparado o no para eso lo dirán sus medidas. Tengo fe en él si bien soy consciente de la gravedad del momento que afrenta pero el arrollador triunfo que parece venirse le dará un respaldo que espero sabrá aprovechar.
Y ahí hay que estar como tantas veces lo hemos hecho 'atentos y vigilantes' pero a esta altura de nuestra vidas saber (sabemos, por lo menos deberíamos saberlo) hasta donde se puede tensar la cuerda de las exigencias.
Lo que si me preocupa es el desastre y la entrega cipaya que dejan y no me refiero precisamente a la deuda con el FMI sino a la pobreza, al desempleo, a la desindustrialización y sobre todo a una perversa normativa que dejan en el Estado (últmo caso paradigmático la reducción de indemnizaciones de las ART) y que será necesario revisar y derogar en el menor tiempo posible.
No hay lugar para vanguardias esclarecidas ni para reclamos imposibles; hay que marchar lento pero seguro pisando suelo firme y no olvidar nunca que el enemigo seguirá acechando y para exterminarlo de una vez por todas nada mejor que la unidad del campo popular.
Evitar todo tipo de dispersión por más insignificante que parezca. No cometamos los errores del 70 que, con obvias variantes, se reiteraron en el 2015. Dejemos actuar y, reitero, 'atentos y vigilantes', analicemos con la mayor cautela cada paso que se dé y siempre visualizando que nuestros compañeros, por más diferencias que tengamos con ellos, NO SON el enemigo.
Escribo desde la experiencia de más de 60 años de estar en las calles con el convencimiento de considerar que ser revolucionario hoy no es un enfrentamiento frontal que traiga aparejado un desgaste veloz sino una adaptación paulatina a las circunstancias de un mundo globalizado buscando avances posibles reivindicando el bien común de todos.
Shrek's Cringe Compilation
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Hace 2 años
Do a bladder holding contest. Loser has to pee their pants. lol
KR811
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Hace 10 años
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ukp
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Hace 9 años
hot!
Coincidimos.
EliminarPero - justamente por nuestra veteranía en estas lides -convengamos que mirar la realidad sin orejeras y llamar a las cosas por su nombre no nos convierte en aguafiestas.
Como siempre, querido compañero, serán las mayorías quienes determinen si el rumbo a tomar es el correcto.-